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[Historia] El Maletín (Completo + Extras)

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Karlsetin

Leyenda de WaH
Escrita por allá en 2011 El Maletín conforma la pieza fundamental dentro de mi narración de un mundo real con ficción, con misterio, con conspiraciones y criaturas con habilidades extraordinarias. Reescrita en ciertas partes, con precuelas y extendida fue un trabajo largo que la ingenuidad dejó el manuscrito original en manos de la mujer que ahora es mi ex y lo avanzado en word en un pendrive que el tiempo robó de mis manos. Espero les gusten las 2 primeras partes, pronto añadiré el resto. Saludos.







La investigación es algo que el curioso ser humano jamás dejara de realizar. Aunque esto conlleve malos resultados y el deseo de jamás haber investigado o creado algo. Solo queda remediar el error, o también, aprovechar las circunstancias para crear algo peor, algo a lo que sacarle provecho.​


El Maletín



Las hojas se mecían al son del viento en aquella oscura noche de mediados de abril. Aquel hombre cruzaba la solitaria calzada con el maletín en su mano. Caminaba apresurado, como temiéndole a las sombras que se arremolinaban a su alrededor. Protegía el maletín en un abrazo y esperaba que al mirar en todas direcciones nada malo ocurriese.

Pero… ¿A qué le temía? ¿Por qué protegía el maletín?

Continuó avanzando con paso apresurado y se alegró al ver lo cerca que se encontraba de su casa, ya tan solo le faltaba una cuadra. Lo había conseguido, había llegado a casa con el maletín a salvo… Una sombra se movió a su derecha, lo que le recordó que aún no podía cantar victoria.

De pronto sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo, cuando una voz le susurro al oído

-¡Corre!-

El hombre no lo pensó, tan solo corrió y para su sorpresa vio como los seres de los que tanto huía comenzaban a aparecer salidos de las sombras del camino.

Seres monstruosos nacidos para matar, que él lamentaba profundamente haber creado.

Ellos eran los Hassir, seres nacidos en el Proyecto Nuevo Amanecer, proyecto cuya sola existencia era clandestina, en él trabajaban quince hombres, diez de los cuales ya habían muerto. Todo parecía indicar que él sería el décimo primero.

El hombre fue rápidamente rodeado por estos seres y sentía sus respiraciones en su piel.

-Tienes algo que nos pertenece- dijo una de las criaturas colocándose frente a él.

Para luego abrir su monstruosa boca y dejar a la vista sus tres corridas de dientes con una forma que recordaba a la de las puntas de lanza. Pero la única respuesta del hombre fue la de apretar aún mas el maletín contra su pecho.

-No nos niegues lo que es nuestro- dijo otra de aquellas criaturas con una voz insoportablemente chillona.

Luego todos los Hassir rieron, y el hombre se vio atormentado por lo que parecía ser una esquizofrenia colectiva, debido a que eran cientos los Hassir que salían de entre las sombras, de entre los callejones y de entre los árboles…

-¡No se las daré!- grito el hombre con valentía, aunque era terror lo que le recorría todo el cuerpo.

Junto a la última palabra, la enorme y pesada mano de uno de aquellos seres modificados agarro del cuello al hombre y lo alzo un metro sobre el suelo. Pero el hombre no soltó el maletín, y no demostró su profundo terror. Una risa provino de la muchedumbre de Hassir sacó de su concentración al que sujetaba por el aire al hombre del maletín.

-No lo mates Blastlus- dijo el ser de la risa, ingresando al interior del círculo formado por los Hassir… Lo que llamo profundamente la atención del hombre del maletín era el parecido de esa criatura con… - Aun no- agregó el recién llegado alzando la vista para ver al del maletín a la cara…

Luego se dibujo en el rostro del recién ingresado una enorme y diabólica sonrisa, y el hombre del maletín comprendió que correría peligro.

Teloris con sus largos cabellos negros cubriéndole el rostro se acercaba al encadenado hombre que colgada de una de las paredes de la mazmorra de los Hassir, el hombre tiritaba cada vez que Teloris se le acercaba, por que sabía que cuando aquel Hassir lo hacía no era para hacer muestra del buen trato Hassir, si no más bien, demostrar la verdad de la belicosidad de esa raza que había ayudado a crear.

-Dime la maldita contraseña- ordeno Teloris furioso.

Pero el hombre sabía que su vida era de enorme valor para aquellas criaturas, por ellos tenía claro que no le asesinarían…

-No pienses que te asesinare- dijo Teloris

El hombre sintió escalofríos al creer que aquella criatura tenía la capacidad de leer los pensamientos, pero tras unos segundos se relajo… Si tuviera la habilidad, ya hace mucho que tendría la clave en su poder.
Tras el escape, el joven Alex, se encontraba confundido, solo, y además con muchas interrogantes que nadie le podría responder. Aún así cuidaría el maletín, como el legado de su padre, como la misión encomendada, como aquello que no podía dejarle de preocupar.
Una sombra se movió a su derecha, y comprendió inmediatamente como se había sentido su padre aquel día en que lo capturaron, pero a diferencia de él que había querido serlo. Alex no lo deseaba.
De improviso una inmensa criatura se lanzó sobre él, se trataba de Blastlus, había conseguido alcanzarlo
- Dame el maletín Teloris, y tal vez perdoné tu traición a nuestra especie-
- ¡Jamás! – gritó el aludido, echándose el maletín a la espalda – Si lo deseas será sobre mi cadáver-
Blastlus sonrió, aquello no sería una tarea difícil, para el nuevo líder Hassir, además lograría sostener aquella posición ante todos los de su especie, pues “Solo el más fuerte es aquel que debe liderar a la especia Hassir”, y Teloris era reconocido por todos como aquel con más fuerza.
- Ya no eres gran cosa Teloris, desde que abandonaste a los Hassir y te volviste blando ante aquel humano, has dejado de serlo. Muchos desean asesinarte para gobernar a la especie, aunque tú y yo sabemos, que ese cargo me pertenece por derecho-
- Entonces deberé destruirte viejo amigo- dijo Alex con pesar, recordando aquellos viejos tiempos en los que el uno había sido el pilar del otro
- De amigo a enemigo hay solo un paso- dijo Blastlus con un odio total en la sangre, y empuñando sus manos
- Tú lo has dicho- contestó Alex
Luego ambos se lanzaron. El puño gigante de Blastlus fue esquivado con rapidez, y Alex sabía que lograría derrotar a su rival pero debía cuidar a la vez del maletín, por lo que la batalla se complicaba.
Entonces se dio cuenta de que debía hacerlo rápido, seguramente huir de la batalla sería lo mejor. Blastlus volvió a golpear con su brazo súper desarrollado, pero Alex lo detuvo con ambas manos, haciéndole contra al poder de empuje del mutante.
- ¿Te crees muy fuerte verdad? – dijo Blastlus – Aún así te has vuelto una niñita, no eres capaz de asesinarme, por eso mismo ¡GANARE!- gritó girando rápidamente par a golpear a Alex con su otro puño, pero Alex lo saltó par a luego acertar un puñetazo en pleno rostro a su rival.
Lo que provocó que Blastlus cayera, Alex volvió a saltar, ahora escaparía, tan solo debería ser veloz, pero la mano gigante de Blastlus lo agarró en el aire, y luego lo azotó contra el pavimento
- No seas estúpido, las cosas han cambiado, esta vez las cartas están a mi favor- El agarre de Blastlus era realmente fuerte, y si Alex no lograba zafarse, sus huesos serían destruidos junto con el maletín, entonces recordó algo
- ¿Destruirme o el maletín? ¡Eres realmente estúpido Blastlus!-Luego soltó un grito de dolor, pues la mano lo apretó con una fuerza aún mayor- Sólo yo sé el código que abre maletín, y sin embargo tu deseo de poder planea destruirme a mi y al objeto por el que tanto luchamos-
Blastlus gruñó, era su oportunidad de destruir a Teloris y volverse el jefe indudable de su especie, pero sin embargo… Si perdía la posibilidad de poseer el maletín se ganaría el odio de todos. En aquel segundo de confusión, Alex aprovechó su única oportunidad, usando el máximo de su fuerza para soltarse del agarre. Y luego de lograr zafarse, dio un fuerte puñetazo en la boca del estomago de su rival, cortándole de golpe la respiración.
Al agacharse Blastlus producto del dolor, Teloris, dio una fuerte patada en la cien del rostro del enemigo consiguiendo desorientarlo.
- Lo lamento, pero hemos decidido caminos distintos- Dijo Alex, antes de continuar con su escape
Comenzaba a amanecer, y Blastlus intentaba pararse para escapar, pero la desorientación, la falta de aire, le impedían controlar el total de su cuerpo. Pero si no escapaba antes de que la gente comenzará a salir de sus casas sería encontrado, lo atraparían y…
Giró la cabeza al sentir una presencia y descubrió que tenía al lado a un hombre vestido de terno negro, con gafas oscuras.
- Hola Blastlus- dijo sonriendo – Yo podré ayudarte-
Minutos más tarde el gigante se encontraba dentro de un helicóptero, aun desorientado, pero lejos de las miradas de la sociedad.
- Aviro estará alegre de esta adquisición- dijo el hombre de terno negro a su compañera, vestida de morado
- Y así es como el imperio crece- dijo la mujer mientras se corría la chasquilla de la cara, para mirar al nuevo pasajero de la nave –Esto es estupendo- agregó con una sonrisa
Al volverse Teloris un fugitivo, lo único que mantenía unida a la especia Hassir se rompió, dividiéndose en varios clanes, del cual el más grande y poderoso se encontraba al mando de Blastlus.
Muchos Hassir se volvieron ermitaños, prefiriendo la soledad y armonía de la naturaleza, ante la discriminación y las grandes conglomeraciones de gente.
Y otros… Aun se mantenían fieles a Teloris, aunque claro, esté no lo sabía, pero estos Hassirs lo buscaban para volver a ser el clan de los viejos tiempos, ellos simplemente siguieron a Teloris en la búsqueda del maletín por que su ídolo deseaba encontrarlo.
Pero ahora que la mentalidad del joven Hawkson era distinta, ellos deseaban acompañarle en su batalla, en la búsqueda del bien de la población. Deseaban ser héroes… como su ídolo y antiguo jefe.
El único de ellos en lograr encontrarlo fue Palud, un hassir con apariencia de rana humanoide, aquello fue una noche, cerca de la costa, una semana después de su batalla contra Blastlus
- Oh, te he encontrado Teloris- dijo la criatura con alegría, inmediatamente cuando logró verlo, el aludido se colocó en posición defensiva esperando, como era usual, un ataque. – No temas jefe, he venido pacíficamente
- ¿Jefe?- preguntó confundido
- No todos los hassir siguen a Blastlus, algunos han decidido vivir solos y otros, como yo, seguimos siendo fieles a ti, y te seguimos considerando nuestro líder- luego Palud croó.
- ¿Y qué es lo que deseas Palud? – preguntó Alex al hassir
- Como todos los que te seguimos fielmente, deseamos unirnos a ti, en tu viaje, en tus deseos y metas- Palud volvió a croar
Palud hizo una reverencia ante Alex.
En aquel momento un enorme hassir salió de entre las aguas, cubierto de algas verdes que le colgaban a ambos lados del cuerpo. Palud lo reconoció en el acto, y con un enorme terror susurró su nombre
- Crocod-
La criatura sonrió y lanzó un fuerte golpe hacía Palud, logrando ser esquivado a duras penas por el mitad rana.
- Te he encontrado Teloris. Blastlus estará orgulloso de mi presa- dijo la criatura con una voz gutural, mientras avanzaba hacía Alex, a la vez que las algas se caían y dejaban ver su enorme hocico de cocodrilo y su piel escamosa, además de sus dos metros y medio de altura.
- Tú- dijo Alex colocándose nuevamente a la defensiva
- El estúpido de Palud me guió directo hacía ti- dijo Crocod riendo, Alex dirigió inmediatamente una mirada agresiva al anfibio que solo supo encogerse murmurando que creía haberlo perdido hacía tiempo, que no esperaba que lo siguieran y un largo etcétera de excusas
- No importa- dijo cortante el joven – si de verdad no estas junto a la gran causa hassir confiaré en que lo derrotaremos-
Crocod volvió a reír, pues notaba el miedo que producía en el anfibio.
- Estas sólo Teloris, él jamás hará nada en mi contra-
Alex comprendiendo la situación en la que se encontraba solo pudo apretar fuertemente los puños, él solo contra aquella enorme mole llena de enormes colmillos, escamas, y una espalda con púas.
Una batalla no muy favorable se extendía frente a él

***

El resplandor de la luna iluminaba el costado de la bestia, que en aquel lugar causaba una verdadera y espeluznante escena.
Alex sólo podía analizarla, y planear su estrategia, a la vez que buscaba un punto débil.
Debió detener bruscamente su análisis para echarse a un lado, pues la criatura venía directo hacía él aunque, apenas esquivó las garras y el enorme hocico, recibió la fuerte bofetada de la cola del hassir.
Lo que le provocó una herida en la mejilla izquierda.
- Eres débil- dijo finalmente Crocod – Antes no lo eras, antes eras un ser decidido, con un objetivo claro ¡Y ahora que lo has cumplido has perdido tu razón de ser!-
Alex apretó los dientes mientras se pasaba la mano para limpiarse la mejilla. El tampoco sabía la razón de ese cambio en su forma de ser, aquel que lo había hecho más blando, menos ágil y menos feroz. Pero si algo detestaba era oír de boca de su rival lo débil que se había vuelto. Se levantó con fuerza, y apretó los puños, concentrando en ellos su poder
- Te has buscado un gran problema Crocod, el haber olvidado mi liderazgo es una cosa, ¿pero desafiarme? Solo Blastlus es tan idiota como para hacerlo y ya saber cual fue el resultado-
- Te equivocas- dijo la criatura, mientras sonreía de una manera demoníaca, mostrando sus filosos dientes – Blastlus- río - ¿No te ha sorprendido el hecho de que pueda moverme más rápido, o pueda controlar mejor mis movimientos?-
El antiguo líder hassir no lo había notado, pero la criatura tenía razón, cientos de veces había visto a “sus hombres” luchar, y Crocod era de movimientos tercos, descoordinados y debido a su enorme tamaño alguien lento.
- Tenemos un nuevo amigo, nos acepta tal cual somos y nos dota de mayor poder, nos ha ayudado aceptarnos, y a fortalecernos- el tonó de misterio de Crocod logró confundir a Alex ¿Un amigo? ¿Quién? ¿Alguien sabía de los Hassir? ¿Algún miembro de nuevo amanecer?
- ¿Quién?- preguntó
- Dame el maletín y lo sabrás- la oferta era cruel, Crocor lo torturaba al no darle la información, pero el maletín era lo único que le recordaba a su padre. Además no era que estuviera débil, si no agotado, llevaba días caminando sin un rumbo aparente. Y no tenía tiempo para descansar.
- Lo lamento, el maletín no es negociable- dijo el renegado de manera cortante.
- Que lastima- dijo Crocod- de verdad Teloris no es nada personal-
Luego de la última palabra, su mano con tres garras agarró el cuello del joven apretándolo con fuerza. Palud se sentía inútil y aquello lo hacía enojar, el miedo que le tenía a Crocod tenía sus fundamentos, pero no podía serle un impedimento para salvar a Alex. Por lo cual armándose de valor, se lanzó contra Crocod por la espalda. Pues como el coloso no esperaba que el anfibio fuera a involucrarse en la batalla, no se había preocupado de él.
La confusión hizo que el lagarto soltará a su victima y comenzara a moverse de manera alborotada con el objetivo de liberarse de Palud. Alex había caído y veía como los brazos del reptil no lograban sacarse al anfibio de encima.
Alex se paró y miró el terreno, habían unos cuantos árboles ubicados aleatoriamente, luego silbó para llamar la atención de su compañero y con señas le indicó que debía guiar al lagarto hacía uno de aquellos árboles.
Palud veía la situación desde otra perspectiva, no sabía si podía mantener el equilibró durante mucho tiempo más, además no tenía la agilidad de Alex como para saltar antes de estrellar a Crocod contra el árbol.
Por lo cual analizando su situación se dio cuenta de que solo podía hacer una cosa. Comenzó a inflar la parte baja de su garganta, mientras acumulaba una masa de flema y mucosa. Por primera vez su cabeza comenzaba a tejer una estrategia.
- ¡Suéltame maldito renacuajo! – gritaba enfurecido el reptil
- Eso haré – croó Palud. Haciendo dos cosas momentáneas, lanzando una enorme masa que formó una red pegajosa entre dos árboles y acertando una fuerte patada en la espalda del gigante, mientras pegaba un saltó hacia atrás.
Todo había salido según lo planeado por el anfibio… Es decir, la red de mucosa dejo atrapado a Crocod, y con cada esfuerzo que realizaba para escapar se veía más y más atrapado.
Alex miraba a la distancia, le daba cierta alegría ver como su nuevo aliado lograba derrotar solo, o por lo menos anular los movimientos, de Crocod. Pero ahora no sabía que hacer, podían quitarle la vida al rival…
Palud respiraba agitado en el mismo lugar en el cual había aterrizado tras el salto.
Seguía cargado con adrenalina producto de la batalla, además de que su mente intentaba completar aquellos espacios vacíos, que consistían mayormente en lo que había pasado desde que estaba parado viendo como apretaban con fuerza a Alex, y ahora que veía extrañado a Crocod atrapado en una red de su propia mucosa.

***

Luego se sobresaltó al sentir la mano de Alex sobre su hombro.
- Tranquilo, ya no hay peligro- dijo el joven, luego Palud lo miró con sus grandes y húmedos ojos
- ¿Qué sucedió? – preguntó confundido
- Lo has derrotado- al ver nuevamente la mirada confundida de su compañero agregó- tú solo-
Luego el anfibio comenzó a caminar hacía el reptil, que se encontraba moviéndose frenéticamente y aullaba pidiendo que lo sacasen, detrás de Palud iba Alex.
- Por favor, saquéenme- rugía la criatura
- No luches- dijo Palud acercando lentamente su mano a la red pegajosa en el pecho de Crocod. Pero el reptil no dejaba de moverse – confía en mi, por favor-
Tras aquella última oración Crocod detuvo sus movimientos y relajo sus músculos, aunque no podía confiar ciegamente en su rival, no dudaba de que nada podía ir peor.
- Tranquilízate, te sacaré de esta trampa-
- No puedo- dijo apretando los dientes con fuerza - ¿Por qué me salvarías?-
- Por que solo te metí en la trampa al ver a Alex en peligro- contestó – ahora que sabes el lío en que te metes cuando te involucras con nosotros, creo que lo único que harás será irte para no volver-
- Te equivocas- contestó Crocod, seguido de un rugido, las palabras del reptil no perturbaron a Palud que continuó usando sus habilidades para soltarlo de la red. Alex tan solo miraba con curiosidad, no podía negar que habían cosas que le sorprendieron, como las reacciones de Palud
- Te soltaré, luego elige lo que te parezca mejor-
El reptil se encontró confundido, el anfibio no se había mostrado hostil, no había participado del entrenamiento especial vivido tras el escape de Teloris, y sin embargo lo había derrotado. Y ahora lo salvaba. Cuando la red se hubo desecho y Crocod se encontraba libre. Este se arrodillo delante del anfibio
- Perdónenme –
- No te preocupes, solemos cometer errores- contestó el anfibio con una sonrisa
Al ver la forma en que Palud se entendía con los que le rodeaban comprendió que lo mejor que podía hacer era entregarle a Palud el manejo de sus fuerzas.
- ¿Cuando partiremos?- preguntó Palud a Alex
- Lo lamento Palud- dijo, entristeciendo al anfibio- esa ayuda no me sirve en este momento, yo he mantenido mi apariencia humana por lo cual puedo moverme entre la gente- la decepción en la criatura fue notoria, por lo cual Alex se apresuró en agregar – Pero me puedes ayudar de otra forma- Palud se mostró inmediatamente interesado – Necesito que coordines en el bajo mundo a mis seguidores, que logres organizar a los hassirs que me sigan, puedes ser mi informante, así como a la vez Crocod será el tuyo-
Se comenzaban a ver los primeros rayos de sol que comenzaban a llegar desde el oeste.
- Permítanme unirme a su causa- imploró Crocod, que veía el potencial de estar unido a los que, a su parecer, eran los dos más poderosos hassires. Palud miró a Alex, y luego a Crocod
- nos serás útil- dijo este. Pero al acabar de decir aquello, tres pitidos se sintieron en el aire y Crocod gruñó furioso, debido a la batalla había olvidado ciertas cosas
- Ya vendrán por mi, tengo un rastreador- dijo rabioso mostrando su muñeca, en la que se veía claramente una especie de brazalete – sólo me queda una cosa por hacer, seré su informante, no puedo desertar de … - se quedó en silencio – Lo lamento pero si pronunció el nombre se activará una comunicación-
- Lo mejor será alejarnos- dijo Alex, comprendiendo que si se encontraban lejos no serían captados por los que vinieran por Crocod
- Bueno- dijo Palud, luego miró a Crocod- Estaré en los pantanos Atchafalaya. Es el lugar ideal para mantenerme a distancia de la sociedad, si deseas buscarme ahí estaré-
- Iré más seguido de lo que crees- dijo el reptil, con un tonó que no era amenazante, si no más bien cordial- Les estaré informando acerca de todo, aunque deseo que sepan algo…- el reptil bajo la cabeza con melancolía – Si no llegan a saber nada de mi en quince días, es por que me han descubierto y me han asesinado o alguna otra tortura-
Palud y Alex sabían bien que el reptil se encontraría seguro entre el enemigo, pero claro… si lo llegaban a encontrar sufriría más que todos ellos.
- Entonces tendremos que mantenerlo en el más profundo de los secretos- dijo Palud con una sonrisa
Cuando apareció el helicóptero para buscarlo, lo encontró solo, una joven de cabellos violetas bajó de la nave, mirando en todas direcciones y buscando una explicación a lo sucedido
- ¿Y el maletín?- preguntó con su tonó frívolo y cruel
- Ha escapado, nunca pensé que aparecería otro Hassir-
Dos hombres se habían bajado de la nave tras la mujer y recorrían el área de la batalla, tomando muestras del terreno y rastros de la mucosa.

- Sube a la nave- dijo la joven- Los Paladines deberán realizar una limpieza del área, a menos que deseemos que nos descubran-

Crocod obedeció aunque manteniéndose siempre agresivo, aquella era la característica que más lo resaltaba dentro del grupo Hassir, siendo así esperaba no levantar sospechas.
Pero a Ceres era difícil engañarla. Sabía que algo raro había sucedido, pero… rió para si misma, aquello solo serviría como una pieza más dentro del juego de su querido Mentor.

Poco después la nave despegó, había tenido una oportunidad de escapar, pero, aquel localizador había sido su ruina.

Alex y Palud se despidieron también, el joven se alegraba de saber que no estaba solo, aunque se dio cuenta de algo, no podía descuidarse, debía descansar, y recuperar energías, esperaba poder hacer aquello pronto. Pero con todo el bajo mundo asechándolo se le hacía complicado.
Al llegar a la ciudad de Carrabelle, cerca del Parque Nacional de Apalachicola, tomaría un descanso.
Alex llevaba meses escapando, y todo parecía indicar que sus perseguidores ya le habían perdido la pista. Pero no podía estar completamente seguro.

- Una habitación por favor- pidió Alex a la recepcionista de un motel barato a las afueras de Nueva York.

- Sólo tenemos una habitación- confesó la mujer –y no esta en buen estado-

- Es sólo para pasar la noche- dijo Alex

La mujer se acercó a la repisa ubicada detrás de ella y sacó la única llave que en ella colgaba.

- Serían diez dólares-

Alex sacó su billetera y colocó los billetes sobre la mesa, luego la dama le entregó la llave y le susurro unos cuantos consejos sexuales, él se rió por lo patético que le parecía pensar en ese tipo de cosas en aquel momento.

- Seré solo yo- confesó él algo avergonzado

La mujer quedó con los ojos abiertos de par en par, mientras se preguntaba que hacía un joven tan apuesto en un motel de segunda. La única idea que pasó por su mente llego a ser la verdadera.

- Las habitaciones tienen tres sistemas de escape- declaro la recepcionista

Alex intentó hacerle gestos indicándole que no le informara, pero la mujer lo agarró con fuerza y lo acercó para que el joven le escuchara mejor.

- El closet salé, tercera madera escopeta, bajo la cama al alcantarillado- la mujer soltó a Alex, le miró y le pregunto -¿entendido?-

Alex afirmo con la cabeza, sonrió y dio las gracias a la mujer. La mujer también le sonrió y tan solo le dijo

- cuídate hijo- lo que causó una sensación agradable y de afecto en el renegado.

Llegó a su habitación, dejó el maletín en la cama y se acostó junto a él. Mientras en su mente se repetía el código que lo mantenía cerrado.

Tok, tok, tok.

El sonido de la puerta lo sacó de su concentración, se levanto y se dirigió hacía la puerta y al abrirla se encontró con la recepcionista y notó que la mujer lloraba

- ¿Qué sucede?- preguntó frunciendo el ceño

- Tenía que hablar, el negocio iba mal…- comenzó a excusarse la mujer. Alex la abrazo

- ¿Cuántos son?- preguntó en un susurro al oído de la mujer

- Siete - confesó en el mismo tono que el joven

- No te preocupes, estaré bien- dijo el joven con soberbia

Luego Alex sacó su billetera y le entregó cien dólares a la mujer.

- Espero que vaya mejor el negocio-

Se despidió de ella con una sonrisa y miró en todas direcciones antes de cerrar la puerta.

Tercera tabla, pensó. Luego comenzó a golpear desde la puerta y encontró una madera hueca, la rompió con una pata y extrajo la escopeta, tomó el maletín y se preparo…

No tomó mucho tiempo la espera, siete se encontraban rodeando la cabaña y uno estaba en el techo, él podía sentir la presencia de seis humanos, por lo cual tenía claro que el restó debía ser un Hassir

Lo primero en sentirse fue el crujir del cristal al ser destruido por una granada de humo, el Hassir destruyó la puerta y a ambos lados de él se colocaron los soldados humanos con sus armas con linternas, mientras apuntaban en todas direcciones, pero no lograron encontrar a su presa.

Al disiparse el humo descubrieron la cama dada vuelta y una entrada hacía el alcantarillado, lo que les hizo creer que Alex había escapado por ahí. El Hassir rugió y comenzó a correr hacía la tapa del alcantarillado mientras cambiaba su forma, sus brazos se volvían enormes en comparación con sus piernas, su torso se volvía alargado y su cabeza adquiría la apariencia de la cabeza de cabra con largos cuernos, su cuerpo se llenaba de pelos y su ropa se desgarraba debido al enorme cambio de tamaño que había adquirido. Luego de ingresar en el alcantarillado comenzó a correr en sus cuatro patas, avanzando a gran velocidad a través del túnel pero no tras Alex. El joven había usado la ruta de escape escondida al interior del closet, pasando desapercibido a los ojos de sus perseguidores, que habían tomado la cama volteada como señal del camino usado por él.

Tras oír el rugido de su seguidor Alex comenzó a correr velozmente con la escopeta en la diestra lista para atacar si así lo ameritaba la circunstancia.

De pronto el ruido de un disparo y el salpicado de astillas del árbol que se encontraba justo enfrente de él, le hizo darse cuenta que dos hombres de los que vigilaban lo habían descubierto y comenzaban a disparar contra él, por lo cual Alex no tuvo otra opción más que disparar también. Dos balas fueron suficientes para silenciar a los soldados, y así poder continuar escapando hacia la carretera.

Finalmente llego hasta la carretera, algo perdido y confundido producto del continuo movimiento de luces. Pero para su suerte uno de esos vehículos se detuvo.

-¿A dónde vas?- preguntó una voz femenina desde el interior del auto

-A donde sea- contestó

La mujer sonrió bajo sus enormes gafas negras, levantándolas un tanto para ver mejor al joven, las bajó y dijo

- Sube, veamos hasta donde llegamos-

El pensó en todo lo que podía suceder si se iba a solas con la mujer, pero también tenía claro que era la única ruta de escape del Hassir que le seguía.

-Vayamos- dijo finalmente, mientras abría la puerta del vehículo para ingresar en él

Mientras salía la criatura se iba transformando lentamente a su forma humana, cuando había salido completamente y se encontraba parada fuera del alcantarillado, se encontró con el mismo paisaje de confusión que Alex segundos antes. Pero no veía su presa y debido a la cantidad de autos no podía determinar en cual viajaba.

- Nos volveremos a encontrar- amenazó el joven de cabellos rubios mirando en la dirección en la que viajaban los vehículos a su alrededor – y cuando suceda… ¡Te matare!-

A Alex le parecía increíble la mujer que viajaba a su lado, sus miedos se disiparon cuando descubrió que la mujer no tenía otras intenciones. La mujer se llamaba Dolly, tenía el pelo castaño y 21 años. En aquel momento viajaba a casa de sus padres y cuando Alex le confesó que viajaba sin rumbo, la mujer le ofreció que la acompañará todo el viaje y, aunque a él le agradaba la idea, debió decir que no, por que tenía claro que el Hassir que le seguía lo encontraría y la gente a su alrededor correría peligro.

- Déjame aquí- pidió de repente, Dolly le miró con extrañeza

- ¿Estas seguro? Aquí no hay nada- dijo ella en su confusión

- Por lo mismo- declaró él con misterio

- Bueno- dijo ella finalmente con cierto pesar por perder tan buena compañía.

Mientras sacaba el seguro de las puertas para que su compañero se pudiera bajar. Gracias. Dijo él con una sonrisa, luego beso la mejilla de la mujer y descendió. Luego comenzó a caminar por la calzada alumbrado gracias a los faros del auto, ya que Dolly se encontraba detenida detrás de él.

La mujer en tanto se preguntaba por qué era así el joven, comenzando a pensar que huía de algo realmente grande, pero no podía hacer nada, si Alex deseaba estar sólo y hacerle frente a sus miedos de ese modo, ella tan solo podría desearle suerte, y era exactamente eso lo que hacía. Luego giró la llave y continuó con su ruta esperando volver a cruzarse con el joven para serle de ayuda.

De ese modo Alex quedo completamente sólo, como en los viejos tiempos estaba de vuelta en sus solitarios viajes con el maletín, pero está vez era distinto… el maletín aun permanecía al interior del auto, pero Alex no se había percatado de ello.

Mientras en un lugar distante, en el centro de control de los movimientos que ejercían los Hassir, para especificar, en una sala redonda llena de computadores con hombres sentados frente a ellos.

El equipo de respaldo se encontraba trabajando para reencontrar el rastro perdido, pero por más extraño que pareciese no lograban encontrar la estela de energía que liberaban Teloris y el maletín. Uno de los hombres se paró y se dirigió al centro del círculo, donde un hombre alto de cabellos corto y color café oscuro, se encontraba sentado.

- ¡¿Cómo no encuentran su rastro?!- gritó enfurecido el líder, tras escuchar la información que le daba el hombre

- Pero señor…- comenzó a excusarse el hombre- es más difícil de lo que parece

- ¿Qué dificultad tienen en encontrar un Hassir con un maletín?- grito enfurecido el hombre, sin encontrarle lógica a lo que el hombre planteaba

- Ninguna- dijo el hombre con seriedad – pero es ese es el problema- explicó luego – no logramos encontrar en nuestra base de datos la energía de un Hassir con la del maletín

- El idiota lo ha perdido- razonó con sorpresa el hombre de cabellos oscuros - ¡Manden a buscar el maletín!- gritó a todos los allí reunidos – y maten a quien lo tenga-

- Torh ya está en eso- dijo otro de los hombres acercándose a su compañero y parándose frente al líder- Le informaré de inmediato y enviare refuerzos-

El líder asintió mientras pulsaba un botón que se encontraba al costado de la silla, de inmediato una pantalla se abrió ante él. Aquel era el único modo de informarle a su superior la situación actual. Luego en la pantalla holográfica apareció un hombre de largos cabellos rizados color café oscuro.

- Salve Mentor- saludó al de la pantalla.

Alex caminaba con la cabeza gacha, mirando el asfalto de la carretera, su deseo más grande era no haber cometido ningún error al interactuar con Dolly, “Por lo menos tengo el maletín” se dijo para consolarse. Luego cayó en la cuenta de que no sentía su peso, se puso nervioso, revisó su espalda, no estaba…

Deseó gritarle al mundo, pero sabía que esa no sería la solución, por lo cual se decidió a alcanzar a Dolly, comenzando a correr por la carretera, un acto claramente inútil teniendo en cuenta que el vehículo andaba a unos 120 kilómetros por hora y el solo alcanzaría unos 5, sin considerar el cansancio que recae en todo ser biológico. ¿Cuánto le faltaría para llegar a alcanzar a Dolly? ¿Sabría alguien además de él el paradero del maletín? Se le erizó la piel al pensar en ello, no deseaba que aquella mujer que le extendió la mano corriese peligro por culpa de ella.

No deseab conduciendo, desde que el joven se había bajado se sentía insegura, como si la sola presencia suya, la hubiera llenado de seguridad, pero ella desconocía la razón. Claro estaba que aún no se percataba de la presencia del maletín en el asiento del copiloto.

Torh sonreía, todo había resultado demasiado fácil. El maletín indefenso, el Hassir que le protegía lejos y solo un humano común y corriente como única barrera entre el maletín y ellos. El pelirrubio conducía el vehículo que iba a la cabeza de la avanzada Hassir, iba en un vehículo negro, blindado y de vidrios polarizados. Además de un enorme tablero de botones que escondían varios trucos de destrucción, bajo la pulcra carrocería, lo que le hacía sentirse aun más poderoso de lo que era.

Alex sintió el ruido de los motores especiales usados por los Hassir, mucho antes que las primeras luces aparecieran en el horizonte. Cuando las primeras luces aparecieron, supo con total certeza que iban tras de Dolly.

Los primeros autos pasaban frente a él y no sabía como hacer para llegar hasta Dolly antes que ellos, luego notó que situaciones extremas requieren medidas extremas

Usando sus habilidades Hassir endureció su piel y plantándose frente a una moto de la caravana la termino volcando, y luego se la robó. De no haber sido un Hassir el piloto anterior tenía más que seguro que estaría arrepentido.

La pandilla no notó la ausencia de uno de sus miembros, ni al infiltrado entre ellos. Esto se debía a que cada uno se movía por motivaciones personales, cada uno deseaba tener mayor jerarquía ante el resto, y no había mejor camino que consiguiendo el maletín

A Dolly se le ponían los pelos de punta, su corazón palpitaba acelerado. Me estoy resfriando, pensó. Luego de ello se percató de la presencia del maletín.

Torh sonrió, se encontraba frente a él, el vehículo que emanaba la estela de energía del maletín. Al fin pondría sus monstruosas garras sobre el maletín.

Alex aceleraba, esquivaba los vehículos con gran agilidad, debía llegar hasta Dolly antes que ellos, sentía que debía proteger el legado de su padre y salvar a su amiga, todo dependía de él. Analizando su alrededor se percató de la presencia de un camión transportador de vehículos sin carga, por lo cual su parte trasera generaba una bonita opción de rampa.

Alex aceleró saltó sobre el camión y aceleró aún más permitiendo una vez en el aire distinguir el vehículo del Hassir y el de Dolly. Luego saltó de la moto para caer sobre el vehículo de Torh.

El gigante pelirrubio sintió el crujir del techo al caer Alex, por lo cual movió el volante con la finalidad de votar al polizonte. Pero Alex se aferró con fuerza y gracias a la fuerza sobrehumana de sus genes partió el techo del vehículo con sus manos desnudas.

Torh colocó el piloto automático, se levantó y se dirigió a hacerle frente al intruso.

En tanto Dolly veía con terror como un enorme auto negro se manejaba sin control detrás de ella.

Torh se lazó sobre Alex, pero este último logró esquivarlo y contrarrestar el golpe.

Medían sus fuerzas en su forma humana, pero Torh rugía por luchar en su forma hassir.

- Deja de luchar- le dijo a Torh

- ¿Eres idiota?- preguntó - ¿Crees que abandonaré el maletín porque tú me lo dices?-

- No pido que abandones el maletín, tan solo la lucha- le razono Alex.

- ¿Qué deseas?- pregunto Torh molesto, ya que la confusión que causaba en él su rival le causaba un verdadero dolor de cabeza.

- Hablar- confesó el pelinegro.

El pelirrubio quedó sorprendido, nunca había hablado con un enemigo, ni se lo habían pedido.

- Pero que sea rápido- dijo éste

- Tú no pareces ser un Hassir, dime qué eres- Torh se rió

- Esperaba que preguntaras algo más inteligente- dijo el pelirrubio – Soy un Bastler-

- ¿Otro experimento de nuevo amanecer?- preguntó, algo que al pelirrubio volvió a causar gracia

- Al parecer llevas mucho tiempo lejos. Nuevo Amanecer dejo de existir hace mucho, pero su legado no. Ahora Nuevo Horizonte usando los resultados obtenidos en Nuevo Amanecer, creo una generación completa de guerreros. Yo soy uno de ellos.-

Ante aquella revelación Alex no supo qué decir. Si existía un nuevo proyecto, ¿habría más? ¿Nuevo Horizonte creo una generación de guerreros, pero para luchar contra que? ¿Cuáles eran los nuevos objetivos? Y lo más importante ¿Quién los financiaba?

Alex necesitaba respuestas, pero le preocupaba más Dolly y el maletín, así que golpeó con fuerza a Torh y se dirigió a la parte delantera del vehículo.

- ¡Maldito!- gruño Torh, recuperándose del dolor. -¿Es que acaso no tienes honor?- preguntó mientras se sostenía con una mano de la pared y la otra el adolorido estomago.

Aquellas palabras llamaron la atención de Alex, ya que por lo general, los Hassir perdían el honor junto con su apariencia.

- Si tuvieras honor no dejarías morir a Dolly- confesó Alex que se acercaba a los controles del auto – además no permitiré que poses tus manos en el maletín-

- Yo decidí ser lo que soy- dijo Torh con frivolidad- solo deseo el maletín por que así me lo han ordenado-



De pronto el vehículo de Torh chocó al de Dolly, los dos hombres perdieron el equilibrio, algo mucho menor que lo que perdió Dolly, la cual producto del impacto murió apretada entre el asiento y el manubrio.

Alex y Torh salieron de inmediato del vehículo negro y corrieron a auxiliar a la chica, Torh transmuto sus brazos y agarrando con fuerza el techo del vehículo de Dolly lo sacó para dejar al descubierto el cadáver de ella.

Torh no pudo soportar el cargo de conciencia y huyó del lugar transformándose en la bestia interna que era, y mientras escapaba destruía a todos los Hassir que se encontraban en los vehículos de su equipo.

Alex tomó el cuerpo de Dolly entre sus brazos y sus ojos lloraron, se sentía, al igual que Torh, responsable de la muerte de la joven. Pero se percató del maletín en los brazos de Dolly. Nunca te dije para que era eso, pensó Alex al darse cuenta que la mujer había muerto por salvarlo.

Luego aspiró con fuerza, y decidió hacer algo poco usual y de resultado desconocido. Ingresó los seis dígitos que mantenían el maletín sellado, el maletín se abría por primera vez ante él y un brillo púrpura le iluminaba el rostro.

Aquí voy. Pensó, y estirando la mano tomó un tubo de ensayo que había en el interior, este tubo llevaba en su interior un espeso y burbujeante líquido púrpura. Por un momento parte de su ser quería ver con vida a Dolly y dejar atrás su sentimiento de culpa. Pero también tenía un conflicto moral, de si sería o no justo darle de beber aquello a Dolly.

Que el líquido decida, pensó finalmente, acostó a Dolly en el piso y se arrodillo para levantar la cabeza de la muchacha y hacerle beber.

Lo que le siguió fue totalmente extraño, primero un crujir de huesos, el sonar de ellos al acomodarse y reestructurarse, luego un cambio por etapa del color de pelo de la chica pasando del castaño al anaranjado. Y finalmente un gemido que denotaba el dolor que sentía en su interior.

Alex temía haberla vuelto un monstruo, pero cuando ella abrió los ojos él pudo ver que eran ojos humanos, no como los ojos Hassir que no diferenciaban entre sus partes y que parecían ser una única y completa masa negra. En tanto los de Dolly tenían un hermoso iris café.

- Alex- suspiró la mujer adolorida, antes de desmayarse producto del enorme agotamiento físico que significaba morir y volver a vivir, todo el agotamiento que generaba la recomposición ósea y muscular.

- Dolly- dijo Alex como respuesta al suspiro de la mujer.

Alex ahora estaba colmado de preguntas, no estaba seguro de si habría sido o no lo mejor usar el elixir para revivir a Dolly, además se preguntaba que otros proyectos podían existir, qué era un bastler y qué era Torh.

Por motivos que Alex nunca pudo comprender completamente, Dolly había decido quedarse con él, haciéndole abandonar su vida de caballero solitario.

En cuanto a Torh… ninguno de los miembros del Proyecto Nuevo Horizonte le volvió a ver, ningún Hassir logró encontrar su paradero y ni siquiera los mejores espías obtuvieron indicio de él. Lo único que tenían claro, era que había desertado, y junto con ello, destruido a su propio escuadrón.

Pero la búsqueda del maletín continuó, y Blastlus seguía a la cabeza de la iniciativa de la iniciativa, o por lo menos, eso creía.

El asunto aun distaba mucho de terminar.
Blastlus era el décimo miembro sentado en aquella enorme mesa rectangular con el gran símbolo que representaba a la malvada organización de Aviro en su centro. Mientras en el umbral de la única puerta posaba una silueta misteriosa.

Trataban el tema de los proyectos que financiaban, eran tres en total, y todos tenían maravillosos resultados. Todo gracias a la mutación del gen Hassir y sus variaciones como el gen Bastler y el inalcanzable gen Corona, cuyo único exponente era Alex Hawkson.

- Torh nos ha abandonado, Quimera ha fracasado y Alex sigue libre- hacía el recuento un hombre al lado del presidente de Aviro.

Quimera, pensó Blastus. Aquella criatura que jamás debió haber existido le generaba lástima pero había aprendido a estimarlo y apreciarle. Aunque en realidad todos los seres creados por Aviro (incluso él) le causaban lástima.

- ¿Qué haremos?- preguntó Blastlus cortante

- ¿De que hablas Blast?- preguntó el presidente de Aviro

- Quimera, Torh o Alex- aclaró el Hassir

- ¿Qué te hace creer que no trabajaremos en las tres?-

La pregunta no pilló desprevenido al Hassir, pero sabía bien la forma de trabajar de Aviro, que desechaba todos los planes que fueran poco funcionales y que arrojaran a perdida. Y en aquel momento Torh, Alex y la Quimera eran planes de ese tipo.

- Una corazonada- contestó el Hassir

Luego Blastlus escuchó una risa, que provenía del hombre misterioso en la entrada

- Eres ridículo Blast- dijo el hombre mientras avanzaba hacía la mesa, pasando de las sombras a la poca luz que alumbraba la sala de juntas.

Al verlo Blastlus se congeló, era Mentor, él único ser creado por Aviro capaz de leer las mentes.

- Es un placer verte Blast- dijo Mentor con una reverencia – pero no opino igual que tú- agregó el ser psíquico

Blastlus pensaba, ya que creía que Mentor le estaría escuchando, y en su pensamiento le pedía que no revelase lo que estaba pensando antes de que se diera a mostrar.

- Señor presidente- dijo Mentor echando una última mirada a Blastlus – yo opino que lo mejor sería continuar con la casería de nuestros tres desastres- dijo resaltando la última palabra

- Explícate- pidió el presidente de Aviro

- Alex es nuestra piedra en el zapato desde el comienzo, es el primero de los nuestros en revelarse, por lo cual merece un castigo magistral y ser uno de nuestros primeros objetivos; si Quimera anda suelta descubrirán nuestras investigaciones, por ende debe ser eliminada y Torh…- Mentor se silenció un momento, debido al pesar que le causaba recordar a su fuerte compañero de lucha-… siempre ha sido la perfección Bastler, un ejemplo para todos los que nacimos en el proyecto nuevo horizonte, por lo cual su acto servirá claramente de ejemplo a generaciones posteriores, a menos que le demos un castigo que no permita replicas. Por ello les digo que ellos tres juntos conforman nuestro talón de Aquiles, y a menos que tomemos medidas extremas como las que les he indicado podrán ser nuestra perdida-

La perfección en las palabras de Mentor sorprendió al Hassir, pero luego Blastlus rememoró que el Psico-Bastler elegía las palabras acorde a lo que el receptor deseba oír.

Blastlus se sintió alegre por el apoyo recibido de Mentor, pero sabía que él no hacía nada de manera gratuita.

Alex y Dolly se encontraban en busca de Quimera, la única creación nacida cien por ciento del gen Hassir y sus mutaciones.

Alex había conseguido información sobre la criatura a través de un antiguo aliado suyo, que se había negado a la búsqueda de la cura por que lo que era, un Hassir, le era realmente agradable en comparación a lo que había sido.

Ambos jóvenes viajaban en aquel momento hacía Roma como polizontes en un buque italiano, ya que según la información obtenida, Quimera descansaba en el ostentoso Coliseo Romano. Ellos llevaban semanas juntos y habían llegado a formar fuertes lazos de amistad, además habían jurado descubrir a la organización detrás de toda esta investigación científica, el mayor deseo de Alex era destruirla antes de que algo realmente imparable fuera creado en los laboratorios de ellos, y Dolly deseaba estar a su lado para ayudarle a conseguir la meta.

Aquel día Torh esperaba el metro, había logrado mantener a raya sus habilidades y vivía lo único parecido a una vida normal que podía conseguir un Bastler renegado y fugitivo. En aquel momento viajaba desde su trabajo como profesor de defensa personal hacia su hogar. Aquel viaje monótono ya lo había realizado varias veces llegando a ser automático y semiinconsciente para él. Pero ese día pintaba para algo distinto.

Torh se sentía perseguido y lograba vislumbrar a ratos una silueta que le observaba, pero que al más mínimo bloqueo visual se desvanecía.

Para un humano común aquello no hubiera despertado grandes sospechas, pero él era un Bastler y había visto cosas que el común no, por lo mismo no dudaba que se tratara de algún Bastler enviado tras sus huellas por Aviro o alguna otra organización secreta con acceso a los mutantes.

El metro había llegado y Torh no dudó en abordar pero al dar la espalda al andén, una voz le llamó al oído.

- Señor Jenkins- susurro la voz, aludiendo al nombre usado por Torh para ocultar su verdadera identidad.

- Detente Mog- dijo de inmediato el pelirrubio al reconocer la voz de su antiguo aliado Hassir.

- ¿A qué le temes Torh?- preguntó Mog de manera melódica, al no recibir respuesta la voz volvió a hablar- he oído que pagan bien tu cabeza, Aviro la desea más que a nada-

A la mención del nombre de su antiguo aliado Torh giró, pero no logró ver a Mog, el Hassir se había hecho intangible y lo más probable era que hubiera desaparecido

- Rayos- rugió Torh al notar que había perdido el metro.

Los días que le siguieron tenían la misma característica, él sentía que tenía a alguien detrás, veía a Mog continuamente aparecer y desaparecer. Pero Torh tenía algo claro, el deseo de Mog no era entregarlo a Aviro, pero si no era así él no sabía porqué su antiguo aliado le seguía tanto.

- Quizás no sea un antiguo aliado- se dijo esa noche ante el espejo- pero eso sólo significaría una cosa…-

Al decir eso pudo distinguir como lentamente se iba perfilando en el cristal la imagen de Mog. Pensó en voltear, pero era inútil hacerlo pues sabía que no lo encontraría, pero al menos podrían hablar

- Lo has descubierto- sonrió la imagen

- Entonces has escapado- confirmó Torh

- Nunca entenderás lo aburrido que es estar en un ambiente diseñado especialmente para ti, mientras sus investigadores te pinchan y analizan-

- Claro- dijo Torh comprendiendo las razones del espectro – pero me cuesta creer que pudieras escapar-

- Nunca creas que Aviro tiene sólo amigos bajo su control, debes recordar que adquirió gran poder en el bajo mundo al absorber a sus rivales- Mog sonrió – debo irme- dijo al final, desvaneciéndose lentamente y funcionándose con el fondo.

¿Enemigos al interior de Aviro? Aunque era una idea descabellada no parecía imposible.

Aquella noche el pelirrubio no logró conciliar el sueño, las ideas chocaban en su mente y se unían a ellos su mayor pesadilla; el recuerdo de la muerte de Dolly le agujereaba el alma, lo hacía sentir un monstruo de verdad, pero se alegraba de no ser un Hassir, por que su estado Bastler le daba la posibilidad de verse en el espejo y ver en el cristal a un humano.

Mentor sonreía, había ganado la propuesta de eliminar a la Quimera, apresar a Torh y encontrar a Alex. Él sabía que Aviro no tenía conocimiento sobre el maletín, su percepción del pensamiento de los humanos le permitía acumular información de toda clase; claro estaba que los Hassir, Bastler y cualquier otra criatura nacida en Aviro escapaban de su lectura mental. Pero nadie lo sabía, lo que le daba una posición de ventaja sobre sus pares.

En aquel momento Mentor paseaba por las galerías de la maravillosa construcción subterránea llamada Palacio. En aquel lugar se concentraban los resultados finales de los diversos proyectos, pero no así los científicos involucrados.

Palacio era una maravilla arquitectónica, pero Mentor tenía claro que el diseño tenía tres razones de ser. Primero, una guarida subterránea, Segundo, una defensa militar y por último…

Una cárcel para las creaciones de Aviro.

Distraído en sus propios pensamientos no se percató de la presencia de Blastlus, siendo sorprendido el Psico-Bastler, algo que nunca antes había pasado y para mala suerte de Mentor, el Hassir había notado aquella sorpresa. Ambos se observaron durante un largo tiempo, desechando y construyendo teoría tras teoría, tratando de pensar en lo que pensaba el otro. Mentor se empeñaba en leerle la mente a Blastlus, mientras el gigante trataba de entender qué había pasado.

Finalmente el Hassir meneó la cabeza a la vez que soltaba un bufido.

- Venía a agradecer tú intervención en la junta- explicó él –me alegra saber que puedo contar contigo-

- No te acostumbres- amenazó el bastler, recomponiéndose rápidamente de la sorpresa para pasar a la agresividad – Esa alianza fue temporal y sólo porque tengo mis motivaciones personales-

Ambos se dirigieron una última mirada de desprecio y continuaron sus caminos en direcciones opuestas, la alianza temporal había acabado.

Torh no volvió a tener contacto con Mog, pero el recuerdo de las palabras del Hassir se unía al recuerdo de la lucha con Alex y el posterior resultado, y se sentía inseguro.

También cabía la posibilidad de regresar a Aviro, si lo hacía de manera voluntaria sería mejor que ser devuelto a la fuerza.

Aquella mañana ante el espejo tomó la decisión de regresar, pues sabía que el valor combativo del Bastler le daba la posibilidad de ser perdonado. Aunque Aviro jamás perdonara las traiciones, no dudaba que sería la única excepción, y si no era de ese modo y tuviera que luchar tendría la alegría de acabar con su mísera existencia. Además deseaba tener un encuentro final con Alex, ya que sentía que su última batalla había quedado inconclusa.

Tras un largo viaje Alex y Dolly habían llegado hasta la ciudad de Roma. Antes del combate contra la Quimera tuvieron que aprovisionarse, buscar algún lugar de descanso y esperar a que anocheciera, ya que mientras la luna estuviera en el cielo los italianos dormirían y la lucha contra la bestia no sería tan pública como para armar una alerta a nivel mundial.

En aquel momento un investigador de Aviro cruzaba Palacio con rumbo a la sala de juntas, habían logrado localizar a la Quimera y Torh había regresado y se encontraba rodeado por soldados humanos con sus armas listas para atacar al más mínimo movimiento. Además lo único que dijo el pelirrubio fue:

- Tráiganme a Aviro, he regresado-

El pánico rodeaba todo Palacio, no sabían la razón del regreso de Torh y no lograban encontrar a Mentor para que leyese la mente del Bastler y les dijera que había sucedido.

Poco después Aviro acompañado de Mentor se paraban delante de Torh.

- ¿Qué deseas?- preguntó el presidente

- Volver a tus filas- contestó el Bastler

Mentor se acercó al oído de Aviro y le susurró

- ¿Por qué crees que aceptaré a un traidor?- preguntó Aviro con enfado

- Porque ambos sabemos que soy un ejemplo para mis hermanos

Mentor volvió a susurrarle al oído a Aviro y luego de hacer unas cuantas afirmaciones con la cabeza, el presidente continuó

- Tráeme la cabeza de Alex y la Quimera y te aceptaré-

- Dime dónde los encontraré- pidió Torh

- Serás mi gladiador- contestó el presidente con una enorme sonrisa en el rostro – el encuentro será en el coliseo romano.

Aquella misma tarde partió el helicóptero con Torh dentro, el pelirrubio anhelaba esa lucha, y lo mejor de todo era que la hora del combate estaba cerca, cosa que le llenaba de alegría.

Mentor en tanto sonreía, sus únicos rivales para conseguir el control del Palacio, y a su vez de las investigaciones, se matarían mutuamente dentro de algunas horas. Además, si alguno de los tres problemas lograba sobrevivir, no sería gran rival para él.
Ya había anochecido en la ciudad de Roma. Alex y su compañera hacían los últimos preparativos antes de ingresar en el coliseo.

- Déjame ver si entendí- dijo Dolly parada frente al pelinegro que se encontraba revisando el cartucho de su arma- ¿Entramos, la eliminamos y volvemos a nuestras andanzas?

- Has entendido bien- dijo Alex terminando de cargar el arma.

Luego la pareja se acercó a los alrededores del coliseo con las armas listas para la batalla, siempre al caminar Alex llevaba el maletín en su espalda esta ocasión no era la excepción.

La primera batalla de Dolly estaba pronta a realizarse, y eso era lo que más añoraba la pelinaranjo, pero la verdad era que Alex no deseaba que su compañera corriera riesgos, luego de la batalla contra Torh tiempo atrás, que sentía que Dolly era su responsabilidad, la joven no había descubierto aun si tenía o no habilidades especiales y la verdad es que era un tema que los dos amigos nunca hablaban, llegando a suponerse que Dolly era una muchacha común y corriente.

El helicóptero en tanto, atravesaba el mar mediterráneo rumbo al coliseo, en su interior el pelirrubio se mantenía pensante, tenía claro que debía derrotar a dos rivales poderosos para volver a Palacio, pero, ¿realmente deseaba volver? Aquella pregunta sin motivación aparente le dejó confundido, luego al ver las luces que iluminaban toda la costa de Italia, le hizo recordar cual era su misión, dejó atrás sus pensamientos y comenzó a imaginar la batalla que tendría contra Alex.

- Señor Torh- dijo una voz a su espalda obligándolo a voltear – Aviro me ha indicado que debo entregarle un arma para combatir a Alex-

Torh vio entonces como el soldado hacía clic en un botón en la pared, y está se abría para dejar a la vista un enorme arsenal de armas

- Aquí hay armas manuales, automáticas, combate cuerpo a cuerpo, de tiro a distancia- explicó el soldado mientras se paseaba por delante del arsenal- Aviro me dijo que te diera una, elige las que desees-

Torh comenzó a caminar viendo cada arma y pensando en cual sería la muerte que le daría cada una a Alex, pero se detuvo ante el arma más simple, una maravillosa katana, hermosamente forjada

- Quiero esta- dijo finalmente el Bastler

El soldado encargado de las armas se la entregó, y poco después el piloto del helicóptero avisó que habían llegado a Roma.

Torh se colocó el paracaídas y enfundó la katana en la funda que el soldado le amarró a su cintura. Según lo pactado con el piloto de la nave, en el momento preciso en que sobrevolaran el coliseo, se le daría la señal para saltar.

La pareja ya había ingresado al coliseo, ocultos entre las sombras avanzaron hasta llegar al lugar que les habían indicado que era la guarida de la Quimera. Pero al solo encontrar a un felino durmiendo encadenado, el temor de una trampa les fue inevitable.

Pobrecito, pensó Dolly al ver al felino en aquel estado, pero Alex no lograba aceptar como mentiroso a su informante, la Quimera debía de estar en algún lugar.

- No bajes la guardia- indicó a su amiga- No podemos estar seguros de que estamos solos en este lugar-

- Pero no dejaré al gato en ese estado- dijo Dolly acercándose al felino para soltar los grilletes y cadenas que le sujetaban.

Alex le siguió en actitud protectora, con el arma lista para la lucha. El felino abrió los ojos apenas sintió el roce de su piel con la de los dedos de la chica, despertó confundido, aun sentía los efectos de las drogas usadas horas antes para adormecerle. El gato rugió, aunque no tuvo la fuerza que quiso darle ya que fue uno débil y que demostraba su estado de agotamiento, llegando a rozar con un rugido lastimero.

Dolly acarició la frente del gato mientras le indicaba en voz baja que estaría seguro, que no le temiera, que ella le protegería. Por primera vez desde que había escapado y vuelto a ser capturado, se sintió seguro, tuvo fe en que las cosas comenzarían a ir mejor.

El piloto del helicóptero dio la señal y Torh saltó desde éste, abriendo el paracaídas a media caída para generar cierta resistencia a la gravedad.

La pareja escuchó el choque de una enorme masa contra el concretó, y con aquel ruido el gato perdió toda la tranquilidad y confianza que había ganado, sintió miedo y comenzó a temer que la joven a su lado fuera a hacerle daño. Soltó un gruñido y salió corriendo, Dolly miró a Alex y éste le indicó con la mano que fuera tras el gato, además todo parecía indicar que la Quimera se encontraba pronta a realizar su aparición.

Pero cuando lo que apareció no fue una bestia, si no un pelirrubio la sorpresa de Alex fue aun mayor, su archienemigo sonrió al verle

- ¿Sorprendido?- preguntó el recién llegado, el sarcasmo, el enojo, y el odio se retrataban en todas las facciones del rostro del bastler.

Alex estaba sorprendido por aquella aparición, pero su sorpresa fue mayor cuando su arma fue partida en dos por la katana del bastler, aquella pistola ya no tenía ningún valor, por ello la lanzó. No sabía que hacer y sentía como primera prioridad alejar al bastler de Dolly y del gato. Pero tenía claro que la Quimera se encontraba en algún lugar del coliseo, y no deseaba tener que luchar contra dos enemigos formidables a la vez.

Torh lanzó un golpe con su arma, y para suerte de Alex el golpe no logró alcanzarlo.

- Esta vez no me iré sin antes matarte- dijo el pelirrubio molesto- y no me iré sin el maletín-

Alex esquivó el nuevo golpe, y comenzó a correr en la dirección contraría a la que habían usado Dolly y el gato. Mientras pensaba en cómo vencer al bastler, además había cosas que no comprendía, como el hecho de que Torh le atacase con una espada en vez de su forma bestial.

- ¡Muéstrame tu poder!- gritó Torh, mientras pegaba con la katana y veía a Alex escabullírsele de nuevo- déjame ver si es mayor tu poder al mío-

- No tengo nada que demostrarte- dijo él mientras continuaba con la fuga.

Y había verdad en sus palabras, ya que era Torh el que deseaba demostrarse a si mismo que era capaz de derrotar al que tildaban de perfecto.

Un nuevo golpe y otra evación, pero esta vez Alex no logró salir completamente ileso, ya que la katana logró hacerle un corte superficial en el hombro al hassir.

Alex gruñó, y se giró molesto para hacerle frente a Torh, ya no tenía sentido seguir corriendo por que se había alejado lo suficiente para que su amiga se encontrará segura, aquel cambió brusco descolocó al guerrero Bastler.

¿Es que acaso el Hassir deseaba morir o…?

Torh dio un golpe con su katana y Alex con su puño la desvió.

El pelirrubio confundido atacó denuevo, pero Alex hizó exactamente lo mismo con la mano opuesta.

- ¿Deseabas ver mi habilidad?- preguntó Alex de manera amenazante- pues este es sólo el comienzo-

Alex comenzó a golpear a Torh con sus puños, por lo cual al sentir sus puños el bastler comprendió a medías la habilidad de su rival. Ya que los puños de Alex parecían haber adquirido una composición distinta, y visualmente parecían estar cubiertos por escamas.

Torh lanzó su katana y comenzó su transformación usando sus enormes puños terminados en garras para sostener las manos de Alex, comenzando de esa manera una lucha de fuerzas, Torh tenía sus enormes manos alrededor de los puños de Alex, pero el hassir, más rápido en su pensar, levantó la pierna derecha y lanzó una fuerte patada a su rival lanzándolo a metros de distancia.

Alex aprovechando el impulso comenzó a correr contra Torh, él cual se levantó para correr en la dirección contraría. Al encontrarse cerca ambos rivales golpearon con sus puños derechos a su rival provocando que salieran volando en direcciones opuestas, y como efecto del vuelo varios pilares se desplomaron, poniendo en riesgo la estabilidad del coliseo, algo de lo que ambos no estaban preocupados, ya que en lo que ambos pensaban era en derrotar al otro lo antes posible, además Alex aún no olvidaba su prioridad, es decir, que Dolly se encontrará segura.

El gato continuaba corriendo y detrás de él iba Dolly sin perderle el rastro. La pelinaranjo le pedía al felino que se detuviera, e hizo aquello más de una vez. Pero en el estado en que se encontraba el gato le era imposible pensar con claridad y confiar nuevamente en un humano. El felino había llegado a un camino si n salida, solo él y Dolly. Pero aun temía y no había cosa que le pudiera hacer cambiar su pensamiento, ya que no era capaz de olvidar la tortura a la cual había sido sometido por los hombres de Aviro. Dolly en tanto recordaba imágenes del pasado, que le llegaban de un segundo a otro y no lograba comprender que era lo que realmente pasaba, veía a un joven pelirrubio, él cual sin que ella supiera era Torh, también recordaba aquella noche en la carretera en que su vida había cambiado, pero lo incompleto de estas imágenes y el hecho de que no conocía al que su mente recordaba, la hizo no prestar demasiada atención, además se encontraba realmente preocupada del felino, una preocupación que iba mucho más allá de lo que ella pudiera comprender, ya no pensaba en encontrar a la Quimera, tampoco en que estaría haciendo Alex, solo en el gato. Era todo impulsado por una extraña atracción psíquica entre ambos.


De pronto el coliseo se sacudió, la pelea entre ambos rivales había producido un colapso en la arquitectura de la milenaria construcción. Algunos cuantos pilares estaban caídos y otros tantos se habían debilitado enormemente. El problema fue que Dolly no pudo evitar alzar la vista y la inteligente criatura aprovechó de inmediato la oportunidad para escapar, pasando por entre las piernas de la joven pelinaranjo.

Alex se recomponía del choque con aquel sólido pilar, pero a pesar de haberse recompuesto con rapidez, no fue lo suficientemente rápido, ya que Torh corría en su contra y lo agarraba por el cuello con fuerza, las enormes manos de la bestia en la que se había transformado impedían que Alex se pudiera liberar de ellas con facilidad. Entonces Torh apretó a Alex contra el pilar, y esté último, sintió un fuerte dolor en su espalda, cerró los ojos y apretó los dientes, pidiendo un único deseo, que pasase lo que pasase se encontrará en buen estado el maletín. Suspiró al darse cuenta que había excedido los limites de su poder, cerró los ojos y se dejó llevar, luego Torh lo alzó con fuerza y lo estrelló contra el suelo con fuerza, comenzando luego a presionarlo contra el duro concreto.

- Por dios- suspiró Alex apretándose los dientes producto del dolor – Tanto tiempo creí que era un hombre bueno y ahora me doy cuenta de que esta última apariencia tuya es la verdadera-

Las palabras de Alex dejaron plasmado al bastler, para el cual ser considerado un hombre bueno, era mucho mejor que derrotar al portador del maletín. Pero era tarde para detener el combate y aunque así no fuera, ya estaban echadas las fichas sobre el tablero. El coliseo se había comenzado a derrumbar.

El crujir en el ambiente asustó a un más al gato. Han regresado, se dijo corriendo despavorido y seguido por Dolly, aquel crujir le recordaba la época en que se volvió prisionero de Aviro, cuando los científicos lo capturaron y le seguían a través de los oscuros callejones de Nueva York, o cuando Mentor y sus hombres la rodearon y la volvieron a aprisionar. Pero Dolly, tan preocupada del felino se lanzó sobre él para protegerlo de las rocas que comenzaban a caer desde lo alto del techo.

- Te dije que te protegería- dijo la muchacha. Mientras recibía las piedras en su espalda, luego al ver que el felino la miraba, Dolly sonrió sin importarle el dolor que sentía.

El gato, que creía a Dolly una humana común, aquel acto de valentía y sacrificio significó muchas cosas de las que simples palabras podrían describir. Entonces los ojos del felino brillaron, con un brillo celeste mientras su cuerpo comenzaba a hincharse y crecer, cambiando significativamente de tamaño, para sorpresa de Dolly hacía su aparición, justo delante de ella: La Quimera.

Torh en tanto había vuelto a su forma humana y tenía entre sus brazos al agotado Alex, miró en todas direcciones mientras pensaba en huir con él, pero Alex, en su aun debilitado estado, acercó su rostro al oído del bastler, y le susurró.

- Toma el maletín, protegelo por mí –

- No puedo hacerlo, tú eres su protector- dijo Torh

- 100990150401- susurró luego Alex, tras lo cual se desmayo, el estado en que había quedado luego de la batalla era realmente deplorable, pero era increíble el cambio en la forma de pensar y actuar de quien hasta hace pocos segundos lo consideraba su rival y enemigo jurado.

No puedo hacerlo, pensó el bastler mirando a Alex, ya era demasiado para él cargar con la muerte de la mujer en su primer encuentro

- Tan solo hazlo- gruño Alex – y no te preocupes que volveré por él-

EL pelirrubio veía como comenzaban a caer cada vez más fluido las rocas del techo, razón por la cual colocó a Alex en su hombro y comenzó a correr por los cada vez, más intrincados y peligrosos pasajes subterráneos de aquella colosal obra arquitectónica, llegando finalmente hasta la arena de combate del coliseo, donde acostó a Alex y tomó el maletín.

- Te estaré esperando- dijo.

Luego se alejó del lugar, mientras se transformaba, para así poder situarse en la parte superior del coliseo, donde disparó la pistola de bengala, para indicar a los soldados en el helicóptero su ubicación y así pudieran ir por él, a los pocos segundos la luz del reflector lo alumbró y la escalera desplegable se extendió ante él. Se subió a la escalera, pero sin dejar de mirar el coliseo, y deseando que Alex sobreviviera.

Luego el helicóptero alzó el vuelo de regreso a la base de Aviro, donde el jefe estaría contentó que el hijo predilecto volviera a casa, pero esta vez, a diferencia de la vez anterior, Torh se encontraba confundido. Su único móvil, había sido la venganza, el deseo de eliminar a Alex, pero ahora que su enemistad con Alex había sido difuminada, se había vuelto un hecho borroso, del cual no podía estar completamente seguro.

Mentor en tanto, se aplaudía de su ingenio de haber mandado a Torh contra Alex y la Quimera, y aunque el pelirrubio no traía consigo las cabezas de sus enemigos, el colapso del coliseo, y el hecho de que los militares en helicóptero no hubiesen visto a nadie abandonar la estructura, eran cosas suficientes para él, además tenía claro que el antiguo líder Hassir, Teloris, no permitiría perder el maletín.

Ahora tan solo era cosa de tiempo para poder poner sus manos sobre la inmortalidad, pero no era conciente de que no era el único al interior de Palacio que esperaba lo mismo.
Aquella madrugada los italianos despertaron victimas de un fuerte terremoto, por lo cual era lógico, considerar la caída del coliseo como resultado del mismo. Pero no sabían que todo aquello era gracias al poder de un Hassir telúrico, que se había situado bajo Roma siguiendo las instrucciones de Aviro, con el objetivo de ocultar la batalla del coliseo.

Comenzaba a salir el sol en la aterrada ciudad de Roma, mientras, sobre las ruinas del coliseo, caminaba una mujer de cabellos anaranjados con un gato saltando escombros a su lado, ambos buscaban entre las ruinas a su compañero. La verdad era que ambos esperaban encontrarlo con vida, pero sus esperanzas disminuían a cada segundo.

En tanto, Torh recorría Palacio con el maletín cruzado, el joven pelirrubio era objeto de gran desprecio, y él sabía bien que era cosa de tiempo antes que se lanzasen sobre él por el maletín, pero había hecho una promesa, y no la iba a romper, ya que su honor se lo impedía.

Su paso, aunque lento, era firme. Se mantenía vigilante, y luego de haber recorrido la mitad del extenso pasillo, tenía clara la cantidad de Hassir y Bastler que le cerraban el paso a ambos lados.

Lo único que lo inquietaba era pensar en que demoraba a sus rivales, tal cantidad de hassir y bastler ya lo abrían eliminado, pero todo parecía indicar que ambos grupos no trabajaban juntos ¿era eso posible teniendo en mente que ambos grupos respondían a Aviro? Aquello le trajo un pequeño indicio de la realidad en la que se encontraba, pero no logró dar directamente con la respuesta. No hasta recordar las palabras que Mog días antes le había dicho “Nunca creas que Aviro tiene solo amigos bajo su control” aquello le hizo preguntarse si la demora se debía por qué los rebeldes a Aviro detenían al resto. Al pensar en ello recordó que al momento de bajar del helicóptero, luego de llegar de Roma, llevaba el maletín a la vista, pero Aviro no había prestado atención al objeto ¿Eso significaba que no sabía del maletín? Y si era así ¿Por qué había sido enviado tras el maletín tiempo atrás?

Mentor… la respuesta le llego por sorpresa y al comienzo le costó creerla, pero era Mentor quien le había dicho que Aviro deseaba el maletín, y era Mentor también el que había convencido a Aviro para que lo enviase al coliseo contra Alex y Quimera, además fue Mentor quien se había acercado primero a él al bajar del helicóptero.

Torh entonces se detuvo en medio del pasillo, mientras analizaba su entorno, si debía luchar deseaba por lo menos tener un aliado, y su entorno parecía ser el mejor de ellos. Además del único.

El felino corrió y comenzó a rasguñar un trozo de tierra, la pelinaranjo chifló y cuatro bomberos acudieron de inmediato, entonces la muchacha dijo:

- SI prega di estrarre la roccia, il mio amico è intrappolato sotto-

Lo que en italiano significa: “Por favor saquen esta roca, mi compañero esta atrapado debajo de ella” la voz italiana de la muchacha hubiera dejado sorprendido a cualquiera que hubiera conocido su antigua identidad de Americana analfabeta que no tenía conocimientos ni de su propio idioma. Pero gracias a Alex… Su tan querido Alex, había aprendido eso y mucho más, por lo que consideraba de vital importancia encontrarlo con vida. Los bomberos comenzaron a mover los escombros en el sitio indicado por la mujer, dejando al descubierto el cuerpo inerte de un joven pelinegro. Dolly se cubrió el rostro horrorizada mientras en un suspiro pronunciaba el nombre del joven “Alex”

Era solo cuestión de tiempo para que sus contrincantes aparecieran. El primero fue Blastlus y una horda no menor de Hassir, en cuanto al lado opuesto del pasillo, apareció Mentor junto a sus fieles seguidores Bastler.

- He llegado antes- gruño Blastlus furioso al ver la llegada de Mentor junto a sus hombres. A Blastlus le molestaba pensar que no tendría el maletín ya que para él simbolizaba la esperanza de recuperar sus facciones humanas.

- Debes tener en mente que es un Bastler el que le porta- argumentó Mentor con malicia, al creer que Torh estaba de su lado, y sabiendo que el maletín significaba poder, un poder incluso mayor al que cualquiera humano pudiese llegar. Y ese era un poder que él anhelaba.

Los seres parecían cubrirlo todo, y el nuevo portador del maletín pensaba, analizaba, calculaba. Fuese por la cercanía con el maletín o por que el gen bastler comenzaba a actuar a nivel neurálgico, pero sentía que un nuevo tipo de poder le recorría el cuerpo, el mismo poder que tanto deseaba Mentor.

Al ver al pelinegro uno de los bomberos se apresuro a alejar a la joven de aquella horrible visión, otros bomberos rodearon a Alex y comenzaron a analizar su estado vital,

- ¡Respira ancora!- gritó un bombero

Lo cual escuchó Dolly a lo lejos y la hizo sonreír a pesar de la imagen anterior de su amigo. Ya que la noticia de que su amigo aun respiraba, reanimaba en ella la esperanza de poder caminar nuevamente junto a él.

El bombero la soltó y ella corrió para ver a su amigo, allí los bomberos se encontraban desabrochando la camisa del joven para reanimarle, al verlo la joven quedo sorprendida, ya que el pecho tan característico de su amigo ya no tenía más aquella forma escamosa con que le había conocido. Por alguna extraña e inexplicable razón, Alex ya no era más un Hassir, ahora era un humano.

Torh sentía esta energía nueva, además de un fuerte ardor en su pecho. El pelirrubio sentía que se quemaba y llegó y desgarró su camisa. Luego ante sus ojos vio que comenzaba a aparecer una formación escamosa en su pecho.

- Teloris- soltó Blastlus sorprendido al reconocer aquella marca, la marca que recordaban todos los hassir que siguieron al ahora, rebelde Alex Hawkson.

- Un HassirBastler- rugió Mentor al comprender el significado de la marca.

- Te equivocas- dijo Torh, volteándose para hacerle frente al ser psíquico- No deseo sus calificativos de monstruos, por que no soy igual a ustedes-

Las bestias de ambos lados gruñeron, y Blastlus fue el primero en atacar al pelirrubio. Pero Torh esquivó el puñetazo agachándose y contraatacó de inmediato usando su puño, unido al nuevo poder, el resultado, un golpe que envió a Blastlus como pelota de bolos en contra del grupo de hassir que le seguían.

Uno de los bastler que acompañaban a Mentor quiso ser el siguiente en luchar contra el renegado, pero Mentor intervino de inmediato y lo contuvo.

- Permíteme ver el poder de esta nueva criatura, cuando se agoté será nuestro momento de luchar-

Alex había sido acostado en una camilla, para así transportarlo de emergencia a un hospital. Quimera sentía la angustia de Dolly, por lo cual de un saltó subió a la camilla y se recostó sobre el pecho del pelinegro, uno de los bomberos pensó inmediatamente en sacarlo, pero luego se dio cuenta que la presencia del gato no haría ninguna diferencia. Y claro, en cierto grado tenía razón, la presencia de un gato común no habría marcado ninguna, Quimera, no era un gato común.

Quimera realizaba un trabajo en un plano distinto, uno que comprendía a todos los cuerpos como energía, y como tal, el felino realizaba un traspaso de energía vital a Alex, para lograr que volviera a caminar del lado de los vivos. Este tipo transferencia de energía pasaba inadvertida a los ojos de los humanos, pero el cuerpo de Alex sentía el llamado que esta ejercía, aunque no respondiera a él.

Su alma se sentía flotar en un vacío infinito donde se encontraba conciente de su estado, pero allí, no podía ni moverse ni hablar, sus músculos parecían torpes, sin embargo podía pensar ¿Qué he hecho? Se preguntaba ¿Cómo he podido perder el maletín? No lograba entender como había perdido el combate, sentía que había fracasado, y realmente eran aquellas emociones y pensamientos los que le impedían a la Quimera entregar sus energías.

- No te sigas culpando hijo- dijo una voz. ¿Padre? ¿Cómo quieres que no lo haga si he fracasado? Pensó él

- Si te quedas aquí habrás fracasado, realmente- Pero… pensó él. Torh tiene el maletín y ya no tengo poderes

- No estés seguro de aquello. Ahora no los tendrás tú, pero Dolly tiene un gran poder, que esta pronto a revelarse, pero necesita encontrar el momento para expresarse de forma plena- ¿Qué poder? ¿Cómo no lo ha revelado aun?

- En el momento oportuno saldrá a la luz, pero si te das por vencido, no podrás verla en acción- ¿Pero cómo lograré luchar en este estado?

- Tan solo abre los ojos- ¿Abrirlos? Pero si están abiertos pensó. Pero la voz repitió lo mismo antes de desvanecerse.

Quimera se levantó y saltó, al mismo tiempo Alex empezaba a pestañear.

- ¡è vivo! –gritó un bombero al verlo

- Está vivo- repitió Dolly sorprendida al ver los oscuros ojos de Alex abrirse, en tanto Quimera restregaba su felino cuerpo contra la pierna de Dolly, a la cual no le fue difícil comprender la importancia que había tenido el gato en el regreso de su amigo.

Torh soltó un nuevo y más poderoso rugido, un rugido que emergía desde lo más profundo de su ser, y que dejó a varios de sus rivales paralizados.

- Increíble- se decía el PsicoBastler con cada nueva sorpresa que presentaba su rival, hasta le había causado sorpresa lo fácil que había sido para éste derrotar al enorme grupo de hassir - ¿Aún quieres luchar contra él?- preguntó de manera sarcástica al bastler que minutos antes había deseado lanzarse a combatir. Para Mentor no era necesario poder leer mentes para saber que el bastler se habría resistido de su idea original.

Pero a pesar de que todos los hassir habían sido derrotados, había uno de ellos que se negaba a dejarse vencer por lo que consideraba un bastler, aquel hassir, era Blastlus, que aun en pie se obstinaba inútilmente en lanzar golpe tras golpe contra el portador del maletín. Aunque, cabe destacar que ninguno de estos golpes provocaba un verdadero daño y la respuesta de Torh no se hacía esperar.

Mentor al ver el inagotable poder de su antiguo aliado, decidió cambiar rápidamente de estrategia, tenía claro que podía dejar su combate personal para otro momento, además debía informar a Aviro de los disturbios en el sector Ak. Ya que este tipo de enfrentamientos no podían ser aceptados al interior de Palacio, y merecían castigos ejemplares… además, si consideraba el lado personal, el encierro de Blastlus y Torh, le permitiría estudiar el nuevo poder de Torh, y también podría buscar la forma para conseguirlo, ya que ese estilo de luchar inagotable, lo había hecho desearlo

- Vamos- dijo a sus hombres, esta lucha no tendrá ningún vencedor, agregó con una sonrisa.

Rápidamente Mentor y sus hombres abandonaron el campo de batalla, ahora solo eran ellos dos, solo Blastlus y Torh.

Las fuerzas de Aviro llegaron desde ambos extremos del pasillo, con las armas listas para usar la fuerza contra los revoltosos. Los hassir que no habían alcanzado a huir, y los dos combatientes fueron apresados, bajo las normas de Palacio. Ambos expresaron su odio en sus miradas, tenían claras las consecuencias de haber sido atrapados combatiendo, primero sería el encierro durante meses, y luego los controladores para que ante cualquier enojo, un fuerte golpe eléctrico los hicieran cambiar de parecer.

Aquel día luego de abrir los ojos los bomberos lo llevaron a un hospital para que le realizaran exámenes, los cuales salieron positivos. Aquel mismo día le dieron el alta.

Luego de reunirse con Dolly y Quimera se sentaron en los escalones del hospital y le fue contado todo lo sucedido.

- Así que eres Quimera- dijo Alex sorprendido – bienvenido- agregó con una sonrisa y una caricia en la cabeza del felino.

- ¿Qué haremos ahora?- preguntó Dolly a su amigo, luego de saber lo que había sucedido con el maletín-

Alex le quitó importancia al apreciado objeto y en su lugar dijo que debían ayudar a levantar de los escombros a Italia. En la cabeza de Alex chocaban continuamente sus pensamientos, no sabía como hacer las cosas, sabía que la experiencia y mente estratega le darían el lugar como cerebro del equipo, y no dudaba que Dolly y Quimera podían ser los músculos. Pero aun la joven no mostraba ningún indicio de habilidad, y no podía estar seguro de que la tuviera.

Mentor en tanto e acercaba al balcón del piso superior de Palacio, lugar destinado por el psicoblaster para meditar, desde allí podía ver toda la extensión, incluidas las torres que se elevaban en las 9 esquinas de la gran caverna de Aviro.

- Lindo lugar para meditar- dijo una voz femenina a su espalda

El psicobastler no necesitaba voltear para saber quien le hablaba. Aquella mujer era Ceres, su compañera de entrenamiento militar, y la única persona que podía vanagloriarse de conocer al psicobastler como la palma de su mano.

- Has descubierto un nuevo tipo de poder- confirmó Ceres – y al parecer lo deseas-

Mentor rió, por lo irónico que le parecía la situación, ya que siempre cuando estaban juntos parecía ser ella la psíquica.

- Así es- dijo Mentor con las manos agarradas a la baranda

- El pequeño Torh te tiene alterado- bromeo Ceres, que había oído los rumores que ya recorrían todos los pasillos de palacio – es increíble que el pequeñin sea tú mayor problema-

- No me hables ya de esa época—dijo Mentor apenado, una faceta que solo Ceres conocía de él.

- Tú, yo y el pequeñín- dijo la chica para irritarlo – los tres calaveras- recalcó

Aquel nombre no se oía desde hace algunos años, y hacía referencia a su antiguo grupo de entrenamiento militar, los tres calaveras eran: Mentor, Ceres y Torh.

Ya había transcurrido una semana desde la batalla en el coliseo, y los tres se encontraban en la arena mirando el atardecer.

- Debo decirte algo- declaró Alex – Hace una semana creí que había muerto, pero tuve una revelación, se me declaró que tienes un poder-

Dolly lo miró confundida

- Se me dijo que en el momento oportuno saldría a la luz, pero creo que debes saber que tienes poderes como un hassir o como un bastler, tal vez mejor- dijo con un sonrisa- poderes como yo-

Pero aquella noticia no era fácil de tragar y había dejado a Dolly plasmada, aunque por más que pensase no lograba imaginarse con poderes.

- Lo más probable es que sea solo una suposición- dijo Alex para calmarla – ya que el gen especial se hizo para aislar y no para crear nuevos poderes-

Aquello hizo a Dolly bajar la cabeza, recordando un antiguo relato que le contaba su madre a escondidas de su padre, una historia que involucraba a su abuela, y según la cual, ella descendía de una familia con poderes de fuego, aunque siempre lo había tomado como un simple cuento para dormir ahora que lo pensaba y la vista de los últimos meses, podía tener su grado de realidad.

- ¿Y… Qué sucedería si ya tenía poderes?- al ver la interrogante en el rostro de su amigo explicó la pregunta - ¿Telekinesis, pirokinesis, aquellas habilidades que no aún sin ser respaldadas por la ciencia, son parte de varios relatos?-

Alex, a pesar de ser hijo de un científico, no tenía acceso a aquellas respuestas, pero haciendo memoria descubrió que aun seguían con vida cuatro investigadores del proyecto nuevo amanecer, los cuatro compañeros de su padre podían tener respuestas.

Así el nuevo rumbo de los tres quedó dibujado. Alex además necesitaba saber que había sucedido con sus habilidades, y donde se encontraba Torh con el maletín.

Un nuevo camino lleno de misterios y respuestas se abría frente a ellos, un camino que deseaban recorrer con todas sus fuerzas. Pero que no sabían si lograrían salir con vida de él.
 
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Tyren Sealess

A fullmetal heart.
Respuesta: [Historia] El Maletín

Ya estaba esperando tu historia, colega. Y la verdad es que ha merecido la pena. Veo que te lo tomas en serio, y eso se nota. Planteas muchas preguntas, lo que asegura que nos tengas enganchados. Si te puedo señalar es que a veces la acción transcurre demasiado rápido, y hay que leer el mismo fragmento varias veces para entenderlo; y tu uso de la puntuación, que no es del todo correcto. Te mereces tu puesto de sobra, ¡espero el próximo capítulo!
 

Karlsetin

Leyenda de WaH
Respuesta: [Historia] El Maletín

Ya estaba esperando tu historia, colega. Y la verdad es que ha merecido la pena. Veo que te lo tomas en serio, y eso se nota. Planteas muchas preguntas, lo que asegura que nos tengas enganchados. Si te puedo señalar es que a veces la acción transcurre demasiado rápido, y hay que leer el mismo fragmento varias veces para entenderlo; y tu uso de la puntuación, que no es del todo correcto. Te mereces tu puesto de sobra, ¡espero el próximo capítulo!

Pueees.... la verdad viene de un periodo de hace casi 4 años... y si vieras el manuscrito verías que dejaba mucho que desear. Las partes 3, 4, 5, precuela y extra estarán esperando ser leídos por ti. Pero como ya has dicho, aseguro tener a la gente enganchada. Así que probablemente sean posteados diariamente (a menos que sean muy cortos y pongo 2 de una) antes de que el año se nos vaya. Gracias por leer y hay escenas que he buscado la forma de reeplantearlas desde el manuscrito original pero sufren el problema de que hasta para mi ocurren rápidamente (como en una peli de acción) entonces se complica un poco para mi captar cuando es demasiado rápido para el ojo del lector.
 

Karlsetin

Leyenda de WaH
Respuesta: [Historia] El Maletín

Personalmente al releer la parte III me di cuenta que a Quimera se le considera una creación del hombre, lo que me causa gracia (de hecho me hizo reír) porque al final es un ser de otra dimensión, de un mundo paralelo llamado Priorterra, un mundo ligado al nuestro tan indisolublemente que la caída de uno significaría la caída del otro. Esta primera falla tiene su origen en los apuntes originales del Maletín (2011) de los cuales deriva casi al pie de la letra la versión digital del mismo año, a pesar de los infinitos cambios que la trama adhirió en épocas posteriores.

Les dejaré las dos partes debido a que ayer no pude postear.
Espero que a mis tan inexistentes fieles lectores les gusten ambas.


Blastlus era el décimo miembro sentado en aquella enorme mesa rectangular con el gran símbolo que representaba a la malvada organización de Aviro en su centro. Mientras en el umbral de la única puerta posaba una silueta misteriosa.

Trataban el tema de los proyectos que financiaban, eran tres en total, y todos tenían maravillosos resultados. Todo gracias a la mutación del gen Hassir y sus variaciones como el gen Bastler y el inalcanzable gen Corona, cuyo único exponente era Alex Hawkson.

- Torh nos ha abandonado, Quimera ha fracasado y Alex sigue libre- hacía el recuento un hombre al lado del presidente de Aviro.

Quimera, pensó Blastus. Aquella criatura que jamás debió haber existido le generaba lástima pero había aprendido a estimarlo y apreciarle. Aunque en realidad todos los seres creados por Aviro (incluso él) le causaban lástima.

- ¿Qué haremos?- preguntó Blastlus cortante

- ¿De que hablas Blast?- preguntó el presidente de Aviro

- Quimera, Torh o Alex- aclaró el Hassir

- ¿Qué te hace creer que no trabajaremos en las tres?-

La pregunta no pilló desprevenido al Hassir, pero sabía bien la forma de trabajar de Aviro, que desechaba todos los planes que fueran poco funcionales y que arrojaran a perdida. Y en aquel momento Torh, Alex y la Quimera eran planes de ese tipo.

- Una corazonada- contestó el Hassir

Luego Blastlus escuchó una risa, que provenía del hombre misterioso en la entrada

- Eres ridículo Blast- dijo el hombre mientras avanzaba hacía la mesa, pasando de las sombras a la poca luz que alumbraba la sala de juntas.

Al verlo Blastlus se congeló, era Mentor, él único ser creado por Aviro capaz de leer las mentes.

- Es un placer verte Blast- dijo Mentor con una reverencia – pero no opino igual que tú- agregó el ser psíquico

Blastlus pensaba, ya que creía que Mentor le estaría escuchando, y en su pensamiento le pedía que no revelase lo que estaba pensando antes de que se diera a mostrar.

- Señor presidente- dijo Mentor echando una última mirada a Blastlus – yo opino que lo mejor sería continuar con la casería de nuestros tres desastres- dijo resaltando la última palabra

- Explícate- pidió el presidente de Aviro

- Alex es nuestra piedra en el zapato desde el comienzo, es el primero de los nuestros en revelarse, por lo cual merece un castigo magistral y ser uno de nuestros primeros objetivos; si Quimera anda suelta descubrirán nuestras investigaciones, por ende debe ser eliminada y Torh…- Mentor se silenció un momento, debido al pesar que le causaba recordar a su fuerte compañero de lucha-… siempre ha sido la perfección Bastler, un ejemplo para todos los que nacimos en el proyecto nuevo horizonte, por lo cual su acto servirá claramente de ejemplo a generaciones posteriores, a menos que le demos un castigo que no permita replicas. Por ello les digo que ellos tres juntos conforman nuestro talón de Aquiles, y a menos que tomemos medidas extremas como las que les he indicado podrán ser nuestra perdida-

La perfección en las palabras de Mentor sorprendió al Hassir, pero luego Blastlus rememoró que el Psico-Bastler elegía las palabras acorde a lo que el receptor deseba oír.

Blastlus se sintió alegre por el apoyo recibido de Mentor, pero sabía que él no hacía nada de manera gratuita.

Alex y Dolly se encontraban en busca de Quimera, la única creación nacida cien por ciento del gen Hassir y sus mutaciones.

Alex había conseguido información sobre la criatura a través de un antiguo aliado suyo, que se había negado a la búsqueda de la cura por que lo que era, un Hassir, le era realmente agradable en comparación a lo que había sido.

Ambos jóvenes viajaban en aquel momento hacía Roma como polizontes en un buque italiano, ya que según la información obtenida, Quimera descansaba en el ostentoso Coliseo Romano. Ellos llevaban semanas juntos y habían llegado a formar fuertes lazos de amistad, además habían jurado descubrir a la organización detrás de toda esta investigación científica, el mayor deseo de Alex era destruirla antes de que algo realmente imparable fuera creado en los laboratorios de ellos, y Dolly deseaba estar a su lado para ayudarle a conseguir la meta.



Aquel día Torh esperaba el metro, había logrado mantener a raya sus habilidades y vivía lo único parecido a una vida normal que podía conseguir un Bastler renegado y fugitivo. En aquel momento viajaba desde su trabajo como profesor de defensa personal hacia su hogar. Aquel viaje monótono ya lo había realizado varias veces llegando a ser automático y semiinconsciente para él. Pero ese día pintaba para algo distinto.

Torh se sentía perseguido y lograba vislumbrar a ratos una silueta que le observaba, pero que al más mínimo bloqueo visual se desvanecía.

Para un humano común aquello no hubiera despertado grandes sospechas, pero él era un Bastler y había visto cosas que el común no, por lo mismo no dudaba que se tratara de algún Bastler enviado tras sus huellas por Aviro o alguna otra organización secreta con acceso a los mutantes.

El metro había llegado y Torh no dudó en abordar pero al dar la espalda al andén, una voz le llamó al oído.

- Señor Jenkins- susurro la voz, aludiendo al nombre usado por Torh para ocultar su verdadera identidad.

- Detente Mog- dijo de inmediato el pelirrubio al reconocer la voz de su antiguo aliado Hassir.

- ¿A qué le temes Torh?- preguntó Mog de manera melódica, al no recibir respuesta la voz volvió a hablar- he oído que pagan bien tu cabeza, Aviro la desea más que a nada-

A la mención del nombre de su antiguo aliado Torh giró, pero no logró ver a Mog, el Hassir se había hecho intangible y lo más probable era que hubiera desaparecido

- Rayos- rugió Torh al notar que había perdido el metro.

Los días que le siguieron tenían la misma característica, él sentía que tenía a alguien detrás, veía a Mog continuamente aparecer y desaparecer. Pero Torh tenía algo claro, el deseo de Mog no era entregarlo a Aviro, pero si no era así él no sabía porqué su antiguo aliado le seguía tanto.

- Quizás no sea un antiguo aliado- se dijo esa noche ante el espejo- pero eso sólo significaría una cosa…-

Al decir eso pudo distinguir como lentamente se iba perfilando en el cristal la imagen de Mog. Pensó en voltear, pero era inútil hacerlo pues sabía que no lo encontraría, pero al menos podrían hablar

- Lo has descubierto- sonrió la imagen

- Entonces has escapado- confirmó Torh

- Nunca entenderás lo aburrido que es estar en un ambiente diseñado especialmente para ti, mientras sus investigadores te pinchan y analizan-

- Claro- dijo Torh comprendiendo las razones del espectro – pero me cuesta creer que pudieras escapar-

- Nunca creas que Aviro tiene sólo amigos bajo su control, debes recordar que adquirió gran poder en el bajo mundo al absorber a sus rivales- Mog sonrió – debo irme- dijo al final, desvaneciéndose lentamente y funcionándose con el fondo.

¿Enemigos al interior de Aviro? Aunque era una idea descabellada no parecía imposible.

Aquella noche el pelirrubio no logró conciliar el sueño, las ideas chocaban en su mente y se unían a ellos su mayor pesadilla; el recuerdo de la muerte de Dolly le agujereaba el alma, lo hacía sentir un monstruo de verdad, pero se alegraba de no ser un Hassir, por que su estado Bastler le daba la posibilidad de verse en el espejo y ver en el cristal a un humano.



Mentor sonreía, había ganado la propuesta de eliminar a la Quimera, apresar a Torh y encontrar a Alex. Él sabía que Aviro no tenía conocimiento sobre el maletín, su percepción del pensamiento de los humanos le permitía acumular información de toda clase; claro estaba que los Hassir, Bastler y cualquier otra criatura nacida en Aviro escapaban de su lectura mental. Pero nadie lo sabía, lo que le daba una posición de ventaja sobre sus pares.

En aquel momento Mentor paseaba por las galerías de la maravillosa construcción subterránea llamada Palacio. En aquel lugar se concentraban los resultados finales de los diversos proyectos, pero no así los científicos involucrados.

Palacio era una maravilla arquitectónica, pero Mentor tenía claro que el diseño tenía tres razones de ser. Primero, una guarida subterránea, Segundo, una defensa militar y por último…

Una cárcel para las creaciones de Aviro.

Distraído en sus propios pensamientos no se percató de la presencia de Blastlus, siendo sorprendido el Psico-Bastler, algo que nunca antes había pasado y para mala suerte de Mentor, el Hassir había notado aquella sorpresa. Ambos se observaron durante un largo tiempo, desechando y construyendo teoría tras teoría, tratando de pensar en lo que pensaba el otro. Mentor se empeñaba en leerle la mente a Blastlus, mientras el gigante trataba de entender qué había pasado.

Finalmente el Hassir meneó la cabeza a la vez que soltaba un bufido.

- Venía a agradecer tú intervención en la junta- explicó él –me alegra saber que puedo contar contigo-

- No te acostumbres- amenazó el bastler, recomponiéndose rápidamente de la sorpresa para pasar a la agresividad – Esa alianza fue temporal y sólo porque tengo mis motivaciones personales-

Ambos se dirigieron una última mirada de desprecio y continuaron sus caminos en direcciones opuestas, la alianza temporal había acabado.



Torh no volvió a tener contacto con Mog, pero el recuerdo de las palabras del Hassir se unía al recuerdo de la lucha con Alex y el posterior resultado, y se sentía inseguro.

También cabía la posibilidad de regresar a Aviro, si lo hacía de manera voluntaria sería mejor que ser devuelto a la fuerza.

Aquella mañana ante el espejo tomó la decisión de regresar, pues sabía que el valor combativo del Bastler le daba la posibilidad de ser perdonado. Aunque Aviro jamás perdonara las traiciones, no dudaba que sería la única excepción, y si no era de ese modo y tuviera que luchar tendría la alegría de acabar con su mísera existencia. Además deseaba tener un encuentro final con Alex, ya que sentía que su última batalla había quedado inconclusa.



Tras un largo viaje Alex y Dolly habían llegado hasta la ciudad de Roma. Antes del combate contra la Quimera tuvieron que aprovisionarse, buscar algún lugar de descanso y esperar a que anocheciera, ya que mientras la luna estuviera en el cielo los italianos dormirían y la lucha contra la bestia no sería tan pública como para armar una alerta a nivel mundial.



En aquel momento un investigador de Aviro cruzaba Palacio con rumbo a la sala de juntas, habían logrado localizar a la Quimera y Torh había regresado y se encontraba rodeado por soldados humanos con sus armas listas para atacar al más mínimo movimiento. Además lo único que dijo el pelirrubio fue:

- Tráiganme a Aviro, he regresado-



El pánico rodeaba todo Palacio, no sabían la razón del regreso de Torh y no lograban encontrar a Mentor para que leyese la mente del Bastler y les dijera que había sucedido.



Poco después Aviro acompañado de Mentor se paraban delante de Torh.

- ¿Qué deseas?- preguntó el presidente

- Volver a tus filas- contestó el Bastler

Mentor se acercó al oído de Aviro y le susurró

- ¿Por qué crees que aceptaré a un traidor?- preguntó Aviro con enfado

- Porque ambos sabemos que soy un ejemplo para mis hermanos

Mentor volvió a susurrarle al oído a Aviro y luego de hacer unas cuantas afirmaciones con la cabeza, el presidente continuó

- Tráeme la cabeza de Alex y la Quimera y te aceptaré-

- Dime dónde los encontraré- pidió Torh

- Serás mi gladiador- contestó el presidente con una enorme sonrisa en el rostro – el encuentro será en el coliseo romano.



Aquella misma tarde partió el helicóptero con Torh dentro, el pelirrubio anhelaba esa lucha, y lo mejor de todo era que la hora del combate estaba cerca, cosa que le llenaba de alegría.

Mentor en tanto sonreía, sus únicos rivales para conseguir el control del Palacio, y a su vez de las investigaciones, se matarían mutuamente dentro de algunas horas. Además, si alguno de los tres problemas lograba sobrevivir, no sería gran rival para él.


Ya había anochecido en la ciudad de Roma. Alex y su compañera hacían los últimos preparativos antes de ingresar en el coliseo.

- Déjame ver si entendí- dijo Dolly parada frente al pelinegro que se encontraba revisando el cartucho de su arma- ¿Entramos, la eliminamos y volvemos a nuestras andanzas?

- Has entendido bien- dijo Alex terminando de cargar el arma.

Luego la pareja se acercó a los alrededores del coliseo con las armas listas para la batalla, siempre al caminar Alex llevaba el maletín en su espalda esta ocasión no era la excepción.

La primera batalla de Dolly estaba pronta a realizarse, y eso era lo que más añoraba la pelinaranjo, pero la verdad era que Alex no deseaba que su compañera corriera riesgos, luego de la batalla contra Torh tiempo atrás, que sentía que Dolly era su responsabilidad, la joven no había descubierto aun si tenía o no habilidades especiales y la verdad es que era un tema que los dos amigos nunca hablaban, llegando a suponerse que Dolly era una muchacha común y corriente.



El helicóptero en tanto, atravesaba el mar mediterráneo rumbo al coliseo, en su interior el pelirrubio se mantenía pensante, tenía claro que debía derrotar a dos rivales poderosos para volver a Palacio, pero, ¿realmente deseaba volver? Aquella pregunta sin motivación aparente le dejó confundido, luego al ver las luces que iluminaban toda la costa de Italia, le hizo recordar cual era su misión, dejó atrás sus pensamientos y comenzó a imaginar la batalla que tendría contra Alex.

- Señor Torh- dijo una voz a su espalda obligándolo a voltear – Aviro me ha indicado que debo entregarle un arma para combatir a Alex-

Torh vio entonces como el soldado hacía clic en un botón en la pared, y está se abría para dejar a la vista un enorme arsenal de armas

- Aquí hay armas manuales, automáticas, combate cuerpo a cuerpo, de tiro a distancia- explicó el soldado mientras se paseaba por delante del arsenal- Aviro me dijo que te diera una, elige las que desees-

Torh comenzó a caminar viendo cada arma y pensando en cual sería la muerte que le daría cada una a Alex, pero se detuvo ante el arma más simple, una maravillosa katana, hermosamente forjada

- Quiero esta- dijo finalmente el Bastler

El soldado encargado de las armas se la entregó, y poco después el piloto del helicóptero avisó que habían llegado a Roma.

Torh se colocó el paracaídas y enfundó la katana en la funda que el soldado le amarró a su cintura. Según lo pactado con el piloto de la nave, en el momento preciso en que sobrevolaran el coliseo, se le daría la señal para saltar.



La pareja ya había ingresado al coliseo, ocultos entre las sombras avanzaron hasta llegar al lugar que les habían indicado que era la guarida de la Quimera. Pero al solo encontrar a un felino durmiendo encadenado, el temor de una trampa les fue inevitable.

Pobrecito, pensó Dolly al ver al felino en aquel estado, pero Alex no lograba aceptar como mentiroso a su informante, la Quimera debía de estar en algún lugar.

- No bajes la guardia- indicó a su amiga- No podemos estar seguros de que estamos solos en este lugar-

- Pero no dejaré al gato en ese estado- dijo Dolly acercándose al felino para soltar los grilletes y cadenas que le sujetaban.

Alex le siguió en actitud protectora, con el arma lista para la lucha. El felino abrió los ojos apenas sintió el roce de su piel con la de los dedos de la chica, despertó confundido, aun sentía los efectos de las drogas usadas horas antes para adormecerle. El gato rugió, aunque no tuvo la fuerza que quiso darle ya que fue uno débil y que demostraba su estado de agotamiento, llegando a rozar con un rugido lastimero.

Dolly acarició la frente del gato mientras le indicaba en voz baja que estaría seguro, que no le temiera, que ella le protegería. Por primera vez desde que había escapado y vuelto a ser capturado, se sintió seguro, tuvo fe en que las cosas comenzarían a ir mejor.



El piloto del helicóptero dio la señal y Torh saltó del helicóptero, abriendo el paracaídas a media caída para generar cierta resistencia a la gravedad.



La pareja escuchó el choque de una enorme masa contra el concretó, y con aquel ruido el gato perdió toda la tranquilidad y confianza que había ganado, sintió miedo y comenzó a temer que la joven a su lado fuera a hacerle daño. Soltó un gruñido y salió corriendo, Dolly miró a Alex y éste le indicó con la mano que fuera tras el gato, además todo parecía indicar que la Quimera se encontraba pronta a realizar su aparición.



Pero cuando lo que apareció no fue una bestia, si no un pelirrubio la sorpresa de Alex fue aun mayor, su archienemigo sonrió al verle

- ¿Sorprendido?- preguntó el recién llegado, el sarcasmo, el enojo, y el odio se retrataban en todas las facciones del rostro del bastler.

Alex estaba sorprendido por aquella aparición, pero su sorpresa fue mayor cuando su arma fue partida en dos por la katana del bastler, aquella pistola ya no tenía ningún valor, por ello la lanzó. No sabía que hacer y sentía como primera prioridad alejar al bastler de Dolly y del gato. Pero tenía claro que la Quimera se encontraba en algún lugar del coliseo, y no deseaba tener que luchar contra dos enemigos formidables a la vez.



Torh lanzó un golpe con su arma, y para suerte de Alex el golpe no logró alcanzarlo.

- Esta vez no me iré sin antes matarte- dijo el pelirrubio molesto- y no me iré sin el maletín-

Alex esquivó el nuevo golpe, y comenzó a correr en la dirección contraría a la que habían usado Dolly y el gato. Mientras pensaba en cómo vencer al bastler, además había cosas que no comprendía, como el hecho de que Torh le atacase con una espada en vez de su forma bestial.

- ¡Muéstrame tu poder!- gritó Torh, mientras pegaba con la katana y veía a Alex escabullírsele de nuevo- déjame ver si es mayor tu poder al mío-

- No tengo nada que demostrarte- dijo él mientras continuaba con la fuga.

Y había verdad en sus palabras, ya que era Torh el que deseaba demostrarse a si mismo que era capaz de derrotar al que tildaban de perfecto.

Un nuevo golpe y otra evación, pero esta vez Alex no logró salir completamente ileso, ya que la katana logró hacerle un corte superficial en el hombro al hassir.

Alex gruñó, y se giró molesto para hacerle frente a Torh, ya no tenía sentido seguir corriendo por que se había alejado lo suficiente para que su amiga se encontrará segura, aquel cambió brusco descolocó al guerrero Bastler.

¿Es que acaso el Hassir deseaba morir o…?

Torh dio un golpe con su katana y Alex con su puño la desvió.

El pelirrubio confundido atacó denuevo, pero Alex hizó exactamente lo mismo con la mano opuesta.

- ¿Deseabas ver mi habilidad?- preguntó Alex de manera amenazante- pues este es sólo el comienzo-

Alex comenzó a golpear a Torh con sus puños, por lo cual al sentir sus puños el bastler comprendió a medías la habilidad de su rival. Ya que los puños de Alex parecían haber adquirido una composición distinta, y visualmente parecían estar cubiertos por escamas.

Torh lanzó su katana y comenzó su transformación usando sus enormes puños terminados en garras para sostener las manos de Alex, comenzando de esa manera una lucha de fuerzas, Torh tenía sus enormes manos alrededor de los puños de Alex, pero el hassir, más rápido en su pensar, levantó la pierna derecha y lanzó una fuerte patada a su rival lanzándolo a metros de distancia.

Alex aprovechando el impulso comenzó a correr contra Torh, él cual se levantó para correr en la dirección contraría. Al encontrarse cerca ambos rivales golpearon con sus puños derechos a su rival provocando que salieran volando en direcciones opuestas, y como efecto del vuelo varios pilares se desplomaron, poniendo en riesgo la estabilidad del coliseo, algo de lo que ambos no estaban preocupados, ya que en lo que ambos pensaban era en derrotar al otro lo antes posible, además Alex aún no olvidaba su prioridad, es decir, que Dolly se encontrará segura.



El gato continuaba corriendo y detrás de él iba Dolly sin perderle el rastro. La pelinaranjo le pedía al felino que se detuviera, e hizo aquello más de una vez. Pero en el estado en que se encontraba el gato le era imposible pensar con claridad y confiar nuevamente en un humano. El felino había llegado a un camino si n salida, solo él y Dolly. Pero aun temía y no había cosa que le pudiera hacer cambiar su pensamiento, ya que no era capaz de olvidar la tortura a la cual había sido sometido por los hombres de Aviro. Dolly en tanto recordaba imágenes del pasado, que le llegaban de un segundo a otro y no lograba comprender que era lo que realmente pasaba, veía a un joven pelirrubio, él cual sin que ella supiera era Torh, también recordaba aquella noche en la carretera en que su vida había cambiado, pero lo incompleto de estas imágenes y el hecho de que no conocía al que su mente recordaba, la hizo no prestar demasiada atención, además se encontraba realmente preocupada del felino, una preocupación que iba mucho más allá de lo que ella pudiera comprender, ya no pensaba en encontrar a la Quimera, tampoco en que estaría haciendo Alex, solo en el gato. Era todo impulsado por una extraña atracción psíquica entre ambos.



De pronto el coliseo se sacudió, la pelea entre ambos rivales había producido un colapso en la arquitectura de la milenaria construcción. Algunos cuantos pilares estaban caídos y otros tantos se habían debilitado enormemente. El problema fue que Dolly no pudo evitar alzar la vista y la inteligente criatura aprovechó de inmediato la oportunidad para escapar, pasando por entre las piernas de la joven pelinaranjo.



Alex se recomponía del choque con aquel sólido pilar, pero a pesar de haberse recompuesto con rapidez, no fue lo suficientemente rápido, ya que Torh corría en su contra y lo agarraba por el cuello con fuerza, las enormes manos de la bestia en la que se había transformado impedían que Alex se pudiera liberar de ellas con facilidad. Entonces Torh apretó a Alex contra el pilar, y esté último, sintió un fuerte dolor en su espalda, cerró los ojos y apretó los dientes, pidiendo un único deseo, que pasase lo que pasase se encontrará en buen estado el maletín. Suspiró al darse cuenta que había excedido los limites de su poder, cerró los ojos y se dejó llevar, luego Torh lo alzó con fuerza y lo estrelló contra el suelo con fuerza, comenzando luego a presionarlo contra el duro concreto.



- Por dios- suspiró Alex apretándose los dientes producto del dolor – Tanto tiempo creí que era un hombre bueno y ahora me doy cuenta de que esta última apariencia tuya es la verdadera-



Las palabras de Alex dejaron plasmado al bastler, para el cual ser considerado un hombre bueno, era mucho mejor que derrotar al portador del maletín. Pero era tarde para detener el combate y aunque así no fuera, ya estaban echadas las fichas sobre el tablero. El coliseo se había comenzado a derrumbar.



El crujir en el ambiente asustó a un más al gato. Han regresado, se dijo corriendo despavorido y seguido por Dolly, aquel crujir le recordaba la época en que se volvió prisionero de Aviro, cuando los científicos lo capturaron y le seguían a través de los oscuros callejones de Nueva York, o cuando Mentor y sus hombres la rodearon y la volvieron a aprisionar. Pero Dolly, tan preocupada del felino se lanzó sobre él para protegerlo de las rocas que comenzaban a caer desde lo alto del techo.

- Te dije que te protegería- dijo la muchacha. Mientras recibía las piedras en su espalda, luego al ver que el felino la miraba, Dolly sonrió sin importarle el dolor que sentía.

El gato, que creía a Dolly una humana común, aquel acto de valentía y sacrificio significó muchas cosas de las que simples palabras podrían describir. Entonces los ojos del felino brillaron, con un brillo celeste mientras su cuerpo comenzaba a hincharse y crecer, cambiando significativamente de tamaño, para sorpresa de Dolly hacía su aparición, justo delante de ella: La Quimera.



Torh en tanto había vuelto a su forma humana y tenía entre sus brazos al agotado Alex, miró en todas direcciones mientras pensaba en huir con él, pero Alex, en su aun debilitado estado, acercó su rostro al oído del bastler, y le susurró.

- Toma el maletín, protegelo por mí –

- No puedo hacerlo, tú eres su protector- dijo Torh

- 100990150401- susurró luego Alex, tras lo cual se desmayo, el estado en que había quedado luego de la batalla era realmente deplorable, pero era increíble el cambio en la forma de pensar y actuar de quien hasta hace pocos segundos lo consideraba su rival y enemigo jurado.

No puedo hacerlo, pensó el bastler mirando a Alex, ya era demasiado para él cargar con la muerte de la mujer en su primer encuentro

- Tan solo hazlo- gruño Alex – y no te preocupes que volveré por él-

EL pelirrubio veía como comenzaban a caer cada vez más fluido las rocas del techo, razón por la cual colocó a Alex en su hombro y comenzó a correr por los cada vez, más intrincados y peligrosos pasajes subterráneos de aquella colosal obra arquitectónica, llegando finalmente hasta la arena de combate del coliseo, donde acostó a Alex y tomó el maletín.

- Te estaré esperando- dijo.

Luego se alejó del lugar, mientras se transformaba, para así poder situarse en la parte superior del coliseo, donde disparó la pistola de bengala, para indicar a los soldados en el helicóptero su ubicación y así pudieran ir por él, a los pocos segundos la luz del reflector lo alumbró y la escalera desplegable se extendió ante él. Se subió a la escalera, pero sin dejar de mirar el coliseo, y deseando que Alex sobreviviera.



Luego el helicóptero alzó el vuelo de regreso a la base de Aviro, donde el jefe estaría contentó que el hijo predilecto volviera a casa, pero esta vez, a diferencia de la vez anterior, Torh se encontraba confundido. Su único móvil, había sido la venganza, el deseo de eliminar a Alex, pero ahora que su enemistad con Alex había sido difuminada, se había vuelto un hecho borroso, del cual no podía estar completamente seguro.



Mentor en tanto, se aplaudía de su ingenio de haber mandado a Torh contra Alex y la Quimera, y aunque el pelirrubio no traía consigo las cabezas de sus enemigos, el colapso del coliseo, y el hecho de que los militares en helicóptero no hubiesen visto a nadie abandonar la estructura, eran cosas suficientes para él, además tenía claro que el antiguo líder Hassir, Teloris, no permitiría perder el maletín.



Ahora tan solo era cosa de tiempo para poder poner sus manos sobre la inmortalidad, pero no era conciente de que no era el único al interior de Palacio que esperaba lo mismo.
 

Karlsetin

Leyenda de WaH
Respuesta: [Historia] El Maletín (Completo)

La última parte del llamado "Libro 1" y por ende el final de El Maletín, el Libro 2 como relato canon terminó perdido junto al pendrive en el cual se encontraba y a raíz de que el manuscrito no lo poseo yo (de momento vengo exigiendo que me lo devuelvan desde marzo) dudo que pueda colocar un "Libro 2" pronto. Espero les gusten éstas 5 partes. Espero poder añadir algunos relatos canónicos estos días. Saludos


Aquella madrugada los italianos despertaron victimas de un fuerte terremoto, por lo cual era lógico, considerar la caída del coliseo como resultado del mismo. Pero no sabían que todo aquello era gracias al poder de un Hassir telúrico, que se había situado bajo Roma siguiendo las instrucciones de Aviro, con el objetivo de ocultar la batalla del coliseo.

Comenzaba a salir el sol en la aterrada ciudad de Roma, mientras, sobre las ruinas del coliseo, caminaba una mujer de cabellos anaranjados con un gato saltando escombros a su lado, ambos buscaban entre las ruinas a su compañero. La verdad era que ambos esperaban encontrarlo con vida, pero sus esperanzas disminuían a cada segundo.

En tanto, Torh recorría Palacio con el maletín cruzado, el joven pelirrubio era objeto de gran desprecio, y él sabía bien que era cosa de tiempo antes que se lanzasen sobre él por el maletín, pero había hecho una promesa, y no la iba a romper, ya que su honor se lo impedía.

Su paso, aunque lento, era firme. Se mantenía vigilante, y luego de haber recorrido la mitad del extenso pasillo, tenía clara la cantidad de Hassir y Bastler que le cerraban el paso a ambos lados.

Lo único que lo inquietaba era pensar en que demoraba a sus rivales, tal cantidad de hassir y bastler ya lo abrían eliminado, pero todo parecía indicar que ambos grupos no trabajaban juntos ¿era eso posible teniendo en mente que ambos grupos respondían a Aviro? Aquello le trajo un pequeño indicio de la realidad en la que se encontraba, pero no logró dar directamente con la respuesta. No hasta recordar las palabras que Mog días antes le había dicho “Nunca creas que Aviro tiene solo amigos bajo su control” aquello le hizo preguntarse si la demora se debía por qué los rebeldes a Aviro detenían al resto. Al pensar en ello recordó que al momento de bajar del helicóptero, luego de llegar de Roma, llevaba el maletín a la vista, pero Aviro no había prestado atención al objeto ¿Eso significaba que no sabía del maletín? Y si era así ¿Por qué había sido enviado tras el maletín tiempo atrás?

Mentor… la respuesta le llego por sorpresa y al comienzo le costó creerla, pero era Mentor quien le había dicho que Aviro deseaba el maletín, y era Mentor también el que había convencido a Aviro para que lo enviase al coliseo contra Alex y Quimera, además fue Mentor quien se había acercado primero a él al bajar del helicóptero.

Torh entonces se detuvo en medio del pasillo, mientras analizaba su entorno, si debía luchar deseaba por lo menos tener un aliado, y su entorno parecía ser el mejor de ellos. Además del único.

El felino corrió y comenzó a rasguñar un trozo de tierra, la pelinaranjo chifló y cuatro bomberos acudieron de inmediato, entonces la muchacha dijo:

- SI prega di estrarre la roccia, il mio amico è intrappolato sotto-

Lo que en italiano significa: “Por favor saquen esta roca, mi compañero esta atrapado debajo de ella” la voz italiana de la muchacha hubiera dejado sorprendido a cualquiera que hubiera conocido su antigua identidad de Americana analfabeta que no tenía conocimientos ni de su propio idioma. Pero gracias a Alex… Su tan querido Alex, había aprendido eso y mucho más, por lo que consideraba de vital importancia encontrarlo con vida. Los bomberos comenzaron a mover los escombros en el sitio indicado por la mujer, dejando al descubierto el cuerpo inerte de un joven pelinegro. Dolly se cubrió el rostro horrorizada mientras en un suspiro pronunciaba el nombre del joven “Alex”

Era solo cuestión de tiempo para que sus contrincantes aparecieran. El primero fue Blastlus y una horda no menor de Hassir, en cuanto al lado opuesto del pasillo, apareció Mentor junto a sus fieles seguidores Bastler.

- He llegado antes- gruño Blastlus furioso al ver la llegada de Mentor junto a sus hombres. A Blastlus le molestaba pensar que no tendría el maletín ya que para él simbolizaba la esperanza de recuperar sus facciones humanas.

- Debes tener en mente que es un Bastler el que le porta- argumentó Mentor con malicia, al creer que Torh estaba de su lado, y sabiendo que el maletín significaba poder, un poder incluso mayor al que cualquiera humano pudiese llegar. Y ese era un poder que él anhelaba.

Los seres parecían cubrirlo todo, y el nuevo portador del maletín pensaba, analizaba, calculaba. Fuese por la cercanía con el maletín o por que el gen bastler comenzaba a actuar a nivel neurálgico, pero sentía que un nuevo tipo de poder le recorría el cuerpo, el mismo poder que tanto deseaba Mentor.

Al ver al pelinegro uno de los bomberos se apresuro a alejar a la joven de aquella horrible visión, otros bomberos rodearon a Alex y comenzaron a analizar su estado vital,

- ¡Respira ancora!- gritó un bombero

Lo cual escuchó Dolly a lo lejos y la hizo sonreír a pesar de la imagen anterior de su amigo. Ya que la noticia de que su amigo aun respiraba, reanimaba en ella la esperanza de poder caminar nuevamente junto a él.

El bombero la soltó y ella corrió para ver a su amigo, allí los bomberos se encontraban desabrochando la camisa del joven para reanimarle, al verlo la joven quedo sorprendida, ya que el pecho tan característico de su amigo ya no tenía más aquella forma escamosa con que le había conocido. Por alguna extraña e inexplicable razón, Alex ya no era más un Hassir, ahora era un humano.

Torh sentía esta energía nueva, además de un fuerte ardor en su pecho. El pelirrubio sentía que se quemaba y llegó y desgarró su camisa. Luego ante sus ojos vio que comenzaba a aparecer una formación escamosa en su pecho.

- Teloris- soltó Blastlus sorprendido al reconocer aquella marca, la marca que recordaban todos los hassir que siguieron al ahora, rebelde Alex Hawkson.

- Un HassirBastler- rugió Mentor al comprender el significado de la marca.

- Te equivocas- dijo Torh, volteándose para hacerle frente al ser psíquico- No deseo sus calificativos de monstruos, por que no soy igual a ustedes-

Las bestias de ambos lados gruñeron, y Blastlus fue el primero en atacar al pelirrubio. Pero Torh esquivó el puñetazo agachándose y contraatacó de inmediato usando su puño, unido al nuevo poder, el resultado, un golpe que envió a Blastlus como pelota de bolos en contra del grupo de hassir que le seguían.

Uno de los bastler que acompañaban a Mentor quiso ser el siguiente en luchar contra el renegado, pero Mentor intervino de inmediato y lo contuvo.

- Permíteme ver el poder de esta nueva criatura, cuando se agoté será nuestro momento de luchar-

Alex había sido acostado en una camilla, para así transportarlo de emergencia a un hospital. Quimera sentía la angustia de Dolly, por lo cual de un saltó subió a la camilla y se recostó sobre el pecho del pelinegro, uno de los bomberos pensó inmediatamente en sacarlo, pero luego se dio cuenta que la presencia del gato no haría ninguna diferencia. Y claro, en cierto grado tenía razón, la presencia de un gato común no habría marcado ninguna, Quimera, no era un gato común.

Quimera realizaba un trabajo en un plano distinto, uno que comprendía a todos los cuerpos como energía, y como tal, el felino realizaba un traspaso de energía vital a Alex, para lograr que volviera a caminar del lado de los vivos. Este tipo transferencia de energía pasaba inadvertida a los ojos de los humanos, pero el cuerpo de Alex sentía el llamado que esta ejercía, aunque no respondiera a él.

Su alma se sentía flotar en un vacío infinito donde se encontraba conciente de su estado, pero allí, no podía ni moverse ni hablar, sus músculos parecían torpes, sin embargo podía pensar ¿Qué he hecho? Se preguntaba ¿Cómo he podido perder el maletín? No lograba entender como había perdido el combate, sentía que había fracasado, y realmente eran aquellas emociones y pensamientos los que le impedían a la Quimera entregar sus energías.

- No te sigas culpando hijo- dijo una voz. ¿Padre? ¿Cómo quieres que no lo haga si he fracasado? Pensó él

- Si te quedas aquí habrás fracasado, realmente- Pero… pensó él. Torh tiene el maletín y ya no tengo poderes

- No estés seguro de aquello. Ahora no los tendrás tú, pero Dolly tiene un gran poder, que esta pronto a revelarse, pero necesita encontrar el momento para expresarse de forma plena- ¿Qué poder? ¿Cómo no lo ha revelado aun?

- En el momento oportuno saldrá a la luz, pero si te das por vencido, no podrás verla en acción- ¿Pero cómo lograré luchar en este estado?

- Tan solo abre los ojos- ¿Abrirlos? Pero si están abiertos pensó. Pero la voz repitió lo mismo antes de desvanecerse.

Quimera se levantó y saltó, al mismo tiempo Alex empezaba a pestañear.

- ¡è vivo! –gritó un bombero al verlo

- Está vivo- repitió Dolly sorprendida al ver los oscuros ojos de Alex abrirse, en tanto Quimera restregaba su felino cuerpo contra la pierna de Dolly, a la cual no le fue difícil comprender la importancia que había tenido el gato en el regreso de su amigo.

Torh soltó un nuevo y más poderoso rugido, un rugido que emergía desde lo más profundo de su ser, y que dejó a varios de sus rivales paralizados.

- Increíble- se decía el PsicoBastler con cada nueva sorpresa que presentaba su rival, hasta le había causado sorpresa lo fácil que había sido para éste derrotar al enorme grupo de hassir - ¿Aún quieres luchar contra él?- preguntó de manera sarcástica al bastler que minutos antes había deseado lanzarse a combatir. Para Mentor no era necesario poder leer mentes para saber que el bastler se habría resistido de su idea original.

Pero a pesar de que todos los hassir habían sido derrotados, había uno de ellos que se negaba a dejarse vencer por lo que consideraba un bastler, aquel hassir, era Blastlus, que aun en pie se obstinaba inútilmente en lanzar golpe tras golpe contra el portador del maletín. Aunque, cabe destacar que ninguno de estos golpes provocaba un verdadero daño y la respuesta de Torh no se hacía esperar.

Mentor al ver el inagotable poder de su antiguo aliado, decidió cambiar rápidamente de estrategia, tenía claro que podía dejar su combate personal para otro momento, además debía informar a Aviro de los disturbios en el sector Ak. Ya que este tipo de enfrentamientos no podían ser aceptados al interior de Palacio, y merecían castigos ejemplares… además, si consideraba el lado personal, el encierro de Blastlus y Torh, le permitiría estudiar el nuevo poder de Torh, y también podría buscar la forma para conseguirlo, ya que ese estilo de luchar inagotable, lo había hecho desearlo

- Vamos- dijo a sus hombres, esta lucha no tendrá ningún vencedor, agregó con una sonrisa.

Rápidamente Mentor y sus hombres abandonaron el campo de batalla, ahora solo eran ellos dos, solo Blastlus y Torh.

Las fuerzas de Aviro llegaron desde ambos extremos del pasillo, con las armas listas para usar la fuerza contra los revoltosos. Los hassir que no habían alcanzado a huir, y los dos combatientes fueron apresados, bajo las normas de Palacio. Ambos expresaron su odio en sus miradas, tenían claras las consecuencias de haber sido atrapados combatiendo, primero sería el encierro durante meses, y luego los controladores para que ante cualquier enojo, un fuerte golpe eléctrico los hicieran cambiar de parecer.

Aquel día luego de abrir los ojos los bomberos lo llevaron a un hospital para que le realizaran exámenes, los cuales salieron positivos. Aquel mismo día le dieron el alta.

Luego de reunirse con Dolly y Quimera se sentaron en los escalones del hospital y le fue contado todo lo sucedido.

- Así que eres Quimera- dijo Alex sorprendido – bienvenido- agregó con una sonrisa y una caricia en la cabeza del felino.

- ¿Qué haremos ahora?- preguntó Dolly a su amigo, luego de saber lo que había sucedido con el maletín-

Alex le quitó importancia al apreciado objeto y en su lugar dijo que debían ayudar a levantar de los escombros a Italia. En la cabeza de Alex chocaban continuamente sus pensamientos, no sabía como hacer las cosas, sabía que la experiencia y mente estratega le darían el lugar como cerebro del equipo, y no dudaba que Dolly y Quimera podían ser los músculos. Pero aun la joven no mostraba ningún indicio de habilidad, y no podía estar seguro de que la tuviera.

Mentor en tanto e acercaba al balcón del piso superior de Palacio, lugar destinado por el psicoblaster para meditar, desde allí podía ver toda la extensión, incluidas las torres que se elevaban en las 9 esquinas de la gran caverna de Aviro.

- Lindo lugar para meditar- dijo una voz femenina a su espalda

El psicobastler no necesitaba voltear para saber quien le hablaba. Aquella mujer era Ceres, su compañera de entrenamiento militar, y la única persona que podía vanagloriarse de conocer al psicobastler como la palma de su mano.

- Has descubierto un nuevo tipo de poder- confirmó Ceres – y al parecer lo deseas-

Mentor rió, por lo irónico que le parecía la situación, ya que siempre cuando estaban juntos parecía ser ella la psíquica.

- Así es- dijo Mentor con las manos agarradas a la baranda

- El pequeño Torh te tiene alterado- bromeo Ceres, que había oído los rumores que ya recorrían todos los pasillos de palacio – es increíble que el pequeñin sea tú mayor problema-

- No me hables ya de esa época—dijo Mentor apenado, una faceta que solo Ceres conocía de él.

- Tú, yo y el pequeñín- dijo la chica para irritarlo – los tres calaveras- recalcó

Aquel nombre no se oía desde hace algunos años, y hacía referencia a su antiguo grupo de entrenamiento militar, los tres calaveras eran: Mentor, Ceres y Torh.

Ya había transcurrido una semana desde la batalla en el coliseo, y los tres se encontraban en la arena mirando el atardecer.

- Debo decirte algo- declaró Alex – Hace una semana creí que había muerto, pero tuve una revelación, se me declaró que tienes un poder-

Dolly lo miró confundida

- Se me dijo que en el momento oportuno saldría a la luz, pero creo que debes saber que tienes poderes como un hassir o como un bastler, tal vez mejor- dijo con un sonrisa- poderes como yo-

Pero aquella noticia no era fácil de tragar y había dejado a Dolly plasmada, aunque por más que pensase no lograba imaginarse con poderes.

- Lo más probable es que sea solo una suposición- dijo Alex para calmarla – ya que el gen especial se hizo para aislar y no para crear nuevos poderes-

Aquello hizo a Dolly bajar la cabeza, recordando un antiguo relato que le contaba su madre a escondidas de su padre, una historia que involucraba a su abuela, y según la cual, ella descendía de una familia con poderes de fuego, aunque siempre lo había tomado como un simple cuento para dormir ahora que lo pensaba y la vista de los últimos meses, podía tener su grado de realidad.

- ¿Y… Qué sucedería si ya tenía poderes?- al ver la interrogante en el rostro de su amigo explicó la pregunta - ¿Telekinesis, pirokinesis, aquellas habilidades que no aún sin ser respaldadas por la ciencia, son parte de varios relatos?-

Alex, a pesar de ser hijo de un científico, no tenía acceso a aquellas respuestas, pero haciendo memoria descubrió que aun seguían con vida cuatro investigadores del proyecto nuevo amanecer, los cuatro compañeros de su padre podían tener respuestas.

Así el nuevo rumbo de los tres quedó dibujado. Alex además necesitaba saber que había sucedido con sus habilidades, y donde se encontraba Torh con el maletín.

Un nuevo camino lleno de misterios y respuestas se abría frente a ellos, un camino que deseaban recorrer con todas sus fuerzas. Pero que no sabían si lograrían salir con vida de él.
 

Karlsetin

Leyenda de WaH
Respuesta: [Historia] El Maletín (Completo)

Son parte del Canon Word del Maletín (por llamarlo de algún modo) separado del Canon Cuadernario en que tuvo su origen el relato.




Tras el escape, el joven Alex, se encontraba confundido, solo, y además con muchas interrogantes que nadie le podría responder. Aún así cuidaría el maletín, como el legado de su padre, como la misión encomendada, como aquello que no podía dejarle de preocupar.
Una sombra se movió a su derecha, y comprendió inmediatamente como se había sentido su padre aquel día en que lo capturaron, pero a diferencia de él que había querido serlo. Alex no lo deseaba.
De improviso una inmensa criatura se lanzó sobre él, se trataba de Blastlus, había conseguido alcanzarlo
- Dame el maletín Teloris, y tal vez perdoné tu traición a nuestra especie-
- ¡Jamás! – gritó el aludido, echándose el maletín a la espalda – Si lo deseas será sobre mi cadáver-
Blastlus sonrió, aquello no sería una tarea difícil, para el nuevo líder Hassir, además lograría sostener aquella posición ante todos los de su especie, pues “Solo el más fuerte es aquel que debe liderar a la especia Hassir”, y Teloris era reconocido por todos como aquel con más fuerza.
- Ya no eres gran cosa Teloris, desde que abandonaste a los Hassir y te volviste blando ante aquel humano, has dejado de serlo. Muchos desean asesinarte para gobernar a la especie, aunque tú y yo sabemos, que ese cargo me pertenece por derecho-
- Entonces deberé destruirte viejo amigo- dijo Alex con pesar, recordando aquellos viejos tiempos en los que el uno había sido el pilar del otro
- De amigo a enemigo hay solo un paso- dijo Blastlus con un odio total en la sangre, y empuñando sus manos
- Tú lo has dicho- contestó Alex
Luego ambos se lanzaron. El puño gigante de Blastlus fue esquivado con rapidez, y Alex sabía que lograría derrotar a su rival pero debía cuidar a la vez del maletín, por lo que la batalla se complicaba.
Entonces se dio cuenta de que debía hacerlo rápido, seguramente huir de la batalla sería lo mejor. Blastlus volvió a golpear con su brazo súper desarrollado, pero Alex lo detuvo con ambas manos, haciéndole contra al poder de empuje del mutante.
- ¿Te crees muy fuerte verdad? – dijo Blastlus – Aún así te has vuelto una niñita, no eres capaz de asesinarme, por eso mismo ¡GANARE!- gritó girando rápidamente par a golpear a Alex con su otro puño, pero Alex lo saltó par a luego acertar un puñetazo en pleno rostro a su rival.
Lo que provocó que Blastlus cayera, Alex volvió a saltar, ahora escaparía, tan solo debería ser veloz, pero la mano gigante de Blastlus lo agarró en el aire, y luego lo azotó contra el pavimento
- No seas estúpido, las cosas han cambiado, esta vez las cartas están a mi favor- El agarre de Blastlus era realmente fuerte, y si Alex no lograba zafarse, sus huesos serían destruidos junto con el maletín, entonces recordó algo
- ¿Destruirme o el maletín? ¡Eres realmente estúpido Blastlus!-Luego soltó un grito de dolor, pues la mano lo apretó con una fuerza aún mayor- Sólo yo sé el código que abre maletín, y sin embargo tu deseo de poder planea destruirme a mi y al objeto por el que tanto luchamos-
Blastlus gruñó, era su oportunidad de destruir a Teloris y volverse el jefe indudable de su especie, pero sin embargo… Si perdía la posibilidad de poseer el maletín se ganaría el odio de todos. En aquel segundo de confusión, Alex aprovechó su única oportunidad, usando el máximo de su fuerza para soltarse del agarre. Y luego de lograr zafarse, dio un fuerte puñetazo en la boca del estomago de su rival, cortándole de golpe la respiración.
Al agacharse Blastlus producto del dolor, Teloris, dio una fuerte patada en la cien del rostro del enemigo consiguiendo desorientarlo.
- Lo lamento, pero hemos decidido caminos distintos- Dijo Alex, antes de continuar con su escape
Comenzaba a amanecer, y Blastlus intentaba pararse para escapar, pero la desorientación, la falta de aire, le impedían controlar el total de su cuerpo. Pero si no escapaba antes de que la gente comenzará a salir de sus casas sería encontrado, lo atraparían y…
Giró la cabeza al sentir una presencia y descubrió que tenía al lado a un hombre vestido de terno negro, con gafas oscuras.
- Hola Blastlus- dijo sonriendo – Yo podré ayudarte-
Minutos más tarde el gigante se encontraba dentro de un helicóptero, aun desorientado, pero lejos de las miradas de la sociedad.
- Aviro estará alegre de esta adquisición- dijo el hombre de terno negro a su compañera, vestida de morado
- Y así es como el imperio crece- dijo la mujer mientras se corría la chasquilla de la cara, para mirar al nuevo pasajero de la nave –Esto es estupendo- agregó con una sonrisa
Al volverse Teloris un fugitivo, lo único que mantenía unida a la especia Hassir se rompió, dividiéndose en varios clanes, del cual el más grande y poderoso se encontraba al mando de Blastlus.
Muchos Hassir se volvieron ermitaños, prefiriendo la soledad y armonía de la naturaleza, ante la discriminación y las grandes conglomeraciones de gente.
Y otros… Aun se mantenían fieles a Teloris, aunque claro, esté no lo sabía, pero estos Hassirs lo buscaban para volver a ser el clan de los viejos tiempos, ellos simplemente siguieron a Teloris en la búsqueda del maletín por que su ídolo deseaba encontrarlo.
Pero ahora que la mentalidad del joven Hawkson era distinta, ellos deseaban acompañarle en su batalla, en la búsqueda del bien de la población. Deseaban ser héroes… como su ídolo y antiguo jefe.
El único de ellos en lograr encontrarlo fue Palud, un hassir con apariencia de rana humanoide, aquello fue una noche, cerca de la costa, una semana después de su batalla contra Blastlus
- Oh, te he encontrado Teloris- dijo la criatura con alegría, inmediatamente cuando logró verlo, el aludido se colocó en posición defensiva esperando, como era usual, un ataque. – No temas jefe, he venido pacíficamente
- ¿Jefe?- preguntó confundido
- No todos los hassir siguen a Blastlus, algunos han decidido vivir solos y otros, como yo, seguimos siendo fieles a ti, y te seguimos considerando nuestro líder- luego Palud croó.
- ¿Y qué es lo que deseas Palud? – preguntó Alex al hassir
- Como todos los que te seguimos fielmente, deseamos unirnos a ti, en tu viaje, en tus deseos y metas- Palud volvió a croar
Palud hizo una reverencia ante Alex.
En aquel momento un enorme hassir salió de entre las aguas, cubierto de algas verdes que le colgaban a ambos lados del cuerpo. Palud lo reconoció en el acto, y con un enorme terror susurró su nombre
- Crocod-
La criatura sonrió y lanzó un fuerte golpe hacía Palud, logrando ser esquivado a duras penas por el mitad rana.
- Te he encontrado Teloris. Blastlus estará orgulloso de mi presa- dijo la criatura con una voz gutural, mientras avanzaba hacía Alex, a la vez que las algas se caían y dejaban ver su enorme hocico de cocodrilo y su piel escamosa, además de sus dos metros y medio de altura.
- Tú- dijo Alex colocándose nuevamente a la defensiva
- El estúpido de Palud me guió directo hacía ti- dijo Crocod riendo, Alex dirigió inmediatamente una mirada agresiva al anfibio que solo supo encogerse murmurando que creía haberlo perdido hacía tiempo, que no esperaba que lo siguieran y un largo etcétera de excusas
- No importa- dijo cortante el joven – si de verdad no estas junto a la gran causa hassir confiaré en que lo derrotaremos-
Crocod volvió a reír, pues notaba el miedo que producía en el anfibio.
- Estas sólo Teloris, él jamás hará nada en mi contra-
Alex comprendiendo la situación en la que se encontraba solo pudo apretar fuertemente los puños, él solo contra aquella enorme mole llena de enormes colmillos, escamas, y una espalda con púas.
Una batalla no muy favorable se extendía frente a él

***

El resplandor de la luna iluminaba el costado de la bestia, que en aquel lugar causaba una verdadera y espeluznante escena.
Alex sólo podía analizarla, y planear su estrategia, a la vez que buscaba un punto débil.
Debió detener bruscamente su análisis para echarse a un lado, pues la criatura venía directo hacía él aunque, apenas esquivó las garras y el enorme hocico, recibió la fuerte bofetada de la cola del hassir.
Lo que le provocó una herida en la mejilla izquierda.
- Eres débil- dijo finalmente Crocod – Antes no lo eras, antes eras un ser decidido, con un objetivo claro ¡Y ahora que lo has cumplido has perdido tu razón de ser!-
Alex apretó los dientes mientras se pasaba la mano para limpiarse la mejilla. El tampoco sabía la razón de ese cambio en su forma de ser, aquel que lo había hecho más blando, menos ágil y menos feroz. Pero si algo detestaba era oír de boca de su rival lo débil que se había vuelto. Se levantó con fuerza, y apretó los puños, concentrando en ellos su poder
- Te has buscado un gran problema Crocod, el haber olvidado mi liderazgo es una cosa, ¿pero desafiarme? Solo Blastlus es tan idiota como para hacerlo y ya saber cual fue el resultado-
- Te equivocas- dijo la criatura, mientras sonreía de una manera demoníaca, mostrando sus filosos dientes – Blastlus- río - ¿No te ha sorprendido el hecho de que pueda moverme más rápido, o pueda controlar mejor mis movimientos?-
El antiguo líder hassir no lo había notado, pero la criatura tenía razón, cientos de veces había visto a “sus hombres” luchar, y Crocod era de movimientos tercos, descoordinados y debido a su enorme tamaño alguien lento.
- Tenemos un nuevo amigo, nos acepta tal cual somos y nos dota de mayor poder, nos ha ayudado aceptarnos, y a fortalecernos- el tonó de misterio de Crocod logró confundir a Alex ¿Un amigo? ¿Quién? ¿Alguien sabía de los Hassir? ¿Algún miembro de nuevo amanecer?
- ¿Quién?- preguntó
- Dame el maletín y lo sabrás- la oferta era cruel, Crocor lo torturaba al no darle la información, pero el maletín era lo único que le recordaba a su padre. Además no era que estuviera débil, si no agotado, llevaba días caminando sin un rumbo aparente. Y no tenía tiempo para descansar.
- Lo lamento, el maletín no es negociable- dijo el renegado de manera cortante.
- Que lastima- dijo Crocod- de verdad Teloris no es nada personal-
Luego de la última palabra, su mano con tres garras agarró el cuello del joven apretándolo con fuerza. Palud se sentía inútil y aquello lo hacía enojar, el miedo que le tenía a Crocod tenía sus fundamentos, pero no podía serle un impedimento para salvar a Alex. Por lo cual armándose de valor, se lanzó contra Crocod por la espalda. Pues como el coloso no esperaba que el anfibio fuera a involucrarse en la batalla, no se había preocupado de él.
La confusión hizo que el lagarto soltará a su victima y comenzara a moverse de manera alborotada con el objetivo de liberarse de Palud. Alex había caído y veía como los brazos del reptil no lograban sacarse al anfibio de encima.
Alex se paró y miró el terreno, habían unos cuantos árboles ubicados aleatoriamente, luego silbó para llamar la atención de su compañero y con señas le indicó que debía guiar al lagarto hacía uno de aquellos árboles.
Palud veía la situación desde otra perspectiva, no sabía si podía mantener el equilibró durante mucho tiempo más, además no tenía la agilidad de Alex como para saltar antes de estrellar a Crocod contra el árbol.
Por lo cual analizando su situación se dio cuenta de que solo podía hacer una cosa. Comenzó a inflar la parte baja de su garganta, mientras acumulaba una masa de flema y mucosa. Por primera vez su cabeza comenzaba a tejer una estrategia.
- ¡Suéltame maldito renacuajo! – gritaba enfurecido el reptil
- Eso haré – croó Palud. Haciendo dos cosas momentáneas, lanzando una enorme masa que formó una red pegajosa entre dos árboles y acertando una fuerte patada en la espalda del gigante, mientras pegaba un saltó hacia atrás.
Todo había salido según lo planeado por el anfibio… Es decir, la red de mucosa dejo atrapado a Crocod, y con cada esfuerzo que realizaba para escapar se veía más y más atrapado.
Alex miraba a la distancia, le daba cierta alegría ver como su nuevo aliado lograba derrotar solo, o por lo menos anular los movimientos, de Crocod. Pero ahora no sabía que hacer, podían quitarle la vida al rival…
Palud respiraba agitado en el mismo lugar en el cual había aterrizado tras el salto.
Seguía cargado con adrenalina producto de la batalla, además de que su mente intentaba completar aquellos espacios vacíos, que consistían mayormente en lo que había pasado desde que estaba parado viendo como apretaban con fuerza a Alex, y ahora que veía extrañado a Crocod atrapado en una red de su propia mucosa.

***

Luego se sobresaltó al sentir la mano de Alex sobre su hombro.
- Tranquilo, ya no hay peligro- dijo el joven, luego Palud lo miró con sus grandes y húmedos ojos
- ¿Qué sucedió? – preguntó confundido
- Lo has derrotado- al ver nuevamente la mirada confundida de su compañero agregó- tú solo-
Luego el anfibio comenzó a caminar hacía el reptil, que se encontraba moviéndose frenéticamente y aullaba pidiendo que lo sacasen, detrás de Palud iba Alex.
- Por favor, saquéenme- rugía la criatura
- No luches- dijo Palud acercando lentamente su mano a la red pegajosa en el pecho de Crocod. Pero el reptil no dejaba de moverse – confía en mi, por favor-
Tras aquella última oración Crocod detuvo sus movimientos y relajo sus músculos, aunque no podía confiar ciegamente en su rival, no dudaba de que nada podía ir peor.
- Tranquilízate, te sacaré de esta trampa-
- No puedo- dijo apretando los dientes con fuerza - ¿Por qué me salvarías?-
- Por que solo te metí en la trampa al ver a Alex en peligro- contestó – ahora que sabes el lío en que te metes cuando te involucras con nosotros, creo que lo único que harás será irte para no volver-
- Te equivocas- contestó Crocod, seguido de un rugido, las palabras del reptil no perturbaron a Palud que continuó usando sus habilidades para soltarlo de la red. Alex tan solo miraba con curiosidad, no podía negar que habían cosas que le sorprendieron, como las reacciones de Palud
- Te soltaré, luego elige lo que te parezca mejor-
El reptil se encontró confundido, el anfibio no se había mostrado hostil, no había participado del entrenamiento especial vivido tras el escape de Teloris, y sin embargo lo había derrotado. Y ahora lo salvaba. Cuando la red se hubo desecho y Crocod se encontraba libre. Este se arrodillo delante del anfibio
- Perdónenme –
- No te preocupes, solemos cometer errores- contestó el anfibio con una sonrisa
Al ver la forma en que Palud se entendía con los que le rodeaban comprendió que lo mejor que podía hacer era entregarle a Palud el manejo de sus fuerzas.
- ¿Cuando partiremos?- preguntó Palud a Alex
- Lo lamento Palud- dijo, entristeciendo al anfibio- esa ayuda no me sirve en este momento, yo he mantenido mi apariencia humana por lo cual puedo moverme entre la gente- la decepción en la criatura fue notoria, por lo cual Alex se apresuró en agregar – Pero me puedes ayudar de otra forma- Palud se mostró inmediatamente interesado – Necesito que coordines en el bajo mundo a mis seguidores, que logres organizar a los hassirs que me sigan, puedes ser mi informante, así como a la vez Crocod será el tuyo-
Se comenzaban a ver los primeros rayos de sol que comenzaban a llegar desde el oeste.
- Permítanme unirme a su causa- imploró Crocod, que veía el potencial de estar unido a los que, a su parecer, eran los dos más poderosos hassires. Palud miró a Alex, y luego a Crocod
- nos serás útil- dijo este. Pero al acabar de decir aquello, tres pitidos se sintieron en el aire y Crocod gruñó furioso, debido a la batalla había olvidado ciertas cosas
- Ya vendrán por mi, tengo un rastreador- dijo rabioso mostrando su muñeca, en la que se veía claramente una especie de brazalete – sólo me queda una cosa por hacer, seré su informante, no puedo desertar de … - se quedó en silencio – Lo lamento pero si pronunció el nombre se activará una comunicación-
- Lo mejor será alejarnos- dijo Alex, comprendiendo que si se encontraban lejos no serían captados por los que vinieran por Crocod
- Bueno- dijo Palud, luego miró a Crocod- Estaré en los pantanos Atchafalaya. Es el lugar ideal para mantenerme a distancia de la sociedad, si deseas buscarme ahí estaré-
- Iré más seguido de lo que crees- dijo el reptil, con un tonó que no era amenazante, si no más bien cordial- Les estaré informando acerca de todo, aunque deseo que sepan algo…- el reptil bajo la cabeza con melancolía – Si no llegan a saber nada de mi en quince días, es por que me han descubierto y me han asesinado o alguna otra tortura-
Palud y Alex sabían bien que el reptil se encontraría seguro entre el enemigo, pero claro… si lo llegaban a encontrar sufriría más que todos ellos.
- Entonces tendremos que mantenerlo en el más profundo de los secretos- dijo Palud con una sonrisa
Cuando apareció el helicóptero para buscarlo, lo encontró solo, una joven de cabellos violetas bajó de la nave, mirando en todas direcciones y buscando una explicación a lo sucedido
- ¿Y el maletín?- preguntó con su tonó frívolo y cruel
- Ha escapado, nunca pensé que aparecería otro Hassir-
Dos hombres se habían bajado de la nave tras la mujer y recorrían el área de la batalla, tomando muestras del terreno y rastros de la mucosa.

- Sube a la nave- dijo la joven- Los Paladines deberán realizar una limpieza del área, a menos que deseemos que nos descubran-

Crocod obedeció aunque manteniéndose siempre agresivo, aquella era la característica que más lo resaltaba dentro del grupo Hassir, siendo así esperaba no levantar sospechas.
Pero a Ceres era difícil engañarla. Sabía que algo raro había sucedido, pero… rió para si misma, aquello solo serviría como una pieza más dentro del juego de su querido Mentor.

Poco después la nave despegó, había tenido una oportunidad de escapar, pero, aquel localizador había sido su ruina.

Alex y Palud se despidieron también, el joven se alegraba de saber que no estaba solo, aunque se dio cuenta de algo, no podía descuidarse, debía descansar, y recuperar energías, esperaba poder hacer aquello pronto. Pero con todo el bajo mundo asechándolo se le hacía complicado.
Al llegar a la ciudad de Carrabelle, cerca del Parque Nacional de Apalachicola, tomaría un descanso.
 
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