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[Fanfic] Tierra de las estacas

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Aguiar

Colega de los colegas
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Staff
Hola gentuza <3​

Ya iba siendo hora de exponer algún escrito mío por aquí, así que con el permiso del jefazo de la zona y gran escritor @Tyren Lannister os traigo un fanfic de la película "Stake Land". Desde ya os aviso que no doy la talla tanto como otros compañeros de esta zona y que no esperéis grandes cosas de aquí ni tampoco constantes actualizaciones, lo siento de antemano (?

Martin era un adolescente normal antes que el mundo colapsara en un vacío de desastre económico, político y religioso, propiciado por una devastadora epidemia que convierte a los humanos en vampiros.

Me llamo Martin. He visto cosas que te parecerían increíbles, cosas que no debería ver un chico como yo… aunque, yo ya no soy un chico normal ni vivo en un mundo normal. “Acostúmbrate”, eso es lo que dice Míster, “O cumplimos sus reglas o morimos. O algo peor: morimos y volvemos a la vida.” Pero vamos a empezar por el principio; yo era como cualquier otro chaval de mi edad, tenía familia, iba al instituto y no creía en los monstruos, hasta que un día el mundo se despertó en una pesadilla.
Mi padre intentaba arreglar el motor del coche, mientras que mi madre cuidaba de mi hermano pequeño de dos meses. Yo estaba en la puerta del granero con mi perro Cooper, inspeccionando el terreno mientras la tormenta no cesaba.
-Quizás deberíamos de esperar.- dijo mi madre con tono de preocupación.
-Iremos por carreteras secundarias, es más seguro.- le contestó mi padre.
Cooper ladró y salió hacia fuera. Mi madre gritó, yo fui tras él llamándole repetidas veces mientras iluminaba a los árboles con la linterna, no hubo respuesta. Todo quedó en silencio hasta que el bebé lloró, oí a mi madre gritar a través de la puerta hasta que algo la arrastró hacia dentro. Corrí hacia al granero pero alguien me placó a medio camino, me inmovilizó y me tapó la boca con su mano.
-Chaval, si quieres sobrevivir me harás caso, como grites te rompo el cuello. Están muertos, ahora solo podemos matar a esa cosa.-dijo el hombre susurrando.
Me quitó la mano de la boca y me puso en el pecho un rifle alegando que como le disparase me pegaría un tiro. Me ayudó a levantarme del suelo y nos acercamos al granero agachados, hizo un movimiento de brazo dejando caer de la manga una estaca. Solo se oía la radio del coche y unos ruidos de fondo, como si algo se moviera en la oscuridad. A medida que avanzábamos pude ver restos de sangre y a mi madre muerta entre la paja, me sentí impotente y enfurecido al mismo tiempo. Un llanto nos estremeció y nos giramos, era mi hermano pequeño siendo devorado por lo que fuera eso, pronto nos vio y dejó caer el cuerpo del bebé sin vida al suelo. Se acercó a nosotros y el hombre le clavó la estaca en un lateral del cuello, le dio una patada que lo dejó contra el coche y le dio con una pala en el cráneo… pero… pronto se libró de él de un golpe. Le disparé un tiro en la cabeza pero no acabó con él, finalmente el hombre pudo clavarle la estaca en el corazón dejando a la criatura sin vida. Miré a un lado y vi a mi padre clavado en un poste más muerto que vivo, el hombre me separó de él y cogió el rifle.
-Sálvale.- dijo mi padre mientras se desangraba.
Me desperté de un susto y me incorporé. Me coloqué en posición vertical y abrí la ventanilla un poco para que entrara aire fresco.
-Algún día aprenderás a no soñar. Coge tus cosas- me dijo Míster en voz baja, mientras abría la puerta del coche.
Salí yo también y me puse mi ropa de entrenar al rugby y mi bate de béisbol. Míster y yo nos acercamos a la parte trasera del vehículo, me miró, cogió mi bate y me dio una estaca larga de madera.
-Bienvenido a la tierra de las estacas.-dijo él abriendo la puerta del maletero y separándose lentamente.
Me quedé tieso mirando a la puerta, concentrado y listo para lo que saliera de ella.

Pasaron los meses, las noches y los días se confundían. Viajábamos hacia el este y el oeste, pero siempre rumbo al norte para alejarnos de la muerte. Evitábamos las ciudades, Míster decía que allí las cosas eran peores porque los ataques habían sido más cruentos. La gente se había apelotonado buscando seguridad y la plaga se extendía en los recintos, que se convertían en trampas mortales. Cuando cayó Washington fue el final de los Estados Unidos que conocíamos, el gobierno se desintegró, nuestros grandes líderes huyeron, se perdió toda esperanza. Estábamos solos, Míster y yo, avanzábamos por tierras en ruinas. Aun quedaban reductos de civilización, ciudades encerradas en vallas y protegidas de la noche por las armas. Las sectas proliferaban como chinches en estados del sur, esperaban un Mesías que no llegó nunca. En su lugar vino la muerte, y vino hambrienta.
Míster y yo avanzábamos por un solar en ruinas que parecía haber sido escenario de explosiones. Encontramos a un chupasangre atrapado por una gran viga de hormigón.
-El puto idiota se quedó atrapado y se ha quemado al sol.-dijo Míster con voz seria mientras se hacía con los colmillos del ser -Un Versarcar, es el vampiro más viejo. No se les puede clavar la estaca en el pecho, tienen un hueso duro como el hierro, hay que clavarles en la base del cráneo. Los vampiros funcionan solo con el cerebro reptiliano, es como desenchufar un ordenador.
Éramos todos huérfanos y buscábamos algo a lo que aferrarnos. Él es un gran hombre, supongo que por eso deja que siga con él.
Recogimos madera e hicimos una hoguera en una zona despejada del solar. Míster frotaba la estaca con un jugo mientras yo miraba el fuego.
-¿Qué es eso? ¿De verdad funciona?-pregunté interesado.
-Va bien.- respondió a la vez que me ofrecía la estaca.-Un solo golpe, niño, y no falles.
Me levanté y ofrecí al aire un golpe seco con la estaca. Llevaba tiempo preparándome para un cuerpo a cuerpo, cada vez me sentía más preparado para la lucha pero menos para el momento en la que esta llegara.
Íbamos en dirección al norte y nos paramos en una ciudad-fortín, sus muros estaban protegidos por diez hombres armados que vigilaban para que no entraran intrusos. Míster detuvo el coche justo delante de uno de los hombres, que se acercó a la ventanilla.
-¿De dónde venís?-preguntó este con voz firme.
-Del sur.-respondió Míster.
-Salid del coche.
Le hicimos caso. Salimos y nos empotraron contra en capó del coche, nos cachearon y retiraron las armas de encima. Nos vieron las estacas y empezaron a reírse.
-¿Es en serio?- dijo el hombre riéndose de forma despectiva.
Míster le aguantó la mirada y no mostró un ápice de desconfianza. Se llevó la mano derecha al bolsillo del interior de su chaqueta y sacó una bolsa de piel, y se la entregó al cabecilla. Éste la abrió y pudo ver una gran cantidad de colmillos de chupasangre, pude ver cómo se desmoronaba su confianza. Miró a Míster, el cual no pestañeaba, e hizo una señal a los demás alegando que éramos de confianza. Abrieron el muro, nos subimos al coche y seguimos nuestro camino. Otra ciudad, otro fortín. Personas que solo intentan volver a casa; que desean despertar algún día y ver que todo ha sido una pesadilla; poder seguir con su vida, con su familia, con su carrera.
Míster me llevó a una doctora local, la cual me aconsejó que debía comer alimentos frescos y tomar vitaminas si las conseguimos.
-¿Dónde están sus padres?- preguntó con desprecio, al dar a entender el mal cuidado de Míster hacia mí.
-Muertos.- respondió él sin tapujo alguno.
-Debería de quedarse aquí, entre la gente, con otros chicos.
-¿Cuánto le debo?- le cortó Míster, harto de oírle decir tonterías.
Míster le pagó con medicinas que encontrábamos en las casas abandonadas. Nos dirigimos a una casa con un porche en la que estaba un hombre con su perro.
-¿Se puede beber algo por aquí?- preguntó Míster.
-En el bar de Jay. Casi todo casero, aunque también hay algo de cerveza de barril… está un poco amarga pero te matará.
-El chico necesita cortarse el pelo.- dijo Míster mientras caminaba hacia el bar.
Mientras me cortaba el pelo el anciano, los chicos del pueblo me miraban por el escaparate, como si fuera alguien distinto e inusual. Me dirigí, una vez terminado mi corte, a la tienda mientras Míster me esperaba en la puerta.
-El sheriff ha dicho que cojas lo que necesites, pago yo.- dijo el dependiente con una gran sonrisa en la cara. -¿Habéis pasado por Heatherstorm? Tengo familia allí.
-Al sur de aquí solo quedan vampiros.- respondió Míster, mientras salía y se dirigía hacia el coche.
-¿De verdad?... ¿Es verdad que los mata?- me preguntó interesado.
-Hay que darles en el corazón y abrirles el hueso del pecho, los tiros les hacen daño pero si no les cortas la espina dorsal se siguen moviendo… ¿Tiene chicles?-respondí.
El hombre cogió en mano un chicle y me lo dio haciendo el amago de clavármelo. Encontré graciosa su acción aunque un poco extraña. Me preguntó por mí, por si era el ayudante de Míster o su hijo.
-¿Y hacia dónde os dirigís?
-Hacia al norte. Míster dice que cuanta menos población, menos chupasangre.
-¿No buscaréis Nuevo Edén?-preguntó con inquietud. Asentí y esbocé una sonrisa.-Un amigo nos dijo que allí no hay nada, no hay nada que comer. Allí no son los vampiros quienes deben preocuparte, sino los caníbales.
No respondí a esa afirmación, simplemente le di las gracias y salí de su tienda. Esa noche la pasamos en un bar-posada, bailando y bebiendo.
A veces pensaba que podía quedarme en un sitio como aquel, hacer amigos, vivir a la luz del día, y ser un chico normal… pero, la verdad es que, no me sentía seguro rodeado de gente. Que pensaran lo que quisieran pero Nuevo Edén era real, era la solución a todo esto y lo íbamos a encontrar, íbamos a luchar para llegar al norte, a donde no hay nada. Como decía Míster… “Vive libre o muere intentándolo.”… ¡A la mierda los caníbales!
Me desperté en un sofá situado en el porche de una casa. Míster salió de la casa acompañado de una mujer, la cual se despidió de él al cruzar el umbral de la puerta.
-¿Cómo se llama?-le pregunté.
-No le he preguntado.-dijo él, mientras encendía un cigarrillo.
La verja se volvió a abrir y salimos en coche de la ciudad. La radio solo emitía de vez en cuando, según la gente que captaba emisoras en un ratio cercano. Casi siempre se emitían programas religiosos a cada cual más deplorable, las sectas proliferaban. Oímos unos gritos y vimos a una monja cruzando la carretera rápidamente, la perseguían dos hombres, uno de los cuales tenía los pantalones bajados. Míster bajó del coche y le clavó una estaca a uno de ellos, al ver este acto el otro huyó. Míster se acercó al coche y cogió una cruz de madera, la lanzó como un tomahawk y se le clavó en la espalda al hombre, el cual agonizaba y se desangraba lentamente. Corrimos en la ayuda de la monja, estaba en estado de shock y pensaba que la atacaríamos. La agarró y la subió al coche, la tumbó en el asiento de atrás y nos acompañó dormida hasta la siguiente parada.
Míster, “¿de dónde sale tanto odio?”. No llegué a preguntárselo.
Nos detuvimos en un motel abandonado y lo fortificamos con vigas de madera. Estábamos los tres solos.
-Esos hombres decían que eran cristianos…-dijo llorando la monja.
-No nos contamos nada, no nos ayuda a ninguno. Recoge las trampas, chico.-respondió Míster.
Salimos a fuera y colocamos una cuerda, que unía dos árboles, llena de objetos ruidosos. Míster me hizo un corte en el dedo con un cuchillo y echó la sangre en un oso de peluche.
Por la noche, Míster estaba de guardia fumando un cigarrillo mientras la monja y yo dormíamos, pero un ruido nos despertó.
-Es hora de ir a pescar.-dijo él dándome un codazo suave para espabilarme.
Me incorporé y me levanté de la cama. Nos acercamos a la ventana fortificada y Míster miró por el hueco, vio a un chupasangre atrapado intentando arrastrarse por el suelo en busca del oso. Míster cogió el cordel que rodeaba al oso y lo empezó a mover para atraer la atención de la criatura, consiguió acercarla lo suficiente a una trampa de caza que agarró su antebrazo y la dejó inmovilizada.
-¡Es Sor Caridad!-dijo la monja afectada.-Pensábamos que estaba muerta.
-Y lo está.-dijo Míster.
-¿Qué vas a hacer?
-Matar a esa cosa.
-Ve con Dios.
-Cierra la puerta, chico.
Nos acercamos a la puerta y salimos al exterior, pudimos ver a la criatura atrapada por la trampa de caza, retozando para intentar huir.
-Recién convertida no será difícil, chico.- susurró Míster.
Cuando nos localizó tiró fuerte y logró liberarse de la trampa. Míster se acercó y le pegó con una tubería repetidas veces, la criatura se quejaba y la monja lloraba y gritaba por ver a su compañera en esas condiciones.
-Está tan gorda que no llego a la columna.
Cogí mi estaca alargada y traté de clavársela en la columna, pero mis intentos eran en vano, logró ponerse en pié y plantarme cara. Míster la agarró por detrás pero pronto se deshizo de este. Poco a poco se acercaba a mí, intentaba mantener la postura de guardia y cuando se acercó lo suficiente le clavé la estaca en el pecho, aunque no penetró hasta el corazón e intentó asesinarme. Rápidamente Míster se puso en pié y le clavó una estaca en el cráneo que la dejó casi muerta.
-¡No le diste en el corazón, so idiota! ¡Putos vampiros!- gritó Míster.
La criatura agonizaba en el suelo aferrándose a los últimos ápices de existencia que le quedaban, me inspiraba lástima. Me senté en el suelo para recuperar la compostura y vi como la remató y acabó con su sufrimiento.
 
Última edición:

Tyren Sealess

A fullmetal heart.
¡Por fin! He de decir que ya lo estaba esperando. Pero este capítulo no me ha gustado mucho: es algo corto, que no importaría en principio, pero lo es porque la acción transcurre muy rápido. Antes de que el lector se imagine lo que acaba de pasar, ya está pasando otra cosa. Esto ocasiona que a veces algo no se entienda (personalmente no he entendido por qué la familia sube al coche y por qué el protagonista de repente está fuera de él). Se podría arreglar con descripciones para ralentizar el ritmo y de paso alargar el capítulo, que faltan. Y seguramente sea porque tú tienes toda la película en tu cabeza, y te olvidas de que algunos de tus lectores pueden no haberla visto.

De todas formas, siempre es bueno ver que alguien más muestra sus escritos, así que el jefazo del barrio lo aprueba. ¡Ánimo!
 

Invert

why so serious?
Bien, bien Agui vengo a ponerle sabor al ambiente (?)
Primero que todo felicidades por tu Fic, segundo, estoy de acuerdo con Tyren en que no especificas algunas cosas, pero en desacuerdo con la rapidez que llevas, personalmente a mi me gustan esas escenas en las que das golpes y justo cuando creas que todo ya paso ocurra otra cosa de la nada, es como na peli de accion.
La verdad que a mi me gusto este detalle pero para que salga mejor la proxima arregla el otro detalle, asi que por ahora nuevamente te felicito.
Estare por aqui con mi sabor esperando mas capitulos perro. ;)
 

Aguiar

Colega de los colegas
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Staff
Actualizo.

Pasaron los meses, las noches y los días se confundían. Viajábamos hacia el este y el oeste, pero siempre rumbo al norte para alejarnos de la muerte. Evitábamos las ciudades, Míster decía que allí las cosas eran peores porque los ataques habían sido más cruentos. La gente se había apelotonado buscando seguridad y la plaga se extendía en los recintos, que se convertían en trampas mortales. Cuando cayó Washington fue el final de los Estados Unidos que conocíamos, el gobierno se desintegró, nuestros grandes líderes huyeron, se perdió toda esperanza. Estábamos solos, Míster y yo, avanzábamos por tierras en ruinas. Aun quedaban reductos de civilización, ciudades encerradas en vallas y protegidas de la noche por las armas. Las sectas proliferaban como chinches en estados del sur, esperaban un Mesías que no llegó nunca. En su lugar vino la muerte, y vino hambrienta.
Míster y yo avanzábamos por un solar en ruinas que parecía haber sido escenario de explosiones. Encontramos a un chupasangre atrapado por una gran viga de hormigón.
-El puto idiota se quedó atrapado y se ha quemado al sol.-dijo Míster con voz seria mientras se hacía con los colmillos del ser -Un Versarcar, es el vampiro más viejo. No se les puede clavar la estaca en el pecho, tienen un hueso duro como el hierro, hay que clavarles en la base del cráneo. Los vampiros funcionan solo con el cerebro reptiliano, es como desenchufar un ordenador.
Éramos todos huérfanos y buscábamos algo a lo que aferrarnos. Él es un gran hombre, supongo que por eso deja que siga con él.
Recogimos madera e hicimos una hoguera en una zona despejada del solar. Míster frotaba la estaca con un jugo mientras yo miraba el fuego.
-¿Qué es eso? ¿De verdad funciona?-pregunté interesado.
-Va bien.- respondió a la vez que me ofrecía la estaca.-Un solo golpe, niño, y no falles.
Me levanté y ofrecí al aire un golpe seco con la estaca. Llevaba tiempo preparándome para un cuerpo a cuerpo, cada vez me sentía más preparado para la lucha pero menos para el momento en la que esta llegara.
Íbamos en dirección al norte y nos paramos en una ciudad-fortín, sus muros estaban protegidos por diez hombres armados que vigilaban para que no entraran intrusos. Míster detuvo el coche justo delante de uno de los hombres, que se acercó a la ventanilla.
-¿De dónde venís?-preguntó este con voz firme.
-Del sur.-respondió Míster.
-Salid del coche.
Le hicimos caso. Salimos y nos empotraron contra en capó del coche, nos cachearon y retiraron las armas de encima. Nos vieron las estacas y empezaron a reírse.
-¿Es en serio?- dijo el hombre riéndose de forma despectiva.
Míster le aguantó la mirada y no mostró un ápice de desconfianza. Se llevó la mano derecha al bolsillo del interior de su chaqueta y sacó una bolsa de piel, y se la entregó al cabecilla. Éste la abrió y pudo ver una gran cantidad de colmillos de chupasangre, pude ver cómo se desmoronaba su confianza. Miró a Míster, el cual no pestañeaba, e hizo una señal a los demás alegando que éramos de confianza. Abrieron el muro, nos subimos al coche y seguimos nuestro camino. Otra ciudad, otro fortín. Personas que solo intentan volver a casa; que desean despertar algún día y ver que todo ha sido una pesadilla; poder seguir con su vida, con su familia, con su carrera.
Míster me llevó a una doctora local, la cual me aconsejó que debía comer alimentos frescos y tomar vitaminas si las conseguimos.
-¿Dónde están sus padres?- preguntó con desprecio, al dar a entender el mal cuidado de Míster hacia mí.
-Muertos.- respondió él sin tapujo alguno.
-Debería de quedarse aquí, entre la gente, con otros chicos.
-¿Cuánto le debo?- le cortó Míster, harto de oírle decir tonterías.
Míster le pagó con medicinas que encontrábamos en las casas abandonadas. Nos dirigimos a una casa con un porche en la que estaba un hombre con su perro.
-¿Se puede beber algo por aquí?- preguntó Míster.
-En el bar de Jay. Casi todo casero, aunque también hay algo de cerveza de barril… está un poco amarga pero te matará.
-El chico necesita cortarse el pelo.- dijo Míster mientras caminaba hacia el bar.
Mientras me cortaba el pelo el anciano, los chicos del pueblo me miraban por el escaparate, como si fuera alguien distinto e inusual. Me dirigí, una vez terminado mi corte, a la tienda mientras Míster me esperaba en la puerta.
-El sheriff ha dicho que cojas lo que necesites, pago yo.- dijo el dependiente con una gran sonrisa en la cara. -¿Habéis pasado por Heatherstorm? Tengo familia allí.
-Al sur de aquí solo quedan vampiros.- respondió Míster, mientras salía y se dirigía hacia el coche.
-¿De verdad?... ¿Es verdad que los mata?- me preguntó interesado.
-Hay que darles en el corazón y abrirles el hueso del pecho, los tiros les hacen daño pero si no les cortas la espina dorsal se siguen moviendo… ¿Tiene chicles?-respondí.
El hombre cogió en mano un chicle y me lo dio haciendo el amago de clavármelo. Encontré graciosa su acción aunque un poco extraña. Me preguntó por mí, por si era el ayudante de Míster o su hijo.
-¿Y hacia dónde os dirigís?
-Hacia al norte. Míster dice que cuanta menos población, menos chupasangre.
-¿No buscaréis Nuevo Edén?-preguntó con inquietud. Asentí y esbocé una sonrisa.-Un amigo nos dijo que allí no hay nada, no hay nada que comer. Allí no son los vampiros quienes deben preocuparte, sino los caníbales.
No respondí a esa afirmación, simplemente le di las gracias y salí de su tienda. Esa noche la pasamos en un bar-posada, bailando y bebiendo.
A veces pensaba que podía quedarme en un sitio como aquel, hacer amigos, vivir a la luz del día, y ser un chico normal… pero, la verdad es que, no me sentía seguro rodeado de gente. Que pensaran lo que quisieran pero Nuevo Edén era real, era la solución a todo esto y lo íbamos a encontrar, íbamos a luchar para llegar al norte, a donde no hay nada. Como decía Míster… “Vive libre o muere intentándolo.”… ¡A la mierda los caníbales!
Me desperté en un sofá situado en el porche de una casa. Míster salió de la casa acompañado de una mujer, la cual se despidió de él al cruzar el umbral de la puerta.
-¿Cómo se llama?-le pregunté.
-No le he preguntado.-dijo él, mientras encendía un cigarrillo.
La verja se volvió a abrir y salimos en coche de la ciudad. La radio solo emitía de vez en cuando, según la gente que captaba emisoras en un ratio cercano. Casi siempre se emitían programas religiosos a cada cual más deplorable, las sectas proliferaban. Oímos unos gritos y vimos a una monja cruzando la carretera rápidamente, la perseguían dos hombres, uno de los cuales tenía los pantalones bajados. Míster bajó del coche y le clavó una estaca a uno de ellos, al ver este acto el otro huyó. Míster se acercó al coche y cogió una cruz de madera, la lanzó como un tomahawk y se le clavó en la espalda al hombre, el cual agonizaba y se desangraba lentamente. Corrimos en la ayuda de la monja, estaba en estado de shock y pensaba que la atacaríamos. La agarró y la subió al coche, la tumbó en el asiento de atrás y nos acompañó dormida hasta la siguiente parada.
Míster, “¿de dónde sale tanto odio?”. No llegué a preguntárselo.
Nos detuvimos en un motel abandonado y lo fortificamos con vigas de madera. Estábamos los tres solos.
-Esos hombres decían que eran cristianos…-dijo llorando la monja.
-No nos contamos nada, no nos ayuda a ninguno. Recoge las trampas, chico.-respondió Míster.
Salimos a fuera y colocamos una cuerda, que unía dos árboles, llena de objetos ruidosos. Míster me hizo un corte en el dedo con un cuchillo y echó la sangre en un oso de peluche.
Por la noche, Míster estaba de guardia fumando un cigarrillo mientras la monja y yo dormíamos, pero un ruido nos despertó.
-Es hora de ir a pescar.-dijo él dándome un codazo suave para espabilarme.
Me incorporé y me levanté de la cama. Nos acercamos a la ventana fortificada y Míster miró por el hueco, vio a un chupasangre atrapado intentando arrastrarse por el suelo en busca del oso. Míster cogió el cordel que rodeaba al oso y lo empezó a mover para atraer la atención de la criatura, consiguió acercarla lo suficiente a una trampa de caza que agarró su antebrazo y la dejó inmovilizada.
-¡Es Sor Caridad!-dijo la monja afectada.-Pensábamos que estaba muerta.
-Y lo está.-dijo Míster.
-¿Qué vas a hacer?
-Matar a esa cosa.
-Ve con Dios.
-Cierra la puerta, chico.
Nos acercamos a la puerta y salimos al exterior, pudimos ver a la criatura atrapada por la trampa de caza, retozando para intentar huir.
-Recién convertida no será difícil, chico.- susurró Míster.
Cuando nos localizó tiró fuerte y logró liberarse de la trampa. Míster se acercó y le pegó con una tubería repetidas veces, la criatura se quejaba y la monja lloraba y gritaba por ver a su compañera en esas condiciones.
-Está tan gorda que no llego a la columna.
Cogí mi estaca alargada y traté de clavársela en la columna, pero mis intentos eran en vano, logró ponerse en pié y plantarme cara. Míster la agarró por detrás pero pronto se deshizo de este. Poco a poco se acercaba a mí, intentaba mantener la postura de guardia y cuando se acercó lo suficiente le clavé la estaca en el pecho, aunque no penetró hasta el corazón e intentó asesinarme. Rápidamente Míster se puso en pié y le clavó una estaca en el cráneo que la dejó casi muerta.
-¡No le diste en el corazón, so idiota! ¡Putos vampiros!- gritó Míster.
La criatura agonizaba en el suelo aferrándose a los últimos ápices de existencia que le quedaban, me inspiraba lástima. Me senté en el suelo para recuperar la compostura y vi como la remató y acabó con su sufrimiento.
 

Caeles

Midnight Melody
Ya era hora de pasarme por aquí xD

No conozco la película, así que todo esto me suena a nuevo, pero lo que narras sin duda es interesante. Si bien es cierto que no le haría mal algo más de descripción, no creo que sea necesario estando ante un fic de acción como este, pero recomendaría aunque sea decir un par de rasgos físicos de los personajes principales, bocetearlos para que el lector se haga una idea.

La forma de narrar es muy apropiada para la historia que cuentas, pero todavía te falta manejar un poco mejor el ritmo(frases largas y cortas, pausas, cosas que ralentizan o aceleran la lectura...). Si lo consigues, tendrás un relato del que la gente no podrá desengancharse. En relación con esto; atento a los cliffhangers de final de capítulo, algo muy importante en escritos de acción y thriller. El del prólogo es algo bastante meh y el del primer capítulo, inexistente. Tienes que mejorar esa parte, prueba a terminar en una revelación impactante, antes de enfrentar una situación de vida o muerte o algo que muestre una ruptura de equilibrio. De los personajes no hay mucho que decir todavía.

Now, quote taiiiimu!

Pasaron los meses, las noches y los días se confundían.
Mejor un punto.

Viajábamos hacia el este y el oeste, pero siempre rumbo al norte para alejarnos de la muerte.
Wut? Qué construcción más rara xD "Tanto hacia el este como al oeste"

Cuando cayó Washington fue el final de los Estados Unidos que conocíamos, el gobierno se desintegró
Punto o dos puntos en lugar de la coma.

Estábamos solos, Míster y yo, avanzábamos
Mejor un punto.

"Aun", cuando se puede sustituir por "todavía", lleva tilde. "Aún".

esperaban un Mesías que no llegó nunca
Has hecho algo raro con los tiempos ahí xD Si no llegó, debería ser "esperaron". Si lo siguen esperando, mejor poner "llegaría".

Éramos todos huérfanos y buscábamos algo a lo que aferrarnos.
¿Él y quién más? Pensaba que lo había recogido cuando mataron a sus padres xD

-Va bien.- respondió a la vez que me ofrecía la estaca.-. Un solo golpe, niño, y no falles.
Tienes este fallo varias veces por todo el capítulo, pero solo te lo citaré en este. La forma correcta de puntuar los incisos es quitando el primer punto que te he señalado en rojo y el segundo. Después, añades el punto tras los guiones. Básicamente, así:

-Va bien -respondió a la vez que me ofrecía la estaca-. Un solo golpe, niño. No falles.

En lugar de como lo has escrito tú. De paso, he quitado ese último "y", que creo que merma el impacto de la frase, pero es solo opinión personal xD También funciona así con las comas:

-Está bien -dijo-, lo haremos a tu manera.

Por ejemplo.

-Del sur.-respondió Míster.
Te cito esto a parte también. Los incisos en frases como esa funcionan como si fueran comas, por lo que el signo de puntuación va siempre al final. Es decir, esta frase se escribiría así:

-Del sur -respondió Míster.

Éste la abrió y pudo ver una gran cantidad de colmillos de chupasangre, pude ver cómo se desmoronaba su confianza.
Reiteración. Prueba con observó, contempló o alguna de sus variantes en alguna de las dos.

Me dirigí, una vez terminado mi corte, a la tienda
¿Cómo se lo ha cortado? ¿¿Cómo?? ¿Al cero, con patillas, con rastas, a lo punk? La curiosidad me está matando D: (?)

Me preguntó por mí, por si era el ayudante de Míster o su hijo.
-¿Y hacia dónde os dirigís?
Y como a mí no me importó su pregunta, ni le respondí (?)

Míster se acercó al coche y cogió una cruz de madera, la lanzó como un tomahawk y se le clavó en la espalda al hombre
My God, cuánto badassismo junto xD

el cual agonizaba y se desangraba lentamente
Agonizó y desangró, o das la impresión de que ya lo hacía antes de arrojarle el cruzmerán.

-Ve con Dios.
-Cierra la puerta, chico.
Me ha faltado un inciso sobre lo que hace la monja en ese momento, he notado esa transición algo rara xD

Me senté en el suelo para recuperar la compostura y vi como la remató y acabó con su sufrimiento.
Lo dicho antes respecto al tema cliffhanger, no es un mal final, pero no me dice nada.

Y con esto y un bizcocho comentario... ¿realizadocho?
 
Estado
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