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[Historia] Rojo y la irrupción del Equipo Dragón.

Jesusgba

El Joven Simulador
Rojo y la irrupción del Equipo Dragón

Prólogo

El sol de mediodía golpeaba la cara de Rojo con sus cálidos y segadores rayos, poco había que hacer a esas horas en el pueblo, por eso el joven muchacho decidió que iría al bosque a pasar la tarde, tomó su mochila, guardó algunos frutos, una manta, agua embotellada, el pokegear, se calzó sus zapatillas deportivas y emprendió la salida recreativa.

El Bosque Claro se caracterizaba por ser un santuario impoluto al cual pocos entrenadores habían tenido la oportunidad de acceder, su ubicación geográfica al sur de la nación, alejado de las grandes ciudades, rodeado de montañas empinadas y de mares tan calmos como carentes de eventos, tales como gimnasios y festivales, lo convertían en un lugar poco atractivo para los entrenadores cuyo principal impulso era el deseo por vivir aventuras inigualables y lograr convertirse en grandes maestros del combate. Podía encontrarse allí una serie de pokémon nada fácil de avistar en el resto del país, predominado por familias de Treecko, el terreno era hogar también de Oddish, Seedot, Shroomish, algunos Ivysaur e incluso atraía a bandadas de Ledyba que venían en busca de un lugar tranquilo en el cual poder iniciar su etapa de evolución. Sus lagunas de dimensiones acotadas y poca profundidad les significaba el área ideal para varios Mudkip, quienes compartían en armonía aquellos claros de agua cristalina con los apacibles Slowpoe y los tan juguetones Wopper que de tanto en tanto solían aparecerse en Pueblo Claro en busca de comida y diversión con los niños.

Aquella mañana había transcurrido con la calma característica del sitio, un detalle al parecer sonso, pero que pudo servir de pista para vaticinar los sucesos futuros, fue olvidado de manera tan veloz como veloz había sido el hecho; se había visto a una bandada de Vibrava sobrevolar los tejados en dirección a la costa. Aquello era poco frecuente de ver, estos pokémon habitaban en el área media de las montañas, donde su terreno empinado y con arbustos de frutos amargos les proporcionaban cobijo y alimento seguro, pocas veces se los veía descender. Por alguna razón, que pronta sería descubierta, esa mañana se dirigieron en gran cantidad y velocidad hacia la costa.
 
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