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[Relato SCIFI]BIOBOT Parte VIII (16/02)

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Karlsetin

Leyenda de WaH
Autor: Capitán Rocket/Calayax/Carlos Guzmán/Etc
Persona gramatical: Primera y Tercera pesona.
Agradecimientos: Al 2016 por darme esta pequeña y algo extraña inspiración.
Nota: La historia la he diseñado a modo de película. Inicio/Desarrollo/Climax/Final. No quiero una historia que se me haga eterna de contar. Aquí se lee el "Inicio" Iré editando cuando me inspire. A su vez señalar que la historia ha nacido en esta caja de texto de mensaje, espero que si alguien la lee y opina ayude a la retoalimentación de este relato, lo posteo ahora por miedo a que se borre, ya que puse vista previa y casi pierdo todo el trabajo que había hecho. La historia en si se remonta a un pequeño relato que hice el 2009, una ventana rota, un hombre, un híbrido ->



BioBot


¿Que cuál es mi nombre...? oh si, esa porquería... Hace tiempo que no me han preguntado por él y básicamente me resulta imposible responder a ciencia cierta cuál es. Pero si te acomoda puedes llamarme... ¿Joshua?

¿Que qué soy...? Creo que... creo que soy el resultado de una experimentación fallida, algo así como un híbrido entre hombre y máquina... No, ¿Por qué lo piensas? No soy un monstruo, o al menos no siempre lo he sido... Pero... espera... no te vayas, deja que te lo explique...


Estaban, un hombre y una mujer, parados en medio de un callejón bajo un cielo nocturno. En el suelo se encontraba la chaqueta del hombre dejando a la vista dos prominentes y bien desarrollados brazos metálicos con sus circuitos a penas perceptibles bajo la diáfana luz de la luna. La mujer por su parte parecía estar confundida e indispuesta a que saber más.

- Está bien Joshua - la mujer recalcó en el nombre haciendo hincapié en la falsedad del mismo - He aceptado reunirme aquí contigo porque creía que eras una persona atractiva e interesante, pero no... no voy a caer en tu juego -
- Lena, por favor permíteme explicártelo -
- ¿Explicarme qué? ¿Que eres un monstruo? ¿Que eres aquél que la policia anda buscando por los asesinatos de aquellos sujetos? -
- Eran mafiosos, ¡Traficaban niños! - exclamó con fuerza el sujeto. La mujer negó con el rostro lleno de repugnancia.
- Eres un asesino, eres un monstruo, no hay en ti nada de humanidad. Nada de lo que pueda enamorarme - la mujer se giró agresiva con su melena roja intenso resplandeciendo levemente al contacto con la poca luz que llegaba hasta aquél lugar.
- No soy un monstruo - la voz del sujeto sonó cargada de cierto dolor, intentó tomar el brazo de Lena pero la chica le apartó con fuerza.
- Por favor, déjame tranquila -
- Necesito hallar a tu padre Lena - la mujer se giró solo un momento.
- Suerte con eso - dijo con un tono irónico - Si lo encuentras recuérdale que tiene una hija -

En la soledad de aquél callejón se quedó viendo como la última posibilidad que tenía de reencontrar su humanidad se iba. Elena Vólkova, hija del proclamado científico Dmitry Vólkov, era la única persona que había encontrado, durante los dos únicos años de vida que recordaba, que podía ayudarlo para llegar ante aquél grupo de científicos carentes de humanidad que le habían hecho quien era. ¿Qué le quedaba ahora que ante sus ojos se perdía toda posibilidad? Se agachó y vistió una vez más su chaqueta de cuero negro y los guantes cubriendo a la perfección aquellas cosas que tenía por brazos. Seguir escapando parecía la opción más sensata, pero ahora que su rostro era conocido no tardarían en llegar hasta él. Por un momento se enojó consigo mismo por haber intervenido en la actividad criminal de aquellos mafiosos, después de todo ¿Qué eran unos cuantos niños para el resto de la humanidad? Podía haber dejado que esos mafiosos hiciesen su trabajo y así evitado llamado la atención... pero... eran niños inocentes. Respiró hondo apoyándose contra una de las murallas mientras buscaba reordenar su mente, buscando un plan, una opción, algo que le hiciese desistir de la estúpida idea de ponerle fin a su sufrimiento... muriendo...

Debe haber una opción, una salida, algo que no esté viendo...

Entonces un gran resplandor desvió su atención, pudiendo ver como un vehículo se abalanzaba hacia él por el callejón.

- Mierda - gruñó. Lo habían encontrado.

Echó a correr callejón abajo mientras el vehículo parecía pisarle los talones no sin cierta dificultad. Entonces un segundo vehículo apareció desde el otro lado del callejón.

- Te tenemos rodeado Joshua - se oyó la voz de un hombre que descendía desde uno de los vehículos. Lucía un aspecto bastante formal, guantes negros de cuero cubrían sus manos y un cierto aire aristocrático yacía impreso en todo su ser - Será mejor que te entregues -
- No pueden matarme, y lo sabes - se defendió - A tus jefes no les servirán los circuitos -
- Recapacita Joshua, ¿O quieres que nosotros usemos nuestras artimañas también? -
- No hay nada que puedan hacerme - el hombre de aspecto aristocrático hizo un chasquido y al instante de una de las camiones la hicieron bajar. Era ella. Joshua respiró hondo.
- Déjenla en paz, no tiene nada que ver conmigo -
- Tal vez para ella resultes un ser repugnante - el sujeto sonrió - Pero para ti... ella lo es todo. ¿Estás dispuesto a ver como ante ti una bala destruye tu trabajo de años? -
- Ella no sabe nada - un nudo en la garganta, aunque costara aceptarlo tantos años siguiendo su rastro, tanto tiempo admirándole sin saber como hablarle le habían hecho... - Llévame a mi, pero déjala ir - El sujeto miró a la chica y afirmó con la cabeza para luego negar de golpe.
- Si te importa tanto para dejar que nosotros pongamos nuestras manos en ti y te llevemos hasta nuestro contratante, ¿Crees que desperdiciaré la oportunidad de mantenerla a mi lado para hacerte hacer lo que queramos? - Joshua bajó la mirada, respiró profundo.
- Entonces... lo siento Lena pero no hay trato - la mujer puso ojos enormes como platos, tenía la boca vendada y forzaba el intento de hablar pero todo resultaba en vano.
- ¿Crees que no soy capaz de matarla? - preguntó confundido el sujeto - Vamos Joshua, más de un año tras de ti, sabes lo lejos que soy capaz de llegar -
- Lo sé - la frialdad en su voz recalcó por un instante la idea de Elena de que aquél sujeto no tenía humanidad - Pero esta vez no estoy solo -

De golpe cayeron sobre las camionetas dos sujetos que lograron anular a los hombres que estaban a cargo de las armas de fuego colocadas sobre ambos vehículos. Sin tiempo que perder las apuntaron hacia el negociante, quien sin inmutarse colocó el cañón de su propia arma sobre la cabeza de la joven Vólkova.

- Buena jugada amigo - dijo entonces a Joshua - Pero tus compañeros no lograrán disparar sus armas antes que yo mate a tu amiga -
- Primero, no soy tu amigo Vlad y no lo seré -
- Una lástima, un desperdicio matar a tan bella mujer -
- Vamos Vlad, será mejor que sueltes el arma - sin notarlo un cuarto sujeto había irrumpido y colocado su propio cañón en la nuca del aristócrata, haciendo el cambio de circunstancias bastante favorable para Joshua. El arma comenzó a bajar haciendo creer que Vladímir Kozlov se rendía, pero rápido como un rayo apuntó al estómago de la chica y disparó, acto seguido sacó su segunda pistola disparándola al sujeto del vehículo que estaba frente a él y una última baja al fortachón que se había colado tras él, de un modo tan rápido y fluido que dejó sin capacidad de acción a los allí reunidos. Se detuvo un microsegundo para apreciar el rostro de su rival y luego apuntar al que faltaba y disparar.

Las sirenas de la policia resonaron a la distancia mientras Kozlov emprendía la fuga. Joshua corrió hasta Elena, aún respiraba y con presteza destapó su boca mientras se disponía a presionar sobre la herida.

- Debes huir - dijo la chica respirando agitada y tociendo sangre - Vete - gruñó con dificultad al notarse el resplandor de las luces policiales.
- No voy a dejarte - los ojos de Joshua estaban llenos de lágrimas
- Te arrestarán y él te encontrará - la mirada de la chica parecía suplicarle que se fuera - Mi... - tos - Mi padre -
- ¿Si? ¿Tu padre? - los pasos de los policias de fuerzas especiales colocándose en posición se sentían no muy lejos de ambos.
- Si...Sicilia -
- ¿Qué ocurre con Sicilia? - La cabeza de Elena Vólkova cayó sin fuerzas hacia uno de los costados - Por favor Lena dime, dime, dime - pero todo lo que Joshua quiso hacer resultó en vano. Estaba muerta y era cierto que tras una reja jamás podría mantener aquello en que le habían convertido lejos de sus enemigos.

Cerró los ojos de la chica, antes de dar un salto que le elevó varios metros por sobre el suelo pudiendo pararse en la azotea de uno de los edificios colindantes. Allí vio como los oficiales allanaban el lugar.

***​

Ante mi tenía a la segunda chica más hermosa que había visto en mi vida, pero que al igual que una delicada rosa resultaba engañosa. Vera Petrov, líder de un grupo clandestino de guardaespaldas, asesinos y mercenarios de la peor calaña, claro estaba que encontrarme en mi posición parecía suicidio.

- Entonces - recapituló la mujer - ¿Vienes sin mis hombres porque un sujeto con un maldito revolver los mató? - Joshua afirmó con la cabeza - No sé porque una parte de tu relato me cuesta tanto de comprender, son tipos entrenados, mis hombres no son la basura que puedes encontrar en los barrios bajos por unos cuantos billetes, estamos hablando de todo un entrenamiento, de ex militares, de expertos... -
- Tal vez no son tan buenos como los hombres de CEA - bastó la mención de aquella sigla para que la mujer cambiara radicalmente su actitud, mostrándose algo consternada y temerosa.
- Será mejor que te vayas - dijo tras un instante de silencio.
- Pero, aun no te he pagado -
- Olvida el dinero, estos tres guardaespaldas tómalos por cuenta de la casa... sólo... vete y no vuelvas -
- Pero... necesito un favor - la mujer le miró con cierta indignación - Necesito llegar a Sicilia -
- ¿Sicilia? - la mujer se mostró extrañada - Ya decía yo que necesitabas un retiro, haré los trámites para que puedas partir en la mayor confidencialidad - la mujer miró con ciertos ojos tristes a Joshua - Pero será lo último que haré por ti, si CEA está tras tus pasos ni el mayor ejército de este mundo podrá detenerlos, y no quiero que destruyan lo que ha construido mi familia durante tantos años -
- Es un trato - ambos se dieron la mano, luego la chica le abrazó con fuerza y cierta ternura.
- Si un día CEA se olvida de ti, no dudes que estaría feliz de poder tenerte aquí junto a mis hombres, serías un buen guardaespalda -
- Asesino a sueldo querrás decir -
- Lo que hiciste con esos traficantes... fue asombroso, y te lo agradezco - dijo entonces Vera mirando a la distancia a su pequeño hijo.

***​

Dos años huyendo. Corriendo. Escondiéndome del mundo como si fuera un monstruo. ¿Pero en qué sentido soy responsable de esto? Mirando por la ventana del avión que me lleva hasta aquella isla del mediterráneo no logro si no preguntarme hasta que punto son mejores que yo... Claro está que han tenido una vida plena, que han pasado por grandes momentos, que han tenido una familia, que recuerdan su pasado, que tienen un nombre y que la vida les ha dado un lugar en este vasto mundo del que se sienten parte... ¿Pero no son más monstruos que yo? A mi me hicieron esto que soy, ¿Pero qué soy? Tengo un corazón que late y bombea sangre a través de mi cuerpo, pero mi cerebro no es del todo un simple cerebro y posee cientos de miles de conexiones electrónicas diseñadas en un laboratorio por un grupo de científicos bajo la firma de ZERO, soy...

- Disculpe señor - era la voz de la azafata la que interrumpía el mar de pensamientos de Joshua - Debo pedirle que se abroche su cinturón, pronto entraremos en una zona de turbulencias -

Sus ojos fueron lo primero en lo que él centró su atención, dos perlas con un intenso verdor y más allá de eso un brillo, un brillo que había visto muchas veces en las miradas humanas que le rodeaban. ¿Tendría el también un brillo? ¿Serían sus ojos la puerta a un alma? ¿Tenía alma?

- ¿Señor? -
- Disculpe - dijo entonces Joshua - Es solo que... tienes bonitos ojos - la mujer se ruborizó levemente mientras el pasajero abrochaba su cinturón.

Tras comprobar la azafata que Joshua se había puesto el cinturón de seguridad se alejó rápidamente volviendo aquél híbrido a observar el infinito. Tal vez debía apagarse un rato, ¿O se podía decir que él también dormía? Cerró los ojos y se olvidó del resto del mundo.

Al volver a abrirlos encontró que había un chico de unos seis años sentado a su lado, seguramente habían hecho alguna de las paradas del vuelo y habían subido nuevos pasajeros. Luego notó que el niño le miraba algo nervioso y ansioso. Pero no le prestó mayor atención. Sacó un libro que siempre llevaba consigo, la Biblia, la verdad él no era un hombre religioso, o al menos sus cientos de circuitos no le permitían serlo por completo, pero encontraba un alivio incomprensible en la lectura de sus intrincadas palabras, refranes, y la idea de la fe y la esperanza que le resultaban parcialmente incomprensibles.

Ahogado en la lectura de como Salomón había construido su templo sintió la mano del pequeño que le empujaba de regreso a la realidad del avión. Al mirarle el pequeño se mostró aún más inseguro, quiso abrir la boca pero no supo que decir hasta que finalmente Joshua le preguntó qué ocurría.

- Es la primera vez que viajo en avión, mi madre... - miró a la fila contraria, allí una mujer dormía plácidamente - quería saber si podía mirar por la ventana, dicen que todo se ve más chico y yo - el hombre sonrió.
- Está bien - dijo, y ambos intercambiaron asientos. Cerró el libro y el pequeño se veía realmente emocionado ante todo aquél pequeño mundo que se extendía bajo ellos.

En vano intentó recordarse de pequeño. ¿Qué le habrían dicho sus padres si hubiera hecho lo mismo? ¿Cómo fue su primer vuelo? Pero por mucho que él se hacía sus propias preguntas era el chico quien le hacía muchas más y sin darse cuenta como pasó sintió que tenía un amigo.

- Discúlpelo - dijo de pronto la voz de una mujer. Al voltearse Joshua se encontró con la madre del pequeño - Bertram no sabe guardar silencio una vez que ha dejado la timidez de lado -
- No se preocupe señorita - dijo entonces él, la verdad era que la madre de Bertram lucía bastante joven - Ha sido una gran compañía y su hijo sabe como mantenerlo a uno activo en la monotonía del viaje - Compartieron una sonrisa antes de que el pequeño notara que su madre había despertado.
- ¿Le cambio señora? - la mujer le miró sorprendida.
- ¿No incomodaría? -
- Es sólo un asiento, además Bertram tiene que contarle todo lo que ha aprendido de nubes y poblados -
- ¡Si! - exclamó entonces el pequeño e intercambiaron lugares sin dejar de recibir cerca de cien gracias de la mujer.
- Esto... mi nombre es Erika - dijo la mujer ofreciéndole la mano, él la estrechó con la suya cubierta por el guante.
- Joshua -
- Un gusto, Joshua -
- El gusto es mío -

Una hora más tarde descendían en suelo sicilio, y procedían como era habitual a pasar por aduana. Pero ese no era el camino a seguir para él, despidiéndose del pequeño y su madre buscó una ruta alternativa y poco ortodoxa para evitar así quedar al descubierto por el detector de metales. Todo aquello conseguido por medio de un socio de Vera Petrov que había logrado crear una ruta segura de ingreso a la isla, aquella sería la última ayuda que prestaría la millonaria mujer al fugitivo.

***​

Una nuevo lugar, Palermo, tal vez fue su antigüedad la que me atrajo hasta aquí o simplemente el pasaje que sacó Vera, pero debo admitir que Sicilia es mil veces más grande de lo que llegué a pensar y buscar al doctor Dmitry Vólkov en 25.711 km² no es tan sencillo como pensé que sería en un principio... Claro... antes lo buscaba en el mundo, pero fue mucho más sencillo encontrar una pista, dar con Lena, y ahora sólo tenía un lugar pero que nada podía decirme al respecto. Buscaba una aguja en un pajar, pero uno demasiado enorme, y con una aguja que fácilmente podría nunca haber estado allí o que no estaría por mucho tiempo.

La ciudad de Palermo se extendía de un lado a otro entre el verde follaje y las grandes colinas entorno a una gran bahía. Caminando en silencio bajo un cielo nocturno Joshua llegó hasta la entrada de la hostal que le habían indicado como la más económica y confidencial de toda la ciudad, por un momento se cuestionó que se tratara del lugar del que le habían hablado puesto que en su fachada no había rastro alguno que pudiera indicar que se tratara de una hostal, parecía a simple vista una casa de dos pisos.

Joshua tocó el timbre y le salió a su encuentro un hombre viejo y de cejas espesas, cabello completamente cano y encorvado. El silencio reinó entre ambos hasta que el biobot le mostró la tarjeta de la hostal que le había dado Vera y la razón de llegar hasta allí.

- Entonces, ¿Buscas un lugar para quedarte? - dijo el dueño de la hostal con cierto misterio en la voz.
- Siempre y cuando se diga que nunca estuve aquí - el anciano sonrió con complicidad. Fue entonces que ambos acordaron el precio y tras pagar la suma pedida el biobot entró en la casucha, transitando escalera arriba para encontrar su habitación.

El lugar no estaba cargado de grandes lujos, la verdad es que podía considerarse una casa común y corriente de la cual arrendaban sus ancianos dueños alguna habitación, pero realmente era una hostal con toda su forma y estructura, con al menos diez habitaciones y un pasaje secreto para que los huéspedes huyeran de así requerirse.

Fue apenas poner sus pies en la escalera que se vió obligado a voltearse, allí a la entrada se oía una voz conocida hablando con el anciano, para bien o para mal, aquella voz le reconoció.

- Joshua - se trataba de la chica del vuelo la que estaba allí junto a Bertram dormido en sus brazos. El anciano se giró hacia su huesped.
- ¿Vienen contigo? - preguntó entonces el hombre de canas.
- Si - contestó sin pensarlo, casi como un impulso. La idea de no estar solo le parecía hasta cierto punto reconfortante.
- Será el doble por el niño - dijo mirando a Joshua - De haber sabido antes no te hubiera dejado entrar -
- Se portará bien señor, es un buen chico - dijo Erika suplicante.
- Más le vale -

Se reunieron ambos en la escalera y subieron juntos a una habitación con dos camas, entre ambos hubo un lúgubre silencio hasta después de haber recostado a Bertram.

- ¿Así que mismo vuelo y misma hostal? - la chica sonrió algo incómoda mientras él no sabía bien como sentirse, lo que llevó a Erika a añadir al instante - Te busqué en el terminal, pero nos fue imposible encontrarte para dar las gracias -
- ¿Por eso me seguiste? - gruñó molesto - ¿Quién eres? -
- Tú sabes quien soy - dijo de inmediato algo asustada.
- Por favor, es imposible que llegaras al mismo lugar que yo cuando esta hostal no está registrada en ningún lugar - Joshua parecía realmente enojado.
- No sé de qué hablas, yo sólo seguí un dato - si se encontraba actuando era buena haciéndolo, hubiera convencido a cualquiera. Pero Joshua no era cualquiera.
- Erika, no me engañes por favor - respiraba algo agitado controlando su ira, realmente su única contención era el pequeño que dormía - Sé que escondes algo y necesito saberlo -
- Tocame y gritaré - dijo entonces Erika cambiando bruscamente su postura - Si estoy aquí es porque necesitas que esté aquí -
- ¿Necesitarte? - se echó hacia atrás confundido - ¿Quién te envía? ¿Quién eres? -
- Te lo diré todo, pero primero baja el tono, siéntate y permíteme que te explique - Joshua hizo caso de inmediato.

Bajó la guardia durante un segundo, un segundo suficiente para que la chica sacara su arma con silenciador y disparara hacia Joshua. Luego todo pareció nublarse para él.

***​

¿Podía yo morir? ¿Era acaso posible? La sangre emanaba de la herida cada vez en mayor abundancia, y aún así me costaba entender si era realmente mía o si alguien por algún extraño motivo se había esmerado en colocarla ahí para hacerme ver humano aún sin serlo.

- No me dejes - la voz sonaba a lo lejos, casi como un eco distante.
- ¿Qué le ha pasado? - la voz era de un hombre, él nunca antes le había escuchado.
- Un sujeto entró y le atacó, querían llevarse a nuestro hijo y él intentó detenerle - la voz de Erika parecía quebrada, entre lágrimas. Aún así no lograba reaccionar.

Despertó horas más tarde, en una habitación pequeña, sin ventanas y con una única puerta en el lado opuesto de la cama. trató de levantarse y no pudo, sus brazos y piernas metálicos se encontraban atrapados por fuertes grilletes.

Al instante la vio entrar, aquella mujer que le disparó lucía un uniforme con distintas protecciones en el cuerpo, un uniforme que parecía encontrarse a la altura de los uniformes típicos de las fuerzas especiales de policía.

- Hola Joshua - dijo entonces Erika - Te dije que te explicaría todo, ahora lo haré -
- No necesitabas hacer esto - gruñó tratando de forcejear para liberarse.
- Tranquilo - pidió la chica - Somos los buenos - para el biobot fue imposible contener la risa.
- No hay buenos - señaló - Sólo personas que buscan sacar provecho de algo - Erika se acercó a Joshua pudiendo leerse las siglas DECOF sobre su pecho.
- Pues por esa razón tuve que hacer lo que hice para traerte hasta aquí -
- ¿Quienes son? - preguntó de forma agresiva, sin lograr combatir contra los grilletes.
- Ya te dije que… -
- No me interesa oír que son los buenos, quiero saber qué hacen, qué quieren, qué me harán -
- Somos el Departamento de Control de Fenómenos, una rama secreta de seguridad mundial que responde directamente a la Organización de Naciones Unidas. - Joshua sonrió con desprecio.
- Así que soy un fenómeno - negó con la cabeza - No quiero que me controlen, no soy un monstruo -
- Lo sé - la respuesta de la chica le desconcertó - Nuestra organización conoce la verdad. Que intentas ser un héroe, hacer la diferencia y estamos dispuestos a ayudarte a conseguirlo, pero también nos es necesario protegerte - el biobot pareció tranquilizarse - Ahora, prometeme que si te suelto no harás nada estúpido - No hubo respuesta. - Vamos Joshua, eres un buena persona -
- Me creen un monstruo -
- CEA es peligrosa, la gente que quiere tu tecnología hará hasta lo imposible por lograrlo. DECOF es la única que puede ayudarte -
- Puedo solo Erika, si ese es tu nombre, he podido antes y podré después - La chica negó con la cabeza con cierta decepción.
- Podrías unirtenos, ser un agente de la DECOF, hacer la diferencia - casi sonaba una súplica.
- Usaste a un niño para acercarte a mi, utilizaste su inocencia para que cayera en tu trampa - Joshua negó con la cabeza - Prefiero trabajar completamente solo a ser como tú -

La agente de la DECOF se volteó y salió de la habitación sin decir nada, hasta cierto punto tenía esperanza en que el biobot aceptara. Pero también era fácil comprender que no había sido la mejor manera de traerle hasta las instalaciones. Por lo que sólo le quedaba hacerse con la esperanza de que en algún momento Joshua cambiaría de opinión.

***​

Prisión. Estar cautivo en manos de una entidad desconocida y a la vez no saber si estoy aquí para salvarme del mundo o salvar al mundo de mí es realmente la mayor dificultad que puedo surcar. Si es para salvarme del mundo, entonces ¿Hay necesidad de que exista? La mejor manera para evitar que el mundo corra peligro es simplemente ponerme fin en lugar de preservarme por si algún día el mundo logra estar preparado para un ser como yo. Si es para salvar al mundo de mí, entonces realmente deberían destruirme, por lo que de uno u otro modo no habría razón de que mi existencia se siguiera prolongando.

Habían pasado algunos días desde que había recibido la visita de Erika. Joshua lo supo por la constante alimentación que habían impuesto sus captores. Periódicamente recibía las tres comidas del día, aunque le eran dados servicios de plásticos. Era claro que no confiaban en él, fue entonces que al quinto día la puerta se abrió.

Dos sujetos armados se encontraban tras Erika, mientras ella entraba en la habitación, Joshua se apartó un paso inseguro.

- Tranquilo - dijo la mujer - Quiero que vayamos a dar una vuelta, tal vez necesitas conocer nuestras instalaciones - el biobot se sentó en la cama.
- No gracias - dijo con seriedad.
- Déjennos solos por favor - pidió a los dos sujetos armados, quienes en una primera instancia parecieron dudar. Luego solo acataron la orden. - Si, mi nombre real es Erika, Erika Loewe y soy la coronel a cargo de estas instalaciones. -
- ¿Así que quieres reclutarme? - Joshua parecía cansado - ¿Qué pasa si no acepto? ¿Cuánto están dispuesto a mantenerme aquí cautivo? - una pausa, la coronel Loewe no respondía - ¿O cuánto les tardará buscar su abrelatas para desentrañar mis secretos y hacer un ejército como yo? - Erika pareció molestarse.
- Ya te he dicho que somos los buenos - protestó.
- Si los buenos usan niños para sus artimañas no sé qué deberé esperar de los malos - de un modo u otro parecía que tenía razón, pues a Erika le costaba encontrar forma de responder a sus acusaciones.
- Si eliges o no ser de los nuestros seguirás siendo tú, la diferencia está en que en una estarás encerrado en una celda como esta durante el resto de tu vida y en la otra podrás tener una vida normal ligada a la DECOF ayudando a la gente -
- ¿Y si mi idea es trabajar solo? -
- No tenemos agentes que trabajen solos, somos una organización. Trabajamos en conjunto -
- Entonces una vez más tendré que rechazar tu oferta - Joshua se recostó contra la pared en total comodidad - Mientras tus jefes aún no deseen desmantelarme supongo que este sitio puede llegar a ser reconfortante -

La coronel Loewe abandonó la habitación una vez más mientras el prisionero se quedaba en el silencio de aquellas cuatro paredes.

Tras recorrer un largo pasillo lleno de puertas numeradas atravesó una puerta blindada y llegó hasta el centro de operaciones de la base de la DECOF, en ella se extendía una sala llena de computadoras y una gran pantalla en la cual resaltaban las operaciones de la DECOF en la zona. Fue entonces que Erika Loewe dio la orden para que llamaran a su superior y al instante en la gran pantalla apareció un rostro con ojos rasgos y su cabeza completamente rapada.

- General Kiao - señaló entonces la chica, su interlocutor al otro lado de la pantalla afirmó con la cabeza en forma de saludo - el biobot se niega a unirse a nosotros -
- ¿Otro hostil? - preguntó con calma el asiático, Loewe negó con la cabeza.
- No es hostil, simplemente no le gusta nuestra forma de trabajo -
- Será entonces necesario que le traigas a Iron Mountain - pareció en el rostro de la coronel reflejarse cierto descontento ante tal idea - Está bien Coronel, si no es un hostil haré lo que sea necesario para que se una a nosotros, uno de ellos reclutados es uno menos que pone en peligro a nuestra sociedad -
- Como ordene General -

Al instante la imagen del General Kiao se desvaneció y se comenzaron a mover lentamente los engranajes de la DECOF para permitir el traslado de Joshua hasta aquél lugar al que iban a parar todos los hostiles que caían en las manos del departamento de control de fenómenos.

***​

Qué tan humano es mi cerebro es un asunto controversial, de ahí a preguntarnos cuál valor tienes mis sueños. ¿Puedo soñar? ¿Son recuerdos de mi vida pasada? ¿Son imágenes implantadas por los científicos de ZERO? ¿Tienen algún significado? Un psicoanalista podría encontrar una razón y significado en cada elemento que le conforma, pero… ¿Mi cerebro puede ser psicoanalizado? ¿Mis sueños pueden ser analogados al resto del mundo?

Era de noche. Joshua se encontraba parado en medio de una ciudad de grandes edificios, callejones se abrían aleatoriamente a lo largo de la avenida principal, mientras todo a su alrededor parecía encontrarse en una soledad absoluta.

- ¿Aló? - gritó, pero nadie parecía haberle oído. Caminó algunos pasos y nada - Si hay alguien allí será mejor que salga -

Parado en medio de aquella enorme avenida pudo distinguir una gran torre con ventanas de cristal de casi cien pisos que parecía querer perderse entre las nubes. Entonces le escuchó.

- Caos, caos, caos - las palabras comenzaron a penetrar en su cabeza, aunque parecían venir de nadie, pues era su propia voz la que escuchaba.
- ¿Dónde estoy? - preguntó, necesitaba una respuesta.
- ¿En verdad no lo recuerdas? - entonces se vio a sí mismo aparecer desde uno de los callejones, pero no sabía hasta qué punto podría decirse que era él mismo, ya que quien aparecía ante él llevaba sus brazos descubiertos y un gran cañón.
- ¿Quién…? -
- Soy tú, o bueno, era tú - él comenzó a reír mientras levantaba su arma - Pero es necesario que le ponga fin a esto - sacó el seguro del cañón - Es una pena, tenía fe en ti, tenía fe en lo que nos convertiríamos -

Al instante una enorme esfera de energía salió disparada e impactó con fuerza contra el cuerpo biomecánico de Joshua.

Despertó sobresaltado. Sudaba. Ante él se encontraba parada la coronel Loewe junto a sus hombres armados.

- ¿Un mal sueño? - preguntó entonces la coronel sorprendida, verle en ese estado le hizo preguntarse cuánto del biobot era humano y cuanto no.
- Nada - gruñó - Ya te dije Erika, no me uniré a tu estúpida organización -
- No hemos venido a eso - indicó la chica - ya que no aceptas unirte a nosotros, creo que será momento de que te traslade a tu futuro hogar -
- ¿Hogar? - preguntó confundido.
- Las instalaciones de Iron Mountain están diseñadas para servir como hogar a los fenómenos que no optan por unirse a las fuerzas de la DECOF mientras se busca la forma de encontrar una cura para ellos y reintroducirles en nuestra sociedad -
- Osea que me iré a prisión por un crimen que no cometí - señaló con calma mientras estiraba sus brazos para ser esposado.
- Aún puedes escoger unirte a nosotros - dijo entonces la coronel con aire de negociadora - Nos haría bien tener a un hombre como tú de nuestro lado -
- Ya dije Erika, no hay forma de que me una a la DECOF -
- Está bien - señaló con desaliento la coronel - Ahora, para nuestra seguridad será necesario sedarte -
- No será necesario - señaló con una sonrisa en su rostro - Estoy a gusto con ustedes, e comido más en un día de lo que solía comer en una semana. Pero si intentas sedarme no puedo prometer que siga estando a gusto -
- Está bien - dijo entonces la mujer - Pero si intentas huir te prometo que meteré una bala en tu cabeza -

Luego el biobot fue llevado por un largo pasillo hasta el helipuerto, desde allí pudo ver a la perfección como se encontraba en lo que parecía ser un edificio militar. Subió a la aeronave en conjunto con seis hombres armados y la coronel con el cañón de su arma apuntando a la cabeza de Joshua.

***​

El mundo nuevamente convertido en una pequeñez bajo mis pies, y no lograba con ello sentirme menos insignificante. Loewe y sus hombres jamás bajaron la guardia en aquél viaje y por mucho que quisiera sentirme cómodo en aquel lugar no podía al recordar la traición de la que había sido víctima por parte de la coronel para caer preso por su organización. Sólo entonces me di el tiempo para pensar en Elena Vólkova, aquella hermosa mujer que fue la razón de viajar a Sicilia. ¿Sabía ella de la DECOF? ¿Realmente estaba el doctor Dmitry Vólkov en aquella tierra? ¿Sabía Vera de la DECOF y me puso junto a ellos en el avión apropósito? A lo lejos el sol se esconde y comienza la oscuridad a ganar terreno, fue el plan de Erika para que no conociera el camino hasta la instalación a la que me llevarían a parar. Cerré los ojos y fingí dormir durante lo que parecieron años, antes de sentir que la aeronave descendía y los pasos de un sujeto avanzaban hacia nosotros, por extraño que sonase no tenía miedo a lo que estaba por venir, estaba ansioso.

Cuando Joshua hubo descendido se encontró con un sujeto de rasgos asiáticos, casi tan alto como él, aunque delgado, llevaba un uniforme militar y se paró frente al biobot.

- Bienvenido al Centro de Detención de Máxima Seguridad para Fenómenos y Alterados, o como a mi me gusta llamarlo: Hogar - el recién llegado no dijo nada, y comenzaron a avanzar en comitiva hasta unas enormes puertas metálicas que empezaron a abrirse casi al instante.

Al abrirse por completo las colosales puertas pudo vislumbrarse un largo pasillo lleno de puertas que se iban abriendo cada vez que la anterior se cerrara, hasta que llegaron hasta una gran bóveda, parecía como si el corazón mismo de aquella montaña hubiera sido arrancado de golpe hasta dejarla como un simple cascarón, dentro del cual la DECOF vertió su más avanzada tecnología y recursos para lograr una fortaleza impenetrable para prisioneros con las más variadas habilidades.

- Esto… es increíble - salió de los labios estupefactos de Joshua mientras miraba la grandeza del lugar y como todo parecía haber sido arrancado de una película de ciencia ficción.
- Este es el lugar al que nosotros - resaltó la última palabra con cierta diplomacia - somos traídos una vez que nuestra existencia pone en peligro al resto del mundo - el sujeto de rasgos tibetanos sonrió al biobot - O en el cual tenemos una última oportunidad para darnos cuenta cual sería nuestro destino de no aceptar unirnos al lado de los buenos - estiró su mano al recién llegado con amabilidad. - Kiao Jun para servirle -
- Joshua, sólo Joshua - dijo con firmeza, no lograba alegrarle la idea de pasar el resto de su vida al servicio de una organización militar secreta pero entendía que aquél que tenía frente a él buscara convencerlo - ¿Qué te hace especial? - preguntó entonces para desviar el tema, a diferencia de las prótesis de metal que claramente cualquiera podía apreciar, el sujeto ante él parecía completamente normal.
- Pues no soy capaz de sentir dolor - explicó, ante lo cual Joshua sonrió como si le hubieran contado un chiste confundiendo la mirada de Kiao.
- Hay un dolor que todos sentimos. Hasta yo que soy en gran medida una máquina - volvió a sonreír con gracia antes de que Kiao Jun se volteara y decidiera continuar con el recorrido.

Al final del pasillo se extendía una baranda circular que rodeaba el centro de la montaña y desde la que se abrían otros tantos caminos, a primera vista pudo apreciar que aquella planta estaba destinada a la seguridad de Iron Mountain y junto a sus pisos superiores conformaban el centro de control y mando de la DECOF, en tanto un elevador se encontraba en el lado opuesto al pasillo y pudo comprender que estaba hecho para llevar a los fenómenos hasta un número infinito de celdas preparadas para sujetos diferentes desde tiempos remotos, o lo suficientemente distantes para regir la fundación de la organización en cuyo poder estaba la base.

- A diferencia de lo que puedas creer éste lugar hace mucho tiempo fue una prisión Nazi - explicó Kiao mientras avanzaban hacia el ascensor - Aquí eran traídos judíos de distintos orígenes, pero en el fondo de Iron Mountain tenían un lugar reservado especialmente a un prisionero bastante especial -
- ¿Quién? - preguntó intrigado.
- Es un japonés y es la razón por la cual nuestra organización fue construida - explicó Kiao con firmeza - Él es la razón por la cual la DECOF debe proteger a la humanidad de los fenómenos como tú o como yo -

Avanzaron en silencio, pero para Joshua fue sorpresivo que ingresaran a un enorme comedor en lugar del ascensor.

- Ya estando acá no podrás escapar, así que de nada servirán los guardias armados y se te ve agotado ¿Quieres Momos o Thukpa? - preguntó con cortesía el tibetano - Me interesa conocerte Joshua, me han dicho que tienes potencial y no me gustaría tenerte encerrado en este lugar de por vida si no eres un villano -
- No me uniré a la DECOF si eso intentas hacer, ya tomé una decisión -
- Está bien Joshua, pero ahora eres invitado en mi hogar. No hay apuro alguno para meterte en una celda -

Minutos más tarde el general, la coronel, los escoltas y el prisionero se encontraban sentados juntos en una mesa comiendo apetitosamente un sin número de Momos, unas bolas de pasta rellenas y decoradas para la ocasión, junto a Raksi, un vino de arroz. A Kiao le encantaba sentir que Iron Mountain era su hogar, y no había nada mejor para hacerle sentir así que la gastronomía de su lejana nación.

***​

A pesar de mi negativa a unirme a su organización, Kiao no dejaría pasar la oportunidad de poder hacerme parte de sus reclutas. Fue por aquella misma razón que me acabaría colocando ante aquellos que llama fenómenos, quería al menos saber con quienes me sentía más identificado, si los reclusos o aquellos que habían cedido a la oferta. El problema detrás de todo, era que yo también quería poder responder esa pregunta ¿Era un monstruo? ¿Luchaba por justicia? ¿Era la DECOF de los buenos y los había juzgado mal? Pero mi mente, a pesar de todas esas dudas, no dejaba de volver a la razón fundacional de la organización, aquél prisionero cero encerrado en el fondo de la montaña desde la segunda guerra mundial. ¿Cuál era su poder? ¿Qué le hacía un peligro para la humanidad? ¿O era como yo, una creación incomprendida y arrojada a la oscuridad?

Joshua se encontraba junto a Kiao Jun en una sala de entrenamientos similar a un gimnasio bien equipado, frente a él cuatro soldados. De izquierda a derecha se encontraba un chico de piel negra, un chico de cabellos color cobre, una chica de cabellos rosados cortados de manera salvaje y por último una chica crespa con cabello color arena. Para el biobot fue imposible no centrar su atención en la chica de los cabellos caóticos, había algo en ella que impedía que calzara con el resto de los allí reunidos.

- Soldados - ordenó Kiao y al instante los cuatro sujetos ante él se posicionaron con firmeza - Hoy tengo un invitado muy especial, él es Joshua, el Biobot - los cuatro saludaron con disciplina - Quiero que ustedes sean capaces de hablarle acerca de sus habilidades y demostrarle lo que les hace únicos, no haría mal que le contaran cómo llegaron hasta la DECOF - una pausa - ¿Voluntario? - de inmediato la chica en la que se posaba la mayor del invitado dio un paso adelante.
- Mi nombre es Spam - sonrió a Joshua - fuera de estas paredes soy la mejor criminal que pudieras imaginar, dueña de la pandilla más peligrosa, capaz de enfrentar de igual a igual a cualquier mafioso - un guiño picarón - y mi habilidad es única - tras terminar de hablar Joshua no comprendió cómo la chica que tenía ante él se había duplicado, pero no tardó el haber tres, cuatro y hasta cinco de ellas - No seas tímido, puedes tocar si quieres - dijo una de las cinco - al ver que el biobot no había ni el más mínimo esfuerzo se acercaron a él y lo rodearon de forma coquetona, cada una actuando a su manera y con total libertad - Mi habilidad es la de poder hacer tantas copias como yo quiera y manejarlas a voluntad - de golpe volvió a ser solo una - La DECOF me ha dado un hogar, un lugar en el mundo, me ha permitido explorar los límites de mis poderes y me ha hecho sentir segura -

Por un momento Joshua se quedó parado, estaba sorprendido, era la primera vez que veía algo como aquello y no sabía si creer en lo que habían visto sus ojos o pensar que todo había sido un truco, una ilusión, pero no podía negar que el contacto de las cinco chicas habían sido bastante real. Luego avanzó el chico de piel negra.

- Bueno Joshua, mi nombre es Ash - dijo con firmeza - no me iré con rodeos, mi habilidad me permite manipular el fuego - al instante hizo funcionar un encendedor y al salir la llama de él comenzó a jugar con ella en sus manos - antes de la DECOF vivía en la calle, mis padres me habían hecho sentir un verdadero monstruo al casi quemar la casa - sonrió de forma picarona al recordar ese momento - Fue en la calle que me dediqué a hacer piromanía por dinero hasta que un agente de la DECOF dio con mi paradero, llevaban años rastreándome y me ofrecieron lo que nadie hasta entonces me había ofrecido - hizo una pausa mientras apagaba la llama apretando el puño - ellos me dieron un lugar del cual sentirme parte, una razón por la cual despertar y luchar - dio un paso atrás y avanzó la segunda chica.
- Yo soy Fairy, mi capacidad de volar es un don bastante extraño por estos lados - dijo alzando el vuelo con una naturalidad que podía llegar a pensar que dos poderosas sogas le elevaban, descendió y miró con atención a Joshua - No fui una criminal, ni viví en la calle, tenía una familia y era feliz - bajó la mirada, dos lágrimas recorrieron sus mejillas - acaba de cumplir 9 años cuando mi casa fue atacada por sujetos armados, mi padre me hizo refugiar en el sótano, desde allí oí cómo luchaban y… - cambió su mirada cargada de dolor para observar a Kiao con orgullo - él me rescató, con sus puños eliminó a los soldados que habían invadido mi hogar y descubrí que lo que buscaban era a mi. Mis padres eran mis guardianes y aquellos sujetos querían mi extraño don - sonrió entonces al biobot - Mi vida antes de la DECOF fue una completa red de mentiras, pero aquí encontré gente con la cual poder llegar a sentirme yo misma - retrocedió y el pelirrojo avanzó un paso.
- Así que Joshua, soy Elastic - dijo y al instante comenzaron a extenderse sus brazos mientras hacía muestras de combate y luchaba contra el aire, para luego lanzar una patada que se estiró por un metro antes de volver a su forma original. Tras realizar su presentación sonrió al biobot - antes de que la DECOF me reclutara había sufrido un accidente vehicular con mi familia, mi cuerpo había sido rescatado de los escombros con mis huesos completamente destrozados, entonces mi abuelo decidió firmar para que me colocaran un suero experimental que buscaba darme la oportunidad de tener una vida normal. Como resultado obtuve esta elasticidad, cuando Kiao llegó a verme supe que mi lugar estaría aquí -

Los reclutas se colocaron en línea y el general les ordenó que volvieran a sus quehaceres, entonces Kiao Jun se quedó solo con Joshua, quien aún se encontraba anonadado por lo que había visto.

- ¿Qué opinas? - preguntó entonces el tibetano.
- ¿Por qué no tienen un nombre? - salió automáticamente de los labios del biobot.
- Todos ellos han decidido adoptar un nombre clave, no se enorgullecen de sus identidades antes de la DECOF y se han permitido volver a nacer, no nos interesa quienes fueron, nos interesa quienes son ahora, y ellos han decidido hacer la diferencia en este mundo -
- ¿Dónde está mi celda? - preguntó luego, sin dejar de mirar el infinito.
- Acompáñame - señaló entonces Kiao y abandonaron el salón de entrenamientos.

***​

Este era el lugar en él que no les interesaba quién había sido, sólo les importaba quién eran ahora y hacer la diferencia. Un bonito eslogan pero difícil de creer, una persona sin un pasado es una persona sin identidad y que no puede darle sentido a su presente. Incluso ellos recuerdan bien quienes eran antes de unirse a las filas de la DECOF, todos cargan con una cicatriz, pero yo no tengo siquiera un nombre de modo que me fue inevitable sentir que buscaban forzarme renunciar a la búsqueda de Dmitry y hasta no descubrir los verdaderos fines de la DECOF no estaba dispuesto a ceder a la oferta de reiniciar mi vida.

- Prisionero - dijo una voz con firmeza, era la del general Kiao Jun - nombre clave Biobot -
- Mi nombre es Joshua - interrumpió molesto ante el cristal abierto del que sería su futuro hogar.
- Nombre clave BIOBOT - recalcó para imponerse al hacer nuevamente la lectura - Detenido por desorden público, con la peculiar habilidad de ser un humano con gran parte de su organismo robótico, o un robot con gran parte del suyo humano - miró a Joshua - ¿Tienes algo que decir antes de entrar en tu celda? - preguntó, no por interés, sino por cortesía.
- Nada - gruñó Joshua, miró luego una última vez a la coronel Loewe, no con el odio que sentiría un prisionero al ver a quien le atrapó antes de ser encarcelado, si no con una mirada que hizo sentir a Erika que el biobot sentía lástima por ella, miró al frente y avanzó.

La celda era un pequeño cuarto de tres por tres, sus paredes completamente lisas y un colchón con unas cuantas sábanas que conformaban la cama, a un costado un modesto closet y al abrir una puerta ubicada a un costado se tenía acceso a una ducha al seco, que a través del vapor se encargaba de limpiar el cuerpo del prisionero. Tras dar el paso el cristal se cerró, ahora era parte de los fenómenos capturados por la DECOF, sonrió con desgano antes de tirarse en la cama, en el acto se abrió un falso en la pared en que pudo encontrar su biblia lo que no le hizo sonreír más animado.

Los días pasaban lentos y monótonos, dormir, leer y comer las tres comidas enviadas por un tubo hasta él se había vuelto algo cotidiano. Fue así como cada tercera comida marcaba sus días y le ayudaron a llevar la cuenta en la pared de los días detenidos, al séptimo le llamó la atención sentirse observado, no supo cuánto llevaba ella allí parada pero aquella chica, Spam, estaba ahí observándole, como si le estudiara, pero al ver que la habían descubierto se alejó con presteza. Desde ese día Joshua comenzó a prestar más atención y al poco tiempo se dio cuenta que la chica parecía estar obsesionada con él, hasta que un día no escapó de la mirada atenta del biobot y colocando su mano en el cristal pudo ver como ella comenzaba a generar una réplica al interior de la celda.

- ¿Qué haces? - preguntó confundido al verla entrar y a la otra Spam irse.
- Te visito - señaló con una sonrisa - Me agradas Joshua, creo que eres una persona interesante, tus informes te retratan como un monstruo pero tanto Loewe como Kiao te querían en el equipo - se paseó de un lado a otro - No te imaginas lo difícil que es que te acepten en el equipo, eres al único que he oído que le ofrezcan ser un agente -
- Si quieres convencerme de lo mismo… - comenzó a decir agresivo.
- No no no - se apresuró ella - Vengo como una amiga - se acercó al biobot mirándole con sus enormes ojos marrón - Me da curiosidad de qué estás hecho -
- Carne y trozos de metal - dijo agresivo, llevaba tiempo sin compartir con otra persona, pero tampoco solía hacerlo, así que tener a esa muchacha en su celda le resultó de pronto molesto.
- Me refiero a la persona, tus recuerdos, tus sueños ¿Tienes acaso un alma? ¿Sólo eres un trozo de metal? - desde tu llegada se me hace difícil dormir, éste lugar tiene monstruos, tiene seres que no deberían existir, cosas inexplicables… pero tú eres hombre y máquina, a ti te hicieron como eres -
- Te sorprenderías lo poco que sé y el mar de dudas que compartimos - de inmediato la chica se sentó en la cama junto a Joshua.
- Entonces cuéntame -

Sentados en la cama hablaron hasta que el reloj de Spam sonó, besó rápidamente en la mejilla al hombre junto a ella y se disculpó por tener que irse. Pasarían tres días antes de que Joshua volviera verla atravesar el cristal de la misma forma.

- ¿Ahora me explicarás lo del otro día? - preguntó de forma agresiva, desde aquél día había quedado pensando bastante en la chica y su enigmática huida.
- Disculpa - dijo con un rostro en que podía notarse que sabía que lo había arruinado - Te explico, hoy es el único día en que tengo el turno en la sala de cámaras, por lo que nadie sabe que estoy aquí contigo además de mí y además estamos todos en reunión, si ellos supieran que estoy compartiendo con un prisionero me ganaría serios problemas - miró arrepentida el suelo, lo que llevó al biobot a levantarse y con su mano bajo el mentón de la chica hacer que ella le mirase.
- No sabía cuántas dificultades enfrentabas para visitarme, está bien, es grato tener con quien poder compartir - de inmediato Spam le abrazó con fuerza y ternura.
- Odiaba la idea de haber arruinado el momento - sonrió - Creo que hoy me toca hablar a mí - dijo sonrojada, luego se sentaron juntos en la cama apoyados contra la pared - Pregúntame lo que desees -
- ¿Tu nombre? - la chica sacó la lengua y la mordió mirando analíticamente a Joshua, la pregunta que le había puesto era algo complicada.
- Katy - contestó - Katherine Adams -
- ¿Cómo obtuviste tu habilidad? -
- No sé - la respuesta desconcertó al hombre - Perdí a mis padres siendo bebé, viví en un orfanato durante años hasta ser adoptada… no era una bonita familia y huí, la calle se volvió mi hogar y mi techo las estrellas - bajó la mirada, Joshua pudo notar que había tristeza en su recuerdo - Hasta que un día un sujeto intentó abusar de mi, quería huir pero me tenía aferrada con fuerza y sin saber cuando ocurrió todo había dos de mi frente a él… - respiró hondo - Si quieres saber cuándo maté por primera vez creo que te harás una idea - Se quedaron en silencio, Joshua no sabía qué más preguntar, ella por su parte parecía triste al rememorar aquel episodio.
- La primera vez que maté fue a un tipo que había golpeado a una mujer, vivía en un arriendo a las afueras de Madrid cuando oí que un hombre golpeaba a su esposa, ella gritaba y nadie hacía nada - miró a Spam - Y no pude quedarme de brazos cruzados, entré a ese lugar, el hombre tenía un cuchillo la había apuñalado y ella lloraba apoyada contra la pared suplicándole que parara. Entonces el sujeto llega y me dice que me largue, que ella se lo merece y se disponía a darle otra puñalada. No soporté, agarré el brazo del cuchillo y apreté, no conocía mi fuerza y a penas controlaba del todo las prótesis pero debí haberlo hecho con demasiada fuerza pues destrocé por completo su brazo, luego le giré y golpeé con mi puño su rostro… - una pausa mientras respiraba hondo - al sacar mi puño el rostro del tipo ya no existía, la mujer aterrorizada me pedía que no le hiciera daño, le dije que venía a salvarla, fue entonces que me di cuenta que los vecinos habían llamado a la policía. Sólo podía huir, no había forma de que explicara lo ocurrido, ni mi cuerpo, mientras huía la mujer gritaba que era un monstruo, que había matado al amor de su vida - ella se acurrucó en el brazo mecánico del biobot.
- Parece que los dos somos unos incomprendidos -
- Asesinos, y encerrados en este maldito lugar - gruñó, en cierto modo era raro sentir el contacto de otra persona. Más de alguien que sabía quién y cómo era.
- Creo que eres un héroe Joshua, y creo que Loewe y Kiao también piensan así -
- Héroe o monstruo estoy condenado a vivir aquí por el resto de mi vida - el reloj sonó una vez más, se miraron fugazmente antes de que Spam se desvaneciera ante sus ojos. Nuevamente estaba solo, pero esta vez su soledad se sentía pesarosa, era una soledad que no deseaba porque quería seguir teniéndola a ella cerca.

***​

Aquella forma de verme, de tratarme, de ser conmigo, eran suficientes para hacer que cualquier corazón endurecido por una vida carente de grandes amistades y llena de miedos se precipitara rápida y peligrosamente hacia un abismo de emociones difíciles de explicar. ¿Era probable que yo le gustara a aquella muchacha? ¿Era alguna clase de amor lo que empezaba a sentir cada vez que le veía ingresar a mi celda? ¿Era amor lo que hacía que se erizara mi piel cada vez que ella me tocaba?

- Así que eres EL biobot - dijo Spam ingresando a través del cristal - Eres único en tu clase - añadió.
- ¿Hola? - preguntó algo extrañado Joshua al verla llegar en aquella postura.
- Disculpa, he estado leyendo los informes y me he dado cuenta de muchas cosas. Me sorprende ver como has logrado huir durante dos años de la DECOF y de CEA - se acercó para tirarse en la cama apoyando su cabeza en las piernas del biobot.
- No creo ser tan bueno - dijo mirando los ojos de la chica - sino estaría lejos de aquí siguiendo el rastro de Vólkov - la chica se sentó una vez más confundida.
- ¿Vólkov? ¿Dmitry Vólkov? - Spam estaba sorprendida - Eso no salía en los informes, pero… ¿Por qué lo buscas? -
- Él me creó, ZERO me creó - saber que la chica ante él conocía a quien toda su vida había buscado no dejaba de resultar impactante - Creí que le llegaría a encontrar en Sicilia cuando Loewe me atrapó -
- Joshua - hizo una pausa mientras ordenaba sus ideas - ZERO es una rama de investigación y análisis de la DECOF, si fuiste creado por esa organización entonces eres hijo de esta… - se levantó para alejarse de Joshua y poder verlo por completo - Si es así… tiene sentido que insistieran tanto para reclutarte - a través de su copia en la sala de seguridad descubrió que había problemas - Debes salir de aquí Joshua, si la DECOF te creó querrá lo que te hace ser quien eres, si no ha logrado replicar el trabajo, si no hay otro Biobot, es porque en ti yace la clave para el futuro de la milicia del Departamento - miró el cristal desesperada, a través de las cámaras de seguridad veía como Fairy y Ash avanzaban por el pasillo - te debo dejar, pero volveré antes de lo que esperas - se lanzó a los brazos de Joshua para darle un beso sorpresivo en los labios mientras se desvanecía lentamente.

Entonces Joshua vio como ambos aparecían y se paraban frente a su celda.

- Biobot - dijo entonces Ash.
- Mi nombre es Joshua - gruñó el prisionero.
- Joshua - corrigió Ash, parecía no ser tan terco como el general - Hemos venido porque te han solicitado para una sesión especial de entrenamiento - la cara del biobot no pudo evitar manifestar extrañeza - La coronel Erika Loewe desea tener la oportunidad de un combate mano a mano contra ti -
- ¿Qué? -
- ¿Cómo crees que conseguimos tener buenos agentes en la DECOF? - preguntó Fairy - En ocasiones nuestros hombres enfrentan prisioneros para simular combates reales en el campo - hizo un movimiento en su tablet - Y tal parece que ella desea entrenar contigo -
- ¿Y si me niego? - preguntó agresivo, de cierto modo detestaba que por culpa de Loewe le hubieran arrancado a Katy de su lado.
- Pues, Joshua, no puedes negarte - el cristal bajó y Fairy puso su palma estirada hacia el prisionero para luego soplar sobre ella, poco a poco sintió que su cuerpo caía dormido.

Entrenar con aquella mujer que me disparó, ¿Qué quería conmigo? ¿No había tenido suficiente metiéndome en este lugar? Y como si fuera poco las revelaciones por parte de Katy no lograban hacerme sentir menos intranquilo ¿Dmitry en Iron Mountain? ¿ZERO y DECOF?

- Hola Joshua - dijo Loewe cuando el biobot despertó.
- Hola Erika - gruñó mientras se frotaba la cabeza - No sabía que Fairy podía drogarme -
- Lo siento, tenía que hablar contigo - Loewe se sentó junto al biobot - Bertram te manda saludos -
- ¿Dijiste que me verías? - preguntó confundido.
- Siempre me pregunta por tí, dice que eres un buen sujeto y que no te haga daño - con dificultad Joshua se levantó.
- Terminemos esto rápido, me querías para pelear aquí me tienes - gruñó.
- Quería entrenar contigo - explicó la chica - Pero sólo para poder hablar, no sabía de qué otra forma acercarme a tí-
- ¿Para qué querrías acercarte a mí? - se paseó un momento - No me uniré a la DECOF -
- No vengo por la DECOF Joshua - dijo la mujer - ¿Acaso aún no recuerdas? - la mirada extrañada del biobot fue suficiente para responder la pregunta - Pensé que a estas alturas ya habrías recuperado algunos de tus recuerdos previos a ser lo que eres -
- ¿Hay algo que sepas al respecto? - Erika se apresuró en negar - ¿Entonces? -
- Kiao te conocía - dijo la chica - O eso sospecho - una pausa para ver si tenía la atención de su compañero - Él me dijo dónde buscarte, cómo atraparte y cómo reaccionarías -
- Así que nuestro amigo Kiao Jun ve el futuro - Loewe se apresuró en negar con la cabeza una vez más.
- Después de que entraste a tu celda dijo que seguías siendo el mismo, que lamentaba que eso ocurriera, que esperaba que una chica bonita pudiera convencerte de cambiar las cosas - la coronel se levantó para mirar a los ojos al biobot - ten cuidado Joshua, no sé qué haya pasado entre tí y él, pero me temo que no hayan sido para nada buenos amigos -
- ¿Me arrancaste de la paz de mi celda para darme malas noticias? -
- Lo hice porque quiero ayudarte a despertar - confesó - Se lo debo a Bertram -
- ¿Qué tiene de especial ese niño? - preguntó enfadado, aún no olvidaba que lo había usado Erika para llegar a él, le dolía pensar que ahora hacía exactamente lo mismo. La coronel bajó la mirada con decepción.
- Bertram no es mi hijo - miró a los ojos al biobot esperando que él le preguntara algo al respecto, pero tras unos segundos simplemente se rindió, se levantó y dirigió hacia el tatami - Será mejor que nos pongamos a pelear, nos hemos tardado demasiado -

Joshua avanzó, sus pies descalzos sintieron la esponjosidad de los cuatro rectángulos que rodeaban al cuadrado central, lo quisiera o no ahora tenía bastantes ganas de pelear contra alguien para desahogar la ira que llevaba en su interior.

En general la sala de entrenamientos estaba llena de diversos implementos que le hacían lucir como un muy bien equipado gimnasio. Pero la parte en que se encontraba junto a la coronel era más similar a un dojo tradicional japonés.

- ¿Cómo va a funcionar esto? - preguntó el biobot haciendo sonar sus dedos robóticos.
- El que no pueda pararse después de tres segundos pierde, quien abandone el tatami pierde - explicó.
- ¿Y si quisiera matarte? - Erika rió.
- No lo harás -

Parados frente a frente se colocaron en posición de combate. Comenzaron a girar entorno al tatami mientras se observaban, estaban alerta esperando que su rival fuese el primero en acertar un golpe, entonces Joshua pareció ver un hueco en la defensa de Erika lanzándose para el ataque, como si lo hubiera esperado la coronel se apresuró a dar una voltereta hacia el costado para esquivar el puño y con sus manos en el tatami apoyarse para dar una patada en el costado del biobot, pero antes de que su pie tocara el torso de su contrincante la mano metálica de éste la agarró de la pierna y la levantó, un rodillazo venía desde la pierna libre directo al rostro pero echándose hacía atrás lo esquivó perdiendo el equilibrio y cayendo como un saco de papas sobre la superficie de esponja.
- Buen movimiento - gruñó el biobot antes de levantarse mientras la coronel le daba espacio para un segundo round - Era difícil imaginar que con ese cuerpo de muñeca serías tan fuerte -
- No lo soy - dijo de inmediato Loewe - Sólo usé tu fuerza bruta en tu contra -

El resto del combate se desarrolló con cierta tranquilidad, los golpes secos de Joshua lograban ser esquivados por la coronel gracias a la delicadeza de su figura, y los golpes certeros de la coronel lograban ser resistidos por la acorazada piel del biobot, quien no tardaba en responder al ataque una y otra vez, hasta que finalmente ambos estaban de lados opuestos del tatami respirando agitadamente. Desde el segundo piso del gimnasio Kiao Jun y su grupo de fenómenos observaba tras el cristal ocultando así la presencia de los cinco.

- Parece estar lista - confesó el guerrero de piel insensible.
- ¿Tú crees? - preguntó Spam a su lado.
- Claro que sí, esta chica tiene el potencial que le hará llegar más lejos que a cualquier otro - miró al resto del equipo con orgullo - Todo lo que hemos hecho hasta éste punto será recompensado pronto -
- Nos volveremos inútiles - dijo entre dientes la pelirrosa antes de desvanecerse la copia.

***​

La batalla con la coronel después de todo había descubierto la forma de devolverme la energía al cuerpo. Terminamos en un empate estratégico, seguir en ello no nos iba a resultar para nada grato y aunque el orgullo nos habría hecho seguir la realidad era muy distinta. Ahora me pregunto por el papel de Kiao Jun en mi pasado, pienso además en Katty y siento que mi mente es un caldero de confusión e indecisión ¿Debo ir por Kiao? ¿Debo esperar que él venga por mi? Es claro que he sentido cierto disgusto hacia él desde antes de oírle hablar, ¿Pero aquello lo vincula a mi pasado?

Spam irrumpió de golpe en la celda, se le notaba angustiada y desesperada.

- Debo sacarte de aquí - dijo atropelladamente - Cosas malas ocurrirán si no te saco -
- ¿Cómo piensas sacarme? - preguntó confundido el biobot.
- Está en proceso todo, abriré una brecha de seguridad con la cual lograré abrir las celdas de todo el sector… además podré llevarte a Dmitry -

La idea de tener junto a mi a la razón de mi existencia era algo imposible de contener. La brecha de seguridad libraría a otros tantos como yo, o buenos, otros tantos seres únicos ¿Era un precio justo a pagar a cambio de las respuestas que buscaba? ¿Cuál era el peligro para el resto del mundo que significaban los fenómenos de aquellas celdas? ¿Podrían ser contenidos por Kiao y sus tropas? Demasiadas preguntas me acosaban, pero tenerlo, tener a la persona que había perseguido durante los dos últimos años de mi vida…

- Acepto - las palabras abandonaron sus labios de golpe. Al instante una luz roja se encendió y comenzó a dar una alerta emitiéndose por altavoz que los prisioneros no abandonaran sus celdas. El cristal había desaparecido, ya no había vuelta atrás.
- Antes de que des un paso - dijo Spam con su mano en le pecho de Joshua - Y ya que te tardas demasiado - saltó a los brazos del prisionero - ¿Quieres ser mi novio? -

El hombre la agarró con fuerza con sus metálicos brazos para levantarla y besarla, ¿Era aquello amor? No tenía cómo saberlo, lo único claro era que de algún modo se sentía feliz.


[CONTINUARÁ...]
 
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Karlsetin

Leyenda de WaH
Respuesta: [Relato SCIFI]BioBot

Actualizo!!!
Aunque sólo llevo 2 likes, son 2 likes más de lo que esperaba~

Una nuevo lugar, Palermo, tal vez fue su antigüedad la que me atrajo hasta aquí o simplemente el pasaje que sacó Vera, pero debo admitir que Sicilia es mil veces más grande de lo que llegué a pensar y buscar al doctor Dmitry Vólkov en 25.711 km² no es tan sencillo como pensé que sería en un principio... Claro... antes lo buscaba en el mundo, pero fue mucho más sencillo encontrar una pista, dar con Lena, y ahora sólo tenía un lugar pero que nada podía decirme al respecto. Buscaba una aguja en un pajar, pero uno demasiado enorme, y con una aguja que fácilmente podría nunca haber estado allí o que no estaría por mucho tiempo.

La ciudad de Palermo se extendía de un lado a otro entre el verde follaje y las grandes colinas entorno a una gran bahía. Caminando en silencio bajo un cielo nocturno Joshua llegó hasta la entrada de la hostal que le habían indicado como la más económica y confidencial de toda la ciudad, por un momento se cuestionó que se tratara del lugar del que le habían hablado puesto que en su fachada no había rastro alguno que pudiera indicar que se tratara de una hostal, parecía a simple vista una casa de dos pisos.

Joshua tocó el timbre y le salió a su encuentro un hombre viejo y de cejas espesas, cabello completamente cano y encorvado. El silencio reinó entre ambos hasta que el biobot le mostró la tarjeta de la hostal que le había dado Vera y la razón de llegar hasta allí.

- Entonces, ¿Buscas un lugar para quedarte? - dijo el dueño de la hostal con cierto misterio en la voz.
- Siempre y cuando se diga que nunca estuve aquí - el anciano sonrió con complicidad. Fue entonces que ambos acordaron el precio y tras pagar la suma pedida el biobot entró en la casucha, transitando escalera arriba para encontrar su habitación.

El lugar no estaba cargado de grandes lujos, la verdad es que podía considerarse una casa común y corriente de la cual arrendaban sus ancianos dueños alguna habitación, pero realmente era una hostal con toda su forma y estructura, con al menos diez habitaciones y un pasaje secreto para que los huéspedes huyeran de así requerirse.

Fue apenas poner sus pies en la escalera que se vió obligado a voltearse, allí a la entrada se oía una voz conocida hablando con el anciano, para bien o para mal, aquella voz le reconoció.

- Joshua - se trataba de la chica del vuelo la que estaba allí junto a Bertram dormido en sus brazos. El anciano se giró hacia su huesped.
- ¿Vienen contigo? - preguntó entonces el hombre de canas.
- Si - contestó sin pensarlo, casi como un impulso. La idea de no estar solo le parecía hasta cierto punto reconfortante.
- Será el doble por el niño - dijo mirando a Joshua - De haber sabido antes no te hubiera dejado entrar -
- Se portará bien señor, es un buen chico - dijo Erika suplicante.
- Más le vale -

Se reunieron ambos en la escalera y subieron juntos a una habitación con dos camas, entre ambos hubo un lúgubre silencio hasta después de haber recostado a Bertram.

- ¿Así que mismo vuelo y misma hostal? - la chica sonrió algo incómoda mientras él no sabía bien como sentirse, lo que llevó a Erika a añadir al instante - Te busqué en el terminal, pero nos fue imposible encontrarte para dar las gracias -
- ¿Por eso me seguiste? - gruñó molesto - ¿Quién eres? -
- Tú sabes quien soy - dijo de inmediato algo asustada.
- Por favor, es imposible que llegaras al mismo lugar que yo cuando esta hostal no está registrada en ningún lugar - Joshua parecía realmente enojado.
- No sé de qué hablas, yo sólo seguí un dato - si se encontraba actuando era buena haciéndolo, hubiera convencido a cualquiera. Pero Joshua no era cualquiera.
- Erika, no me engañes por favor - respiraba algo agitado controlando su ira, realmente su única contención era el pequeño que dormía - Sé que escondes algo y necesito saberlo -
- Tocame y gritaré - dijo entonces Erika cambiando bruscamente su postura - Si estoy aquí es porque necesitas que esté aquí -
- ¿Necesitarte? - se echó hacia atrás confundido - ¿Quién te envía? ¿Quién eres? -
- Te lo diré todo, pero primero baja el tono, siéntate y permíteme que te explique - Joshua hizo caso de inmediato.

Bajó la guardia durante un segundo, un segundo suficiente para que la chica sacara su arma con silenciador y disparara hacia Joshua. Luego todo pareció nublarse para él.

***​

¿Podía yo morir? ¿Era acaso posible? La sangre emanaba de la herida cada vez en mayor abundancia, y aún así me costaba entender si era realmente mía o si alguien por algún extraño motivo se había esmerado en colocarla ahí para hacerme ver humano aún sin serlo.

- No me dejes - la voz sonaba a lo lejos, casi como un eco distante.
- ¿Qué le ha pasado? - la voz era de un hombre, él nunca antes le había escuchado.
- Un sujeto entró y le atacó, querían llevarse a nuestro hijo y él intentó detenerle - la voz de Erika parecía quebrada, entre lágrimas. Aún así no lograba reaccionar.

Despertó horas más tarde, en una habitación pequeña, sin ventanas y con una única puerta en el lado opuesto de la cama. trató de levantarse y no pudo, sus brazos y piernas metálicos se encontraban atrapados por fuertes grilletes.

Al instante la vio entrar, aquella mujer que le disparó lucía un uniforme con distintas protecciones en el cuerpo, un uniforme que parecía encontrarse a la altura de los uniformes típicos de las fuerzas especiales de policía.

- Hola Joshua - dijo entonces Erika - Te dije que te explicaría todo, ahora lo haré -
- No necesitabas hacer esto - gruñó tratando de forcejear para liberarse.
- Tranquilo - pidió la chica - Somos los buenos - para el biobot fue imposible contener la risa.
- No hay buenos - señaló - Sólo personas que buscan sacar provecho de algo - Erika se acercó a Joshua pudiendo leerse las siglas DECOF sobre su pecho.
- Pues por esa razón tuve que hacer lo que hice para traerte hasta aquí -
- ¿Quienes son? - preguntó de forma agresiva, sin lograr combatir contra los grilletes.
- Ya te dije que… -
- No me interesa oír que son los buenos, quiero saber qué hacen, qué quieren, qué me harán -
- Somos el Departamento de Control de Fenómenos, una rama secreta de seguridad mundial que responde directamente a la Organización de Naciones Unidas. - Joshua sonrió con desprecio.
- Así que soy un fenómeno - negó con la cabeza - No quiero que me controlen, no soy un monstruo -
- Lo sé - la respuesta de la chica le desconcertó - Nuestra organización conoce la verdad. Que intentas ser un héroe, hacer la diferencia y estamos dispuestos a ayudarte a conseguirlo, pero también nos es necesario protegerte - el biobot pareció tranquilizarse - Ahora, prometeme que si te suelto no harás nada estúpido - No hubo respuesta. - Vamos Joshua, eres un buena persona -
- Me creen un monstruo -
- CEA es peligrosa, la gente que quiere tu tecnología hará hasta lo imposible por lograrlo. DECOF es la única que puede ayudarte -
- Puedo solo Erika, si ese es tu nombre, he podido antes y podré después - La chica negó con la cabeza con cierta decepción.
- Podrías unirtenos, ser un agente de la DECOF, hacer la diferencia - casi sonaba una súplica.
- Usaste a un niño para acercarte a mi, utilizaste su inocencia para que cayera en tu trampa - Joshua negó con la cabeza - Prefiero trabajar completamente solo a ser como tú -

La agente de la DECOF se volteó y salió de la habitación sin decir nada, hasta cierto punto tenía esperanza en que el biobot aceptara. Pero también era fácil comprender que no había sido la mejor manera de traerle hasta las instalaciones. Por lo que sólo le quedaba hacerse con la esperanza de que en algún momento Joshua cambiaría de opinión.



[CONTINUARÁ...]
 

Karlsetin

Leyenda de WaH
Respuesta: [Relato SCIFI]BioBot

Ya mañana me iré de la tecnología para reconectarme con la naturaleza (creo que realmente sería "conectarme" pues nunca lo he hecho) Por lo que he decidido traer la tercera parte de esta obra. Claro que sigo trabajando en esto, tengo escenas más avanzada y sé a donde quiero llegar, pero aún necesito trabajar mucho en el cómo se llegó a tal o tal cosa.

¡Saludos a todos! Y gracias por sus likes, de algún modo me hacen sentir querido :cool:



Prisión. Estar cautivo en manos de una entidad desconocida y a la vez no saber si estoy aquí para salvarme del mundo o salvar al mundo de mí es realmente la mayor dificultad que puedo surcar. Si es para salvarme del mundo, entonces ¿Hay necesidad de que exista? La mejor manera para evitar que el mundo corra peligro es simplemente ponerme fin en lugar de preservarme por si algún día el mundo logra estar preparado para un ser como yo. Si es para salvar al mundo de mí, entonces realmente deberían destruirme, por lo que de uno u otro modo no habría razón de que mi existencia se siguiera prolongando.

Habían pasado algunos días desde que había recibido la visita de Erika. Joshua lo supo por la constante alimentación que habían impuesto sus captores. Periódicamente recibía las tres comidas del día, aunque le eran dados servicios de plásticos. Era claro que no confiaban en él, fue entonces que al quinto día la puerta se abrió.

Dos sujetos armados se encontraban tras Erika, mientras ella entraba en la habitación, Joshua se apartó un paso inseguro.

- Tranquilo - dijo la mujer - Quiero que vayamos a dar una vuelta, tal vez necesitas conocer nuestras instalaciones - el biobot se sentó en la cama.
- No gracias - dijo con seriedad.
- Déjennos solos por favor - pidió a los dos sujetos armados, quienes en una primera instancia parecieron dudar. Luego solo acataron la orden. - Si, mi nombre real es Erika, Erika Loewe y soy la coronel a cargo de estas instalaciones. -
- ¿Así que quieres reclutarme? - Joshua parecía cansado - ¿Qué pasa si no acepto? ¿Cuánto están dispuesto a mantenerme aquí cautivo? - una pausa, la coronel Loewe no respondía - ¿O cuánto les tardará buscar su abrelatas para desentrañar mis secretos y hacer un ejército como yo? - Erika pareció molestarse.
- Ya te he dicho que somos los buenos - protestó.
- Si los buenos usan niños para sus artimañas no sé qué deberé esperar de los malos - de un modo u otro parecía que tenía razón, pues a Erika le costaba encontrar forma de responder a sus acusaciones.
- Si eliges o no ser de los nuestros seguirás siendo tú, la diferencia está en que en una estarás encerrado en una celda como esta durante el resto de tu vida y en la otra podrás tener una vida normal ligada a la DECOF ayudando a la gente -
- ¿Y si mi idea es trabajar solo? -
- No tenemos agentes que trabajen solos, somos una organización. Trabajamos en conjunto -
- Entonces una vez más tendré que rechazar tu oferta - Joshua se recostó contra la pared en total comodidad - Mientras tus jefes aún no deseen desmantelarme supongo que este sitio puede llegar a ser reconfortante -

La coronel Loewe abandonó la habitación una vez más mientras el prisionero se quedaba en el silencio de aquellas cuatro paredes.

Tras recorrer un largo pasillo lleno de puertas numeradas atravesó una puerta blindada y llegó hasta el centro de operaciones de la base de la DECOF, en ella se extendía una sala llena de computadoras y una gran pantalla en la cual resaltaban las operaciones de la DECOF en la zona. Fue entonces que Erika Loewe dio la orden para que llamaran a su superior y al instante en la gran pantalla apareció un rostro con ojos rasgos y su cabeza completamente rapada.

- General Kiao - señaló entonces la chica, su interlocutor al otro lado de la pantalla afirmó con la cabeza en forma de saludo - el biobot se niega a unirse a nosotros -
- ¿Otro hostil? - preguntó con calma el asiático, Loewe negó con la cabeza.
- No es hostil, simplemente no le gusta nuestra forma de trabajo -
- Será entonces necesario que le traigas a Iron Mountain - pareció en el rostro de la coronel reflejarse cierto descontento ante tal idea - Está bien Coronel, si no es un hostil haré lo que sea necesario para que se una a nosotros, uno de ellos reclutados es uno menos que pone en peligro a nuestra sociedad -
- Como ordene General -

Al instante la imagen del General Kiao se desvaneció y se comenzaron a mover lentamente los engranajes de la DECOF para permitir el traslado de Joshua hasta aquél lugar al que iban a parar todos los hostiles que caían en las manos del departamento de control de fenómenos.

***​

Qué tan humano es mi cerebro es un asunto controversial, de ahí a preguntarnos cuál valor tienes mis sueños. ¿Puedo soñar? ¿Son recuerdos de mi vida pasada? ¿Son imágenes implantadas por los científicos de ZERO? ¿Tienen algún significado? Un psicoanalista podría encontrar una razón y significado en cada elemento que le conforma, pero… ¿Mi cerebro puede ser psicoanalizado? ¿Mis sueños pueden ser analogados al resto del mundo?

Era de noche. Joshua se encontraba parado en medio de una ciudad de grandes edificios, callejones se abrían aleatoriamente a lo largo de la avenida principal, mientras todo a su alrededor parecía encontrarse en una soledad absoluta.

- ¿Aló? - gritó, pero nadie parecía haberle oído. Caminó algunos pasos y nada - Si hay alguien allí será mejor que salga -

Parado en medio de aquella enorme avenida pudo distinguir una gran torre con ventanas de cristal de casi cien pisos que parecía querer perderse entre las nubes. Entonces le escuchó.

- Caos, caos, caos - las palabras comenzaron a penetrar en su cabeza, aunque parecían venir de nadie, pues era su propia voz la que escuchaba.
- ¿Dónde estoy? - preguntó, necesitaba una respuesta.
- ¿En verdad no lo recuerdas? - entonces se vio a sí mismo aparecer desde uno de los callejones, pero no sabía hasta qué punto podría decirse que era él mismo, ya que quien aparecía ante él llevaba sus brazos descubiertos y un gran cañón.
- ¿Quién…? -
- Soy tú, o bueno, era tú - él comenzó a reír mientras levantaba su arma - Pero es necesario que le ponga fin a esto - sacó el seguro del cañón - Es una pena, tenía fe en ti, tenía fe en lo que nos convertiríamos -

Al instante una enorme esfera de energía salió disparada e impactó con fuerza contra el cuerpo biomecánico de Joshua.

Despertó sobresaltado. Sudaba. Ante él se encontraba parada la coronel Loewe junto a sus hombres armados.

- ¿Un mal sueño? - preguntó entonces la coronel sorprendida, verle en ese estado le hizo preguntarse cuánto del biobot era humano y cuanto no.
- Nada - gruñó - Ya te dije Erika, no me uniré a tu estúpida organización -
- No hemos venido a eso - indicó la chica - ya que no aceptas unirte a nosotros, creo que será momento de que te traslade a tu futuro hogar -
- ¿Hogar? - preguntó confundido.
- Las instalaciones de Iron Mountain están diseñadas para servir como hogar a los fenómenos que no optan por unirse a las fuerzas de la DECOF mientras se busca la forma de encontrar una cura para ellos y reintroducirles en nuestra sociedad -
- Osea que me iré a prisión por un crimen que no cometí - señaló con calma mientras estiraba sus brazos para ser esposado.
- Aún puedes escoger unirte a nosotros - dijo entonces la coronel con aire de negociadora - Nos haría bien tener a un hombre como tú de nuestro lado -
- Ya dije Erika, no hay forma de que me una a la DECOF -
- Está bien - señaló con desaliento la coronel - Ahora, para nuestra seguridad será necesario sedarte -
- No será necesario - señaló con una sonrisa en su rostro - Estoy a gusto con ustedes, e comido más en un día de lo que solía comer en una semana. Pero si intentas sedarme no puedo prometer que siga estando a gusto -
- Está bien - dijo entonces la mujer - Pero si intentas huir te prometo que meteré una bala en tu cabeza -

Luego el biobot fue llevado por un largo pasillo hasta el helipuerto, desde allí pudo ver a la perfección como se encontraba en lo que parecía ser un edificio militar. Subió a la aeronave en conjunto con seis hombres armados y la coronel con el cañón de su arma apuntando a la cabeza de Joshua.
 

Tyren Sealess

A fullmetal heart.
Respuesta: [Relato SCIFI]BioBot Parte III (20/1)

Me arrepiento de haber tardado tanto en haber leído esto. Voy a empezar con lo malo: no es "ojos rasgos" sino "rasgados".
Lo bueno es que realmente consigues que entremos en la mente de este peculiar personaje y nos identifiquemos con él, además, desdibujas los conceptos tradicionales de "buenos" y "malos". Esta historia me está encantando, ¡sigue así!
 

Karlsetin

Leyenda de WaH
Respuesta: [Relato SCIFI]BioBot Parte III (20/1)

¡HABEMUS COMENTARIO!

Me arrepiento de haber tardado tanto en haber leído esto. Voy a empezar con lo malo: no es "ojos rasgos" sino "rasgados".
Lo bueno es que realmente consigues que entremos en la mente de este peculiar personaje y nos identifiquemos con él, además, desdibujas los conceptos tradicionales de "buenos" y "malos". Esta historia me está encantando, ¡sigue así!
Ufff, si me dijeses donde pasó estaría encantado (que flojo yo, ya lo arreglaré cuando lo pille)

Bueno... no sé si quiero desdibujar... sólo estoy... narrando un personaje con el cual yo sentirme identificado y cuyos momentos más relevantes y emociones más fuertes son de un modo u otro reflejos intensos de momentos que pasan por mi vida misma. Sé que escribir suele ser así, pero mi narrativa no, mi poesía si, así que en este caso es una experimentación usando las emociones de mi poesía en mi narrativa, y añadiéndole crisis existencial para forjar la personalidad de un personaje.

Bueno amados lectores (?)

Llegué ayer de un viaje fantabuloso a una reserva nacional (para él que no sepa un lugar en que la naturaleza vive en medio del desarrollo cada vez mayor de nuestra humanidad) viví en un valle entre las montañas por 8 días con un grupo de 47 desconocidos, hoy puedo llamarlos amigos, y puedo llamar a esa montaña hogar. La extraño, extraño su clima dudoso, sus aguas torrentosas y serenas, sus lluvias repentinas, sus nubes y su canto de aves... Pero no todo fue aventura, también fue trabajar de voluntariado en la construcción y preservación del lugar para que pueda recibir visitas y más gente llenarse con aquél punto de naturaleza entre las montañas de mi país.

Pero eso no significó dejar esta historia en el olvido, por ello es que ahora que he vuelto me puse en la tarea de entregarles esta 4ta parte.

¡Disfrutad! ¡Dadle Like! ¡Comentar (?)!


El mundo nuevamente convertido en una pequeñez bajo mis pies, y no lograba con ello sentirme menos insignificante. Loewe y sus hombres jamás bajaron la guardia en aquél viaje y por mucho que quisiera sentirme cómodo en aquel lugar no podía al recordar la traición de la que había sido víctima por parte de la coronel para caer preso por su organización. Sólo entonces me di el tiempo para pensar en Elena Vólkova, aquella hermosa mujer que fue la razón de viajar a Sicilia. ¿Sabía ella de la DECOF? ¿Realmente estaba el doctor Dmitry Vólkov en aquella tierra? ¿Sabía Vera de la DECOF y me puso junto a ellos en el avión apropósito? A lo lejos el sol se esconde y comienza la oscuridad a ganar terreno, fue el plan de Erika para que no conociera el camino hasta la instalación a la que me llevarían a parar. Cerré los ojos y fingí dormir durante lo que parecieron años, antes de sentir que la aeronave descendía y los pasos de un sujeto avanzaban hacia nosotros, por extraño que sonase no tenía miedo a lo que estaba por venir, estaba ansioso.

Cuando Joshua hubo descendido se encontró con un sujeto de rasgos asiáticos, casi tan alto como él, aunque delgado, llevaba un uniforme militar y se paró frente al biobot.

- Bienvenido al Centro de Detención de Máxima Seguridad para Fenómenos y Alterados, o como a mi me gusta llamarlo: Hogar - el recién llegado no dijo nada, y comenzaron a avanzar en comitiva hasta unas enormes puertas metálicas que empezaron a abrirse casi al instante.

Al abrirse por completo las colosales puertas pudo vislumbrarse un largo pasillo lleno de puertas que se iban abriendo cada vez que la anterior se cerrara, hasta que llegaron hasta una gran bóveda, parecía como si el corazón mismo de aquella montaña hubiera sido arrancado de golpe hasta dejarla como un simple cascarón, dentro del cual la DECOF vertió su más avanzada tecnología y recursos para lograr una fortaleza impenetrable para prisioneros con las más variadas habilidades.

- Esto… es increíble - salió de los labios estupefactos de Joshua mientras miraba la grandeza del lugar y como todo parecía haber sido arrancado de una película de ciencia ficción.
- Este es el lugar al que nosotros - resaltó la última palabra con cierta diplomacia - somos traídos una vez que nuestra existencia pone en peligro al resto del mundo - el sujeto de rasgos tibetanos sonrió al biobot - O en el cual tenemos una última oportunidad para darnos cuenta cual sería nuestro destino de no aceptar unirnos al lado de los buenos - estiró su mano al recién llegado con amabilidad. - Kiao Jun para servirle -
- Joshua, sólo Joshua - dijo con firmeza, no lograba alegrarle la idea de pasar el resto de su vida al servicio de una organización militar secreta pero entendía que aquél que tenía frente a él buscara convencerlo - ¿Qué te hace especial? - preguntó entonces para desviar el tema, a diferencia de las prótesis de metal que claramente cualquiera podía apreciar, el sujeto ante él parecía completamente normal.
- Pues no soy capaz de sentir dolor - explicó, ante lo cual Joshua sonrió como si le hubieran contado un chiste confundiendo la mirada de Kiao.
- Hay un dolor que todos sentimos. Hasta yo que soy en gran medida una máquina - volvió a sonreír con gracia antes de que Kiao Jun se volteara y decidiera continuar con el recorrido.

Al final del pasillo se extendía una baranda circular que rodeaba el centro de la montaña y desde la que se abrían otros tantos caminos, a primera vista pudo apreciar que aquella planta estaba destinada a la seguridad de Iron Mountain y junto a sus pisos superiores conformaban el centro de control y mando de la DECOF, en tanto un elevador se encontraba en el lado opuesto al pasillo y pudo comprender que estaba hecho para llevar a los fenómenos hasta un número infinito de celdas preparadas para sujetos diferentes desde tiempos remotos, o lo suficientemente distantes para regir la fundación de la organización en cuyo poder estaba la base.

- A diferencia de lo que puedas creer éste lugar hace mucho tiempo fue una prisión Nazi - explicó Kiao mientras avanzaban hacia el ascensor - Aquí eran traídos judíos de distintos orígenes, pero en el fondo de Iron Mountain tenían un lugar reservado especialmente a un prisionero bastante especial -
- ¿Quién? - preguntó intrigado.
- Es un japonés y es la razón por la cual nuestra organización fue construida - explicó Kiao con firmeza - Él es la razón por la cual la DECOF debe proteger a la humanidad de los fenómenos como tú o como yo -

Avanzaron en silencio, pero para Joshua fue sorpresivo que ingresaran a un enorme comedor en lugar del ascensor.

- Ya estando acá no podrás escapar, así que de nada servirán los guardias armados y se te ve agotado ¿Quieres Momos o Thukpa? - preguntó con cortesía el tibetano - Me interesa conocerte Joshua, me han dicho que tienes potencial y no me gustaría tenerte encerrado en este lugar de por vida si no eres un villano -
- No me uniré a la DECOF si eso intentas hacer, ya tomé una decisión -
- Está bien Joshua, pero ahora eres invitado en mi hogar. No hay apuro alguno para meterte en una celda -

Minutos más tarde el general, la coronel, los escoltas y el prisionero se encontraban sentados juntos en una mesa comiendo apetitosamente un sin número de Momos, unas bolas de pasta rellenas y decoradas para la ocasión, junto a Raksi, un vino de arroz. A Kiao le encantaba sentir que Iron Mountain era su hogar, y no había nada mejor para hacerle sentir así que la gastronomía de su lejana nación.
 

Karlsetin

Leyenda de WaH
Respuesta: [Relato SCIFI]BioBot Parte V (05/02)

Aunque lo tenía semilisto hace un par de días le hice algunos cambios, le añadí cosas y me di el lujo de detenerme a pensar un momento en lo que vendrá después. Por tanto, aquí viene la 5ta parte de Biobot. Disfrútenla aquellos lectores silenciosos.


A pesar de mi negativa a unirme a su organización, Kiao no dejaría pasar la oportunidad de poder hacerme parte de sus reclutas. Fue por aquella misma razón que me acabaría colocando ante aquellos que llama fenómenos, quería al menos saber con quienes me sentía más identificado, si los reclusos o aquellos que habían cedido a la oferta. El problema detrás de todo, era que yo también quería poder responder esa pregunta ¿Era un monstruo? ¿Luchaba por justicia? ¿Era la DECOF de los buenos y los había juzgado mal? Pero mi mente, a pesar de todas esas dudas, no dejaba de volver a la razón fundacional de la organización, aquél prisionero cero encerrado en el fondo de la montaña desde la segunda guerra mundial. ¿Cuál era su poder? ¿Qué le hacía un peligro para la humanidad? ¿O era como yo, una creación incomprendida y arrojada a la oscuridad?

Joshua se encontraba junto a Kiao Jun en una sala de entrenamientos similar a un gimnasio bien equipado, frente a él cuatro soldados. De izquierda a derecha se encontraba un chico de piel negra, un chico de cabellos color cobre, una chica de cabellos rosados cortados de manera salvaje y por último una chica crespa con cabello color arena. Para el biobot fue imposible no centrar su atención en la chica de los cabellos caóticos, había algo en ella que impedía que calzara con el resto de los allí reunidos.

- Soldados - ordenó Kiao y al instante los cuatro sujetos ante él se posicionaron con firmeza - Hoy tengo un invitado muy especial, él es Joshua, el Biobot - los cuatro saludaron con disciplina - Quiero que ustedes sean capaces de hablarle acerca de sus habilidades y demostrarle lo que les hace únicos, no haría mal que le contaran cómo llegaron hasta la DECOF - una pausa - ¿Voluntario? - de inmediato la chica en la que se posaba la mayor del invitado dio un paso adelante.
- Mi nombre es Spam - sonrió a Joshua - fuera de estas paredes soy la mejor criminal que pudieras imaginar, dueña de la pandilla más peligrosa, capaz de enfrentar de igual a igual a cualquier mafioso - un guiño picarón - y mi habilidad es única - tras terminar de hablar Joshua no comprendió cómo la chica que tenía ante él se había duplicado, pero no tardó el haber tres, cuatro y hasta cinco de ellas - No seas tímido, puedes tocar si quieres - dijo una de las cinco - al ver que el biobot no había ni el más mínimo esfuerzo se acercaron a él y lo rodearon de forma coquetona, cada una actuando a su manera y con total libertad - Mi habilidad es la de poder hacer tantas copias como yo quiera y manejarlas a voluntad - de golpe volvió a ser solo una - La DECOF me ha dado un hogar, un lugar en el mundo, me ha permitido explorar los límites de mis poderes y me ha hecho sentir segura -

Por un momento Joshua se quedó parado, estaba sorprendido, era la primera vez que veía algo como aquello y no sabía si creer en lo que habían visto sus ojos o pensar que todo había sido un truco, una ilusión, pero no podía negar que el contacto de las cinco chicas habían sido bastante real. Luego avanzó el chico de piel negra.

- Bueno Joshua, mi nombre es Ash - dijo con firmeza - no me iré con rodeos, mi habilidad me permite manipular el fuego - al instante hizo funcionar un encendedor y al salir la llama de él comenzó a jugar con ella en sus manos - antes de la DECOF vivía en la calle, mis padres me habían hecho sentir un verdadero monstruo al casi quemar la casa - sonrió de forma picarona al recordar ese momento - Fue en la calle que me dediqué a hacer piromanía por dinero hasta que un agente de la DECOF dio con mi paradero, llevaban años rastreándome y me ofrecieron lo que nadie hasta entonces me había ofrecido - hizo una pausa mientras apagaba la llama apretando el puño - ellos me dieron un lugar del cual sentirme parte, una razón por la cual despertar y luchar - dio un paso atrás y avanzó la segunda chica.
- Yo soy Fairy, mi capacidad de volar es un don bastante extraño por estos lados - dijo alzando el vuelo con una naturalidad que podía llegar a pensar que dos poderosas sogas le elevaban, descendió y miró con atención a Joshua - No fui una criminal, ni viví en la calle, tenía una familia y era feliz - bajó la mirada, dos lágrimas recorrieron sus mejillas - acaba de cumplir 9 años cuando mi casa fue atacada por sujetos armados, mi padre me hizo refugiar en el sótano, desde allí oí cómo luchaban y… - cambió su mirada cargada de dolor para observar a Kiao con orgullo - él me rescató, con sus puños eliminó a los soldados que habían invadido mi hogar y descubrí que lo que buscaban era a mi. Mis padres eran mis guardianes y aquellos sujetos querían mi extraño don - sonrió entonces al biobot - Mi vida antes de la DECOF fue una completa red de mentiras, pero aquí encontré gente con la cual poder llegar a sentirme yo misma - retrocedió y el pelirrojo avanzó un paso.
- Así que Joshua, soy Elastic - dijo y al instante comenzaron a extenderse sus brazos mientras hacía muestras de combate y luchaba contra el aire, para luego lanzar una patada que se estiró por un metro antes de volver a su forma original. Tras realizar su presentación sonrió al biobot - antes de que la DECOF me reclutara había sufrido un accidente vehicular con mi familia, mi cuerpo había sido rescatado de los escombros con mis huesos completamente destrozados, entonces mi abuelo decidió firmar para que me colocaran un suero experimental que buscaba darme la oportunidad de tener una vida normal. Como resultado obtuve esta elasticidad, cuando Kiao llegó a verme supe que mi lugar estaría aquí -

Los reclutas se colocaron en línea y el general les ordenó que volvieran a sus quehaceres, entonces Kiao Jun se quedó solo con Joshua, quien aún se encontraba anonadado por lo que había visto.

- ¿Qué opinas? - preguntó entonces el tibetano.
- ¿Por qué no tienen un nombre? - salió automáticamente de los labios del biobot.
- Todos ellos han decidido adoptar un nombre clave, no se enorgullecen de sus identidades antes de la DECOF y se han permitido volver a nacer, no nos interesa quienes fueron, nos interesa quienes son ahora, y ellos han decidido hacer la diferencia en este mundo -
- ¿Dónde está mi celda? - preguntó luego, sin dejar de mirar el infinito.
- Acompáñame - señaló entonces Kiao y abandonaron el salón de entrenamientos.
 

Karlsetin

Leyenda de WaH
Respuesta: [Relato SCIFI]BioBot Parte V (09/02)

Del creador del Pan con Kepchup, del amante literario del que todos admiran en el foro, del que escribe cosas, hace sprites, usa rpg maker y ni miran sus temas llega otro fascinante episodio de su historia de episodios fascinantemente cortos y fáciles de leer :D







A pesar de mi negativa a unirme a su organización, Kiao no dejaría pasar la oportunidad de poder hacerme parte de sus reclutas. Fue por aquella misma razón que me acabaría colocando ante aquellos que llama fenómenos, quería al menos saber con quienes me sentía más identificado, si los reclusos o aquellos que habían cedido a la oferta. El problema detrás de todo, era que yo también quería poder responder esa pregunta ¿Era un monstruo? ¿Luchaba por justicia? ¿Era la DECOF de los buenos y los había juzgado mal? Pero mi mente, a pesar de todas esas dudas, no dejaba de volver a la razón fundacional de la organización, aquél prisionero cero encerrado en el fondo de la montaña desde la segunda guerra mundial. ¿Cuál era su poder? ¿Qué le hacía un peligro para la humanidad? ¿O era como yo, una creación incomprendida y arrojada a la oscuridad?

Joshua se encontraba junto a Kiao Jun en una sala de entrenamientos similar a un gimnasio bien equipado, frente a él cuatro soldados. De izquierda a derecha se encontraba un chico de piel negra, un chico de cabellos color cobre, una chica de cabellos rosados cortados de manera salvaje y por último una chica crespa con cabello color arena. Para el biobot fue imposible no centrar su atención en la chica de los cabellos caóticos, había algo en ella que impedía que calzara con el resto de los allí reunidos.

- Soldados - ordenó Kiao y al instante los cuatro sujetos ante él se posicionaron con firmeza - Hoy tengo un invitado muy especial, él es Joshua, el Biobot - los cuatro saludaron con disciplina - Quiero que ustedes sean capaces de hablarle acerca de sus habilidades y demostrarle lo que les hace únicos, no haría mal que le contaran cómo llegaron hasta la DECOF - una pausa - ¿Voluntario? - de inmediato la chica en la que se posaba la mayor del invitado dio un paso adelante.
- Mi nombre es Spam - sonrió a Joshua - fuera de estas paredes soy la mejor criminal que pudieras imaginar, dueña de la pandilla más peligrosa, capaz de enfrentar de igual a igual a cualquier mafioso - un guiño picarón - y mi habilidad es única - tras terminar de hablar Joshua no comprendió cómo la chica que tenía ante él se había duplicado, pero no tardó el haber tres, cuatro y hasta cinco de ellas - No seas tímido, puedes tocar si quieres - dijo una de las cinco - al ver que el biobot no había ni el más mínimo esfuerzo se acercaron a él y lo rodearon de forma coquetona, cada una actuando a su manera y con total libertad - Mi habilidad es la de poder hacer tantas copias como yo quiera y manejarlas a voluntad - de golpe volvió a ser solo una - La DECOF me ha dado un hogar, un lugar en el mundo, me ha permitido explorar los límites de mis poderes y me ha hecho sentir segura -

Por un momento Joshua se quedó parado, estaba sorprendido, era la primera vez que veía algo como aquello y no sabía si creer en lo que habían visto sus ojos o pensar que todo había sido un truco, una ilusión, pero no podía negar que el contacto de las cinco chicas habían sido bastante real. Luego avanzó el chico de piel negra.

- Bueno Joshua, mi nombre es Ash - dijo con firmeza - no me iré con rodeos, mi habilidad me permite manipular el fuego - al instante hizo funcionar un encendedor y al salir la llama de él comenzó a jugar con ella en sus manos - antes de la DECOF vivía en la calle, mis padres me habían hecho sentir un verdadero monstruo al casi quemar la casa - sonrió de forma picarona al recordar ese momento - Fue en la calle que me dediqué a hacer piromanía por dinero hasta que un agente de la DECOF dio con mi paradero, llevaban años rastreándome y me ofrecieron lo que nadie hasta entonces me había ofrecido - hizo una pausa mientras apagaba la llama apretando el puño - ellos me dieron un lugar del cual sentirme parte, una razón por la cual despertar y luchar - dio un paso atrás y avanzó la segunda chica.
- Yo soy Fairy, mi capacidad de volar es un don bastante extraño por estos lados - dijo alzando el vuelo con una naturalidad que podía llegar a pensar que dos poderosas sogas le elevaban, descendió y miró con atención a Joshua - No fui una criminal, ni viví en la calle, tenía una familia y era feliz - bajó la mirada, dos lágrimas recorrieron sus mejillas - acaba de cumplir 9 años cuando mi casa fue atacada por sujetos armados, mi padre me hizo refugiar en el sótano, desde allí oí cómo luchaban y… - cambió su mirada cargada de dolor para observar a Kiao con orgullo - él me rescató, con sus puños eliminó a los soldados que habían invadido mi hogar y descubrí que lo que buscaban era a mi. Mis padres eran mis guardianes y aquellos sujetos querían mi extraño don - sonrió entonces al biobot - Mi vida antes de la DECOF fue una completa red de mentiras, pero aquí encontré gente con la cual poder llegar a sentirme yo misma - retrocedió y el pelirrojo avanzó un paso.
- Así que Joshua, soy Elastic - dijo y al instante comenzaron a extenderse sus brazos mientras hacía muestras de combate y luchaba contra el aire, para luego lanzar una patada que se estiró por un metro antes de volver a su forma original. Tras realizar su presentación sonrió al biobot - antes de que la DECOF me reclutara había sufrido un accidente vehicular con mi familia, mi cuerpo había sido rescatado de los escombros con mis huesos completamente destrozados, entonces mi abuelo decidió firmar para que me colocaran un suero experimental que buscaba darme la oportunidad de tener una vida normal. Como resultado obtuve esta elasticidad, cuando Kiao llegó a verme supe que mi lugar estaría aquí -

Los reclutas se colocaron en línea y el general les ordenó que volvieran a sus quehaceres, entonces Kiao Jun se quedó solo con Joshua, quien aún se encontraba anonadado por lo que había visto.

- ¿Qué opinas? - preguntó entonces el tibetano.
- ¿Por qué no tienen un nombre? - salió automáticamente de los labios del biobot.
- Todos ellos han decidido adoptar un nombre clave, no se enorgullecen de sus identidades antes de la DECOF y se han permitido volver a nacer, no nos interesa quienes fueron, nos interesa quienes son ahora, y ellos han decidido hacer la diferencia en este mundo -
- ¿Dónde está mi celda? - preguntó luego, sin dejar de mirar el infinito.
- Acompáñame - señaló entonces Kiao y abandonaron el salón de entrenamientos.

***​

Este era el lugar en él que no les interesaba quién había sido, sólo les importaba quién eran ahora y hacer la diferencia. Un bonito eslogan pero difícil de creer, una persona sin un pasado es una persona sin identidad y que no puede darle sentido a su presente. Incluso ellos recuerdan bien quienes eran antes de unirse a las filas de la DECOF, todos cargan con una cicatriz, pero yo no tengo siquiera un nombre de modo que me fue inevitable sentir que buscaban forzarme renunciar a la búsqueda de Dmitry y hasta no descubrir los verdaderos fines de la DECOF no estaba dispuesto a ceder a la oferta de reiniciar mi vida.

- Prisionero - dijo una voz con firmeza, era la del general Kiao Jun - nombre clave Biobot -
- Mi nombre es Joshua - interrumpió molesto ante el cristal abierto del que sería su futuro hogar.
- Nombre clave BIOBOT - recalcó para imponerse al hacer nuevamente la lectura - Detenido por desorden público, con la peculiar habilidad de ser un humano con gran parte de su organismo robótico, o un robot con gran parte del suyo humano - miró a Joshua - ¿Tienes algo que decir antes de entrar en tu celda? - preguntó, no por interés, sino por cortesía.
- Nada - gruñó Joshua, miró luego una última vez a la coronel Loewe, no con el odio que sentiría un prisionero al ver a quien le atrapó antes de ser encarcelado, si no con una mirada que hizo sentir a Erika que el biobot sentía lástima por ella, miró al frente y avanzó.

La celda era un pequeño cuarto de tres por tres, sus paredes completamente lisas y un colchón con unas cuantas sábanas que conformaban la cama, a un costado un modesto closet y al abrir una puerta ubicada a un costado se tenía acceso a una ducha al seco, que a través del vapor se encargaba de limpiar el cuerpo del prisionero. Tras dar el paso el cristal se cerró, ahora era parte de los fenómenos capturados por la DECOF, sonrió con desgano antes de tirarse en la cama, en el acto se abrió un falso en la pared en que pudo encontrar su biblia lo que no le hizo sonreír más animado.

Los días pasaban lentos y monótonos, dormir, leer y comer las tres comidas enviadas por un tubo hasta él se había vuelto algo cotidiano. Fue así como cada tercera comida marcaba sus días y le ayudaron a llevar la cuenta en la pared de los días detenidos, al séptimo le llamó la atención sentirse observado, no supo cuánto llevaba ella allí parada pero aquella chica, Spam, estaba ahí observándole, como si le estudiara, pero al ver que la habían descubierto se alejó con presteza. Desde ese día Joshua comenzó a prestar más atención y al poco tiempo se dio cuenta que la chica parecía estar obsesionada con él, hasta que un día no escapó de la mirada atenta del biobot y colocando su mano en el cristal pudo ver como ella comenzaba a generar una réplica al interior de la celda.

- ¿Qué haces? - preguntó confundido al verla entrar y a la otra Spam irse.
- Te visito - señaló con una sonrisa - Me agradas Joshua, creo que eres una persona interesante, tus informes te retratan como un monstruo pero tanto Loewe como Kiao te querían en el equipo - se paseó de un lado a otro - No te imaginas lo difícil que es que te acepten en el equipo, eres al único que he oído que le ofrezcan ser un agente -
- Si quieres convencerme de lo mismo… - comenzó a decir agresivo.
- No no no - se apresuró ella - Vengo como una amiga - se acercó al biobot mirándole con sus enormes ojos marrón - Me da curiosidad de qué estás hecho -
- Carne y trozos de metal - dijo agresivo, llevaba tiempo sin compartir con otra persona, pero tampoco solía hacerlo, así que tener a esa muchacha en su celda le resultó de pronto molesto.
- Me refiero a la persona, tus recuerdos, tus sueños ¿Tienes acaso un alma? ¿Sólo eres un trozo de metal? - desde tu llegada se me hace difícil dormir, éste lugar tiene monstruos, tiene seres que no deberían existir, cosas inexplicables… pero tú eres hombre y máquina, a ti te hicieron como eres -
- Te sorprenderías lo poco que sé y el mar de dudas que compartimos - de inmediato la chica se sentó en la cama junto a Joshua.
- Entonces cuéntame -

Sentados en la cama hablaron hasta que el reloj de Spam sonó, besó rápidamente en la mejilla al hombre junto a ella y se disculpó por tener que irse. Pasarían tres días antes de que Joshua volviera verla atravesar el cristal de la misma forma.

- ¿Ahora me explicarás lo del otro día? - preguntó de forma agresiva, desde aquél día había quedado pensando bastante en la chica y su enigmática huida.
- Disculpa - dijo con un rostro en que podía notarse que sabía que lo había arruinado - Te explico, hoy es el único día en que tengo el turno en la sala de cámaras, por lo que nadie sabe que estoy aquí contigo además de mí y además estamos todos en reunión, si ellos supieran que estoy compartiendo con un prisionero me ganaría serios problemas - miró arrepentida el suelo, lo que llevó al biobot a levantarse y con su mano bajo el mentón de la chica hacer que ella le mirase.
- No sabía cuántas dificultades enfrentabas para visitarme, está bien, es grato tener con quien poder compartir - de inmediato Spam le abrazó con fuerza y ternura.
- Odiaba la idea de haber arruinado el momento - sonrió - Creo que hoy me toca hablar a mí - dijo sonrojada, luego se sentaron juntos en la cama apoyados contra la pared - Pregúntame lo que desees -
- ¿Tu nombre? - la chica sacó la lengua y la mordió mirando analíticamente a Joshua, la pregunta que le había puesto era algo complicada.
- Katy - contestó - Katherine Adams -
- ¿Cómo obtuviste tu habilidad? -
- No sé - la respuesta desconcertó al hombre - Perdí a mis padres siendo bebé, viví en un orfanato durante años hasta ser adoptada… no era una bonita familia y huí, la calle se volvió mi hogar y mi techo las estrellas - bajó la mirada, Joshua pudo notar que había tristeza en su recuerdo - Hasta que un día un sujeto intentó abusar de mi, quería huir pero me tenía aferrada con fuerza y sin saber cuando ocurrió todo había dos de mi frente a él… - respiró hondo - Si quieres saber cuándo maté por primera vez creo que te harás una idea - Se quedaron en silencio, Joshua no sabía qué más preguntar, ella por su parte parecía triste al rememorar aquel episodio.
- La primera vez que maté fue a un tipo que había golpeado a una mujer, vivía en un arriendo a las afueras de Madrid cuando oí que un hombre golpeaba a su esposa, ella gritaba y nadie hacía nada - miró a Spam - Y no pude quedarme de brazos cruzados, entré a ese lugar, el hombre tenía un cuchillo la había apuñalado y ella lloraba apoyada contra la pared suplicándole que parara. Entonces el sujeto llega y me dice que me largue, que ella se lo merece y se disponía a darle otra puñalada. No soporté, agarré el brazo del cuchillo y apreté, no conocía mi fuerza y a penas controlaba del todo las prótesis pero debí haberlo hecho con demasiada fuerza pues destrocé por completo su brazo, luego le giré y golpeé con mi puño su rostro… - una pausa mientras respiraba hondo - al sacar mi puño el rostro del tipo ya no existía, la mujer aterrorizada me pedía que no le hiciera daño, le dije que venía a salvarla, fue entonces que me di cuenta que los vecinos habían llamado a la policía. Sólo podía huir, no había forma de que explicara lo ocurrido, ni mi cuerpo, mientras huía la mujer gritaba que era un monstruo, que había matado al amor de su vida - ella se acurrucó en el brazo mecánico del biobot.
- Parece que los dos somos unos incomprendidos -
- Asesinos, y encerrados en este maldito lugar - gruñó, en cierto modo era raro sentir el contacto de otra persona. Más de alguien que sabía quién y cómo era.
- Creo que eres un héroe Joshua, y creo que Loewe y Kiao también piensan así -
- Héroe o monstruo estoy condenado a vivir aquí por el resto de mi vida - el reloj sonó una vez más, se miraron fugazmente antes de que Spam se desvaneciera ante sus ojos. Nuevamente estaba solo, pero esta vez su soledad se sentía pesarosa, era una soledad que no deseaba porque quería seguir teniéndola a ella cerca.






[CONTINUARÁ...]
 

Karlsetin

Leyenda de WaH
Respuesta: [Relato SCIFI]BIOBOT Parte VI (09/02)

***​

Aquella forma de verme, de tratarme, de ser conmigo, eran suficientes para hacer que cualquier corazón endurecido por una vida carente de grandes amistades y llena de miedos se precipitara rápida y peligrosamente hacia un abismo de emociones difíciles de explicar. ¿Era probable que yo le gustara a aquella muchacha? ¿Era alguna clase de amor lo que empezaba a sentir cada vez que le veía ingresar a mi celda? ¿Era amor lo que hacía que se erizara mi piel cada vez que ella me tocaba?

- Así que eres EL biobot - dijo Spam ingresando a través del cristal - Eres único en tu clase - añadió.
- ¿Hola? - preguntó algo extrañado Joshua al verla llegar en aquella postura.
- Disculpa, he estado leyendo los informes y me he dado cuenta de muchas cosas. Me sorprende ver como has logrado huir durante dos años de la DECOF y de CEA - se acercó para tirarse en la cama apoyando su cabeza en las piernas del biobot.
- No creo ser tan bueno - dijo mirando los ojos de la chica - sino estaría lejos de aquí siguiendo el rastro de Vólkov - la chica se sentó una vez más confundida.
- ¿Vólkov? ¿Dmitry Vólkov? - Spam estaba sorprendida - Eso no salía en los informes, pero… ¿Por qué lo buscas? -
- Él me creó, ZERO me creó - saber que la chica ante él conocía a quien toda su vida había buscado no dejaba de resultar impactante - Creí que le llegaría a encontrar en Sicilia cuando Loewe me atrapó -
- Joshua - hizo una pausa mientras ordenaba sus ideas - ZERO es una rama de investigación y análisis de la DECOF, si fuiste creado por esa organización entonces eres hijo de esta… - se levantó para alejarse de Joshua y poder verlo por completo - Si es así… tiene sentido que insistieran tanto para reclutarte - a través de su copia en la sala de seguridad descubrió que había problemas - Debes salir de aquí Joshua, si la DECOF te creó querrá lo que te hace ser quien eres, si no ha logrado replicar el trabajo, si no hay otro Biobot, es porque en ti yace la clave para el futuro de la milicia del Departamento - miró el cristal desesperada, a través de las cámaras de seguridad veía como Fairy y Ash avanzaban por el pasillo - te debo dejar, pero volveré antes de lo que esperas - se lanzó a los brazos de Joshua para darle un beso sorpresivo en los labios mientras se desvanecía lentamente.

Entonces Joshua vio como ambos aparecían y se paraban frente a su celda.

- Biobot - dijo entonces Ash.
- Mi nombre es Joshua - gruñó el prisionero.
- Joshua - corrigió Ash, parecía no ser tan terco como el general - Hemos venido porque te han solicitado para una sesión especial de entrenamiento - la cara del biobot no pudo evitar manifestar extrañeza - La coronel Erika Loewe desea tener la oportunidad de un combate mano a mano contra ti -
- ¿Qué? -
- ¿Cómo crees que conseguimos tener buenos agentes en la DECOF? - preguntó Fairy - En ocasiones nuestros hombres enfrentan prisioneros para simular combates reales en el campo - hizo un movimiento en su tablet - Y tal parece que ella desea entrenar contigo -
- ¿Y si me niego? - preguntó agresivo, de cierto modo detestaba que por culpa de Loewe le hubieran arrancado a Katy de su lado.
- Pues, Joshua, no puedes negarte - el cristal bajó y Fairy puso su palma estirada hacia el prisionero para luego soplar sobre ella, poco a poco sintió que su cuerpo caía dormido.




[CONTINUARÁ...]
 

Karlsetin

Leyenda de WaH
***​

La batalla con la coronel después de todo había descubierto la forma de devolverme la energía al cuerpo. Terminamos en un empate estratégico, seguir en ello no nos iba a resultar para nada grato y aunque el orgullo nos habría hecho seguir la realidad era muy distinta. Ahora me pregunto por el papel de Kiao Jun en mi pasado, pienso además en Katty y siento que mi mente es un caldero de confusión e indecisión ¿Debo ir por Kiao? ¿Debo esperar que él venga por mi? Es claro que he sentido cierto disgusto hacia él desde antes de oírle hablar, ¿Pero aquello lo vincula a mi pasado?

Spam irrumpió de golpe en la celda, se le notaba angustiada y desesperada.

- Debo sacarte de aquí - dijo atropelladamente - Cosas malas ocurrirán si no te saco -
- ¿Cómo piensas sacarme? - preguntó confundido el biobot.
- Está en proceso todo, abriré una brecha de seguridad con la cual lograré abrir las celdas de todo el sector… además podré llevarte a Dmitry -

La idea de tener junto a mi a la razón de mi existencia era algo imposible de contener. La brecha de seguridad libraría a otros tantos como yo, o buenos, otros tantos seres únicos ¿Era un precio justo a pagar a cambio de las respuestas que buscaba? ¿Cuál era el peligro para el resto del mundo que significaban los fenómenos de aquellas celdas? ¿Podrían ser contenidos por Kiao y sus tropas? Demasiadas preguntas me acosaban, pero tenerlo, tener a la persona que había perseguido durante los dos últimos años de mi vida…

- Acepto - las palabras abandonaron sus labios de golpe. Al instante una luz roja se encendió y comenzó a dar una alerta emitiéndose por altavoz que los prisioneros no abandonaran sus celdas. El cristal había desaparecido, ya no había vuelta atrás.
- Antes de que des un paso - dijo Spam con su mano en le pecho de Joshua - Y ya que te tardas demasiado - saltó a los brazos del prisionero - ¿Quieres ser mi novio? -

El hombre la agarró con fuerza con sus metálicos brazos para levantarla y besarla, ¿Era aquello amor? No tenía cómo saberlo, lo único claro era que de algún modo se sentía feliz.
 
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