Día 5
Nuestra joven heroína se abre paso a través de la Ruta 3, y como siempre, su fiel Bulbasaur se mantiene a su lado. Ambos están en busca de aquella persona y no pararán hasta encontrarla.
No pasa mucho hasta que logran divisar una silueta en la distancia. Parece la silueta de un adulto seguido por la de otras dos personas. A medida que la distancia se acorta, la joven concentra su mirada en la imagen más cercana: cabello castaño puntiagudo, estatura considerable, piel ligeramente oscura, pantalones largos. Sin lugar a dudas concordaba con la descripción que ella tenía. Acelerando el paso, tanto ella como Bulbasaur se aproximaron a aquella persona.
-¿Usted es el famoso Líder de Gimnasio de Ciudad Plateada, el señor Brock?- preguntó la joven con ilusión.
-Vaya, no sabía que era famoso- respondió el hombre un poco ruborizado.
-Entonces, ¿si es usted?- preguntó la joven con un brillo en sus ojos.
-En efecto, ¿para qué me necesitas?- preguntó Brock con amabilidad.
-Esto… quería desafiar el Gimnasio de Ciudad Plateada, señor- dijo la joven.
-Imaginé que ese sería el motivo- dijo Brock sonriente, –pero primero debo encargarme de un asunto aquí- añadió volteando la mirada a las otras dos personas que se encontraban delante suyo.
En ese momento la joven reparó en aquellas dos personas. Se trataba de un hombre de cabello negro y corto, y una mujer de cabello rojo intenso, también corto. Ambos estaban vestidos con la misma ropa oscura con una R roja en medio.
-¿Quiénes son?- preguntó la joven algo confundida por sus atuendos.
-Somos, ni más ni menos, que miembros del Equipo Rocket- dijo el hombre de vestimenta oscura con mucho orgullo.
-… Y los he frenado aquí porque se han robado ese fósil del Museo de Ciudad Plateada- añadió Brock con su mirada centrada en el fósil que sostenía en sus manos la mujer de vestimenta oscura.
-Así es, y no pensamos devolverlo- explicó el Soldado del Equipo Rocket, -nuestro Jefe nos premiará por entregárselo-
-Pues lamento decirles que no se irán de aquí con eso en sus manos- agregó Brock con seriedad.
-Lo dices como si pudieras impedirlo… Zubat, ¡ve!- dijo el Soldado impaciente llamando a su Zubat.
-Geodude, ¡ve!- dijo Brock en respuesta al duelo que le proponía el Soldado.
La joven observó a ambos entrenadores y como había cambiado la seriedad de la situación, por lo que se dispuso a ayudar a Brock.
-Yo también combatiré- dijo la joven con seriedad.
-No te preocupes- dijo Brock extendiendo su brazo con la palma de su mano abierta en frente de ella, -solo observa- añadió con una sonrisa desafiante.
La joven sin saber realmente que hacer, prefirió seguir las instrucciones de Brock en no intervenir en el combate. La Soldado del Equipo Rocket permanecía sosteniendo con ambas manos el fósil robado, por lo que optó por observar a su compañero en vez de ayudarlo y combatir a su lado.
-Zubat, usa Impresionar- Ordenó el Soldado a su Zubat.
-Geodude, ya sabes que hacer- dijo Brock a su Geodude.
Geodude se preparó con sus brazos extendidos y asintió. Zubat atacó a Geodude con un fuerte grito, pero este se mantuvo quieto con sus brazos abiertos recibiendo el impacto.
-¡Ahora, Geodude!- dijo Brock.
Geodude había atrapado una de las alas de Zubat, a lo que este no tenía muchas opciones de escape. Geodude soltó al Zubat y retrocedió unos centímetros mientras este intentaba nivelarse en el aire. Sin necesidad de una instrucción más por parte de Brock, Geodude atacó al Zubat con un fuerte Placaje.
Al ver esto, el Soldado del Equipo Rocket entendió que no tenían chances de vencer a Brock, era demasiado bueno para ellos.
-Aprovechemos para escapar- dijo el Soldado a su compañera que asintió inmediatamente. Tras esto, ambos echaron a correr dejando al Zubat a su suerte.
-Dejar a un pokémon a su suerte en medio de un combate, ¿qué otra cosa podía esperar de ustedes?- dijo Brock decepcionado.
-Pero señor, ¡se van a escapar!- dijo la joven alarmada por la repentina huida de ambos Soldados.
-Por supuesto que no- dijo Brock sonriendo y con suma calma y tranquilidad.
La joven no comprendía a que venía la tranquilidad de Brock, pero pronto lo haría. Más adelante, un camino de rocas bloqueaba la única vía de escape de los Soldados del Equipo Rocket.
-¿Qué rayos? ¡Estas rocas no estaban aquí antes!- dijo alarmada la Soldado del Equipo Rocket.
-Hora de entrar en escena, amigo- dijo Brock.
En eso, la tierra empezó a temblar y el camino de piedras comenzó a moverse. La joven y su Bulbasaur observaban atónitos como una inmensa serpiente de rocas se levantaba del suelo. Se trataba de Onix, un imponente pokémon de tipo roca al que ambos Soldados observaban con temor.
-¡Haz algo!- le gritó la Soldado a su compañero.
-¿Yo? ¡¿Qué quieres que haga frente a eso?!- respondió su compañero señalando a la inmensa serpiente de rocas.
-¡Lo que sea! Yo llevo el fósil, ¡no puedo hacer todo!- le recriminó su compañera.
-Ya sabes que hacer, Onix- dijo Brock sumamente calmado. El gran pokémon asintió y rodeó a ambos fugitivos con su cola, atrapándolos con una simple Atadura.
-Buen trabajo- dijo Brock, -ahora llevémoslos ante los oficiales de Ciudad Plateada-.
Brock y sus pokémon dieron media vuelta y emprendieron el camino de regreso a Ciudad Plateada, mientras que los Soldados continuaban con sus quejas y llantos. La joven y el Bulbasaur aún sorprendidos habían quedado de pie maravillados por las habilidades de Brock y sus pokémon. Un poco después, volviendo con su mente a la realidad, la joven se despabiló y echó a correr detrás de Brock.
-¡Espere!- gritó la joven mientras echaba a correr. Dicho grito, volvió a Bulbasaur también a la realidad, y este echó a correr detrás de su distraída entrenadora.
Una vez en Ciudad Plateada, nuestra joven heroína por fin alcanzó a Brock que se encontraba hablando de la situación con la Oficial Jenny.
-Muchas gracias por su ayuda- dijo la Oficial Jenny con una sonrisa hacia Brock.
-Esto… no fue nada- respondió Brock sumamente ruborizado y rascando avergonzadamente su mejilla.
-Un poco más y se habrían salido con la suya- dijo la Oficial un poco preocupada.
-Oiga… ¿cree que podríamos salir a tomar algo juntos?- dijo Brock en voz baja.
-¡Oficial, la necesitamos para llevar a estos malhechores a la estación!- gritó uno de los oficiales que esperaba en la patrulla a la Oficial Jenny.
-¡Voy!- respondió la Oficial Jenny ignorando completamente a Brock, -de nuevo, muchas gracias por su ayuda- agregó observando a Brock con una sonrisa y dirigiéndose a la patrulla.
A la vez que esto tenía lugar, nuestra joven heroína y su Bulbasaur descansaban agitados a unos centímetros de Brock. La joven se recompuso para hablarle a Brock una vez más, notando extrañada que este permanecía de pie con una expresión sumamente deprimida en su rostro y un aura oscura a su alrededor.
-Emm… respecto al Gimnasio…- dijo la joven intentando llamar la atención de Brock.
-¿Eh?... Oh, es cierto- dijo Brock volviendo a la realidad, -Tenemos un duelo pendiente- añadió con una sonrisa.
-¡Así es!- dijo la joven sumamente entusiasmada.
-Ven a verme mañana al Gimnasio- dijo Brock, -hoy ha sido un largo día, así que aprovecha para descansar y pensar en una estrategia para vencerme, porque no será fácil- añadió desafiante.
-¡Así lo haré!- respondió la joven.
Tras esto, Brock se despidió sonriente, mientras que nuestra joven heroína y su Bulbasaur esperaban impacientes a que llegara el día de mañana. ¿Serían capaces de vencer a Brock? Lo que estaba claro es que sería un gran combate.
Día 6
Las puertas del Gimnasio de Ciudad Plateada se abren y nuestra joven heroína ingresa desafiante con su fiel Bulbasaur a su lado. Brock, que se encontraba sentado desayunando junto a un pequeño Omanyte, observó a la muchacha y se puso de pie.
-¡He venido a retarlo, señor Brock!- gritó la joven apuntando con su dedo al Líder de Gimnasio.
-Te estaba esperando- dijo Brock. –Déjame explicarte en que consta este Gimnasio. En frente tuyo tienes cuatro habitaciones conectadas entre sí. Para llegar a mí, tendrás que resolver el acertijo de apertura de puertas, y una vez que lo hagas y logres salir, combatiremos-.
-¡Vamos allá, Bulbasaur!- dijo la joven mirando a su Bulbasaur, que le respondió con un gruñido de apoyo.
Así que sin dudarlo, la joven ingresó velozmente a la primera habitación. Las paredes eran de piedra y la habitación estaba prácticamente vacía, a excepción de un pequeño interruptor en el piso del lado oeste. En frente había dos espacios, el del lado este estaba libre, y el del lado oeste bloqueado por una puerta automática.
La joven decidió ir por el espacio libre ingresando en una nueva habitación más pequeña, que bloqueaba el acceso a la siguiente habitación con una puerta común de madera cerrada con llave. Luego de forcejear un poco probando suerte, notó que esa no era la opción correcta, por lo que volvió a la primera habitación y presionó el interruptor del piso. Tras esto, un mecanismo se activó y la puerta automática se movió, dejando libre el ingreso a la habitación siguiente por el lado oeste. Esta nueva habitación también era pequeña y similar a la otra habitación con la puerta de madera, y de hecho, esta también tenía en frente una puerta, pero automática, al igual que otro interruptor más en el piso. La joven se dispuso a presionar este nuevo interruptor, pero antes de hacerlo, un joven campista saltó desde el rincón sureste desafiando a la joven.
-Si quieres seguir adelante, tendrás que vencerme- dijo el campista retando a la joven a un combate con su Sandshrew.
-¡Acepto!- dijo la joven indicándole a su Bulbasaur que era momento de combatir. Este dio unos pasos al frente dispuesto a enfrentarse al Sandshrew del campista.
-No extendamos este combate innecesariamente, ¡Bulbasaur, usa Látigo Cepa!- le ordenó la joven a su Bulbasaur que asintió y atacó al Sandshrew con sus lianas, dándole un fuerte golpe y mandándolo a volar. Sin embargo, esto no fue suficiente, puesto que el Sandshrew aunque dolorido, se puso de pie.
-No creas que aun así será tan fácil- dijo el campista con cierto enfado, -Sandshrew, usa Ataque Arena-. El Sandshrew aventó un puñado de arena a la cara de Bulbasaur.
-Eso no será suficiente, Bulbasaur, usa Látigo Cepa otra vez- ordenó la joven, y Bulbasaur fielmente extendió sus lianas para golpear una vez más al Sandshrew, pero esta vez no fue posible. La joven quedó sorprendida, pero la precisión de Bulbasaur había bajado con ese Ataque Arena, dándole al Sandshrew una oportunidad de esquivar el ataque.
-Ahora es nuestro turno, ¡Sandshrew, usa Arañazo!- dijo el campista. Sandshrew se abalanzó hacia el Bulbasaur conectándole un fuerte arañazo.
-Resiste Bulbasaur, tu rival está cerca, ¡usa Placaje!- dijo la joven. Bulbasaur asintió y logró conectar un fuerte Placaje, impactando con la cabeza en el estómago del Sandshrew que una vez más salió volando, solo que esta vez no se levantaría de nuevo.
-Regresa Sandshrew- dijo el campista al ver a su Sandshrew derrotado.
-¡Bien hecho, Bulbasaur!- dijo la joven felicitando a su Bulbasaur que sonreía victorioso.
-Me has derrotado, esta llave es para ti- dijo el campista entregándole una llave plateada a la joven entrenadora, -ahora podrás abrir la puerta de la habitación de al lado- agregó.
-Muchas gracias- dijo la joven tomando la llave.
Ahora podía pasar por la puerta de madera de la habitación siguiente, pero ella quería comprobar algo más. Puso su pie sobre el interruptor del suelo, lo cual provocó que la puerta de ingreso a aquella habitación se cerrara, pero también pudo escuchar el sonido de una nueva puerta abriéndose, aunque no era ninguna por la que pudiera pasar en ese momento. Esto no le dejaba muchas opciones, por lo que volvió a presionar el interruptor y, por consiguiente, la puerta de ingreso a esa habitación volvió a abrirse, seguido por el ruido de una puerta más cerrándose, posiblemente la puerta desconocida que previamente se había abierto con el mismo interruptor.
Volviendo a la puerta de al lado, la joven usó la llave plateada para abrir la puerta de madera, allí una nueva habitación esperaba, muy similar en formato a la primera, pero con una sola puerta automática en frente y un interruptor más en el piso. Al presionar dicho interruptor, una puerta se abrió, pero no fue la que ella esperaba, sino otra puerta automática cercana a la puerta de madera. La joven se acercó para revisar, se trataba de la puerta que conectaba la habitación donde había tenido el duelo con el campista. En ese momento ella entendió el acertijo, volvió a la habitación donde había enfrentado al campista y presionó el interruptor. Al hacer esto, la puerta de la primera sala se cerró y última puerta de la cuarta habitación se abrió.
Feliz de haber resuelto el acertijo, la joven corrió hacia la salida de la cuarta habitación junto a su Bulbasaur, entrando en una arena de combate enorme con piso de tierra y varias rocas enormes distribuidas de forma aleatoria en todo el campo. Del otro lado de este, Brock esperaba de pie como el último desafío para obtener la ansiada medalla del Gimnasio.
-El combate será a un máximo de dos pokémon por cada entrenador, el primero en debilitar a los pokémon del contrincante, gana- explicó Brock con una pokéball en su mano.
-¡De acuerdo!- dijo la joven ansiosa, ya no podía esperar más por enfrentar a Brock.
-Entonces comencemos, Geodude, ¡ve!- dijo Brock lanzando su pokéball y enviando a Geodude al campo de batalla.
-Perfecto- dijo la joven tomando una pokéball de su bolsillo, -Mankey, ¡ve!- gritó lanzando la pokéball al aire y enviando a su fiel Mankey al campo de batalla.
-Esto será interesante- dijo Brock con una sonrisa desafiante.
-Tenemos ventaja de tipo, Mankey- dijo la joven con confianza, -usa Golpe Karate- añadió.
-Geodude, ya sabes que hacer- dijo Brock.
Mankey se lanzó a gran velocidad a contra el Geodude de Brock. Sumamente calmado, Geodude se mantuvo quieto abriendo sus brazos para recibir el golpe. Mankey logró conectar un fuerte Golpe Karate en el cuerpo de Geodude, pero este a pesar de sentir bastante dolor, no se movió. Una vez finalizado el ataque de Mankey, este y su entrenadora notaron que Geodude al recibir el golpe también había atrapado el antebrazo de Mankey con una de sus manos.
-Ahora Geodude- dijo Brock calmado.
El Geodude sujetó a Mankey en el aire y lo soltó dejándolo caer desde una altura considerablemente baja, pero que le daba el tiempo suficiente para su siguiente ataque. Tomando un poco de envión, Geodude conectó un fuerte Placaje contra Mankey que chocó fuertemente contra el suelo.
-No puede ser- dijo la joven preocupada.
-No todo se trata sobre la ventaja de tipos- explicó Brock.
-De todas formas no nos rendiremos, ¡rápido Mankey, Golpe Karate!- gritó la joven depositando su confianza en su Mankey.
Reaccionando inmediatamente, Mankey brincó del piso y conectó un fuerte Golpe Karate en el mentón de Geodude, mandándolo a volar al otro lado del campo. Geodude cayó al suelo y no fue capaz de reponerse de tal golpe, por lo que Brock tomó la pokéball y los llamó de regreso.
-¡Bien hecho, Mankey!- gritó la joven con alegría.
-Bien hecho, amigo- dijo Brock sosteniendo a su pokéball y guardándola en su bolsillo luego. -Veamos que puedes hacer ahora, ¡Onix, ve!- agregó lanzando una nueva pokéball y a su Onix al campo de batalla.
-De un solo golpe no caerá… Mankey, usa Foco Energía- dijo la joven pensativa y preocupada por el Onix de Brock.
-Interesante…- dijo Brock pensativo, -Onix, Fortaleza- ordenó a su gran Onix que aumentaba aún más su defensa.
-Eso no servirá si es un crítico…- dijo la joven con algo de confianza, -¡Golpe Karate, Mankey!-.
-No te dejes, Onix- respondió Brock.
Mankey se apresuró a golpear al Onix con un fuerte Golpe Karate, pero este protegió la parte superior de su cuerpo interponiendo su cola en el trayecto. Mankey conectó el Golpe Karate sin mucho éxito, no había sido un golpe crítico ni le había dado en la parte superior de su cuerpo.
-Ahora, Onix- dijo Brock.
El Onix rodeó a Mankey con su cola usando una fuerte Atadura que no le permitía escapar. La joven preocupada quedó sorprendida al ver la situación en la que había quedado su Mankey.
-Mankey, ¡usa Golpe Karate!- ordenó la joven.
La cola de Onix que le rodeaba completamente apretando su cuerpo le impedía realizar cualquier movimiento al haber atrapado también sus brazos.
-Onix, Fortaleza- le ordenó Brock a su Onix que seguía subiendo su defensa.
Sin poder hacer mucho, Mankey se debilitó y la joven tomó su pokéball para retirar a su pokémon de aquella situación.
-Gracias por esforzarte tanto, Mankey- dijo la joven feliz frente a su pokéball.
-Imagino lo que vendrá ahora- dijo Brock observando a la joven.
-Es tu turno, Bulbasaur, ¡demuéstrale de lo que somos capaces!- dijo la joven a su fiel Bulbasaur que asentía con un fuerte gruñido.
-Es lo que imaginé, ya sabes que hacer, Onix- dijo Brock disfrutando del combate.
-Bulbasaur, ¡Látigo Cepa!- ordenó la joven.
Bulbasaur atacó con sus lianas al gran Onix que volvía a resguardar la parte superior de su cuerpo con su cola. Las lianas impactaron casi en el mismo lugar que el golpe de Mankey, sin mucho resultado puesto a la elevada defensa de Onix luego de dos Fortaleza.
-¡Ahora, Onix!- gritó Brock con firmeza.
Onix atrapó a Bulbasaur con una fuerte Atadura, rodeando su cuerpo y presionándolo con fuerza. La joven sumamente preocupada por su Bulbasaur no sabía que hacer frente a semejante amenaza como lo era ese Onix.
-¡Resiste, Bulbasaur!- gritó la joven con esperanza, pero Bulbasaur dejaba notar con sus expresiones de dolor lo difícil que le era sobrellevar la Atadura del Onix. No resistiría mucho tiempo más así.
-Ya no hay mucho más que puedan hacer- dijo Brock.
La joven intentaba pensar, pero le era difícil al escuchar los gritos de dolor de Bulbasaur y la situación en la que se encontraba. En un último esfuerzo por seguir creyendo en su fuerza y en la de su Bulbasaur, ella cerró sus ojos buscando una respuesta que pudiera ayudarlos a vencer a ese Onix.
-¡Ya se!- gritó la joven al encontrar una posible respuesta, -¡Bulbasaur, usa Drenadoras!- añadió con esperanzas.
Bulbasaur asintió y con un gran esfuerzo, dejo caer unas semillas en el cuerpo del gran Onix. Tanto Brock como Onix se sorprendieron por la jugada de la retadora y su pokémon. Las Drenadoras habían conectado y le quitaban energía lentamente al Onix para mantener apenas en pie a Bulbasaur.
-¡Resiste, Onix!- dijo Brock sabiendo que la victoria ya no estaba tan asegurada, -presiónalo con todas tus fuerzas- añadió con preocupación.
-¡Aguanta Bulbasaur, tú puedes!- gritó la joven depositando toda su confianza en su Bulbasaur.
Ambos pokémon se esforzaban por no caer. Bulbasaur se mantenía en pie gracias a las Drenadoras y Onix cada vez perdía más energía. ¿Quién sería el vencedor?
Ambos entrenadores se mantuvieron expectantes, la victoria dependía de la voluntad de sus pokémon. Finalmente, en una señal de desgaste, Onix aflojó un poco la Atadura con la que tenía apresado a Bulbasaur.
-¡Ahora Bulbasaur, Látigo Cepa!- ordenó la joven al ver una clara oportunidad.
En un último esfuerzo, Bulbasaur extendió sus lianas y conectó un fuerte golpe en la mandíbula del Onix. Onix quedó aturdido y ambos pokémon cayeron al suelo levantando una nube de tierra. Al despejarse dicha nube, el Onix de Brock estaba recostado en el suelo sin fuerzas para continuar, y el Bulbasaur de la joven retadora se mantenía apenas de pie con sus últimas fuerzas.
La joven, con sus ojos brillosos, vió a Bulbasaur y corrió a abrazarlo, mientras que Brock llamó a su gran Onix de regreso con una sonrisa agridulce en su rostro.
-Estoy orgulloso de ti, amigo- dijo Brock a su pokéball.
La joven feliz sujetaba en brazos a su buen amigo, finalmente habían ganado y se habían hecho con la primera medalla de Gimnasio.
Brock, feliz por la victoria de la joven, se acercó a ella con la medalla en sus manos.
-Te hago entrega de la medalla Roca, señal de que me venciste en un duelo justo y de que eres una gran entrenadora- dijo Brock entregándole la medalla a la joven.
La joven, llena de alegría, dejó salir a su Mankey de la pokéball, y junto a sus dos pokémon levantó la medalla al aire en señal de victoria y felicidad.
-Lo logramos ¡todos juntos!- dijo feliz seguida por el grito de alegría de sus dos agotados pokémon.
Más tarde, de nuevo en la entrada del Gimnasio, la joven con Bulbasaur en brazos y Mankey trepada en su espalda, se despedía de Brock y del campista.
-Grandes retos te esperan, sigue combatiendo junto a tus amigos con corazón y astucia- dijo Brock como último consejo.
-Así lo haré, señor, gracias a ambos por el desafío- dijo la joven con una sonrisa abandonando el Gimnasio de Ciudad Plateada en dirección al Centro pokémon para darle a sus buenos amigos un merecido descanso.
Brock y el campista observaron a la joven salir del Gimnasio.
-Buen combate, Angelito- le dijo Brock al campista mientras regresaba a su puesto en la arena.
-Gracias, señor Brock- dijo el campista con respeto y admiración por Brock.
Ahora nuestra joven heroína descansa con sus buenos amigos recuperándose en el Centro pokémon de Ciudad Plateada. ¿Qué grandes retos les aguardan? A lo lejos, en Ciudad Celeste, Misty espera por ellos.