[Historia] Pokémon World Tour FanFic

Ante el gritó de Darky, William no vaciló en correr hacia el interior de la cueva. Ahí pudo ver el marco: Darky herido y postrado en el suelo ante un extraño Pokémon que flotaba. Ese Pokémon era de color amarillo casi dorado y mantenía sus ojos cerrados. Aunque no era muy grande, alrededor de él circulaban esferas luminosas como cuando el Ralts de Matía empleó en la batalla de ese día.

La ira y preocupación de William eran indescriptibles. Pensar que ya en tan poco tiempo Darky estaba herido y con su vida en gran riesgo. Esa cueva donde entraba poca iluminación por su entrada, complementada por la humedad y las gotas que se filtraban entre las estalagmitas del techo daban un ambiente escalofriante. El peor de los problemas, del cual William estaba consciente, era que el sólo tenía a Darky, el cual ya estaba debilitado.
Al terminar de reaccionar ante tal impacto. El extraño Pokémon impulsó sus esferas hacia la pequeña criatura tendida en el suelo. William se interpuso en el medio del ataque, recibiendo los impactos del ataque y, sorpresivamente, manteniéndose de pie ante este.

—¡Argh, no pienses que dejaré que lastimes a mi amigo! –Declaró William.

Darky que aún estaba consciente miró a William, sonrió tiernamente y perdió la consciencia. Esto lo captó William y dijo:

—Darky… No te defraudaré.

William se abalanzó ante el Pokémon recogiendo una piedra del suelo y la arrojó con toda su fuerza. El Pokémon desapareció antes de ser impactado por la roca y reapareció unos metros adelante.

—¡¿Teletransportación?! –Se cuestionó William.

El Pokémon ahora se preparaba para arrojar otro poder oculto. Las esferas emergieron y se abalanzaron hacia William. Esté se lanzó encima de Darky para protegerlo.

—¡Darky!

Sin embargo, el ataque fue detenido por una gran cantidad de brasas que surgieron de la entrada de la cueva. William voltea y ve hacia esa dirección, en la cual desde el haz de luz se veía una silueta de un muchacho y un Pokémon de talla pequeña. William de repente sintió la secuela dolorosa del ataque que había recibido y perdió la consciencia.

Pasado un rato, William reacciona por unas lamidas que recibió. Al abrir los ojos ve a Darky mirándolo con una sonrisa. William se alegra de que esté bien y abraza a su compañero. Después se percata que es de noche y está en una tienda de campaña. Nota que afuera hay una fogata y ve a un muchacho sentado tomando algo con un Pokémon con apariencia de primate. Cuando el muchacho se percató de la presencia de William, dijo:

—¡Oh, veo que has despertado! –Se levanta mientras lo dice -¡Soy Roberto, un placer!
—Supongo que me salvaste, así que te debo una Roberto. ¡Soy William! –dijo - ¿Pero qué sucedió?
—Déjame explicarte. Entraste a la Cueva donde habita un Abra muy obstinado que no le gusta que lo despierten.
—¿Abra?
—Si un Abra –Afirmó Roberto- Mira en mi Pokédex.
—“Abra, Pokémon Psi. Tipo Psíquico. Duerme 18 horas al día y mientras lo hace es capaz de usar una serie de poderes extrasensoriales”.

​

—¡Ya veo! –dijo William.
—Mi Chimchar y yo pudimos con él –dijo Roberto señalando al Pokémon que estaba a su lado- Como te dio mucha lata, supongo que estas empezando tu viaje. Yo inicié hace un mes, y Chimchar y yo nos hemos hecho más fuertes, o por lo menos un poco.
—¿Chimchar? Déjame ver.

William empleó su Pokédex para escanear al Pokémon de Roberto.

—“Chimchar, Pokémon Chimpancé. Tipo Fuego. El gas de su panza alimenta el fuego de su parte trasera, que ni la lluvia puede extinguir”.

​

William se impactó del Pokémon, y pasaron la noche en la tienda de Roberto. Roberto le dio consejos a William, como el de adquirir su propia tienda de campaña. Al día siguiente, decidieron seguir juntos, ya que Roberto estaba entrenando un poco para ir a un lugar en especial. William y Darky estaban contentos de tener nuevos amigos y de poder seguir su viaje.

No tardaron mucho en recoger sus cosas y seguir su camino hacia el pueblo cercano. Pero mientras se trasladaban Roberto le pregunta a William.

—¿Tienes otro Pokémon aparte de Darky?
—No, ni siquiera sé como capturar uno –dijo William apenado.
—Pues toma estas. Son pokéball, ellas te servirán para capturar más compañeros. En su momento te explicaré como usarlas.

El día estaba espléndido, y mientras tanto los entrenadores acompañados de sus pequeños amigos seguían rumbo hacia su próximo destino: Pueblo Guataparo.

Durante todo el día, William, Roberto, Chimchar y Darky, rondaron en un hermoso prado floral. Empezando a oscurecer arribaron a un bosque frondoso con árboles prolijos y sumamente repletos de follaje. Los jóvenes decidieron acampar en este lugar tan fresco. Montaron la tienda de campaña de Roberto e hicieron una fogata.

Sentados ya los jóvenes con sus compañeros, pasaban un rato ameno conversando. Roberto, un joven caucásico con cabello castaño claro, era muy carismático, pero a veces, denotaba desconfianza en sí mismo. En esto difería William, que siempre estaba dispuesto a seguir adelante y cumplir sus metas.
Ya transcurrida una hora, empezaron a degustar comida que Roberto traía en su mochila. Pero, de un momento a otro, Chimchar y Darky presintieron algo y pasaron a mostrar cierta preocupación. Los muchachos se dieron cuenta.

—¿Qué sucede chicos? –Preguntó William.
—Deben haber presenciado algo –Afirmó Roberto.

Un fuerte y escalofriante viento sopló moviendo las hojas de los árboles. La fogata estaba empezando a apagarse cuando de la nada una sombra ataca a los Pokémon de los muchachos.

—¡¿Pero qué diablos?! –Exclamó William.

La sombra bajo al suelo y se acercó a la fogata. Era un Pokémon ave. Con un plumaje negro y con cresta en forma de sombrero de bruja. William sacó su Pokédex y registró a la criatura:

—“Murkrow, Pokémon Oscuridad, Tipo Siniestro y Volador. Temido y odiado por muchos, dicen que trae la desgracia a todos aquellos que lo ven por la noche”.

—¡Desgracia! ¡No! –Dijo Roberto corriendo despavorido seguido por Chimchar.
—¿A este que le pico? –Se preguntó William.

El Murkrow se acercó a William e hizo una especie de reverencia con sus alas.

—¡Oh! ¿Te estas presentando?, Mucho gusto soy William y él es Darky.

El Murkrow expresó mucha felicidad. Pero un sonido sonó a la distancia. Un macabro gruñido que llegó a perturbar en lo más interno a William. El pobre Murkrow se asustó y voló hasta posarse en el hombro de William.

—Con que traes desgracias y eres malvado, ¿No? Parece que son puras palabras del pokédex.

En ese mismo instante un grito se escuchó. No era otro más que Roberto. William preocupado corrió con Darky y el Murkrow en dirección a donde provenía el sonido. Cuando lograron conseguir a Roberto y Chimchar. Ambos estaban en el suelo asustados. Delante de ellos un nido de Pokémon arácnidos se extendía en los árboles. Los Pokémon parecían molestos y dispuestos a atacar a los dos desafortunados seres. William rápidamente registro a esas criaturas:

—“Spinarak, Pokémon Escupesoga. Tipo Bicho y Veneno. Mantiene la misma postura en su telaraña durante días, esperando a que se acerque una presa inocente”.

—Entonces, Roberto y Chimchar son las presas –Pensó William-

Darky se había puesto ya en posición de batalla, mientras que Murkrow se escondía detrás de William.

—¡Darky, Ataque Arena!

Darky empezó a arrojar a los spinaraks una ráfaga de arena. Pero a estos pereció no haberles gustado. Voltearon todos en dirección a Darky y arrojaron seda encima del Pokémon. Darky quedo cubierto de una fina y pegajosa seda. El Pokémon luchaba por liberarse pero cada vez se hacía más inútil el intento. Los spinarak se abalanzaron hacia él.

—¡Darky! ¡No! –Gritó William.

Esta desesperación llego a Murkrow, el cual dejó su miedo atrás y atacó a los spinarak con fuertes picotazos. Los spinarak cayeron de las sogas que los mantenían en los árboles y escaparon despavoridos. Murkrow chilló de la emoción. Y Roberto y Chimchar no tardaron en reunirse con sus amigos.

—¡Muchas gracias, especialmente a ti Murkrow! Parece que no traes la desgracia después de todo –Afirmó Roberto.

Darky aún seguía atrapado en la seda y entre los arañazos de Chimchar y el Pico de Murkrow liberaron al Pokémon. Después volvieron al lugar donde acampaban.

—¿Aún no entiendo algo? –Preguntó Roberto.
—¿Qué es Roberto?
—¿Por qué Murkrow nos atacó?
—Debe ser que como está oscuro no pudo ver a los Pokémon cuando iba a aterrizar –Argumentó William.
Murkrow se acercó a William y lo tocaba con su pico. Roberto entendió el gesto y le dijo a William:
—Captúralo, quiere ir contigo.
—¿Eso es verdad Murkrow? –Preguntó William al Pokémon.

Este asintió. Y William no dudó en sacar una de las pokéball que Roberto le regaló. William lanzó el artefacto a Murkrow. El dispositivo introdujo a Murkrow en su interior y empezó a moverse suavemente hasta realizar un sonido. Sonido que William comprendió: Atrapó a su primer Pokémon.

A la mañana siguiente los jóvenes lograron salir del bosque donde habían experimentado diversas experiencias tenebrosas. Arribaron en el Pueblo Guataparo. Un poblado pequeño y pintoresco que por lo menos tenía un centro Pokémon. Los muchachos decidieron llevar a sus Pokémon al Centro. Estando en ese lugar, un ambiente repleto de entrenadores, en el mostrador principal los atendió una enfermera con cabello curiosamente rosado.

—¡Hola entrenador, soy la enfermera Joey! Cuidaré y atenderé a tus Pokémon durante un rato. –Señaló la enfermera.
—¡Excelente doctora! –Exclamó William.

Mientras esperaban que sus Pokémon fuesen atendidos, los jóvenes se sentaron en una mesa cerca del mostrador. Aún William estaba impactado con el Centro Pokémon.

—Es cierto, es tu primera vez aquí. –Afirmó Roberto –Este es el Centro Pokémon, un lugar para los entrenadores. Como ya entendiste, la enfermera atiende en ese mostrador rojo. En el mostrador azul donde vez a ese señor, es donde puedes comprar objetos y Pokéballs. Además, si quieres pasar la noche en una ciudad, pero no tienes dinero para un hotel, ¡Puedes dormir aquí, te darán una habitación! Ah, y allá esta la taquilla del banco, para que retires dinero.

William recordó que su mamá hace un mes le había depositado dinero para cuando empezara su aventura. Consideró que era el momento oportuno para retirarlo. Cuando culminó con su transacción, los Pokémon ambos muchachos estaban listos, sanos y fuertes.

—¡Aquí tienen! ¡Espero verlos pronto! –Dijo la enfermera.

William recibió alegremente a Darky y a Murkrow y declaró:

—Bueno Murkrow, es mejor darte tu propio nombre, veamos… ¡Ya sé! Te llamarás: “Shyer”.

Murkrow expresó mucha felicidad ante su nombre. Roberto se acercó a William y le comentó:

—Bueno creo que es hora de separarnos, voy a seguir dándome algunas vueltas por el bosque para entrenar.
—¿Por qué tanto empeño con el entrenamiento? –Preguntó William.
—El entrenamiento es lo que hace a los entrenadores y Pokémon más fuertes –Expresó Roberto –Además, yo intenté enfrentar al líder de gimnasio de la ciudad próxima: Ciudad Valencia.
—¿Qué sucedió? –Cuestionó William.
—Perdí, por muy lejos. Técnicamente el líder barrió el piso conmigo.
—Oh…
—¡Pero, da igual, los que no tenemos habilidad debemos forjarla! ¡Adiós William, un placer!

Los jóvenes y Pokémon se despidieron y William decidió seguir su camino. El había notado que el pueblo tenía un lago muy incipiente en su centro, que se alimentaba por un pequeño riachuelo. Un hombre se acercó al darse cuenta que William se extrañaba con ese lago para decirle:

—¡Veo que te intriga el Lago! Está formándose debido a que el Embalse Guataparo que está al Norte del pueblo se está cayendo. ¡Pronto el Pueblo se volverá un lago! ¡¿No es maravilloso?!

William observó al hombre con cara de desconcierto y de desconfianza y decidió alejarse sin decir ni una palabra. El joven salió del pueblo por su norte siguiendo el riachuelo. Ahí nacía una colina que decidió sin titubear subir. En el camino fue retado por varios entrenadores, pero uno en especial le dio un objeto único: “Una caña de pescar”.
Cuando llega al tope de la colina una muchacha con cabello castaño, un poco más baja de estatura que él, que vestía muy deportiva se le acercó.

—Hola, soy Paola. Tengo un pequeño problema, no sé si quisieras ayudarme. –Explicó Paola.
—¡No hay problema! Dime.

Paola le señaló que más adelante debían ir. Partieron al lugar, un gran muro se erigía en un lago, William comprendió que era el Embalse Guataparo. Paola casi al final del la ruta, se detuvo y señal+o a un hombre de negro.

—¡Ese hombre me quitó uno de mis Pokémon, y ese inútil ni siquiera ha tenido la decencia de escaparse! –Declaró atrevidamente Paola.

De un momento a otra la educada joven cambió de actitud y se proponía lanzar una Pokéball. El hombre de negro impactado y a su vez con una sonrisa dijo:

—¿Y qué? Pero veo que has traído más Pokémon para mí.

William también se preparó para ordenar a Darky a la batalla. Darky saltó al frente. Y Paola sacó un Pokémon con una hojita en la cabeza que parecía una pera. William lo registró rápidamente:

—“Chikorita, Pokémon Hoja. Tipo Planta. Con la hoja de su cabeza puede medir la temperatura y la humedad. Le encanta tomar el sol”.


—¡Ahora es mi turno, ve Koffing! –Exclamó el Hombre misterioso al lanzar una Pokéball.

Surgió de ella un Pokémon en forma de esfera que flotaba lentamente, era predominantemente morado con un símbolo perturbador en él. William también lo registró.

—“Koffing, Pokémon Gas Veneno. Tipo Veneno. Los gases de su cuerpo le permiten flotar. Estos gases, además de oler mal, también son explosivos".


Koffing repentinamente emite una nube de gas maloliente.

—Veo que tenía razón ¡Puagh! –Afirmó William con asco.
—¡Koffing, gas veneno! –Ordenó el hombre.

El Pokémon expulsó un gas morado de sus fosas. Este rodeó a los Pokémon de los muchachos.

—¡Oh, no! ¡Están envenenados! –Señaló Paola.
—¡Así es! Y pronto se irán debilitando. ¡Ja, ja, ja, ja! –Río maniáticamente el hombre misterioso.

Rodeados de una densa nube tóxica, Darky y Chikorita no podían respirar. Adicionalmente, se encontraban envenenados por el ataque.

—¡Ja, ja, ja! ¡Pronto se debilitarán! –Dijo el hombre –¡Koffing, Pantalla de humo!
Una nube aún más densa y oscura cubrió a todos, jóvenes y Pokémon. El hombre aprovechó la oportunidad para huir.
—¡No mi Pokémon! –Exclamó Paola.
—¡Peor aún! Darky y Chikorita están envenenados. –Señaló William.
Paola reaccionó y cargo a una Chikorita sumamente débil y dijo:
—¡Ciudad Valencia está al frente! ¡Vamos rápido!

En el acto, William cargó a Darky y ambos jóvenes corrieron en sentido este. Tuvieron que subir una empinada colina, pero cuando llegaron al final de la misma, ya se encontraban en Ciudad Valencia. Ciudad Valencia es la Ciudad más grande del Estado Carabobo. Aunque no se compara con otras ciudades, igualmente es bulliciosa y repleta de personas en las calles. William y Paola lograron dar con el Centro Pokémon, donde pudieron sanar a sus Pokémon del cambio de estado. En ese lugar no esperaron más en investigar dónde podría estar el ladrón. En la calle, Paola le pregunta a William:

—¿Por qué me acompañas? Ya puse en riesgo a Darky.
—Porque simplemente no es justo que venga alguien a robar Pokémon que han compartido diversas experiencias con sus entrenadores. Eso no es justo –Contestó William.

Preguntando en la Ciudad, optaron por ir a la Comisaría de la Ciudad que formaba, junto con la oficina del alcalde, el Ayuntamiento. Un edificio Grande erigía al norte de la ciudad. Tenía muchos años, algo notable por lo desgastado de la fachada. Los muchachos preguntaron en ese edificio antiguo y el jefe o comisario los atendió:

—¡Ese debe ser un recluta del Equipo Exequia! –Dijo el Comisario.
—¿Equipo Exequia? –Preguntaron los jóvenes al unísono.
—Sí, es una organización delictiva que se da la tarea de robar, saquear y herir Pokémon, personas y ciudades. Pero no tuvo que ir muy lejos. Así que diríjanse al gimnasio Pokémon allí el portero les podrá indicar si observó algo o alguien sospechoso.

Y así sucedió. William y Paola se acercaron al gimnasio, el cual estaba cerrado porque el líder no se encontraba por el momento. El portero los atendió amablemente. Y les señaló que un hombre con la descripción y el Pokémon que señalaban se dirigió hacia al Pueblo Guacara, el cual daba al norte del gran Lago Valencia. Los jóvenes emprendieron su camino. William y Paola combatieron varios entrenadores que encontraron en la ruta.

Al llegar a Guacara, observaron que un lugar que señalaba como guardería estaba cerrado. Al llegar a una pequeña estructura rocosa del Pueblo. Los jóvenes vieron más personas con ropas similares al hombre que buscaban. Y al fondo estaba él.

El hombre los observó y dijo:

–¡Aquí están los mocosos que quieren que les quitemos a sus patéticos Pokémon!
—¡Me las pagarás! –Exclamó Paola lanzando la Pokéball de Chikorita.
—¡Tu turno, Shyer! –Dijo William lanzando la Pokéball de Shyer.

Otros dos reclutas se acercarón:

—¡Vamos, Beedrill!
—¡Acábalos, Ekans!

De las Pokéballs surgieron Pokémon peculiares. Una gran avispa, y una serpiente.

Ambos entrenadores registraron a los Pokémon:

—“Beedrill. Pokémon Abeja Venenosa. Tipo Bicho y Veneno. Tiene 3 aguijones venenosos en sus patas y cola. Suele pinchar a sus enemigos repetidas veces”.

—“Ekans. Pokémon Serpiente. Tipo Veneno. Es muy silencioso y sigiloso. Come huevos de pájaros como los de Pidgey y Spearow”.

—¡Estamos en serios Problemas! –Dijo William.
—¡A mí no me importa! ¡Chicorita, Drenadoras! –Exclamó Paola.

Chikorita lanzó unas semillas que se aferraron a los Pokémon rivales. Estos empezaron a mostrar mucho sufrimiento.

—¡No puede ser! –Dijeron los reclutas.
—¡Koffing, Gas Veneno! –Ordenó el recluta.

El Koffing de antes apareció y volvió arrojar el gas.

—¡Ni pienses que funcionará otra vez! –Dijo William –¡Shyer lleva a Chikorita a los aires!

Shyer agarro a Chikorita con sus talones y la elevó evitando al nube tóxica.

—¡Chikorita, Hoja Afilada! –Indicó Paola.

Chikorita desde el aire empezó a mover la hoja de su cabeza y lanzó hojas de ella. Todas se dirigieron a la nube tóxica donde estaban los Pokémon Venenosos. De la nube surgió el Beedrill en dirección a ellos.

—¡Beedrill, Ataque Furia!

El Beedrill golpeó ambos Pokémon en el aire con sus aguijones, causando que Shyer perdiera el equilibrio y soltara a Chikorita desde una altura peligrosa, mientras que la nube tóxica empezaba a disiparse.

—¡Chikorita! –Gritó Paola.

Antes de que Chikorita impactara contra el suelo, un poco prolijo la agarró. Era un Pokémon peludo y con una cara adorable, pero ya era claro que era muy rápido. William lo registró.

—“Furret. Pokémon Alargado. Tipo Normal. Acurruca a sus crías para que duerman. Acorrala a los enemigos con su enorme velocidad”.

¡Oh diablos! Es Furret. Toma chica, ten tus Pokémon –Dijo el recluta del koffing antes de marcharse despavorido con sus compañeros.

Paola extrañada dijo:

—Pero, si solo me quitó uno.
—¡El otro es mío! –Dijo una voz a la distancia.

Capítulo 8: “El Chico de la Guitarra”

Al escuchar la voz repentina, los muchachos voltearon. Se trataba de un joven de cabello castaño, ligeramente moreno y de cabello considerablemente largo que llevaba una guitarra. Recordaba a las estrellas de rock de moda entre los jóvenes de distintas edades. Al expresar una gran sonrisa el chico dijo:

—¡Qué bueno es ver estrellas prometedoras! ¡Soy Ludico, el entrenador de Furret!
—¡Muchas gracias Ludico, sin tu ayuda Chikorita estuviese sumamente herida! –Expresó Paola.
—¡No hay de qué! A parte, el alcalde y la policía no son los únicos que deben proteger a la Ciudad y todo el Estado de los problemas. El único líder de gimnasio de la región también.
—Entonces, ¡¿Tú eres el líder de ciudad Valencia?! –Exclamó William conmocionado.
—¡Así es!, y como ustedes son entrenadores quieren retarme, ¿cierto?
—Yo paso, yo sólo compito por listones –Indicó Paola.
—En cambio, ¡Yo sí te reto! –Afirmó William.
—Entonces, vamos al gimnasio.

Así resultó, los tres jóvenes regresaron a la ciudad y entraron en el gimnasio. Era un lugar que William nunca había observado. Parecía un gran salón de espectáculos, con una tarima al final del mismo, lugar donde Ludico se ubico e invitó a William a pasar.

—Como fue muy repentino no tenemos público –Señaló Ludico -¡Aquí es el lugar donde la adrenalina sube, y los entrenadores novatos del Estado inician su carrera! ¡Aunque me agrades no indica que seré fácil de vencer! ¡Prepárate!

Detrás de Ludico surgió un efecto especial estridente de llamas. Este mismo en el acto arrojó una Pokéball. ¡Whismur yo te elijo!

De la Pokéball salió un Pokémon rosado muy pequeño con orejas largas. Paola empezó a alabar y chillar por el Pokémon mientras que William lo registraba:

—“Whismur, Pokémon Susurro. Tipo Normal. Normalmente murmulla, pero cuando siente que hay peligro se pone a chillar. Sólo para cuando se le cierran las orejas”.

—Entonces, ¡Tu turno Shyer!

Shyer tomó el vuelo en el escenario y empezó a dar vueltas alrededor.

—¡Shyer, muestra tu gran ataque, Chirrido!

Shyer desde las alturas empezó a emitir un sonido espantoso que era enfocado en Whismur.

—¡Chirrido es un poderoso ataque que baja mucho la defensa del Pokémon objetivo! –Señaló William.
—William definitivamente tiene mucha facilidad para las tácticas, emplea ese ataque ya que le conviene a su Murkrow –Se dijo Paola a sí misma.

A Whismur no le hizo efecto el ataque y Ludico declaró:

—¡Ja, ja, ja, deberías leer más, Whismur tiene la habilidad Insonorizar!
—¡¿D-de qué hablas?! –Exclamó William.
—La habilidad de este Pokémon neutraliza los ataques sónicos que se dirijan hacia él –Explicó Ludico - ¡Whismur, Avivar!

Whismur empezó a saltar.

—Avivar es un ataque que aumenta el ataque y ataque especial de un Pokémon que lo use –Explicó Ludico -¡Whismur sigue con el ataque!
—¡Aún tengo más estrategias! –Afirmó William -¡Shyer usa Niebla!

Shyer empezó a aletear y de él empezó a salir niebla muy densa. Al final, una gran nube de gas denso envolvió el escenario.

—¡Niebla anula los cambios de estado de todos los Pokémon en batalla, tu estrategia con aviviar queda neutralizada! –Exclamó William.
—¡Tch! ¡Whismur, regresa! –Indicó Ludico.
—¡No tan rápido, Shyer usa persecución! –Rápidamente ordenó William.

Desde la altura que Shyer estaba se lanzó en picada a Whismur antes de que pudiera ser cambiado, logrando debilitarlo. Seguidamente Shyer aterrizó y realizó una reverencia.

—¡Krow, Krow, Krow! –Expresó Shyer en tono burlesco mientras William orgulloso sonreía atrás del mismo.
—¡Whismur, no! –Exclamó Ludico impresionado -¡Ya estoy más serio en este asunto! ¡Furret acábalo!

De la Pokéball surgió el prolijo Furret que vieron en el pueblo.

—¡Shyer vuela alto! –Ordenó William.
—¡Las alturas no detienen a Furret! ¡Furret salta y usa ataque rápido en Shyer! –Ordenó Ludico.

Furret tomó impulso y saltó con gran fuerza y velocidad, elevándose del suelo y en dirección a Shyer.

—¡Imposible! –Exclamó William.
—¡Conoce el poder de un líder de gimnasio! ¡Al ser Furret delgado, largo y ligero, le dan las suficientes cualidades aerodinámicas para alcanzar a tu Pokémon!

Furret embiste a Shyer logrando tumbarlo del aire y que colapsara en el suelo. Shyer resultó debilitado.

—¡Parece que la batalla terminará rápido! ¡ja, ja, ja! –Rió Ludico en tono victorioso.

William frustrado, lanza su última opción con mucha determinación.

—¡Darky, es tu turno! –Exclamó William mientras lanzaba la pokéball.

Darky apareció y con un reojo miró a William con determinación. Darky estaba listo para la batalla.

—¡El pequeño no podrá! ¡Es hora de animar el concierto! –Indicó Ludico -¡Furret, avivar!

Al igual que Whismur, Furret empezó a saltar emocionadamente.

—¡Darky, Ataque rápido! –Ordenó William.

Darky se impulsó hacia Furret con mucha velocidad. Aún así, Furret esquivó con mucha facilidad el ataque de Darky.

—¡Furret, Ataque Rápido! –Ordenó Ludico.

Darky fue impactado por el ataque de Furret siendo levantado por la fuerza, y colapsando en el suelo frente a William. William se mostró molesto y sumamente frustrado, parece que está a punto de perder. William bajó la cabeza con ganas de llorar. Desde las gradas Paola gritó:

—¡Vamos William, has demostrado que tienes talento, no actúes como un mocoso ahora!

Las palabras de Paola llegaron al William frustrado, dándole ánimos. William levantó su mirada cuando se percató que estaba ya de noche. En ese momento sonrió y dijo:

—¡Darky, muestra por qué te llamas así!

Darky se levantó con mucha determinación y miró directo a Furret. En ese momento Darky empezó a destellar.

—¡Furret, acábalo ya, ataque rápido! –Ordenó Ludico.

Furret se abalanzó contra Darky pero en el momento Darky destellaba fuertemente. Furret se adentró en el destello y cuando este culminó, Darky no era el mismo,Darky había evolucionado a un Umbreon. Darky soportaba el impacto de Furret con mucha tenacidad.

William quedó conmocionado, mientras que Paola lo registraba:

—“Umbreon, Pokémon Luz Lunar. Tipo Siniestro. Cuando lo baña la luz de la luna, los círculos de su pelaje brillan levemente y se ve revestido de un poder misterioso”.

—¡Sí, Darky! –Festejó William.
—Entonces sus lazos son tan fuertes que generó esta evolución tan conveniente. Es un placer combatir contra alguien como él –Pensó Ludico.
—¡Darky, Mordida! –Ordenó William

Darky apretó a Furret con sus mandíbulas. El Furret de Ludico estaba prácticamente inmovilizado por el ataque.

—¡Elévalo por los aires! –Señaló William.

Darky impulsó a Furret, el cual estaba entre sus colmillos hacia arriba con gran fuerza. Ludico estaba en shock.

—¡Por último, Ataque rápido! –Exclamó William.

Darky se saltó velozmente e impactó en el largo torso de Furret. Este último cayó estrepitosamente en el escenario quedando así debilitado.

—Furret, gracias por tu trabajo –Dijo Ludico regresando su Pokémon a la pokébal y acercándose a William -¡Tienes talento novato, pero aún así sabes que debes seguir esforzándote!
—¡Claro que lo haré, pero con esta mejora de mi equipo somos más fuertes! –Expresó William mientras Paola se acercaba detrás de él.
—¡Eso es todo, por tu valentía y talento me has derrotado! –Explicó Ludico –Sin más cháchara, ten la medalla acústica. Prueba de que me derrotaste. Obtén más de estas y podrás entrar en la Liga Pokémon que se encuentra en la Ciudad Capital: Caracas.
—¡Excelente Darky, cada vez estamos más cerca de la Liga! –Exclamó William.

Al día siguiente, ya habiéndose despedido de Ludico, William se encaminó al sur de la Ciudad con Paola. Esta última, al llegar, le dijo.

—Por ahora prefiero seguir mi camino por mi cuenta.
—¿E-eso por qué? –Preguntó William conmocionado.
—No soy de esa clase de muchachas que necesita tener un hombre cerca para sentirse segura. ¡Nos vemos William! –Gritó Paola cuando estaba entrando al bosque que se encontraba al sur de Ciudad Valencia.

William estaba un poco confundido, pero algo triste a la vez, ya estaba acostumbrándose a la compañía de ella. Cuando decidió encaminarse, optó por llevar a Murkrow fuera de su pokéball para estar alerta de cualquier problema. Antes de poder seguir una voz lo detiene.

–¡Joven, alto ahí! –Dijo la voz.

Cuando William volteó, vio a un hombre de bata, con gafas enormes y anticuadas.

—¡Tengamos una batalla! ¡Me gusta ver la reacción de los jóvenes que pierden!

William sonrió y se puso en posición para tener su combate.