Pobre criatura atormentada por el frío, por el gris de rostros blancos y por la entropía... En el fondo de ese fuego negro, alimentado con tan turbios leños, se esconde un ser sediento de un nicho perdido y ansiado, que nunca estuvo. La muerte no es sino un sustento del fin de la agonía, mas no debemos llorar por lo que carecemos, sino por lo que lograremos.
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