Pueblo Lavanda, una pequeña localidad al noroeste de la región, se destaca por su serenidad y la posibilidad de que los espíritus de Pokémon y personas fallecidas encuentren reposo. Este pueblo púrpura se encuentra en una zona montañosa, resaltando por su pintoresco paisaje rocoso y montañoso. A pesar de la atmósfera apacible que caracteriza al pueblo, la existencia de un cementerio añade un toque de misterio y melancolía. En ocasiones, investigadores y entrenadores se aventuran a explorar los alrededores en busca de fenómenos paranormales. La arquitectura de Pueblo Lavanda se distingue por la presencia de la torre radiofónica y las típicas viviendas coloniales con paredes de tonalidades púrpuras. Entre ellas, destaca una casa abandonada que muchos consideran encantada, agregando un toque misterioso al pueblo.
Al norte del pueblo, a lo largo de la Ruta 10, se encuentra el cementerio, con una iglesia que proporciona un espacio para orar por los difuntos. Dentro del cementerio, destaca un pozo que algunos creen conecta con el Túnel Roca, una cueva imponente que enlaza con las montañas circundantes. A través de este túnel, se llega a la Central Eléctrica, cuyas operaciones han modificado la ruta, ampliando el lago que la rodea y afectando el acceso a Pueblo Lavanda.
Hacia el sur se extiende la Ruta 12, que solía contar con un extenso puente que conectaba con Ciudad Carmín y Ciudad Fucsia. Con el tiempo, el puente se deterioró hasta necesitar su demolición. Actualmente, solo queda un vasto lago, marcando la memoria de lo que fue la senda de esa ruta. La moderna carretera de la Ruta 17 es la preferida para llegar a Ciudad Fucsia, por lo que la Ruta 12 ha quedado en el olvido.
El único acceso a Pueblo Lavanda es a través de la Ruta 8, ubicada al oeste del pueblo. Sin embargo, llegar a esta ruta implica tomar un tren desde la capital, Ciudad Azafrán, a través de una línea obsoleta.
Las dificultades en el acceso y la ausencia de un gimnasio Pokémon han sido factores determinantes en la disminución del flujo turístico hacia Pueblo Lavanda.
En el tranquilo y pintoresco Pueblo Lavanda, la brisa violeta soplaba suavemente entre las montañas, llevando consigo susurros de historias y misterios. Los residentes de Pueblo Lavanda organizan un evento anual para rendir homenaje a los difuntos, donde tanto entrenadores como residentes participan activamente, colocando flores y velas en memoria de sus seres queridos.
La familia Henderson, compuesta por los abuelos Elena y Noah, junto con su risueña nieta Lisa, es conocida por preservar las tradiciones del evento anual en memoria de los difuntos. La pequeña Lisa se ha estado preparando para presentar un baile folclórico, asesorada por su abuela, manteniendo la tradición familiar que ha perdurado por generaciones.
Dentro de la familia Graham se encuentra Isaac, el hijo menor del matrimonio conformado por la señora Olivia, una mujer amable y tranquila. Por lo general, dedica sus días a disfrutar del tiempo en compañía de Isaac. En contraste, su esposo Víctor, un hombre de espíritu melancólico, encuentra consuelo en visitar el cementerio y reflexionar sobre el pasado.
La enfermera del centro Pokémon, la apacible Theresa, resulta ser un pilar en la comunidad, cuidando tanto de los Pokémon heridos como de las dolencias de los residentes. Siempre lleva consigo un aire de calma, incluso en medio de los momentos más sombríos.
El policía, Matthew, vigila con atención el orden en Pueblo Lavanda, asegurándose de que la paz que caracteriza al pueblo se mantenga intacta. Su presencia imponente contrasta con la atmósfera serena, recordando a todos que incluso en el lugar más apacible, las sombras pueden acechar.
La tienda del pueblo es atendida por el joven Walter, quien ha heredado el negocio familiar. Walter reside junto con su hermana Hannah, quien desempeña sus labores diarias en el Centro Pokémon, brindando asistencia a la enfermera. Además, parte de la familia Ashton incluye a la intrépida Rikko, una niña extrovertida que tiende a encontrarse frecuentemente en situaciones problemáticas.
En las proximidades del lago reside la familia Fisher, compuesta por el pescador Andrew y Max, su hijo pequeño. Max colabora con su padre en la pesca y más que considerarla una labor, la percibe como un pasatiempo placentero. A menudo, comparten relatos sobre criaturas misteriosas que, según rumores, habitan en el extenso lago.
Los trillizos Thompson, Lucas, Marcus y Angus, se hallan de visita en Pueblo Lavanda, atraídos por los rumores que circulan acerca del lugar. Decididos a explorar la zona con el propósito de verificar la veracidad de dichas historias.
El montañista, Bruce, está furioso por no poder cruzar el lago que se interpone para llegar al Túnel Roca. La remodelación por parte de la planta de energía ha alterado la senda natural, dejándolo atrapado en Pueblo Lavanda.
Entre las calles del pueblo, el científico curioso, James, estudia los fenómenos paranormales que se rumorea que ocurren en Pueblo Lavanda.
El regordete Ralph, que le gusta pasear sin rumbo por el pueblo, siempre sonriente y saludando a los residentes. Su presencia parece añadir un toque de ligereza a la atmósfera melancólica del lugar.
El sacerdote de la iglesia del cementerio, Wallace Campbell, es una figura altamente apreciada en la comunidad. Se le observa diariamente prestando ayuda a aquellos que la requieran.
El viejo melancólico Edward Hodge suele visitar con frecuencia el cementerio para acompañar la lápida de su fallecida esposa, Leonor, a quien extraña con tristeza. Se le suele ver sentado susurrando con la lápida de su esposa de vez en cuando.
Finalmente, en los alrededores del pueblo, se encuentran algunos entrenadores de visita, como el cazador de insectos Brandon, los campistas Lyra y Colin, el karateka Ryuji, la adolescente Isabella, y los entrenadores Pokémon Paul y Zoey.
En Pueblo Lavanda, donde el pasado y el presente se entrelazan entre montañas y sombras, cada residente tiene su propia historia, y cada rincón resuena con susurros de misterio.