Nachoius
Caminante del cielo
Pesca furtiva
La ciudad está infestada de rattatas, y la gente ya no sale de sus casas solo por el olor a putrefacción. Cada día se encuentran nuevos cadáveres, en algún callejón, incluso en la avenida principal. El alimento escasea y las repartijas provocan filas enormes, en televisión se dice que la culpa es de la inflación producida por el régimen anterior. Pero eso no es lo peor, en la calle abundan militares con sus Growlithes intimidando a la población, las libertades civiles se han restringido, so pretexto de salvaguardar a la población y el estado de derecho.
Las manifestaciones de cualquier tipo están prohibidas, ante cualquier sospecha de desorden público la policía actúa y reprime como es habitual, si es necesario llega la fuerza militar. La gente corre de los gases para poder refugiarse, alguien grita ¡viva la revolución! es en ese momento donde lo veo, intrépido y audaz. Era un Purrloin del más oscuro pelaje que haya visto, corriendo por los callejones aprovechando la situación para conseguir algún alimento con que llenar el estómago, por lo menos para saciar el hambre por unas horas. Desde ese día supe que ese era el compañero que estaba buscando. Juntos muchas veces eludimos algunos molestos Poochyenas callejeros, correr es algo que ya es normal en estos tiempos. La verdad la pasamos muy bien haciendo travesuras, dentro de lo posible claro está, no todo es diversión. No nos importa mucho el toque de queda, siempre nos las ingeniamos para poder salir por las noches, por la puerta trasera saltando la pandereta o simplemente por la ventana de manera sigilosa.
Corremos hacia alguna dirección segura, entre la muchedumbre del centro lograremos camuflarnos, Purrloin ha logrado hacerse con algún trozo de comida usando ladrón. Realmente disfrutamos escabullirnos de los peligros cotidianos. De golpe el pánico llega, la población se escandaliza y huye. La sirena emite el sonido de muerte, el bombardeo nuevamente ha comenzado.
La ciudad está infestada de rattatas, y la gente ya no sale de sus casas solo por el olor a putrefacción. Cada día se encuentran nuevos cadáveres, en algún callejón, incluso en la avenida principal. El alimento escasea y las repartijas provocan filas enormes, en televisión se dice que la culpa es de la inflación producida por el régimen anterior. Pero eso no es lo peor, en la calle abundan militares con sus Growlithes intimidando a la población, las libertades civiles se han restringido, so pretexto de salvaguardar a la población y el estado de derecho.
Las manifestaciones de cualquier tipo están prohibidas, ante cualquier sospecha de desorden público la policía actúa y reprime como es habitual, si es necesario llega la fuerza militar. La gente corre de los gases para poder refugiarse, alguien grita ¡viva la revolución! es en ese momento donde lo veo, intrépido y audaz. Era un Purrloin del más oscuro pelaje que haya visto, corriendo por los callejones aprovechando la situación para conseguir algún alimento con que llenar el estómago, por lo menos para saciar el hambre por unas horas. Desde ese día supe que ese era el compañero que estaba buscando. Juntos muchas veces eludimos algunos molestos Poochyenas callejeros, correr es algo que ya es normal en estos tiempos. La verdad la pasamos muy bien haciendo travesuras, dentro de lo posible claro está, no todo es diversión. No nos importa mucho el toque de queda, siempre nos las ingeniamos para poder salir por las noches, por la puerta trasera saltando la pandereta o simplemente por la ventana de manera sigilosa.
Corremos hacia alguna dirección segura, entre la muchedumbre del centro lograremos camuflarnos, Purrloin ha logrado hacerse con algún trozo de comida usando ladrón. Realmente disfrutamos escabullirnos de los peligros cotidianos. De golpe el pánico llega, la población se escandaliza y huye. La sirena emite el sonido de muerte, el bombardeo nuevamente ha comenzado.
Última edición: