Dani_SR_17
¡Pokémon LionHeart!
Hola a todos, tengo esto escrito desde hace tiempo para un pequeño concurso, casi nadie lo ha leído, y lo tengo ahí muerto de asco, pero bueno, a ver que opináis.
Aunque no voy a seguir con esta historia, puesto que ciertos nombres, lugares y argumento tenía su motivo para ese concurso, y paso de seguir con ello, así que... Además, que lo escribí hace 2 años.
Aun así, cualquier crítica será bienvenida para mejorar a la hora de crear historias para mi hack.
Por si no queréis ir abriendo spoilers: La Leyenda de Kronos.
Espero que os guste, y como ya he dicho, espero vuestras críticas
Aunque no voy a seguir con esta historia, puesto que ciertos nombres, lugares y argumento tenía su motivo para ese concurso, y paso de seguir con ello, así que... Además, que lo escribí hace 2 años.
Aun así, cualquier crítica será bienvenida para mejorar a la hora de crear historias para mi hack.
Por si no queréis ir abriendo spoilers: La Leyenda de Kronos.
La leyenda de Kronos
En una nublada tarde de otoño, un joven aprendiz de "La Orden Draconiana", realizando una patrulla rutinaria, divisó un grupo de extraños sobrevolando la zona con sus dragones. Debido a la tenue luz y la ligera niebla, no podía asegurarse de que realmente fueran enemigos, pero tenía que informar.
El aprendiz, se dirigió a la fortaleza de "La Orden Draconiana" a avisar de este extraño suceso.
Una vez que llegó a la fortaleza, se dirigió a hablar con el líder de la orden, Kyeo.
-El joven aprendiz- Mi señor (se arrodilla), he divisado un pequeño grupo de jinetes de Dragones Alados sobrevolando el Bosque del Sur.
-Kyeo- Gracias Eomer, has hecho bien al venir a avisarnos. Daikon y Lovodelviento, investigad la zona con un pequeño grupo de exploradores.
Fueron de forma rápida, pero sigilosa, montados en sus dragones. Tras establecer un perímetro, se dispusieron a esperar, pero no tardaron mucho en divisar a otro grupo, esta vez más numeroso de jinetes de Dragones con estandartes con una mano roja en el centro, tras esto, se hizo evidente lo peor, un ataque inminente a la fortaleza.
-Daikon- Lobodelviento, avisa a los demás, volvemos a la fortaleza a informar.
-Lobodelviento- Vale, avisare a los demás, ve tu delante, ya te alcanzaré.
Se dirigieron velozmente a la fortaleza para informar sobre lo que han visto, y preparar la fortaleza para resistir el inminente ataque.
-Daikon- Kyeo, tenemos que prepararnos para un ataque.
-Kyeo- ¿Quiénes nos atacan?
-Daikon- No lo sé, es la primera vez que veo esos estandartes…
-Kyeo- Reunamos a los líderes, vamos a preparar la batalla.
Se reúnen en una gran sala circular, en torno a una mesa redonda en el centro de la misma.
-Kyeo- Líderes de “La Orden Draconiana”, como algunos ya sabréis, viene un ejército hacia aquí, tenemos que prepararnos.
Se dispone a exponer la posición de las defensas, el líder Garrett, especialista en estratégias.
-Garrett- Las defensas se dispondrán de forma sencilla, pero eficaz:
Tres filas de arqueros situadas en las anchas murallas frontales del castillo, con una fila de hechiceros detrás.
En el portón, se situaron 1 000 guardianes, con armaduras pesadas y dragones fuertes y resistentes, seguidos de 200 oráculos.
Tras las murallas, un grupo de 10 000 jinetes de Dragones (terrestres), esperando la orden, para salir y cargar a los enemigos.
Por último, los mejores jinetes de Dragones Alados, se fueron a la montaña, para realizar un ataque por la retaguardia del enemigo, una vez empezada la batalla.
-Kyeo- Me parece bien, preparaos para la batalla.
Una hora antes de la batalla, las nubes comenzaron a cubrir el cielo.
El aprendiz, se dirigió a la fortaleza de "La Orden Draconiana" a avisar de este extraño suceso.
Una vez que llegó a la fortaleza, se dirigió a hablar con el líder de la orden, Kyeo.
-El joven aprendiz- Mi señor (se arrodilla), he divisado un pequeño grupo de jinetes de Dragones Alados sobrevolando el Bosque del Sur.
-Kyeo- Gracias Eomer, has hecho bien al venir a avisarnos. Daikon y Lovodelviento, investigad la zona con un pequeño grupo de exploradores.
Fueron de forma rápida, pero sigilosa, montados en sus dragones. Tras establecer un perímetro, se dispusieron a esperar, pero no tardaron mucho en divisar a otro grupo, esta vez más numeroso de jinetes de Dragones con estandartes con una mano roja en el centro, tras esto, se hizo evidente lo peor, un ataque inminente a la fortaleza.
-Daikon- Lobodelviento, avisa a los demás, volvemos a la fortaleza a informar.
-Lobodelviento- Vale, avisare a los demás, ve tu delante, ya te alcanzaré.
Se dirigieron velozmente a la fortaleza para informar sobre lo que han visto, y preparar la fortaleza para resistir el inminente ataque.
-Daikon- Kyeo, tenemos que prepararnos para un ataque.
-Kyeo- ¿Quiénes nos atacan?
-Daikon- No lo sé, es la primera vez que veo esos estandartes…
-Kyeo- Reunamos a los líderes, vamos a preparar la batalla.
Se reúnen en una gran sala circular, en torno a una mesa redonda en el centro de la misma.
-Kyeo- Líderes de “La Orden Draconiana”, como algunos ya sabréis, viene un ejército hacia aquí, tenemos que prepararnos.
Se dispone a exponer la posición de las defensas, el líder Garrett, especialista en estratégias.
-Garrett- Las defensas se dispondrán de forma sencilla, pero eficaz:
Tres filas de arqueros situadas en las anchas murallas frontales del castillo, con una fila de hechiceros detrás.
En el portón, se situaron 1 000 guardianes, con armaduras pesadas y dragones fuertes y resistentes, seguidos de 200 oráculos.
Tras las murallas, un grupo de 10 000 jinetes de Dragones (terrestres), esperando la orden, para salir y cargar a los enemigos.
Por último, los mejores jinetes de Dragones Alados, se fueron a la montaña, para realizar un ataque por la retaguardia del enemigo, una vez empezada la batalla.
-Kyeo- Me parece bien, preparaos para la batalla.
Una hora antes de la batalla, las nubes comenzaron a cubrir el cielo.
Casi llegada la noche, comenzó a divisarse saliendo del bosque el ejército enemigo. Eran por lo menos 20 000 jinetes con más de 10 000 dragones de toda clase, la batalla iba a ser dura.
Kyeo, se dispone a dar un discurso a su ejército antes de la batalla, a lomos de su Dragón Draco.
-Kyeo- ¡Se que muchos aun sois aprendices, otros estabais descansando con vuestras familias, otros estáis fatigados por entrenamientos y viajes, pero hoy, hoy vuestra Orden os necesita, hoy lucharemos, para preservar el honor de nuestra orden! ¡¡¡Por la Orden!!!
Se escuchan gritos, provenientes del ejército.
-Kyeo- Líderes, suerte.
-Garrett- ¡Todos a vuestros puestos!
La batalla comenzó, con una lluvia de flechas, bolas de fuego, virotes y grandes rocas, procedentes de ambos lados. Los ambos bandos, sufrieron bajas, pero los gruesos muros, resistieron y “La Orden Draconiana”, sufrió menos bajas que sus enemigos, lo cual reducía la diferencia numérica un poco.
Después de una serie de salvas cada vez con menos proyectiles, los enemigos cargaron a la fortaleza, pero antes de esto, salieron por el portón, los 10 000 jinetes, dispuestos a cargar con todas sus fuerzas al enemigo, el choque fue duro, y ambos bandos sufrieron numerosas bajas.
Tras el choque, la batalla continuó igualada, pero casi todas las esperanzas se perdieron al ver un Dragón Alado, de proporciones gigantescas, bajando del cielo a toda velocidad, si esa “cosa”, consigue atacar directamente a la fortaleza, será el fin…
-Kyeo- ¡Hay que acabar con ese Dragón, o será el fin de la orden tal y como la conocemos!
-Uther- Kyeo, tengo malas noticias, se trata de Kronos “El Destructor de Reinos”.
Según la leyenda, Kronos, era uno de los primeros Dragones, corrompido por su afán de poder y riqueza, traicionó al resto de sus hermanos. Hasta ahora, era solo un viejo mito.
-Kyeo- Así que es Kronos…
-Daikon- Kyeo, solo podemos hacer una cosa…
-Kyeo- Tienes razón Daikon, solo podemos luchar, ¡A la carga!, ¡Por la Orden!
Todos los caballeros de Dragones Alados de “La Orden Draconiana”, se lanzaron a por el Inmenso Dragón.
Lo caballeros se lanzaron montados en sus Dragones Alados a por Kronos, el ataque fue inútil, Kronos tenía un poder tan descomunal, que derribo a la mitad de un solo coletazo.
Si esto seguía así, era el fin…
Kyeo, se dispone a dar un discurso a su ejército antes de la batalla, a lomos de su Dragón Draco.
-Kyeo- ¡Se que muchos aun sois aprendices, otros estabais descansando con vuestras familias, otros estáis fatigados por entrenamientos y viajes, pero hoy, hoy vuestra Orden os necesita, hoy lucharemos, para preservar el honor de nuestra orden! ¡¡¡Por la Orden!!!
Se escuchan gritos, provenientes del ejército.
-Kyeo- Líderes, suerte.
-Garrett- ¡Todos a vuestros puestos!
La batalla comenzó, con una lluvia de flechas, bolas de fuego, virotes y grandes rocas, procedentes de ambos lados. Los ambos bandos, sufrieron bajas, pero los gruesos muros, resistieron y “La Orden Draconiana”, sufrió menos bajas que sus enemigos, lo cual reducía la diferencia numérica un poco.
Después de una serie de salvas cada vez con menos proyectiles, los enemigos cargaron a la fortaleza, pero antes de esto, salieron por el portón, los 10 000 jinetes, dispuestos a cargar con todas sus fuerzas al enemigo, el choque fue duro, y ambos bandos sufrieron numerosas bajas.
Tras el choque, la batalla continuó igualada, pero casi todas las esperanzas se perdieron al ver un Dragón Alado, de proporciones gigantescas, bajando del cielo a toda velocidad, si esa “cosa”, consigue atacar directamente a la fortaleza, será el fin…
-Kyeo- ¡Hay que acabar con ese Dragón, o será el fin de la orden tal y como la conocemos!
-Uther- Kyeo, tengo malas noticias, se trata de Kronos “El Destructor de Reinos”.
Según la leyenda, Kronos, era uno de los primeros Dragones, corrompido por su afán de poder y riqueza, traicionó al resto de sus hermanos. Hasta ahora, era solo un viejo mito.
-Kyeo- Así que es Kronos…
-Daikon- Kyeo, solo podemos hacer una cosa…
-Kyeo- Tienes razón Daikon, solo podemos luchar, ¡A la carga!, ¡Por la Orden!
Todos los caballeros de Dragones Alados de “La Orden Draconiana”, se lanzaron a por el Inmenso Dragón.
Lo caballeros se lanzaron montados en sus Dragones Alados a por Kronos, el ataque fue inútil, Kronos tenía un poder tan descomunal, que derribo a la mitad de un solo coletazo.
Si esto seguía así, era el fin…
Los caballeros dieron la orden de retirada al castillo. Ya en el interior de este, discutieron la situación.
Estaban en plena madrugada, lloviendo, y las tropas ya empezaban a mostrar la fatiga, mientras que en el exterior, el ejército enemigo, continuaba con el asedio intentando derrumbar las murallas. Solo una pequeña parte de las tropas, seguía en los muros y en las máquinas defendiendo la fortaleza.
Kronos, esperaba paciente desde las últimas filas de su ejército.
Un anciano, el miembro más antiguo vivo de la Orden, llamado “Kainan”, trajo a la mesa en la que estaban reunidos los líderes, un viejo libro.
Era un libro antiguo, desgastado por el paso de los años, tenía una portada rugosa, de color rojo. En el centro, había un corazón dentro de la boca de un Dragón.
El anciano, abrió el libro, y fue directamente a una página, en la que aparecía, otro de los primeros Dragones, un hermano de Kronos, Rahloving.
Según el libro, Rahloving, era un Dragón de gran tamaño, sus escamas son rojas como el fuego, al igual que su hermano era sumamente poderoso.
La leyenda de este, narra que al igual que sus hermanos, es indomable, pero esta también cuenta, que solo los elegidos conocen donde descansa, para en un momento de necesidad pedirle ayuda, pero con un alto precio, su corazón.
Tras leer estas páginas, el anciano, se situó delante de los líderes, y les confesó, que él era uno de los elegidos.
-Kainan- Ya he vivido bastante, y he servido a esta orden desde tiempos remotos, ya solo me queda una cosa por hacer, en este mundo…, pero necesito un último favor, que alguien me acompañe a ver al Dragón.
Todos los líderes se miran, reina el silencio…, entonces uno de ellos se levanta, es Daikon, y se ofrece a servirla una última vez, a su maestro.
-Guardia de la fortaleza- ¡Kyeo!
-Kyeo- ¿Qué pasa?
-Guardia de la fortaleza- Los enemigos se retiran, están acampando, fuera, cerca del bosque.
-Kyeo- Daikon y Kainan, es vuestra oportunidad, salid por las cloacas.
Estaban en plena madrugada, lloviendo, y las tropas ya empezaban a mostrar la fatiga, mientras que en el exterior, el ejército enemigo, continuaba con el asedio intentando derrumbar las murallas. Solo una pequeña parte de las tropas, seguía en los muros y en las máquinas defendiendo la fortaleza.
Kronos, esperaba paciente desde las últimas filas de su ejército.
Un anciano, el miembro más antiguo vivo de la Orden, llamado “Kainan”, trajo a la mesa en la que estaban reunidos los líderes, un viejo libro.
Era un libro antiguo, desgastado por el paso de los años, tenía una portada rugosa, de color rojo. En el centro, había un corazón dentro de la boca de un Dragón.
El anciano, abrió el libro, y fue directamente a una página, en la que aparecía, otro de los primeros Dragones, un hermano de Kronos, Rahloving.
Según el libro, Rahloving, era un Dragón de gran tamaño, sus escamas son rojas como el fuego, al igual que su hermano era sumamente poderoso.
La leyenda de este, narra que al igual que sus hermanos, es indomable, pero esta también cuenta, que solo los elegidos conocen donde descansa, para en un momento de necesidad pedirle ayuda, pero con un alto precio, su corazón.
Tras leer estas páginas, el anciano, se situó delante de los líderes, y les confesó, que él era uno de los elegidos.
-Kainan- Ya he vivido bastante, y he servido a esta orden desde tiempos remotos, ya solo me queda una cosa por hacer, en este mundo…, pero necesito un último favor, que alguien me acompañe a ver al Dragón.
Todos los líderes se miran, reina el silencio…, entonces uno de ellos se levanta, es Daikon, y se ofrece a servirla una última vez, a su maestro.
-Guardia de la fortaleza- ¡Kyeo!
-Kyeo- ¿Qué pasa?
-Guardia de la fortaleza- Los enemigos se retiran, están acampando, fuera, cerca del bosque.
-Kyeo- Daikon y Kainan, es vuestra oportunidad, salid por las cloacas.
Al salir de las cloacas, Daikon se dispuso a llamar a su Dragón, pero Kainan lo interrumpe.
-Kainan- Daikon, has sido mi mejor aprendiz, ya es hora, de que te deje mi legado, mi Dragón Zikroos.
Kainan llama a Zikroos con un agudo silbido.
Zikroos era un precioso Dragón Alado, es uno de los pocos que hay albino, está protegido por sus duras escamas y una armadura dorada.
-Kainan- Zikroos viejo amigo, este será nuestro último viaje juntos, a partir de ahora, a partir de ahora, espero que sirvas también a Daikon como a mí.
Zikroos ruge, y se agacha, para que los dos caballeros se monten en su lomo.
El viaje fue breve, llegaron sobre la hora de comer, a la entrada de un templo, aunque las horas de viaje, por la situación, parecieron eternas.
-Kainan- Daikon, descasemos y comamos un poco, el camino hasta Rahloving es duro.
-Daikon- Vale, pero no nos demoremos mucho.
-Kainan- Zikroos, tu esperaras aquí a la llamada de Daikon, si pasa algo, ruge.
Zikroos agacha la cabeza como asintiendo.
Después de un breve descanso para comer, los dos caballeros, se disponen a entrar en el viejo templo de Rahloving.
-Kainan- Dailon, el templo tendrá trampas, hace mucho que no vengo, por lo que no recuerdo muchas de ellas.
-Daikon- Pues vayamos todo lo rápido que nos permita el tener que ir cautelosamente.
Durante el “viajecito” al interior del templo, no ocurrió ningún hecho relevante, quizás excepto una o dos trampas que pillo a los héroes desprevenidos, hasta que llegando al final…
-Kainan- Daikon espera, recuerdo esta sala, pero hay algo raro.
-Daikon- Serán cosas tuyas, tú mismo dijiste que no recordabas bien el lugar.
-kainan- No espera, de verdad, veo algo raro en esas estatuas del fondo.
En el fondo de la sala, efectivamente había dos estatuas con forma de hombre, pero con dos alas en la espalda, como si fueran mediohombres, mediodragones.
-Daikon- ¿Y que tienen de raras las estatuas?
-Kainan- Que no las recuerdo…
-Daikon- Otra vez con lo mismo (suspira), ya verás cómo son simples estatuas.
Daikon se acerca, y un aura morada envuelve las estatuas, ambas abren los ojos, y salen de ellos un brillo rojo como el fuego, dan un salto, bajando de sus pedestales, sacando desenfundando sus espadas, a la vez que se ponen delante de Daikon.
-Kainan- Te lo dije, esas estatuas tenían algo raro, no las recordaba, y las estatuas que representan a Rahloving, no son así, son Quimeras.
-Daikon- Argh!!!...., soy idiota….
-Kainan- ¡Basta de hablar, ya habrá tiempo cuando acabemos con esas cosas!
-Kainan- Daikon, has sido mi mejor aprendiz, ya es hora, de que te deje mi legado, mi Dragón Zikroos.
Kainan llama a Zikroos con un agudo silbido.
Zikroos era un precioso Dragón Alado, es uno de los pocos que hay albino, está protegido por sus duras escamas y una armadura dorada.
-Kainan- Zikroos viejo amigo, este será nuestro último viaje juntos, a partir de ahora, a partir de ahora, espero que sirvas también a Daikon como a mí.
Zikroos ruge, y se agacha, para que los dos caballeros se monten en su lomo.
El viaje fue breve, llegaron sobre la hora de comer, a la entrada de un templo, aunque las horas de viaje, por la situación, parecieron eternas.
-Kainan- Daikon, descasemos y comamos un poco, el camino hasta Rahloving es duro.
-Daikon- Vale, pero no nos demoremos mucho.
-Kainan- Zikroos, tu esperaras aquí a la llamada de Daikon, si pasa algo, ruge.
Zikroos agacha la cabeza como asintiendo.
Después de un breve descanso para comer, los dos caballeros, se disponen a entrar en el viejo templo de Rahloving.
-Kainan- Dailon, el templo tendrá trampas, hace mucho que no vengo, por lo que no recuerdo muchas de ellas.
-Daikon- Pues vayamos todo lo rápido que nos permita el tener que ir cautelosamente.
Durante el “viajecito” al interior del templo, no ocurrió ningún hecho relevante, quizás excepto una o dos trampas que pillo a los héroes desprevenidos, hasta que llegando al final…
-Kainan- Daikon espera, recuerdo esta sala, pero hay algo raro.
-Daikon- Serán cosas tuyas, tú mismo dijiste que no recordabas bien el lugar.
-kainan- No espera, de verdad, veo algo raro en esas estatuas del fondo.
En el fondo de la sala, efectivamente había dos estatuas con forma de hombre, pero con dos alas en la espalda, como si fueran mediohombres, mediodragones.
-Daikon- ¿Y que tienen de raras las estatuas?
-Kainan- Que no las recuerdo…
-Daikon- Otra vez con lo mismo (suspira), ya verás cómo son simples estatuas.
Daikon se acerca, y un aura morada envuelve las estatuas, ambas abren los ojos, y salen de ellos un brillo rojo como el fuego, dan un salto, bajando de sus pedestales, sacando desenfundando sus espadas, a la vez que se ponen delante de Daikon.
-Kainan- Te lo dije, esas estatuas tenían algo raro, no las recordaba, y las estatuas que representan a Rahloving, no son así, son Quimeras.
-Daikon- Argh!!!...., soy idiota….
-Kainan- ¡Basta de hablar, ya habrá tiempo cuando acabemos con esas cosas!
Los dos caballeros se lanzaron con decisión a por sus enemigos, pero los barrieron con suma facilidad, con su espada.
Se levantaron del suelo, con esfuerzo, después del duro golpe, sin darse cuenta, cuando miraron al frente, los enemigos no estaban, se quedaron un segundo conmocionados, hasta que Kainan miro al techo de la sala, en donde estaban los enemigos, volando, preparándose para abalanzarse sobre los caballeros.
Ambos se defendieron del golpe con la espada de sus enemigos como pudieron, pero salieron heridos de este ataque, a este ritmo, no saldrían con vida de ese templo.
-Daikon- ¡Kainan, corre a por Rahloving, olvidate de mi!
-Kainan- ¡No!, te recuerdo que el que ha venido a morir soy yo idiota.
Los dos se lanzan con sus espadas listas para dar una estocada, cuando la pared se rompe, y aparece Rahloving.
Rahloving mira a sus enemigos, a la vez que comienza a levantar un poco el cuello y salir una llamarada de fuego de su boca.
Ambos enemigos, acabaron hechos ceniza después de ese ataque tan contundente.
-Rahloving- Hola Kainan, hace muchas lunas que no vienes por aquí, ¿qué te trae a verme ahora?
-Kainan- Vengo a darte mi corazón, a cambio de tu ayuda.
-Rahloving- ¿Y qué ayuda necesitas, para darme tu corazón a cambio?
-Kainan- Tu hermano Kronos, está atacando la fortaleza de la Orden a la que pertenezco.
-Rahloving- ¡Kronos! ¡Ese desgraciado traidor! (sale un poco de fuego de la boca de Rahloving por la ira).
-Rahloving- Y tu compañero, ¿Por qué lo has traído?
-Kainan- Es mi mejor aprendiz, también está en la orden, y te guiara a la fortaleza.
-Rahloving- Si Kronos ha vuelto…, mala señal, acepto tu oferta, protegeré a tu Orden. Ahora acompañame.
Rahloving desaparece entre las sombras, de la sala que hay detrás de la pared rota por él.
-Kainan- Daikon, ha sido un honor, esta es nuestra despedida.
-Daikon- El honor es mío, hasta siempre amigo mío.
Se despiden dándose la mano, y Kainan desaparece al igual que Rahloving en las sombras.
Se levantaron del suelo, con esfuerzo, después del duro golpe, sin darse cuenta, cuando miraron al frente, los enemigos no estaban, se quedaron un segundo conmocionados, hasta que Kainan miro al techo de la sala, en donde estaban los enemigos, volando, preparándose para abalanzarse sobre los caballeros.
Ambos se defendieron del golpe con la espada de sus enemigos como pudieron, pero salieron heridos de este ataque, a este ritmo, no saldrían con vida de ese templo.
-Daikon- ¡Kainan, corre a por Rahloving, olvidate de mi!
-Kainan- ¡No!, te recuerdo que el que ha venido a morir soy yo idiota.
Los dos se lanzan con sus espadas listas para dar una estocada, cuando la pared se rompe, y aparece Rahloving.
Rahloving mira a sus enemigos, a la vez que comienza a levantar un poco el cuello y salir una llamarada de fuego de su boca.
Ambos enemigos, acabaron hechos ceniza después de ese ataque tan contundente.
-Rahloving- Hola Kainan, hace muchas lunas que no vienes por aquí, ¿qué te trae a verme ahora?
-Kainan- Vengo a darte mi corazón, a cambio de tu ayuda.
-Rahloving- ¿Y qué ayuda necesitas, para darme tu corazón a cambio?
-Kainan- Tu hermano Kronos, está atacando la fortaleza de la Orden a la que pertenezco.
-Rahloving- ¡Kronos! ¡Ese desgraciado traidor! (sale un poco de fuego de la boca de Rahloving por la ira).
-Rahloving- Y tu compañero, ¿Por qué lo has traído?
-Kainan- Es mi mejor aprendiz, también está en la orden, y te guiara a la fortaleza.
-Rahloving- Si Kronos ha vuelto…, mala señal, acepto tu oferta, protegeré a tu Orden. Ahora acompañame.
Rahloving desaparece entre las sombras, de la sala que hay detrás de la pared rota por él.
-Kainan- Daikon, ha sido un honor, esta es nuestra despedida.
-Daikon- El honor es mío, hasta siempre amigo mío.
Se despiden dándose la mano, y Kainan desaparece al igual que Rahloving en las sombras.
Estaba empezando a caer el sol cuando Daikon y Rahloving salieron del templo, Zikroos aun seguía ahí.
Rahloving comienza a hablar a Zikroos en el lenguaje de los Dragones.
-Daikon- Zikroos, Rahloving, vámonos a la fortaleza, no podemos perder más tiempo.
-Rahloving- Daikon, espera, montaros tú y Zikroos en mi lomo, iremos más rápido.
Montados en Rahloving, fueron muchísimo más rápidos que en la ida, la velocidad a la que volaba Rahloving era increíble, pero insuficiente para llegar a la fortaleza antes de que comenzara el segundo asedio.
Cuando estaban llegando ya a la fortaleza, el asedio había comenzado. La muralla principal estaba mu y dañada, con diversas brechas a lo largo de ella. Casi la mitad de las torres estaban destruidas y en llamas. Y en el patio inferior del castillo, había una dura batalla entre ambos ejércitos.
Kronos sobrevolaba el castillo, enfrentándose a los pocos caballeros que se atrevían a volar en sus Dragones, pero Kyeo y los lideres, prácticamente con la esperanza perdida, decidieron atacar a Kronos, en un último intento desesperado.
-Kyeo- Líderes, ha sido un honor luchar a vuestro lado en todas nuestras batallas, esta puede que sea la última, por eso, lucharemos como nunca antes, ¡que esa bestia page por todo el daño que nos ha hecho!.
-Líderes- ¡Por la Orden!
-Kyeo- ¡A por Kronos!
En un último intento todos los caballeros de Dragones Alados de la Orden, se lanzaron contra Kronos.
Lo pillaron desprevenido, y consiguieron hacerle sangrar, pero en realidad, lo que hicieron fue enfadarle. Con un rugido de furia, Kronos lanzo una serie de bolas de fuego, directas a los caballeros, muchos cayeron ardiendo después de ese asombroso ataque.
Kronos, guiado por su ira, se lanzo a por Kyeo para acabar con el de un mordisco, pero desde el cielo, cayendo como un rayo con la Luna detrás, llegó Rahloving.
Daikon había saltado ya de él, y estaba volando en Zikroon. Se dirigió a los demás líderes, para devolverles la esperanza perdida, aunque la imagen del imponente Rahloving, ya les había devuelto la mayoría.
Rahloving se lanzo justo en la espalda de Kronos, haciéndole caer estrepitosamente hacia el suelo. El choque fue brutal, dos seres de un tamaño tan colosal, cayendo al suelo a tal velocidad, levantaron una humareda de tierra, que tardo en desvanecerse. En el suelo comenzaron a golpearse con sus garras, colas y cabezas, después de tantos años, este es el saludo de estos hermanos.
Los caballeros de Dragones Alados, fuero a ayudar al ejercito de la Orden Draconiana en el castillo, el ejército enemigo, estaba desconcertado por lo sucedido con su líder Kronos.
-Daikon- ¡Lideres, soldados, arqueros, miembros de la Orden!, ¡saquemos a estos desgraciados de nuestras tierras!
Se escucha un increíble grito de fulgor y furia.
Poco a poco, las tropas enemigos se fueron retirando, mientras que ya en el cielo, la batalla de Kronos y Rahloving continuaba.
Sus fuerzas estaban muy igualadas Kronos era algo más fuerte, pero el daño sufrido por el primer ataque de Rahloving le impedía mostrar todo su poder.
Después de una cruenta batalla, y al ver que su ejército se retiraba, Kronos, con una mirada en la que se apreciaba toda su ira, hablo en el lenguaje de los Dragones a su hermano.
Tras esto, se fue volando y se le perdió de vista en el horizonte.
Rahloving comienza a hablar a Zikroos en el lenguaje de los Dragones.
-Daikon- Zikroos, Rahloving, vámonos a la fortaleza, no podemos perder más tiempo.
-Rahloving- Daikon, espera, montaros tú y Zikroos en mi lomo, iremos más rápido.
Montados en Rahloving, fueron muchísimo más rápidos que en la ida, la velocidad a la que volaba Rahloving era increíble, pero insuficiente para llegar a la fortaleza antes de que comenzara el segundo asedio.
Cuando estaban llegando ya a la fortaleza, el asedio había comenzado. La muralla principal estaba mu y dañada, con diversas brechas a lo largo de ella. Casi la mitad de las torres estaban destruidas y en llamas. Y en el patio inferior del castillo, había una dura batalla entre ambos ejércitos.
Kronos sobrevolaba el castillo, enfrentándose a los pocos caballeros que se atrevían a volar en sus Dragones, pero Kyeo y los lideres, prácticamente con la esperanza perdida, decidieron atacar a Kronos, en un último intento desesperado.
-Kyeo- Líderes, ha sido un honor luchar a vuestro lado en todas nuestras batallas, esta puede que sea la última, por eso, lucharemos como nunca antes, ¡que esa bestia page por todo el daño que nos ha hecho!.
-Líderes- ¡Por la Orden!
-Kyeo- ¡A por Kronos!
En un último intento todos los caballeros de Dragones Alados de la Orden, se lanzaron contra Kronos.
Lo pillaron desprevenido, y consiguieron hacerle sangrar, pero en realidad, lo que hicieron fue enfadarle. Con un rugido de furia, Kronos lanzo una serie de bolas de fuego, directas a los caballeros, muchos cayeron ardiendo después de ese asombroso ataque.
Kronos, guiado por su ira, se lanzo a por Kyeo para acabar con el de un mordisco, pero desde el cielo, cayendo como un rayo con la Luna detrás, llegó Rahloving.
Daikon había saltado ya de él, y estaba volando en Zikroon. Se dirigió a los demás líderes, para devolverles la esperanza perdida, aunque la imagen del imponente Rahloving, ya les había devuelto la mayoría.
Rahloving se lanzo justo en la espalda de Kronos, haciéndole caer estrepitosamente hacia el suelo. El choque fue brutal, dos seres de un tamaño tan colosal, cayendo al suelo a tal velocidad, levantaron una humareda de tierra, que tardo en desvanecerse. En el suelo comenzaron a golpearse con sus garras, colas y cabezas, después de tantos años, este es el saludo de estos hermanos.
Los caballeros de Dragones Alados, fuero a ayudar al ejercito de la Orden Draconiana en el castillo, el ejército enemigo, estaba desconcertado por lo sucedido con su líder Kronos.
-Daikon- ¡Lideres, soldados, arqueros, miembros de la Orden!, ¡saquemos a estos desgraciados de nuestras tierras!
Se escucha un increíble grito de fulgor y furia.
Poco a poco, las tropas enemigos se fueron retirando, mientras que ya en el cielo, la batalla de Kronos y Rahloving continuaba.
Sus fuerzas estaban muy igualadas Kronos era algo más fuerte, pero el daño sufrido por el primer ataque de Rahloving le impedía mostrar todo su poder.
Después de una cruenta batalla, y al ver que su ejército se retiraba, Kronos, con una mirada en la que se apreciaba toda su ira, hablo en el lenguaje de los Dragones a su hermano.
Tras esto, se fue volando y se le perdió de vista en el horizonte.
Tras la terrible batalla, los líderes se reunieron con Rahloving, para darle las gracias.
-Kyeo- En nombre de la Orden, te doy las gracias Rahloving.
-Rahloving- No tenéis por que dármelas, habéis perdido muchas vidas en esta batalla por culpa de mi hermano. Soy yo el que debe daros las gracias, por permitirme darle una lección a mi hermano.
-Daikon- Pero, esta lección, ¿cuánto le durara a tu hermano?
-Rahloving- Me temo que poco, su ira no ha hecho más que aumentar, esta ha sido una batalla, de una nueva guerra.
-Kyeo- ¿Entonces volverá?
-Rahloving- Si, por desgracia sí, pero si me lo permitís, me gustaría formar parte de la Orden, el mundo necesita Dragones capaces en enfrentarse a Kronos.
-Daikon- Supongo que los demás pensarán lo mismo, ¡Bienvenido!
-Kyeo- Exacto, a partir de ahora, serás un miembro más de nuestra Orden, o lo que queda de ella…
-Rahloving- Se que los daños han sido grandes, pero no podemos rendirnos, tendremos que trabajar duro, y conseguir más miembros.
Así, la Orden Draconiana, a pesar de las numerosas bajas, como Kainan, consiguió un nuevo y valioso miembro, y amigo. Pero la guerra no ha hecho más que empezar.
-Kyeo- En nombre de la Orden, te doy las gracias Rahloving.
-Rahloving- No tenéis por que dármelas, habéis perdido muchas vidas en esta batalla por culpa de mi hermano. Soy yo el que debe daros las gracias, por permitirme darle una lección a mi hermano.
-Daikon- Pero, esta lección, ¿cuánto le durara a tu hermano?
-Rahloving- Me temo que poco, su ira no ha hecho más que aumentar, esta ha sido una batalla, de una nueva guerra.
-Kyeo- ¿Entonces volverá?
-Rahloving- Si, por desgracia sí, pero si me lo permitís, me gustaría formar parte de la Orden, el mundo necesita Dragones capaces en enfrentarse a Kronos.
-Daikon- Supongo que los demás pensarán lo mismo, ¡Bienvenido!
-Kyeo- Exacto, a partir de ahora, serás un miembro más de nuestra Orden, o lo que queda de ella…
-Rahloving- Se que los daños han sido grandes, pero no podemos rendirnos, tendremos que trabajar duro, y conseguir más miembros.
Así, la Orden Draconiana, a pesar de las numerosas bajas, como Kainan, consiguió un nuevo y valioso miembro, y amigo. Pero la guerra no ha hecho más que empezar.
Espero que os guste, y como ya he dicho, espero vuestras críticas
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