Creepy Stories | 28/10/18

En mis tiempos de adolescencia, o, siendo mas concretos, cuando apenas empezaba esta etapa. Comencé a manifestar la habilidad de ver a los muertos.
Aclaremos algo; podía verlos, y ellos a mi, pero aparte de eso no podía mantener con ellos algún otro tipo de contacto, al menos, yo no podía hablar con ellos, pero no viceversa.

Si mi memoria no me falla, nuestro primer encuentro tuvo lugar en la cena del Día de Acción de Gracias; mi familia es bastante grande, la mayoría de mis familiares aún no "abandonan el nido" por falta de pareja u trabajo, en mayoría son hombres, cabe destacar.
Cuando todos tomamos asiento, y la mesa estuvo correctamente preparada, hicieron presencia los espectros; no llegaron a través de la pared, ni nada por el estilo, poco a poco noté que unos extraños rostros -completamente mórbidos y desfigurados- se asomaban por la parte baja de la mesa, hasta llegar a lo que sería su tórax.
Mientras estas criaturas me observaban con frialdad, mi padre, que estaba sentado justo a mi lado, me preguntó por mi mirada tan rara; sorprendido de que estos no pudieran ver a los bizarros entes, y para disimularlo, simplemente lo ignoré.
Algo extrañado, continuó comiendo.

Los dichosos engendros comenzaron a manipular los rostros de mis familiares; jugaban con ellos.
A mis ojos llegaban las imágenes de los rostros de mi familia completamente deformados, aterrado, grité, y posteriormente, corrí.
Ya en mí habitación, reflexioné acerca de lo que justo terminaba de ver, por lo que comencé a investigar sobre lo paranormal.
Descubrí muchas cosas, y anoté las posibilidades en una hoja; quizá estos espíritus fueron huéspedes de la casa cuando todavía les latía el corazón, y al morir -Dentro de la misma-, sus almas quedaron atrapadas en esta.
También estaba la posibilidad de que son almas en pena cuyo objetivo no se logró, y ahora deambulan en un limbo entre la vida y la muerte, hasta que puedan lograr con su cometido, o que un vivo acepte ayudarle cumpliéndole por el.

Regresé rápidamente a la cena, mientras que mis familiares me observaban con algo de intriga.
Ya no les tuve miedo, al menos hasta dentro de unos años.

Llegada ya mi adultez, los espectros "evolucionaron", por así decirlo.
Lograban que tuviera visiones de las muertes de cada uno de mis familiares, manipulaban mi mente en todo sentido.
Para ese entonces taché las teorías que había anotado a lo largo del tiempo de lo que eran, y lo que querían estos espíritus; llegué a pensar que solo eran demonios, incluso los escuchaba, deseaban mi muerte, la sugerían, la anhelaban.

Acudí a un psiquiatra.
Mientras mas lo sumergía en mis historias sin sentido y le hablaba de las visiones que tenía, noté como la expresión de su rostro cambio de una crédula a una mirada "neutral", al parecer, ya estaba acostumbrado a este tipo de locuras.
Has llegado al punto central de esta historia, lo que relataré a partir de ahora lo estaré haciendo en tiempo real; es decir, mientras sucede.

El psiquiatra se dirige a donde se encontraba su secretaria, me escabullo lentamente hacía donde este se encuentra, entre palabreríos que no me interesan o incumben, mi mente se centra en la última palabra que llegó a mis oídos; psicosis paranoica.
Todo se esta deformando, ¿que es lo que sucede?

En este momento estoy en un barranco; la piedra es negra, como el color de la obsidiana, me siento atraído, quiero saltar, la niebla que esconde el abismo me resulta tan atractiva.
Intento dejarme llevar, pero hay algo en el medio, me lo impide; concentro mi mirada en el frente, y ahí están.

Esos putos engendros, que durante un tiempo me atormentaron, sin piedad o pena alguna, estaban ahí.
Ahora tenían rostro, y los comenzaba a reconocer, cada uno de ellos; era mi familia.

Ahí estaban todos, sosteniéndome, no querían que me fuera; que cometiera tal error.
De repente, todo se torna blanco, el espacio es ahora el interior de una casa roída por animales, un hedor pútrido al acecho, y ahí estoy yo, cuando apenas empezaba mi adolescencia.
Sentado en una mesa, solo, charlando con la misma nada, con una mirada perdida en la soledad, acto seguido, corro hacía mi cuarto.

Entro en shock. ¿En donde esta mi familia?
El entorno cambia nuevamente, ahora es mi habitación; mi versión joven, está en frente de una computadora completamente destrozada, intentando cortarse las venas, sin embargo, noto como mi madre, mediante una especie de conjuro, evita que lo haga.

Regreso al barranco.
Una mueca de felicidad toma forma poco a poco en mi rostro, ya no les queda magia alguna que pueda detenerme, solo pueden intentar sostenerme, no podrán impedirlo; después de todo, los muertos no pueden tocar a los vivos.

Ser niñera no es un trabajo nada fácil, entré en el negocio hace 2 años, cuando emigré de mi país natal a causa del mal estado en el que este se encontraba.
He de admitir que, naturalmente, no esperaba trabajar cuidando infantes, sin embargo, entre hacerlo o seducir, y posteriormente, casarme con un depravado sexual terminé por tomar la primera opción.
A lo largo de mi carrera construí una reputación bastante buena, las madres acostumbraban a acudir a mi antes que dirigirse a uno de sus familiares o algo por el estilo, además de escuchar mi nombre en boca de cada persona que veía cuando caminaba hacía mi hogar.

Me encantaba mi tarea, aún estando consciente de los niños malcriados y todo tipo de adversidades que se presentarían en esa puerta, no me rendí.
Hoy, después del día atareado que tuve ayer, me encargaron a un jovencito de 10 años, llamado Michael.
Debo decirles que estoy realmente agotada, hubiera rechazado al pequeño de no ser que me entregaran semejante cantidad de efectivo, me sorprendí bastante.
Cuando me dieron la paga, me fijé en la apariencia de sus padres; habían bolsas debajo de sus ojos, estaban despeinados y algo sucios, sin embargo, no le presté atención.

Le doy la bienvenida al pequeño, sin recibir respuesta. El día pasa bastante rápido, llegada ya la tarde, invito a Michael a almorzar, que afirma con la cabeza.
Cuando coloco el plato sobre la mesa, comienza a hablarme de una manera soberbia e arrogante.

-"Me conocen como el chico genio, ¿sabes?"
-"Me alegro por ti." -Le respondo alegremente
-¿Y sabes por qué?
-"Pues no."
-"Porqué se conseguir todo lo que quiero"
-"Ajá." -Respondo cortante; no es la primera vez que me dicen eso.
-"Das pena, ¿lo sabes, verdad?, seguro que abandonaste tu país teniendo de excusa la falta de algún tipo de recurso, ahora, crees que por ser algo conocida ya eres algún tipo de diosa o algo por el estilo."

Quede estupefacta.
-"¿Co-cómo es que tú...?"
-"¿Acaso me equivoco?"
-"Pedazo de mierda" -En ese momento mis modales se fueron a la verga.
-"Oh oh, cuidado Marlín, he dejado cámaras y grabadoras por todos lados, si no modelas tu lenguaje, te reportaré con mis padres, perderás tu amada reputación y caerás en la miseria, y no queremos eso, ¿cierto?"

En este momento si que estaba cagada del miedo, no solo sabía mi nombre, que, por cierto, no le había dicho a nadie más que a mis amigos y familiares. Sino que el cabrón me tenía en bandeja de plata, no podía hacer nada.
-"Decidí aprovechar mi talento, aunque si, supongo que es algo estúpido gastar tiempo valioso en joder las carreras de las personas, pero bueno, con 10 años no es que puedas hacer mucho."

Me levanté de la mesa, molesta y jodidamente sorprendida. Pude localizar una de las grabadoras que Michael había dejado en la casa, y la tomé, sin que se diera cuenta.
-"Voy a salir" -Le dije.
-"Acudir con mis padres no es una muy buena opción que digamos."
-"¿Y que harás genio? ¿Llamar a la policía por que una niñera va a hablar con tus padres? ¡JA!" -Reí.
-"Entonces no me dejas otra opción." -Dijo, y se marchó al piso de arriba.

Acudí a sus padres, estos, me hablaron acerca de como Michael era un niño algo especial, cosa que por supuesto, ya sabía. Me dijeron que llegarían en un momento, que debían alistarse, cosa que no entendí mucho, pero no me importó, quería ver como el pequeño diablillo sufría.
Cuando llegué a casa, encontré varias notas pegadas alrededor de la misma; "No me dejaste opción", "Esto tu te lo buscaste", etc.
Llamé a Michael desde afuera, cuando no recibí respuesta, entré. La casa estaba repleta de manchas de sangre y trozos de ropa de infante, además de lo que parecían órganos.
Créanme, estaba jodidamente asustada, llamé a Michael una vez más, pero no recibí respuesta. Me encaminé hacía mi habitación, en cuanto abrí la puerta, algo saltó encima de mi, cubriéndome de sangre todo el cuerpo. Después de forcejear, me di cuenta de que esta cosa no intentaba asfixiarme, es mas, al parecer no estaba vivo.
Me levanté, y tomé a lo que aparentaba un niño; era Michael.

Estaba destruido, su carne parecía roída, su cuerpo emanaba pus, era asqueroso, aterrorizada, lo tiré. Me di cuenta de que tenía una nota pegada, la leí.
"Hola, Marlín. ¿Que confuso todo esto, no? jajá. Permíteme explicarte todo. Supe que acudirías con mis padres cuando tomaste una de mis grabadoras, mientras pensabas en que hacer, ingenié un plan infalible, que convertiría tu vida en un infierno. En cuanto saliste, decoré la casa de una manera lúgubre y atemorizante, para que te fueras dando la idea de que te encontrarías. Luego de haberme anestesiado con ciertas cosas que traía en mi mochila, que por cierto, no revisaste, me corté, y vacié sangre por alguna partes de la casa. Acto seguido, construí una especie de mecanismo, relacionado con tu puerta, de modo que cuando la abrieras, mi cadáver se encaminaría hacía ti, sería bastante complicado de explicar este mecanismo, por lo que te quedarás con la duda, cabe destacar que acuchillarme fue muy doloroso, pero tenía que ser realista, al final valió la pena; no podrán atraparme, y tu estás jodida. Después de todo, ahora estas manchada de sangre a mas no poder, además de tener el cadáver de un niño, que, todos creerán inocente. Tu misma atrajiste a mis padres a mi trampa mortal, el poco tiempo que tenías lo malgastaste leyendo esta nota, y, si piensas usarla de prueba, mírala por un segundo, gotas de sangre caen de tu cuerpo y la dañan, pronto se va a deshacer, además, he removido todas las cámaras y grabadoras que coloqué anteriormente. Te culparán de asesinato, y de muchos otros crímenes, sin amigos ni familia que te apoyen por haber emigrado, ni ningún testigo de que yo sea el responsable de todo este desastre, dime. ¿Qué es lo que harás?, programé mis grabadoras con un modo de borrado automático, así que la que tienes no sirve, ya no tienes evidencia alguna, te vas a pudrir en la cárcel, y posteriormente morirás, reconócelo, en este duelo yo ya gané."

Dejé caer la nota, estupefacta, no sabía como reaccionar.

Tocan a mi puerta, desde acá se escuchan las sirenas.
Michael era un niño bastante inteligente, debo admitirlo. Carajo, era un maldito genio.

Me dirigí a casa de Tyler luego de haberme llamado para enseñarme cierta cosa, dijo que era algo increíble, espero no sea una decepción.
Siendo sincero, no soy muy amigo de ese chico, me había juntado una que otra ocasión con el para los exámenes y trabajos puesto que era bastante bueno en esa zona, pero fuera de eso no pasaba mucho tiempo con el, era algo, raro.

Tyler estaba afuera de su casa, dijo que me había estado esperando por horas; qué dramático, apenas me llamó hace unos 10 minutos. Me señalo con el brazo que lo siguiera, fuimos a su ático, dentro de una caja, se encontraba una pequeña lampara, me explico que era el motivo de que estuviera ahí, la lampara supuestamente era mágica, y había sido un tesoro de su familia por décadas, tal parece, se la habían dado hace unos días.
Me retó a que la frotara, por supuesto, no creo en este tipo de cosas, así que me dio igual. La froté unas 3 veces, no pasó nada, lo intenté otra, y otra vez, Tyler también, pero no sucedió nada.

Me reí por lo bajo.
Tyler se disculpó por haberme hecho perder el tiempo, le dije que no había problema, al fin y al cabo, fue interesante, me despedí, y volví a mi hogar.
Directamente entré en mi cama, estaba agotado, y quería descansar, antes de pegar el ojo, repentinamente todo empezó a vibrar, pensé que era un temblor, pero sin explicación alguna, se apareció un ojo GIGANTE en mi habitación, quería gritar, pero el miedo no me lo iba a permitir.

-"Tu primer deseo" -susurró aquel ojo.

-"¿Uh?"

-"Soy el causante de tus sueños y el proveedor de tus desgracias, estoy a tus servicios, y te concederé 3 deseos"

Traté de calmarme y pensar en una explicación racional, quizá me dormí sin darme cuenta, probé a pellizcarme, pero no funcionó.
Entonces esto es real.

Bueno, no es que su diseño me agradase mucho, pero era una especie de genio al fin y al cabo, así que intenté probar suerte.

-"Vale" -dije -"Quiero despertar"
-"Eso es imposible, por qué ya estás despierto"

Eso me lo confirmaba, así que decidí ponerme serio.
-"Deseo ser popular"

Un destello amarillo inundó la sala, me quedé ciego por unos momentos, pero todo volvió a la normalidad en cuestión de segundos.
-"Concedido" -mencionó el "genio"
-"Pero, no ha sucedido nada" -respondí
-"Mañana por la mañana te darás cuenta de que si" -dijo, y desapareció.

Decidí dormir, algo confundido.
Al irme a clases por la mañana me di cuenta de que todos me miraban con desprecio.
Nadie quería autógrafo, nadie me hablaba, era muy raro.

Llegué al aula, y todos comenzaron a susurrarse entre si sobre mi.
-"Pst, ¿ese es el ladrón?"
-"¿Seguro de que el lo robó?"

¿Ladrón, qué ladrón?, no recuerdo haber tomado nada sin permiso.
La directora entró al aula, y mencionó que alguien se había infiltrado en el colegio por la noche y había robado las respuestas del examen del día de hoy.
Mostraron una grabación, en donde una persona, con un traje negro, abrió el cajón con llave de la dirección, y robó la hoja con las respuestas, al ladrón se le cayó la capucha del traje.
Era yo.

Pensé que era sonámbulo o algo parecido, pero en la grabación se veía perfectamente que tenía los ojos abiertos, todos me echaron la vista gorda, y yo solo negué el haber hecho eso y me encogí de hombros.
Revisaron mi mochila, y efectivamente, ahí estaba la hoja de las respuestas. Llamaron a mis padres, aunque les expliqué que no había sido yo, no dudaron en el testimonio de la directora ni un segundo. El resto de la semana me trataron de una manera despreciable, ya no se molestaban en llamarme por mi nombre, eran muchos apodos como para recordarlos todos.

Curiosamente, el genio no apareció durante esa semana, al finalizar, apareció en mi habitación nuevamente, así que solté mi enojo.

-"¿Pero se puede saber que clase de popularidad es ésa?, ¡todos me creen un ladrón y es culpa tuya!"
-"Me pediste fama, te di fama, nunca especificaste de que manera la querías"

Me frustré bastante por qué tenía razón, fue mi culpa al no elaborar bien mi deseo.
Ya sabía por donde iba todo esto, había visto muchas películas en donde pasaba algo parecido, tenía que pensar mucho mejor mis deseos de manera que no salga perjudicado.
-"Buena jugada, es tiempo de ponernos serios" -continué -"Mi 3er deseo arreglará todo esto, así que no importa desperdiciar el segundo, te pido que reviertas mi primer deseo, quiero que eso jamás haya sucedido."
El mismo destello inundó la sala otra vez, esta vez con tonos naranjas.

-"Concedido"
-"Muchas gracias, ahora, mi 3er y último deseo" -arqueé una ceja -"Quiero tener mas deseos"

Me reí de lo ingenuo que había sido el genio.

-"No es posible" -dijo -"No tienes el poder para pedir eso"
-"Bien" -dije, enojado -"¡Entonces quiero tener el poder!"

El genio sonrió, de una manera muy grotesca.
-"C o n c e d i d o"

Y bueno, ahora estoy aquí.
Conseguí el poder, por supuesto, y vaya que lo conseguí.

Pero jamás pensé que esta lampara fuera tan oscura y solitaria, empiezo a escuchar risas, carcajadas, se burlan de mi.
Me están llamando, debo salir.

«Oh, amo Tyler. ¿Qué desea hoy?».