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[C&P] Compañia distribuidora de creepypastas de Grandslayern Temporada 1 Actu 17/3/15 creepy 18

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GrandslayernV2

Espadachín Legendario
Por favor, abre la puerta:

Han pasado tres años desde aquella noche.
Yo no debí haber estado ahí, ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano a la casa de un amigo, sus padres no estarían y tenía un nuevo videojuego de terror; pasaríamos toda la noche jugando.

Ellos lo sabían, yo no debí haber estado ahí esa noche, mi amigo debió estar solo. Ellos lo habían observado por días como hacen siempre y sabían que esa noche estaría solo. Desde el momento en que lo eligieron, no había marcha atrás.

Pero tal vez quieras saber quiénes son ellos. Bueno, la verdad… aún no estoy seguro, sigo sin asimilar lo que pasó aquella noche; pero te contaré lo que hasta ahora sé, para que tengas cuidado.

Ellos se encuentran en todas partes, en ningún lugar estás exento de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé bien cómo o en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión: te vigilan, te estudian y estudian a todas las personas que conoces. Día tras día te observan cuidadosamente sin que tú te percates de su presencia.
Y esperan la noche en que su víctima esté sola, es en ese momento cuando todo empieza.

Aquel día llegué alrededor de las 8:00 p.m. a su casa. Sus padres habían salido desde temprano y él había preparado todo lo necesario para pasar jugando toda la noche. Al día siguiente no habría clases, así que yo regresaría a mi casa por la mañana. Pasamos un buen rato jugando, el tiempo pasó tan pronto que cuando nos dimos cuenta ya era la una de la madrugada. Nos habíamos llevado algunos sustos con el juego, así que comenzamos a hacer bromas con la situación; ahí fue cuando todo se puso raro. Empezamos a escuchar ruidos extraños afuera de la habitación, que al principio pensábamos que no era nada importante, e hicimos algunos chistes en relación a lo que jugábamos. “Deben ser los zombis”, nosotros sólo reíamos. Pero nos comenzamos a poner tensos cuando el sonido se oía más claro: eran pisadas, se escuchaban pisadas por todo el pasillo de afuera.
—¿Crees que tus padres hayan regresado? —le pregunté, a lo que él respondió que sus padres regresarían hasta el día siguiente, por la tarde. Además, el número de pasos que se escuchaban eran demasiados como para ser sólo sus padres.

De pronto, luego de oír todos esos pasos acercándose cada vez más a la puerta, hubo un profundo silencio.

—¿Hay alguien afuera?… ¿Quién está ahí? —comenzamos a preguntar, nerviosos. Estábamos seguros de que había alguien afuera, pero esos sonidos… ¿quién podría ser? En la habitación en la que estábamos había una computadora que mi amigo había encendido desde que comenzamos a jugar, era una costumbre suya. Se escuchó un sonido que provenía de ella, un sonido familiar, pero que por el miedo que teníamos en ese momento nos provocó una reacción de sobresalto a ambos. Era sólo un correo electrónico que le había llegado, pues también había dejado la ventana de su correo abierta. Ver esto nos dio algo de sosiego, y hasta reímos un poco; sin embargo, la tensión volvió a nosotros al notar que la dirección de quien lo enviaba era irreconocible, una combinación aleatoria de números y letras. Dudamos abrirlo, pero mi amigo decidió hacerlo. Quedamos completamente paralizados tras leer lo que decía el correo:
”Pase lo que pase, no abras la puerta”.

Con tan sólo leer esas palabras, una sensación completamente rara invadió mi corazón. En ese momento realmente sentía pánico, pero el mensaje decía más.

”Ellos están afuera. Por favor, hagas lo que hagas, escuches lo que escuches, no abras la puerta. Intentarán convencerte de que lo hagas, tienen muchos métodos; pueden fingir ser alguien que conoces, un familiar, un amigo, y sus voces sonarán igual. Tal vez te pidan ayuda, te dirán que están lastimados, te suplicarán que abras la puerta. Pero escuches lo que escuches esta noche, no abras. Trata de ignorarlos, trata de dormir, mañana todo estará bien. Ellos jugarán con tu mente; no lo permitas. Por favor, créeme, ¡no abras la puerta!”.

Cuando terminamos de leer yo no sabía qué pensar. Tal vez era una broma tonta de alguien, tal vez incluso era mi amigo quien me jugaba una broma… pero él tenia esa expresión, estaba tan asustado como yo, lo pude sentir. Ahora sabíamos que había alguien ahí afuera, tras la puerta. De pronto, llegó el momento más aterrador que nos pudimos esperar; en ese instante un escalofrió recorrió todo mi cuerpo y me dejó paralizado. Una voz se escuchó, provenía de atrás de la puerta. Mi amigo estaba seguro y yo lo puedo corroborar: la voz era la de su madre.

—Hijo por favor ábreme, tu padre y yo tuvimos un accidente en el auto, estamos muy lastimados… por favor, abre, ayúdanos. —Al escuchar esto mi amigo sólo retrocedió un paso. Aún puedo recordar esa expresión en su rostro, estaba en shock. Estoy seguro de que ninguno de los dos lo creíamos ni sabíamos qué hacer.

—Hijo por favor, abre, ¿qué esperas? Necesitamos tu ayuda… —Sin lugar a dudas, ésa era la voz de su padre. Eran las voces moribundas de sus padres tras la puerta, clamando por ayuda. Mi amigo y yo permanecimos sin reacción por algunos segundos, después él se volteó lentamente, y me dijo:
—Esos realmente son mis padres. Necesitan ayuda, abriré la puerta.
Se propuso dirigirse hacia la puerta, pero lo detuve.

—Recuerda el correo, lo que nos dijo que pasaría, ¿no se te hace extraño?, ¿qué tal si es verdad y ellos no son tus padres? —Él lo único que hizo fue hacer que lo soltara. “No digas tonterías”, me dijo. “Tú los escuchaste, ésas eran las voces de mis padres. El correo debe de ser una estúpida coincidencia”. Se dirigió a la puerta sin que pudiera hacer nada.

La verdad, no sé qué me hizo hacerlo, pudo ser el miedo que me invadía… pero al verlo dirigirse a la puerta, lo único que pensé fue correr hacia el armario en donde mi amigo guardaba algunas de sus cosas y esconderme ahí. No sabía lo que pasaría, pero en verdad tenía miedo.

Lo que escuché a continuación aún no lo olvido, y hasta el día de hoy tengo pesadillas con ello. Él abrió la puerta, y después sólo pude escuchar sus gritos. Eran unos gritos desgarrantes, llenos de dolor y terror; yo no pude hacer nada más que permanecer inmóvil, hasta que después de unas horas me quedé dormido.

Al despertar por la mañana, me extrañó ver el lugar en que me encontraba, y luego lo recordé todo. Salí del armario y en la habitación no había nadie. Noté de inmediato que ya era de día y que la puerta estaba abierta, así que decidí salir. Busqué por toda la casa esperando encontrarlo y que me dijera que todo había sido una broma, pero mi amigo no estaba. En la tarde llegaron sus padres y les conté lo sucedido, llamaron a la policía y lo buscaron por días, pero él nunca apareció. El correo que le había llegado esa noche también desapareció, y para ser honesto creo que nadie creyó nada de lo que les había contado.

Aunque… no importa que nadie me creyera, yo sé lo que pasó esa noche y sé que ellos estaban ahí afuera. También sé que no debí haber estado ahí, que no debería saber que ellos existen.

Aún no sé por qué lo hacen, creo que sólo tratan de divertirse con las personas, con su pánico… alguna especie de juego. Cada día lo analizo y trato de aprender más de ellos; sé que sólo llegan en la noche y que pueden imitar cualquier voz, que si no abres la puerta se irán y también creo que siempre recibirás ese extraño mensaje de advertencia, debe ser parte de su macabro juego.

No debí estar ahí ese día, y no debería saber que ellos existen. Sé que algún día regresaran por mí, pero pase lo que pase, no abriré la puerta.
 
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GrandslayernV2

Espadachín Legendario
Distribuidor de crepypastas Temporada 1 vol2.

Primer Beso:

Soy una chica tranquila, siempre lo he sido, nunca he tenido problemas con nadie-que yo recuerde- tengo algunas amigas, no me junto mucho con los hombres, tal vez esa es una de las causas por la cual nunca he tenido novio… ni tampoco he dado un beso. En mis 15 años de vida no he salido a muchas fiestas… se puede decir que nunca he hecho alguna locura, siempre que sentía ése especie de impulso para hacer alguna maldad, por muy pequeña que fuera me la reprimía “no, está mal, no debo hacerlo” me decía a mí misma, así calmaba mi adrenalina la que sentía que poco a poco se acumulaba en mi interior, sabiendo que algún día explotaría.

Siempre a principio de año me empezaba a gustar un niño, lo miraba de lejos pero él nunca se fijaba en mí, así pasaba todos los años y en todos me gustaba alguien diferente esperando a que este sí se fijara en mí.
Cierto año comencé a fijarme en un chico, lo conocí a principio de año, era el amigo de una amiga de otro curso, con el tiempo comenzamos a hablar nos volvimos amigos-mi primer amigo hombre cercano- lo empecé a conocer mejor y me comenzó a gustar. Me tenía confianza, era muy simpático y muy tierno conmigo, incluso prefería pasar recreos conmigo que con sus amigos, lo que me hizo pensar que yo también le podía gustar-¡Por fin! ¡Por fin alguien que me gustaba se fijaba en mi!- pero no había nada confirmado. Una vez me confesó que nunca había tenido novia y que tampoco había dado un beso, me conmovió por que sentía lo mismo que yo.

A final de año pasábamos mucho tiempo juntos, me gustaba mucho pero aun no me atrevía a decírselo, aunque la mayoría ya se había dado cuenta… menos él. Una vez estábamos conversando por facebook –era la última semana de colegio y yo estaba desesperada pensando como decírselo- y de la nada me escribió “eres linda”, entonces le escribí de vuelta “gracias, tu también” y él me respondió “en serio? xD” y entonces le conteste “sí, me gustas” era la única forma de declararme, en persona no me hubiera atrevido, “tú también me gustas” me contesto, mi corazón comenzó a latir muy fuerte y sentí que una alegría desbordante se apoderaba de mi, quería saltar de alegría… pero no… me calme me controle y solo me digne a sonreír-aun estando sola en mi habitación- no imaginaba como lo haría mañana, como podría verlo a la cara, como controlaría mi impulso por correr abrazarlo y besarlo, sabía que si lo hacía me verían raro, pero si no ¿Qué creería él?. Al día siguiente lo mire de lejos y él se acerco a mi sonriendo-yo tampoco pude evitar hacerlo- me llevo a un rincón algo mas privado y dijo que le confirmara en persona lo que el día anterior le había confesado por Internet, lo hice y el también lo confirmo, lo mire, quería besarlo pero me daba miedo, no sé por qué, no por mi sino por él, era una sensación extraña y no muy agradable pero la ignore.

Durante los últimos días de clases pasábamos de la mano, aun no nos besábamos, decidimos juntarnos un día cuando saliéramos por fin de clases. Ese día llegue, nos encontramos, caminamos un rato de la mano hasta llegar a una plaza alejada donde casi no circulaba gente, nos sentamos en el pasto, nos abrazamos y conversamos un rato. Hasta que en un momento ambos quedamos en silencio y nos miramos ¡Me robo un beso! Un corto beso que me llevo a robarle yo uno, y otro, y otro, y otro más, era la sensación más rica que había sentido en toda mi vida, no quería parar de besarle, de apretar sus labios con mi boca, sus jugosos y carnosos labios. Sentí esa adrenalina, la que siempre había sentido, que aparecía cada vez que quería hacer algo malo, pero esta vez no pude reprimirla y se apodero de mí, todos estos años guardándola en mi interior provocaron que explotara en algo mortal. No pude detenerme, él trato de alejarme, lo estaba dejando sin aire, sin poder respirar, cada vez apretaba mas sus labios, los mordía fuerte, eran tan deliciosos, sentía que quería comerme sus boca, mordí tan fuerte sus labios que llegaron a sangrar y él trato de gritar y de empujarme pero no pudo, mi adrenalina era tal que lo tenía atrapado entre mis brazos, abrazado entre mis garras, esa sangre de sus labios me éxito más, lo mordí más fuerte, desgarre la carne de sus labios , esos exquisitos labios, los mastique sabrosamente mientras él gemía terriblemente de dolor, moviendo su lengua desesperada mente tratando de lograr concebir un palabra”¡Suéltame!”, la mordí fuertemente y se la extirpe de su boca, chorreaba la sangre de su garganta a la vez que un último grito desgarrador salía de ella, era tan deliciosa, húmeda y carnosa, su sangre brotando de la carne colgante de su boca muerta, estaba tibia aun, la bebí, la mordí para beber más de la sangre de quien por fin se había fijado en mi, era tan delicioso sentir su sangre desbordante en mi boca, boca chorreada de la sangre de quien tanto me había gustado… ¡Por fin! ¡Por fin había dado mi primer beso!
 
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Respuesta: Distribuidor de crepypastas Temporada 1 vol2.

Me parece interesante la forma en que está redactada la creepypasta, usa un lenguaje aterrador, "tímido" y "infantil", da cosita.
Me encantan estas crepys que parecen ser reales, aunque realmente sean surrealistas jaja
Me da un poco de asquito lo de que la chica le saque un trozo de boca y que lo mencione tan normal, de hecho, yo me muerdo los labios cuando están secos, y me imagine a mis labios siendo devorados :S
Bueno, espero las sigas posteando!
Saludos!
 

GrandslayernV2

Espadachín Legendario
Distribuidor de crepypastas Temporada 1 vol3.

Ahora lo sabe:

Solo soy una persona con conocimientos en sistemas. Realmente trabajo para una empresa de tecnología y no soy especialmente creyente en nada paranormal, de hecho soy poco religioso.

La razón por la que paso por aquí es precisamente porque me ha entrado cierta curiosidad en estos asuntos desde que un familiar que vive en el campo vino a mi a contarme una historia bastante particular, por supuesto es la primera vez que veo un sitio en el cual esta historia podría ser contada.

Javier y María son prácticamente dos campesinos, criados a la vieja usanza en una pequeña choza situada a unos 30 minutos a paso de caballo del pueblo más cercano. Javier es un primo lejano del lado de la familia de mi padre. Mi padre, a pesar de actualmente ser médico, viene de una familia muy humilde en el campo y él logró completar sus estudios de medicina con su propio esfuerzo, por esta misma razón aún tenemos bastantes familiares en zonas rurales que nunca han salido del campo.

La historia me la contó mi primo una temporada que hicimos el viaje hasta ese pueblo y decidimos de paso ir hasta donde el buen primo ya que le vemos prácticamente una vez al año en temporada de vacaciones. Usualmente nos genera pereza ir hasta donde el vive porque a pesar de ser muy bonito el campo y muy acogedora la choza, la vía para llegar no es precisamente apta para un vehículo moderno, aunque sea una camioneta como en la que vamos.

De hecho, no es un carretera como tal, es solo un camino que se ha formado por el pasar de los animales y carretas o algunas motos y que en invierno es inaccesible a menos que sea en vehículo de tracción animal de 4 patas.

También es posible que si dos carros se encuentran, alguno de los dos tenga que regresarse en reversa, por supuesto nunca ha pasado porque es muy poco transitado.

La última vez que lo visitamos, el buen primo tenía la espalda llena de cicatrices, por supuesto nuestra primera reacción fue preguntarle que había pasado. Su respuesta me ha dejado atónito ya que no es la primera vez que escucho algo similar.

“No se si en el pueblo les contaron que me caí del caballo, todo el mundo dice eso pero María sabe lo que realmente paso, no quisiera contarles porque están de visita y no quiero que vayan a pasar una mala noche”.

Más que la razón por la cual nos lo decía, yo podía notar que tenía miedo de contar la historia, sus ojos trataban de apartar la mirada y buscar otro tema de conversación, sin embargo yo insistí diciéndole que solo era una historia y que no me podía dejar con la intriga.

“Bueno siéntate aquí” – me dijo al rato cuando los demás estaban haciendo otras cosas. – “No quiero que tu pae se ponga nervioso manejando cuando estén de regreso.”

“Hace dos meses, como era de costumbre, yo tenía que ir al pueblo a comprar algunas cosas de la casa, yo nunca lo hago muy entrada la tarde para que no me agarre la noche en el camino. Nunca le he tenido miedo a la noche, hasta ese día le tenía más miedo a los vivos que a los muertos y ya me habían robado antes por andar por el camino tan tarde. Parece que los ladrones no duermen” -Eso es cierto afirmé, mientras en mi cabeza quedo el eco de la frase: Hasta esa noche.

“Sin embargo tenía varios animales enfermos” -continúo. “Ya eran 2 vacas que estaban bastante mal y no podía darme el lujo de que se murieran, así que tomé el caballo y comencé a ensillarlo. María inmediatamente me dijo: Javier, para donde vas que no ves que ya es tarde y me da miedo que vayas solo, te va a coger la noche, tengo un mal presentimiento, espera hasta mañana.”

“Yo la ignoré por la misma razón que ya te comenté, no podía darme el lujo de un animal muerto, así que tomé una linterna para alumbrar, aunque yo sabía que era noche de luna llena por lo tanto sería una noche bastante iluminada y posiblemente no la usaría para no mostrarle mi posición a nadie.”

“Fui al pueblo lo más rápido que pude, compré en el mercado lo necesario, en el camino me encontré con un par de amigos que me ofrecieron 2 tragos de Ron, y luego, seguí, y tal como estaba previsto, una cortina negra cayó sobre el campo. Apenas había comenzado la vía.”

“Por supuesto, el caballo ve mejor que yo así que yo solo me incline y traté de ir lo más rápido posible con la luz apagada para no mostrarle mi posición a ningún bandido. Llevaba muy buen ritmo, estimo que debía ir al menos ya por la mitad del camino y me iba sintiendo más tranquilo en cuanto más avanzaba, sin embargo cuando llegue a la curvita por donde se llega al arroyo, algo extraño llamo mi atención” -hizo una pausa, como tomando fuerzas para poder explicarme lo que seguía, mientras hacía eso su miedo me invadía a mi también.

“Cuando pase por la curva vi una silueta, estaba casi seguro de que era una niña. Para este punto ya mi vista se había adaptado un poco a la oscuridad por tanto podía distinguir cosas, pero como pasé tan rápido por aquel punto no podía estar seguro si era correcto lo que vi o no.”

“Por supuesto la duda me estaba matando, ¿Y si era una niña que se había perdido? ¿Qué tal si la muerde una víbora?… Tal vez la pobre no se atrevía a caminar del miedo. En estas tierras tan alejadas es posible que hasta sea violada y nadie escucharía nada…”

“Tantos pensamientos invadieron mi mente que decidí dar la vuelta y asegurarme. Pare en seco el caballo y di la vuelta, encendí mi linterna y comencé a buscar. En menos de un minuto ya la podía ver, a pesar que estaba seguro que había andado bastante mientras decidía si regresar o no. En ese momento no le di gran importancia pues pensé que tal vez ella había caminado un poco o habría intentado perseguirme y por eso había avanzado.”

“Era una pequeña niña, tendrá a lo mucho unos 7 años, pensé. Estaba vestida completamente de blanco, su rostro parecía angelical aunque tenía una parte tapada por el cabello y la verdad aún no recuerdo si podía ver sus pies, tal vez estaban confundidos con el pasto, y además, al encender la linterna perdí nuevamente la poca visibilidad que ya tenía y solo podía ver lo que alumbraba directamente.” – ¿y que pasó? pregunte, aunque el corazón me palpitaba rápidamente no podía dejar de escuchar.

“Le pregunte ¿Estas perdida?. Ella solo asintió con la cabeza sin mencionar una palabra. ¿Vives cerca?. Nuevamente solo movió su cabeza hacía los lados.”

“Le dije, si quieres te llevo a mi casa y mañana buscamos a tus papas porque no te quiero dejar sola aquí. Ella asintió, de igual forma solo moviendo su cabeza.”

“Gire el caballo y le dije que si sabía como subirse, no había terminado de hablar cuando ya la sentí detrás mío. Me agarró fuerte de la cintura, por supuesto pensé que debía estar aterrada así que no le dije nada más y reanude mi carrera hacía mi hogar que anhelaba ver mucho más en este momento. Sentía como si de repente la temperatura hubiera descendido y pensé: Creo que ya ha entrado mucho la noche, debe ser muy tarde.”

“Acelere nuevamente hasta lo que el pobre animal era capaz, me daba aún más miedo encontrar algún bandido llevando esta acompañante, ya no era solo mi seguridad, también la de esta niña.” – El pauso nuevamente, sus manos comenzaron a temblar y su mirada estaba perdida en el recuerdo, como si lo estuviera viviendo de nuevo.

“Yo noté que algo no estaba bien, el caballo empezaba a bajar la velocidad y por más que yo intentaba no conseguía hacerlo regresar al ritmo que traía. Le dije a la niña: no te asustes ya casi llegamos”. Ese fue el primer momento en que la escuche hablar, aún esa voz resuena en mis sueños y en mis pesadillas, no sonaba como ninguna persona, niño, adulto o anciano que hubiese escuchado antes, y me dijo: Tu no vas para ninguna parte, tu te vas conmigo.”

“Impactado por sus palabras, mire hacía atrás, no podía ver su rostro ya que estaba apoyado sobre mi espalda, pero sus piernas… sus piernas eran tan largas que arrastraban contra el suelo, era eso lo que no dejaba avanzar al caballo, lo estaba frenando.”

“Enseguida me di cuenta de que el frío que sentía no era normal, estaba temblando, mis manos estaban moradas, sin embargo mi espalda estaba muy caliente, sentía un olor a azufre que no desaparecía aunque estaba avanzando aunque fuera lento. De pronto… me habló de nuevo.”
“Reza lo que te sepas si quieres, pero tu te vas conmigo”

“A mi mente vinieron muchas oraciones, las que había escuchado en la iglesia, las decía así no creyera en nada de eso. Las que había escuchado cuando enterraban a la gente, las que había escuchado rara vez de algún religioso o en el colegio, el caballo cada vez iba más lento, casi que se detenía, y cada vez que terminaba alguna oración ella reía y solo decía: Esa ya me la se, tu te vas conmigo.”

El hizo una última pausa… esta vez el tono de su voz cambio, parece que había más tranquilidad en su rostro…
“En ese momento me recordé a la bisabuela, ella siempre hacía una oración cuando alguien se sentía triste o estaba enfermo, no se como la recordé en ese momento puesto que yo estaba aún pequeño cuando ella falleció. Tampoco recuerdo que sea algo que yo haya escuchado en una iglesia convencional, era algo como un pedazo de una canción o algo muy muy viejo.”

“Espere que ella se riera aún más, pero solo había silencio. En un tono de disgusto me dijo: Te salvas, porque esa no me la se.”

“De inmediato desapareció la presión del caballo y comenzó a andar un poco más rápido aunque se escuchaba en su respiración que estaba muy agotado, la presión en mi espalda desapareció aunque aún me dolía un poco, estoy seguro que por el miedo sentía menos el dolor. Cuando llegue a la casa dejé el caballo afuera sin pensarlo y entre donde María. Le di un beso y le conté lo que me había pasado, ambos estábamos petrificados. Ella miró mi espalda y me dijo que estaba quemado pero parecía como si me hubiera quemado hace tiempo, solo eran cicatrices.”

“Habremos dormido un par de horas esa noche, en la mañana cuando salí de la puerta, ahí yacía mi caballo muerto, sus patas traseras estaban calcinadas y el olor a azufre permanecía aún fresco.”

Allí terminó la historia, solo se levanto y me dejo allí, yo no sabía que decir ni que pensar.

Por supuesto también nos agarró la noche cuando íbamos de regreso, por supuesto que no sentía tanto miedo porque íbamos en carro, la radio estaba encendida e iba con toda mi familia, aún así, no me atrevía a mirar por la ventana, hacía afuera solo se veía oscuridad, las luces solo alumbraban por donde estábamos andando. Yo pensaba: ¿Serían solo inventos? ¿Alguna historia colorida que inventó por había tomado algunos tragos esa noche?

Mire hacia el cielo nocturno, en el campo puedes ver muchas estrellas, era noche de luna llena de esas en la que la luna por alguna razón luce un poco roja. Cuando volví la mirada hacía abajo, no pude evitarlo, eche un vistazo por la ventana y vi una silueta en la oscuridad… íbamos bastante rápido y evidentemente no había razón para regresar aunque sentí el horrible escalofrío al recordar la historia. En ese momento recordé lo que le había preguntado al buen primo antes de marcharnos: ¿Y cual era la oración?

El respondió “De nada sirve que te la diga… Esa ya se la sabe”.
 
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GrandslayernV2

Espadachín Legendario
Distribuidor de crepypastas Temporada 1 vol4.

Stranger: Que tengas un buen día…

Seguramente todos habréis oído acerca de Omegle: Talk to Strangers. Esa página en donde te conectan aleatoriamente con alguien del mundo y, sin saber nada de él o ella, comienzas una conversación.

El caso es que llevo mucho tiempo en dicha página, encontrándome con lo típico: el que viene y pone “así” (Age, Sex, Location, la página es en inglés). Como ya estoy harto de contestar a eso, simplemente los trolleo un poco y me desconecto.

Hasta que un día pasó algo distinto. MUY distinto.
Se conectó un Strange y yo ya estaba esperando el así, cuando coge y pone (la conversación estaba en inglés, pero os la traduzco al español):

Stranger: Hola (3)

Yo pensé, “¿Un 3? ¿Por qué un 3?”, pero el tío o tía no había soltado el infame asl, así que le respondí. Luego la cosa fue más o menos así:

You (éste soy yo): Hola

Stranger: Cómo estás? (3)

You: Por qué pones el (3)?

Stranger: Cómo estás? (2)

You: No vas a responderme?

Stranger: Cómo estás? (1)

Ahí ya entendí que era una cuenta regresiva, así que para seguirle el juego, le contesté. La pregunta no volvió a repetirse, simplemente me preguntó por el clima, con el “(3)” detrás de la pregunta, como siempre.

La conversación fue avanzando y al final parecía algo más normal. Seguía poniendo “(3)” detrás de las preguntas y bajaba a “(2)” si no contestaba a la primera, pero al final no me importó.

Tras un buen rato conversando, le dije que me tenía que ir, y que había sido un placer hablar con él o ella (sí, para un@ que encuentro sin el asl, se agradece).

Su respuesta fue lo que me pareció raro:
Stranger: Que tengas un buen día. Puedes mirar detrás de ti.
Y se desconectó.

Al día siguiente se lo conté a un amigo, al cual le fascinan estas cosas raras, y se puso todo emocionado por querer probar lo que pasaría si se quedaba sin números en la cuenta regresiva. Yo sabía que las probabilidades de volver a ver a esa persona serían muy pocas, pero aun así mi amigo insistió en venir a mi casa e intentarlo.

Una vez frente al ordenador, mi amigo se puso al mando del teclado. Entramos en Omegle y comenzó a ir comprobando a la gente, estilo “si preguntan así, fuera, si dicen hola y nada más, fuera”.

Pasaron muchos conectarse y desconectarse, y al final comencé a aburrirme, hasta que finalmente, y para mi sorpresa, apareció.

Stranger: Hola (3)

Mi amigo, eufórico, comenzó a hablar con él. No dejaba que el número decayera, por alguna razón lo ponía a prueba, hasta que se cansó, y en una pregunta no respondió.

Stranger: Y qué haces para pasar el rato? (3)

Mi amigo no contestó, esperó pacientemente.

Stranger: Y qué haces para pasar el rato? (2)

Nada. Comenzaba a ponerme nervioso. Yo no había dejado que la cuenta regresiva llegara a cero y había recibido aquel mensaje final. A saber qué recibiría mi amigo.

Stranger: Y qué haces para pasar el rato? (1)

Estuve a punto de escribirle para responderle, pero mi amigo me cogió de las manos y, medio arrastrándome, me dejó sobre la cama, diciendo que me quedase quieto, que sólo era una chorrada de internet y que me estaba afectando demasiado.

Me quedé en el sitio en donde él me dejó, sin saber por qué sentía tanta ansiedad. Aunque estaba en mi cama, aún podía ver perfectamente la conversación. El extraño habló de nuevo, su última frase:

Stranger: …que tengas…un buen…día…No mires…detrás de ti…
Y acto seguido se desconectó. Mi amigo se rió ahí mismo, y me miró. Me puso cara de “¿Y por esta tontería estás asustado?”. Iba a replicarle, cuando algo tocó mi cabeza, algo como una mano fría y grande. No miré hacia atrás, más que nada porque la mano sujetaba firmemente mi cabeza; pero pude ver en la expresión de mi amigo una pista de lo que sucedía.

Mi amigo había volteado hacia atrás para verme, y fuera lo que fuese que estaba viendo, no me dejaba mirarle.

Lo siguiente que sentí fue como si me adormilara, y caí dormido.

Lo siguiente que vi fue el techo blanco de mi habitación en el hospital. Al parecer mi madre nos estuvo llamando tras aquello, y como no respondíamos, fue a vernos y nos encontró a ambos inconscientes… bueno, al menos yo estaba inconsciente.

No quieren decirme qué le ha pasado a mi amigo, simplemente me dicen que no puedo ir a verle. Pero por alguna extraña razón, no me importa.
Como me toca quedarme un par de días por si acaso, le he pedido a mi madre mi portátil. Me la ha traído hoy mismo, y en el hospital hay internet inalámbrico.

Entro en Omegle y me encuentro con un extraño. No sé por qué, hacer esto está muy bien. En realidad, noto que hay algo distinto en mí.
Stranger: Asl?

Sonrío. Mis dedos escriben solos.

You: Hola (3)

Asegúrate de responderme a tiempo…
Que tengas un buen día…
 
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MegaSceptile9

Usuario mítico
Respuesta: Distribuidor de crepypastas Temporada 1 vol4.

XD, no sabía que esta historias eran tan emocionantes.

Al principio leí sin interes en absoluto, pero le cojí el piso
y empece a entender lo que pasaba, admito que sentí
un poquis solo un poquis de miedo de miedo al
leer esto detenidamente xD.

Saludos:D

PD: Ahora estoy en Omegle: Talk to Strangers para ver si me encuentro con ese loco/loca xD
 

GrandslayernV2

Espadachín Legendario
Distribuidor de crepypastas Temporada 1 vol5.

Rostro

Como todo joven, a mis 22 años salí en busca de mi independencia. Mis padres siempre me regañaban por las minúsculas travesuras que hacía en casa, como no dejar algo en su lugar, no lavar los platos y otras cosas tan sencillas de las que ellos hacían un mundo.

Así pues, decidí, con un dinero que ellos me habían facilitado, buscarme un lugar propio para vivir; pero claro, seguir con los estudios universitarios que ellos me solventaban. Básicamente era seguir dependiendo de ellos, pero desde otro lugar.

Mis padres aceptaron sólo porque les di un discurso muy emotivo, como todo estudiante de derecho, sobre las responsabilidades de un joven adulto, la independencia y más palabrería barata que aprendí de mis profesores.

Tras hacerlos acceder empecé a buscar una casa para mí solo. Como ellos no me darían suficiente dinero como para comprar una casa con piscina (lo cual era mi sueño para hacer grandes fiestas, o quizás grabar una película) o una mansión como los grandes capos del narcotráfico, decidí buscar una casa algo pequeña, de bajo precio pero segura. Fue entonces que en mi búsqueda me topé con una casa de un solo piso, ligeramente cómoda, y que por fuera tenía un aire barroco, como de la antigua Europa.

La casa estaba en venta desde hace poco, se encontraba en buen estado y la pareja dueña de la casa tenía un trato muy amable que me hacía sentir cómodo y confiar en ellos. Según me dijeron querían vender la casa porque su economía mejoraba cada vez más, lo suficiente como para comprar una gran mansión con dos piscinas, y claro, como para restregármelo en la cara. Pero como dicen por ahí, todos empiezan desde abajo.

Así que accedí a comprar la casa. El papeleo no demoró mucho, después de haber cancelado el precio acordado me dieron los papeles de mi nueva casa, y por primera vez en mi vida me sentí como un verdadero hombre, con una casa estilo europea que seguro le encantaría a las chicas del lugar. Empecé tomándole fotos a mi nueva casa para después alardear con mis amigos, la ordené y la limpié cuidadosamente por dentro, trasladando las pocas cosas que tenía en mi habitación y llevándome algunos muebles de mis padres.

La casa estaba algo vacía, pero era un comienzo. Finalmente entré a lo que sería mi habitación. Mi nueva habitación media el triple de la que tenía en casa de mis padres, estaba adornada con grandes arañas que alumbraban el techo. Era una habitación digna de un rey, o en mi caso de un príncipe. Arreglé todo a mi gusto para echarme sobre ella y descansar del ajetreo de ese día.

El cansancio hizo que me durmiera y no me levantase hasta cuatro horas después, a las 8: 30 p.m. Cuando abrí los ojos, noté un rostro en el techo. Me quedé pasmado, había un rostro dibujado en el techo de mi habitación. Tomé una escalera y lo observé más de cerca. Tal parecía que habían vivido unos niños ahí, y tomando en cuenta las facciones dibujadas del rostro, niños con futuro artístico. Me pareció agradable, y en cierta forma era algo “grotesco” que seguro le encantaría a mis amigos, y por qué no, a las chicas también.

Entonces empecé a convivir con ese curioso rostro bien marcado en el techo de mi habitación, adorándolo de vez en cuando. Un día en particular, mientras me fumaba un cigarrillo mentolado, levanté mi vista hacia el rostro. Noté que había cambiado. Me acerqué para observar lo que había sucedido, pasándole mi mano por encima. Entonces pude darme cuenta de que el rostro estaba hinchado, empezaba a tener forma.

No recuerdo qué pensaba en ese momento, pero lo que sí sé es que en vez de darle importancia, sólo me sentía más emocionado, me parecía increíble que hubiera un rostro de alto relieve en el techo, pues hacía más especial a mi casa. Pero eso no era un dibujo, cosa que había descubierto ese día. Por la noche se me hizo difícil dormir, la casa era nueva y era la primera semana en la que me acostumbraba a estar en una casa solo. Miré al techo. La poca luz de la luna que entraba por mi ventana sólo le daba más forma al rostro… fue ahí que pude distinguir perfectamente las facciones del mismo. Era un hombre maduro, con una nariz respingada y labios pequeños.

Tenía una expresión vacía. Era aterrador, y más aún porque la luz de la luna le daba un aspecto lúgubre. Casi parecía que me estaba mirando; aunque claro, era natural pensar eso si estaba arriba mío, con la vista hacia mi cama.

A la mañana siguiente me entró más curiosidad por el rostro, por lo que decidí analizarlo mejor. Tomé un clavo y un martillo para ver cómo era posible que hubiera sobresalido del techo. Empecé rasgando un poco el techo con el gran clavo que sostenía mi mano. Al parecer era de cemento, pero decidí seguir rasgando.

Todo parecía indicar que no era más que una obra artística, y cuando me decidí a bajar de la escalera y seguir perdiendo mi tiempo en mi nueva casa, le clavé con mucha fuerza el gran clavo que tenía en el ojo izquierdo. Un pequeño chorro de líquido blanco y rojo empezó a caer sobre mi cara. Me sequé con mi manga inmediatamente mientras el extraño líquido seguía escurriendo, manchando el piso de mi habitación. Me extrañó lo sucedido, no podía ser cierto. Comencé a estancar el clavo en cada parte del rostro y daba el mismo resultado, chorros de sangre emanaban de él.

Pero para despejar mis dudas, decidí cambiar de objetivo. Moví la escalera de modo que me situara poco más abajo del rostro ya agujereado y deformado, y procedí a martillar con el clavo el lugar que creía conveniente. Definitivamente esa parte del techo era más susceptible que las demás, no me fue difícil hacer un hueco casi del tamaño de mi puño, del cual empezó a salir bocanadas de sangre mezclada de pedazos de carne y trozos de órganos.

Empaqué las pocas cosas que tenía y salí del lugar para volver con mis padres. Mi sueño de haber tenido una casa propia se había arruinado, de acuerdo la policía, por una pareja de homicidas psicópatas, quienes de una manera curiosa escondían cadáveres en toda la casa.

Encontraron cuerpos en el suelo, en el baño y hasta en la bañera. En parte me sentía aliviado, es decir, toparme con un cuerpo en la bañera mientras tomaba un relajante baño de seguro era más aterrador que encontrar uno en el techo. Aunque admito que siempre quise preguntarle a la policía cuánto tiempo llevaban esos cuerpos ahí, pues la sangre y los órganos del sujeto en el techo seguían en buen estado.

Seguramente aún estaba vivo al momento de encerrarlo en el techo… pobre hombre.
 
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Distribuidor de crepypastas Temporada 1 vol6.

Jugar en Lugares Oscuros

“¡No te alejes mucho de casa!” “¡No juegues en el medio de la calle!” “No hables ni aceptes cosas de extraños.” eran solo tres de las constantes letanías de Margaret Green, la madre de Louis, un niño de once años que pasaba las calurosas tardes de verano jugando con sus amigos de la cuadra.
Su juego favorito era el escondite, quizás por la simplicidad del juego o por el lugar que utilizaban para jugar.

La vieja casa en la esquina de St. Germain que había sido abandonada cerca de los años noventa y permanecía como una fotografía vieja y de un rancio color sepia entre todas las demás casas de la cuadra que, si bien no eran vulgarmente elegantes tenían su atractivo que las distinguía de la solitaria casa de la esquina, con su fachada rojiza de gastado color ladrillo y sus ventanas de vidrios rotos y sucios.

Para los niños era una campo de juegos, un parque de diversiones gratuito. Pero para los adultos, sobretodo sus padres, la casa recordaba al aspecto de un perro gris y raquítico, enfermo y de brillantes ojos amarillos cuyo hocico supuraba espuma infecta a través de los colmillos amarillentos.

No podían evitar que sus hijos jugaran en esa casa, algo de ese lugar los atraía casi llamándolos por su nombre entre susurros que se lleva la brisa.

Podrían prohibírselos, castigarlos incluso pero no importaba. Seguramente se escabullirían a escondidas dentro de la casa y en esos tiempos (como en los de ahora) La mayoría de los padres no tenían ni tienen exactamente todo el tiempo del mundo para vigilar las expediciones de sus hijos a lugares donde reina la penumbra y el olor a polvo es intenso.

Así era aquella casa, en días de viento las cortinas raídas y sucias flameaban por las ventanas como la capa de un vampiro o el vestido negro de una viuda.

Pero en su interior reptaba algo, algo negro y peludo que resumaba aceite agrio por los poros y se retorcía entre las paredes de la casa cuyo papel tapíz se había resquebrajado como piel seca al igual que se retuercen los gusanos dentro de una nuez podrida.

Muchos niños habían sentido ese olor agrio y uno de ellos de nombre Neil había jurado que dos ojos brillantes lo observaban desde la oscuridad que reinaba bajo la escalera al segundo piso.

Los otros niños le creyeron al principio, sobre todo Louis quién comenzó a sentir miedo de la casa por primera vez.
Pero luego aseguraron que Neil era un gallina y dejaron de jugar con el.
Pero Louis… Quizás ahora veía los oscuros pasillos y sucias habitaciones con los mismos ojos que los adultos.

Comenzó a pensar que quizás los rechinidos y quejidos de la casa estaban relacionados con algo más que su falta de mantenimiento y antigüedad.

No iría más a jugar a ese lugar. ¡Eso es! Había otros lugares mejores como el parque Gerald aunque estuviera lleno de vagabundos que olían a whisky barato.

Esa noche, sentado en el pórtico de su casa junto con su padre quién escuchaba unos viejos discos de vinilo, miró hacia la casa distraídamente.

En el tocadiscos del comedor sonaba “Maybe its Because” Por Al Bowly y la orquesta de Ray Noble, pero sonaba como si estuviera lejos, su hogar había quedado en alguna olvidada ciudad cuyo nombre nadie recordaba y a los oídos de Louis solo llegaban ecos quebrados de aquella música.

El solo veía la casa y escuchaba el sonido del viento que hacía danzar las cortinas de ese lugar que ahora le parecía fantasmagórico.

Recordaba que había leído una vez en un libro una frase al pié de la fotografía de un hombre de enormes bigotes. “ Si miras durante mucho tiempo el abismo, el abismo acabará mirando dentro de ti.”

En su momento no lo comprendió, pero ahora creía hacerlo.

Eso era aquella casa, un Abismo profundo y oscuro donde vivían quimeras de ojos brillantes.

Por un momento, mientras contemplaba hipnoticamente la oscuridad más allá de los raídos vestidos de viuda que flameaban por las ventanas, le pareció que algo lo miraba, pero no a él, sino dentro de él.

A la tarde siguiente, cuando ya había terminado su parte de las tareas del hogar sonó la estridente campanilla del timbre.

Al salir afuera, Louis vio a su grupo de amigos con un niño nuevo de nombre Michael Ward, era un poco más grande que ellos y era el primo de otro niño amigo de Louis.

Este rechazó enérgicamente la oferta de ir a jugar en la vieja casa de la esquina pero entonces el chico nuevo lo llamó cobarde imitando grotescamente el cacareo de una gallina…¡Cobarde! Eso era impermisible, era…era como si hubieran insultado a su madre.

Entonces, aquella tarde se dirigió junto con el resto de los chicos a la casa, con una firmeza que se iba deshaciendo en sudor a medida que se aproximaban a ella.

No importaba si entre la oscuridad de sus rincones habían monstruos de estómagos parduzcos y ansiosos de carne joven o fantasmas que hacían el amor con la oscuridad y de esa unión salían engendros ciegos con alas y de labios cosidos, había sido ofendido y debía reparar esa ofensa, lo que no sabía era que esa tarde de cielo rojo sería la última en la que vería a sus amigos con vida.

Al llegar al pórtico de la casa, descuidado y maloliente, quizás fue su imaginación pero Louis sintió que ellos no miraban a la casa, la casa los miraba a ellos. Y creyó que hasta el idiota de Michael lo había sentido.

Nadie dijo nada y se dispusieron a jugar al escondite. Siempre ponían al mismo niño gordo a buscar, quizás no le gustaba pero nunca se quejó.

Cuando comenzó a contar con los ojos sobre el brazo apoyado en el resquebrajado papel tapíz de la pared los demás, incluido Louis, pusieron piés en polvorosa y se repartieron por toda la casa.

Louis quiso esconderse abajo de las escaleras, pero ya había alguien allí.
Torpemente subió las rechinantes escaleras al segundo piso y se encontró solo en un pasillo silencioso donde los rayos dorados de luz se filtraban por las ventanas rotas. A su derecha había una puerta, el agujero de la llave era el nido de una araña. y extrañamente la puerta dejaba una gran ranura entre el piso y esta por la que podría pasar una rata gorda. Quizás la puerta era muy pequeña para el marco, o quizás el segundo pisó se estaba derrumbando…
Sin pensarlo la abrió y se encontró con el interior de un armario, oscuro y adornado con jirones de telarañas que colgaban del techo. El niño gordo, llamado Edward, había dejado de contar y Louis creyó escuchar que subía por la escalera que rechinaba bajo su peso.

Sin pensarlo se ocultó en el armario, en su interior sentía miedo pero no sabía por qué.

Una sombra caminó pesadamente hasta la puerta del armario, Louis se sentó en una pequeña repisa antes usada para guardar ropa esperando que no cediera bajo su peso y recogió los pies para que Edward no los viera si se agachaba a mirar por debajo de la puerta.
-Un dos tres por tí, Louis.- Dijo Edward en tono jocoso.
Louis fingió no estar allí.

Una protesta se escuchó desde el piso de abajo
-¡Gordo tramposo paraste de contar antes de llegar a cien!- Chillo uno de sus amigos.

-¡No es verdad!- Replicó Edward furioso, pero su voz no sonaba al otro lado de la puerta del armario, sonaba lejana… proveniente del piso de abajo.
Louis no fue el único que lo notó mientras sentía que el corazón se le subía a la garganta y se quedaba latiendo allí, apresuradamente como el de un conejo que se sabe que ha caído en una trampa y pronto será desmembrado por los sabuesos.

Nadie más dijo nada, pero aquella sombra seguía de pié frente a la puerta profanando la luz que entraba por la ventana.
De pronto un olor agrio inundó la nariz de Louis y tuvo que hacer un gran esfuerzo para no estornudar, ese hedor quemaba, quemaba como ácido y corroía el interior de su nariz.

Era mucho peor de lo que había descrito el niño que ya no jugaba con ellos… Neil “Como vinagre” dijo.

Pero este hedor era peor, como vinagre sí, pero vinagre flotando alrededor de cosas muertas descomponiéndose lentamente en un pantano húmedo y recóndito lleno de gusanos aflorando entre la carne de animales muertos.
Lo que vio a continuación le hizo querer llorar y gritar pero sabía que no podía hacerlo si quería vivir.

Con la lentitud de un escarabajo largas garras amarillas comenzaron a asomar por debajo de la puerta, había manchas oscuras en esas garras y Louis, en su terror, adivinó que era sangre seca.

Seguidamente tras las garras retorcidas apareció una mano, muy peluda, de color marrón con manchas oscuras en toda la epidermis arrugada, parecía la mano de alguien que había sufrido graves quemaduras en todo el cuerpo.
Reseca y arrugada tanteaba frenéticamente todo el suelo del armario en busca de un pié al que aferrarse.

Louis podía escuchar la respiración jadeante y agitada de aquella cosa… Parecía que intentaba olerlo.

El miedo que se retorcía en su estómago como un animal ahogándose en la profundidad de un lago oscuro, le gritaba que no emitiera ni un sonido, que aquella cosa no era humana, que era mala y quería hacerle daño. Luego un grito más aterrador provino del fondo de sus entrañas y decía:
“Quiere alimentarse de tí.”

Louis se estremeció en la repisa y sintió una fuerte punzada en su vejiga.
Aquella cosa había imitado a la perfección la voz del niño Edward para engañarlo, para hacerlo salir.

Se preguntó dónde estarían los demás. Quizás temblando de miedo en sus propios escondites en aquella casa abandonada que sería su sepulcro.
Se escuchó un grito ahogado y la mano peluda desapareció rápidamente.

El chico que temblaba bañado en sudor en la repisa escuchó pasos rápidos y cortos que se alejaban por el pasillo.

Sintió otra punzada, esta vez en la espalda, que lo obligó a ponerse de pié.
Silencio.

Todo lo demás pasó como en cámara rápida mientras una voz interior le gritaba “¡Te lo dije! ¡Te lo dije! ¡No deberías estar aquí! ¡Sal, corre y no mires atrás!”

Louis diría a la policía más tarde que no recordaba como había salido de la casa.

Atravesó como una flecha las escaleras, bajando de a tres escalones y luego salió por la puerta de entrada y corrió hasta llegar al medio de la calle desierta.

Se había orinado en los pantalones, sentía la cara roja, una bolsa de piedras en el estómago cuyos costados intentaban rasgarlo y el corazón palpitándole detrás de los ojos.

Se dio vuelta para mirar la casa, antes fue un pequeño campo de juegos, ahora parecía un gigantesco palacio de madera vieja y tejas podridas que lo miraba amenazando con lanzarse sobre él, pero al momento siguiente solo se derrumbó como un castillo de cartas como si hubiera estado sostenida por una sola tabla que alguien había retirado de un tirón, como en un juego de Jenga.

Lo único que quedó en pié fue la vieja chimenea de ladrillos. Todo lo demás desapareció sepultado bajo los escombros.
Ninguno de los otros chicos salió.

Louis sintió que flotaba, al instante siguiente se desvaneció.
Despertó en un hospital con una venda en la cabeza y con el relato de lo sucedido.

Los adultos asumieron que aquella mano que vio Louis arrastrarse buscando a tientas sus pies, pertenecía a algún vagabundo que vivía oculto entre las paredes de la vieja casa. Y que la casa se había derrumbado porque sus cimientos eran muy viejos, sepultando a los niños en la oscuridad. “Un trágico accidente” lo llamaron los diarios.

Louis no recuerda que alguien haya mencionado el hecho de que ningún cuerpo fue encontrado.
Se habían… desvanecido. Michael, Edward, todos…
Todos habían sido tragados por la oscuridad de la casa, incluso aquella cosa de la mano podrida.

Veinte años más tarde, sentado en el pórtico de su nueva casa a casi mil kilómetros de su ciudad natal y de aquellos recuerdos, Louis pensaría que esa casa era una especie de puerta. Una puerta hacia “El otro lado” el mundo de las tinieblas donde siempre está oscuro y se arrastran cosas con garras por el piso.

A veces pensaba en todo lo que pasó, una medida de whisky acababa con eso.

El teléfono sonó y Louis dio un respingo.
Una voz amable pero mortificante, seguramente acostumbrada a pasar mensajes por el estilo, le comunicó que su madre había muerto. No lo sorprendió. Incluso se aliviaba de que Margaret Green al fin se hubiera liberado de los dolores que trae el cáncer de esófago.

Colgó el teléfono y escuchó como la puerta rechinaba al abrirse.
Se dio la vuelta y vio entrar, desde la oscura noche que caía sobre la ciudad, el suspiro de la brisa veraniega.

La cerró despacio, como esperando que algo sucediera, pero no ocurrió nada.
Se recostó en la puerta con los ojos cerrados y un profundo dolor de cabeza. De pronto algo le molestaba en la nariz, una especie de olor… olor a podredumbre agria. Hedor a una sopa hirviente de cadáveres rancios.

Una voz dijo dentro de su cabeza:
“Te he esperado por mucho tiempo, Louis, es hora de irse.”
Abrió los ojos rápidamente, y por la esquina de la pared frente a el, vio asomarse despacio, como seduciendo al abismo, una mano peluda y de largas garras amarillas.
 
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Distribuidor de crepypastas Temporada 1 vol7.

Sólo una película

Llevaba casi dos horas caminando por la carretera, su auto se había quedado sin gasolina varios kilómetros atrás y cargando aquel bidón decidió ir a buscar combustible.

Tras caminar tanto, al fin logró divisar a lo lejos aquella vieja y pequeña estación de servicio con una maltrecha y parpadeante luminaria que anunciaba “TEXACO”, y supo entonces que su recorrido al fin había terminado.

Al ver la bomba dispensadora asumió que nadie había cargado combustible ahí en mucho tiempo, y aquello lo desalentó un poco, pero aun así decidió entrar al lugar.

Abrió el mosquitero y entró a la vieja estación; un asqueroso hedor impregnaba el ambiente y una vieja radio tocaba a Alan Jackson a volumen bajo. Pudo identificar la fuente del putrefacto aroma cuando miró frente a él varios pedazos de carne podrida colgados en ganchos por todos lados. Esto casi lo hizo vomitar, pero se distrajo cuando escuchó una voz detrás de él.

—¿Necesita algo?

Al voltearse pudo ver a un anciano con el ceño fruncido y facha de pocos amigos.

—Sí, gracias, quisiera cargar un poco de gasolina.

—Bien, los barriles están atrás, la bomba no funciona así que debemos cargar en la bodega —dijo el viejo.

Entraron a la vieja bodega, que más bien parecía un granero, y comenzaron a llenar el bidón de gasolina.

—Ya no viene mucha gente por acá.

—Bueno, es que este pueblo tiene mala reputación.

—Sé a qué se refiere, esa maldita película nos destruyó por completo. Si la gente no se detenía antes, ahora ni siquiera pasan por esta carretera.

—Bueno, usted parece una persona amable, le diré a mis amigos que pueden detenerse a cargar combustible aquí y quizás comer algo.

—Eso suena bien, gracias por darle ánimos a un viejo como yo.

—No es nada, simplemente hace falta un poco de sentido común para saber que era sólo una película y que nada de eso fue verdad.

—Y ¿cuándo dije que no era verdad?

Una risa nerviosa salió de su boca, mientras que el viejo lo miraba con los ojos más psicópatas que había visto.

—Parece que le gusta asustar a los turistas, ¿no? —dijo nervioso.

Pero de inmediato supuso que no era ninguna broma cuando escuchó el sonido de un motor encendiéndose, y se enteró de que la película no mentía cuando al darse la vuelta reconoció a Cara de Cuero acercándose con una motosierra en las manos.

 
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Distribuidor de crepypastas Temporada 1 vol8.

¿Te gusta dormir tarde?

¿Alguna vez has dejado todo tu trabajo para el último momento? A todos nos ha pasado…

Desperté a las 12 de la madrugada, sudando, respirando desenfrenadamente, mareada y con escalofríos. Muchos se preguntarán por qué, la respuesta es simple, se me olvidó enviar un ensayo para mi clase, era tarde y mi maestra exigente, ¿Quién no se asustaría por eso? Me levanté de la cama, encendí la computadora y empecé a escribir mi trabajo, era un ensayo de por qué son importantes las garantías individuales, algo demasiado fácil. Con poca luz y esa sensación de estrés combinada con preocupación, logré terminar el escrito. Eran las 3:00 de la madrugada, me estiré y volteé hacia la ventana, todo se veía oscuro, no distinguía muy bien como el viento acariciaba las plantas o si algún animal rastrero invadía mi patio… todo estaba tranquilo, demasiado tranquilo, mientras se cargaba mi documento para enviárselo a la maestra fui por un vaso de agua, escuché unos pasos, pensé que era alguno de mis padres a punto de regañarme por la hora y dejar todo al último, caminé rumbo hacia las escaleras a enfrentar las palabras de uno de ellos… no había nadie, tal vez fue la falta de sueño que me hizo una mala jugada e imagine cosas. Tome un sorbo un de agua y de nuevo escuche pasos… mi piel se erizó y sentía mi corazón latir más rápido que de costumbre, no quería voltear, los pasos se escuchaban cada vez más cerca, se detuvieron… (Como quería que en esos momentos alguno de mis padres me estuviera jugando alguna broma) mi cabeza se giró poco a poco hacia atrás, me detuve, sentía una respiración cerca de mi nuca… mi piel se erizaba cada vez más, mi corazón quería explotar y mis ojos sacaban lagrimas de terror, ¿Quién estaba atrás de mi? ¿Me haría daño? ¿Qué aspecto tendría?… Mi cabeza giró rápidamente, mis ojos se movían de un lado a otro queriendo reconocer a alguien, respiraba agitadamente por la boca, una de mis manos estaba agarrando el vaso con agua y la otra formo un puño… que alivio no había nadie… Tal vez sólo fue el viento que paso cerca de mí y los ruidos eran aquellos muebles crujiendo.

Subí hasta mi habitación, envié el ensayo y volteé hacia el patio… había una mano, demasiado blanca tocando la parte exterior de la ventana, la pared ocultaba su rostro, pero tenía tanto miedo que deje caer mi cuerpo hacia el suelo, me arrinconé sin dejar de ver esa mano… me tape la boca para no gritar, y vi como la mano lentamente se iba escondiendo hacia la pared… Le rogaba a todo lo que conocía como bueno, que no entrará ese ser a mi alcoba… gateé hacia la habitación de mis padres, mi respiración se escuchaba cada vez más fuerte y más violenta… la puerta estaba entreabierta, y vi que alguien estaba parado, mirándolos, tenía un cabello negro y largo, un vestido blanco sin manchas y su piel más blanca que su atuendo…. Caminé hacia atrás lentamente, y al estar un poco lejos de ese ser corrí con todas mis fuerzas hacia mi habitación y me encerré… Vi la hora… eran las 3 de la madrugada, ¡como podría ser eso posible!, las manecillas no se movían y de nuevo escuchaba esos pasos acercándose hacia mí, mire la manija de la puerta como giraba lentamente… cerré los ojos lo más fuerte que pude y llevé mis manos hacía mi cara… sentí su respiración frente a mí…. Grité.

Dicen que a las 3 de la madrugada, pasan cosas sobrenaturales… algunas almas sólo buscan la compañía de aquellos que están vivos. Estos seres no hacen daño, solo te vigilan cuando duermes, pero cuando se dan cuenta que éstas despierto es mejor no hacer ruido o terminarás igual que yo… la chica de la historia… sólo te diré que me siento sola y sé que algún día tendrás que dormir tarde.
 
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Distribuidor de crepypastas Temporada 1 vol9.

¿Tienes miedo?

Llevaba esperando el fin de semana durante varios días, luego de que sus papas le dieran la noticia de que el fin de semana tendrían que salir dos o tres días a casa de sus tíos. Como cualquier adolescente de quince años estaba feliz, ya que tendría la casa para él solo.

Algunos chicos aprovecharían la oportunidad de estar solos en casa para organizar una fiesta con sus amigos, pero él no era esa clase de chicos, él se divertía a su manera, el prefería estar solo.

Y el fin de semana llego, compro un montón de comida chatarra, la música a todo volumen, bailes idiotas, videojuegos, televisión, disfrutaba su fin de semana. Y era el momento en que “nosotros” debíamos empezar a disfrutar también.

Cansado y con la casa echa un desorden, con restos de frituras, pizza y refresco regados por doquier, se fue a dormir. Eran las dos de la madrugada, era un horario perfecto.

Justo estaba siendo atrapado por las garras del sueño cuando creyó escuchar una voz detrás de su cabeza, muy cerca del oído, no hizo caso en ese momento, creyó que su mente le estaba jugando una broma, pero lo volvió a escuchar claramente, era una pregunta, una voz ronca que le preguntaba lentamente:
“¿Tienes miedo?”.

Se levantó de inmediato, volteo hacia todos lados, su cara se llenó de pavor, abrió los ojos lo más que pudo. Luego sintió como un dedo le daba dos golpecitos en el hombro derecho para que volteara, lo hizo, no había nada, un sudor frio le recorrió el cuello, la desesperación lo invadió. Salto de su cama y trato de correr a encender la luz, pero justo cuando puso un pie fuera del colchón lo tomaron del tobillo y lo jalaron hacia atrás, cayó al suelo boca abajo, no la veía, pero sentía una mano áspera y muy delgada de tamaño anormal queriéndolo meter debajo de su cama, el chico buscaba algo de donde sostenerse para evitar ser absorbido; gritaba, estaba llorando, de algún modo él sabía que estaba solo, sabía que nadie lo podía ayudar, sintió otra mano jalándole el otro pie, se aferraba al piso de madera rasguñándolo, rezaba, chillaba, suplicaba, las manos lo liberaron, corrió hacia la puerta de su cuarto, la abrió y salió corriendo. Buscaba la salida de su casa, y cuando estaba a punto de llegar a la puerta sintió como un ser lo abrazaba por delante, no podía verlo, pero al igual que con las manos la piel de ese ser era áspera, huesuda y fría, se liberó a forcejeos, sabía que no lo dejarían salir, se encontraba atrapado, corrió en dirección contraria y mientras lo hacía sentía varias manos mas en la espalda tratándolo de detener con pequeños rasguños y jalones; seguía corriendo, el miedo lo domino por completo cuando escucho nuestras voces:

“¡Corre, llora, grita!” “¡Suplica, arrástrate, reza!” ¡Chilla, sufre, desespérate!
Nos excita el miedo, la cara de ese niño era perfecta, su miedo se reflejaba en todo su cuerpo, sentía desesperación, impotencia, no paraba de temblar.

Sabiendo que no podía hacer nada y sintiendo como lo tocaban nuestras manos, se arrincono, puso las rodillas contra su pecho y las abrazó fuertemente. ¡Ya era nuestro!

Seguimos alimentándonos de su miedo hasta que no le quedo nada más, hasta que su conciencia se resguardo en su interior, quedo en estado de shock, ya no podía darnos placer, nuestro festín había terminado, estábamos satisfechos, al menos por esa noche.

Quedo en esa posición durante dos días, hasta que llegaron sus padres, lo encontraron deshecho, su mirada perdida, bastante pálido, no soportaba que nadie lo tocara, gritaba que lo dejaran en paz, que se alejaran, creyeron que se había vuelto loco y termino en un manicomio. Aun lo visitamos, y todavía es capaz de brindarnos un poco de satisfacción, lo consumiremos hasta el final, hasta que no le queden ganas de vivir.

Nos fascina el miedo, nos alimentamos de él, de la desesperación, del llanto.

Ten cuidado cuando estés solo en casa, iremos por ti. Cuando intentes dormir llegaremos, te haremos gritar, llorar y suplicar, por supuesto nadie te escuchara, pero tu si nos escucharas a nosotros, te pediremos que sigas gritando… que sigas llorando… que sigas corriendo…

Sentirás nuestro frio cuerpo rosando el tuyo, se te erizara la piel. En este momento sentimos placer solo de saber qué cara pondrás cuando te preguntemos al oído:
“¿Tienes miedo?”
 
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Respuesta: Compañia distribuidora de crepypastas de joshua Temporada 1 Actu 8/4/2014 crepypasta 10

Advertencia shiny

Te aviso desde este momento: puedes creerme, puedes no creerme, eso depende de ti.

No es necesario que si no me crees, dejes un comentario para insultarme. Eso no cambiará nada de lo que ocurre en estos momentos; seas jugador o no, tú eres el que corre los riesgos, yo sólo cumplo con mi deber de compañerismo y buena educación pasando la información que he estado observando, y de la que ya tengo varias semanas dándole vueltas.

Primero que nada, es una noticia sobre Pokémon.

Sí, ya sé que conoces el juego y seguramente has de estar levantando los ojos al techo, pensando, “Hala, otra estupidez de creepypasta sobre un juego maldito de Pokémon”.
Claro… yo también haría lo mismo. Si esto fuera un creepypasta. Me gustan los creepys de Pokémon bien hechos y me ruedan los ojos al primer escrito fusilado sobre cartuchos malditos; pero me estoy yendo por las ramas. Esto de lo que te estoy advirtiendo es tan real que lo puedes ir a comprobar en este instante a tu GTS de Pokémon y dedicarte a buscar hasta dar con la prueba.

Si eres jugador de Pokémon, seguramente te estarás preguntando por qué retrasaron la salida al mercado de los nuevos Pokémon X y Y. Se suponía que saldrían a nivel mundial en un solo día, pero debido a los últimos sucesos, están trabajando de manera desesperada, tratando de añadir un filtro de última hora al GTS internacional. (Si no eres jugador de Pokémon, te explico rápido: el sistema GTS es una opción dentro del juego que te permite intercambiar pokémon con cualquier persona del mundo, siempre y cuando tengas internet).

Todo esto “casi” por debajo del agua. Lo último que han dicho a la prensa en general es que simplemente se trata de unos ajustes para que todos podamos disfrutar en línea de las ventajas del juego. Seguro.

Hace un par de meses, comenzó a ocurrir algo que dejó a varios jugadores de todas partes del mundo con un gesto de extrañeza, y tal vez, una ligera sonrisa de burla. Como todos los jugadores saben, encontrar un pokémon shiny es tremendamente difícil en su forma legal, y los que son usuarios asiduos al GTS de pokémon, saben que son muy populares los tocanarices que tienen ese pokémon que tanto quieres y te encanta y a cambio, te piden un Zekrom o cualquier legendario que se te ocurra… en el imposible nivel 9 o menor.

Obviamente el filtro de GTS jamás permitiría que se pasara un legendario con estas características, ya que sería ilegal, y eso no les gusta a nuestros compadres de Nintendo.

Muy bien, dejando en claro el punto de que te quedas con las ganas de arrojar el juego contra la cara de esos engreídos que sólo te presumen sus pokémon mientras te das cuenta de que no hay uno solo que te pida algo mínimamente posible… unos tres meses atrás, algo cambió en el sistema de los recién salidos Pokémon Blanco y Negro 2, que dejó extrañados a muchos jugadores.

Primero, lo tomaron como un mal chiste. Luego, comenzó a correr el rumor de boca en boca (lo típico).

Después, grupos de jugadores aguardaban y actualizaban sus GTS, buscando alguna pista del nuevo suceso que se estaba formando. Un jugador comenzó a subir pokémon shiny al sistema… pidiendo a cambio de sus criaturas nada más y nada menos que un Pansage, un Panpour o un Pansear. De un momento a otro, te puedes encontrar con ese Rapidash a nivel 100, magnífico y con las flamas grises al accesible precio de uno de los pokémon más comunes en las versiones Negra y Blanca. Un Kyurem perfecto o un Latios en tonos verdes… al alcance de uno de los pequeños simios.

Suena genial, ¿verdad?
Incluso, comenzaron a correr los rumores entre quienes dejaban por la noche a sus pokémon de intercambio en el GTS, que al día siguiente amanecían con que cualquiera de sus pokémon más sencillos había sido intercambiado por el maravilloso pokémon que pedían a cambio, siempre en nivel 100 y shiny. Los detalles y los rumores corrieron como la pólvora, sobre todo cuando los jugadores comenzaron a asegurar que en los intercambios jugador a jugador (en el GTS de Negociaciones) de repente aparecía un joven que les ofrecía a elegir entre tres legendarios shiny por cualquier pokémon que tuviesen y, apenas hecho el intercambio, éste se desconectaba sin darles la oportunidad de ofrecer por uno más.

Bulbagarden, PokéForos, Liga Añil, Pokémon Age, Poké Community, Serebii.Net, Daisukii Club… los jugadores aguardaban a que apareciese el tema en “intercambios” de un jugador que ofrecía un Shiny a cambio de cualquier pokémon, y el afortunado primer comentario recibía el intercambio, antes de que el misterioso entrenador borrase su propia entrada.

Esto no hubiera sido un gran problema, por supuesto… de no ser por lo que ocurrió después con los “afortunados” receptores.

En los foros de pokémon en donde hacía poco que se había esparcido el rumor de este “benefactor”, comenzaron a circular los comentarios acerca de las consecuencias de semejante trato.

No faltaron las burlas y las risas cuando uno de los recipientes de su pokémon de ensueño comentara que, desde el trato con este entrenador desconocido, había comenzado a tener sueños muy vívidos en los cuales alguien se sentaba a los pies de su cama, tan sólo observándole fijamente. Nunca se podía verle el rostro, pero podía percibirse su peso sobre la cama y la sonrisa que complementaba la sensación de vigilancia sobre el durmiente.

A veces no se encontraba a sus pies, sino que lo veían recargado cerca de donde habían dejado el Nintendo DS.

Primero fue uno. Luego, eran varios los que dejaban sus comentarios acerca de los mismos e inquietantes sueños, una y otra vez. Por supuesto, de inmediato salieron los graciosos a decir que era una historia inventada que todo mundo esparcía por diversión. Eso hasta que uno de los jugadores denunció que, en efecto, alguien había ingresado a su casa y se había robado todo. Todo con la excepción de su Nintendo DS y el cartucho de pokémon, además de que había dejado un mensaje en una de las paredes, escrito con uno de los lápices que el chico tenía cerca, “Muchas gracias”.

Y de ahí se desató todo. Uno tras otro, comenzaron a aparecer las denuncias. Se grabaron videos de alguien ingresando a altas horas de la noche a las habitaciones de unos cuantos receptores de los pokémon shiny, quedándose de pie a un lado del durmiente, antes de comenzar a tomar objetos y llevárselos, para luego, dejar siempre el sencillo mensaje de “Muchas gracias”.

Nadie entiende por qué las víctimas no pueden despertar o no lo escuchan cuando ingresa a las habitaciones. O por qué cuando creen verle, simplemente no pueden moverse.

Lo que sí se sabe y es seguro, es que la compañía de Nintendo no se lo tomó a broma.

Comenzaron a revisar los archivos de la GTS y los pokémon que se transfieren por medio de la página del Dreamworld, cuando se hace la sincronización del juego. Descubrieron que tenían un jugador registrado que aparecía en todos los intercambios con cada una de las víctimas.

El problema era, que no lograban localizar su IP. Siempre los llevaba a una zona distinta y, normalmente, se trataba del IP de alguna de las víctimas en cuestión. Uno de los encargados de la seguridad de la empresa (como siempre, GRACIAS Wikileaks) buscó y se convirtió en uno de los beneficiarios que recibieron un pokémon legendario shiny de parte de este entrenador, y de inmediato los programadores se hundieron en la revisión del código del pokémon.

El bicho era totalmente legal. Sin embargo, llevaba un virus consigo. Al momento de recibirlo, la conexión GTS enviaba al entrenador misterioso la ubicación exacta de quien había recibido su pequeño “regalito”. Cómo esta persona se mueve, viaja a través del planeta y logra entrar en las residencias de las personas, aún no lo han logrado averiguar.

Nintendo está haciendo todos sus esfuerzos por integrar en sus nuevos juegos una mejora y filtro para que este evento no se vuelva a repetir. Desgraciadamente, para Pokémon Blanco y Negro 2 ya no se puede hacer mucho.

La gran compañía japonesa no ha dicho nada al respecto. ¿Quién querría dar el anuncio de que uno de los juegos de mayor venta en el mundo es una ventana para que cualquier hacker pueda averiguar la localización de sus usuarios?

De igual manera, los foros borran todo rastro de cualquier usuario desconocido que se dedique a repartir pokémon shiny a cambio de nada. Y ahora vigilan muy de cerca a quienes lo hacen, asegurándose de que se tratan de personas reales y que no supongan un peligro para nadie.

No tengo más que decir para finalizar esto, que, de nuevo, si no quieres creerme, no lo hagas. No te obligo a ello.

Sin embargo, puedes comprobar la veracidad de esta noticia ingresando en tu propio juego de Pokémon Blanco y Negro y de ahí, al GTS. En estos momentos, se está ofreciendo un Excadrill shiny por el sencillo precio de un Pansage. Si no lo encuentras a la primera, prueba por países. A veces aparece en Estados Unidos, a veces en Japón y otras en México o Grecia.

Aunque de seguro, en algún momento un incauto lo tomará y entonces, el entrenador se pondrá a subir Latios y Latias shiny. Por algún motivo, son los más populares y siempre se acaban primero. Como dije antes, adelante, ve y compruébalo. No pierdes nada si observas ahí el anzuelo colocado para el resto de los jugadores, ¿cierto?
Solamente asegúrate de no tomarlo. No caigas en la tentación de recibir una de estas criaturas especiales.

No quieres ninguna visita indeseada en los siguientes días, ¿verdad?
Aunque de todas maneras, alguien va a caer. SIEMPRE caen. Sin importar que les adviertas o les digas. Siempre hay quien hace el intercambio… y bueno.

Muchas gracias.
 
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Respuesta: Compañia distribuidora de crepypastas de Feraligatr Temporada 1 Actu 20/4/2014 crepypasta 11

La Casa de los Espejos
En la parte antigua de la ciudad española de Cádiz, por la hermosa zona costera de la Alameda Apodaca y frente al monumento del Marqués de Comillas, se yergue imponente una elegante casa de tres pisos y abundantes ventanas que evoca con su arquitectura épocas pasadas.

Cuenta la leyenda que en aquella casa vivía un importante almirante junto a su esposa y su hija. El almirante, que adoraba y consentía a su hija más de la cuenta, le traía un nuevo espejo cada vez que volvía de uno de sus viajes a tierras americanas.

Su hija coleccionaba espejos; y así, como un reflejo del afecto que el almirante sentía
por su hija, con el paso de los años la casa fue repletándose de espejos en los cuales la hermosa chica podía mirarse una y otra vez satisfaciéndose con aquella belleza de la cual su padre presumía ante sus amigos y compañeros.

Mientras su madre, sumida en las espesas sombras del olvido, sufría cada vez más celos y su resentimiento hacia su propia hija crecía y crecía cada vez mas.

A medida que el tiempo pasaba, las discusiones y peleas entre madre e hija cada vez eran más frecuentes en los periodos en que el almirante se ausentaba. La relación madre-hija estaba cada vez más contaminada por el secreto odio que había empezado a crecer en la madre, por un sentimiento tan bajo y tan ciego que acabó por arrastrar al crimen a la esposa del almirante.

En uno de aquellos viajes de su esposo la mujer del almirante aprovechó para poner veneno en una bebida y así acabar de una vez y para siempre con aquella hija a la cual terminó viendo como una rival a la que debía liquidar para recuperar el amor que le había sido robado…

Cuando el padre de la joven regresó, se deshizo en llanto al saber que su amada hija había muerto. Según la esposa una terrible enfermedad fue la causa de la muerte.

No obstante, mientras el padre lloraba desconsoladamente en la habitación de su hija, en uno de los espejos que más apreciaba su hija apareció como en un mensaje enviado desde el más allá la escena de lo que realmente sucedió y pudo ver como su esposa ponía matarratas en la comida, un veneno que deterioró a su hija hasta que finalmente murió tras una larga agonía…

Atónito y lleno de ira ante la amarga verdad, el almirante obligó a su esposa a confesar el crimen y se encargó de hacer que fuese condenada a pasar el resto de sus días tras la soledad de las rejas en alguna mugrienta prisión. Sin embargo y pese a haberse hecho justicia, el viejo marinero nunca más pudo vivir en aquella enorme casa en que cada espejo le recordaba a su hija perdida. Por eso se marchó lejos sin importar las consecuencias (dicen que no se volvió a saber de él), dejando tras de sí una casa que permanecería abandonada durante décadas.

Durante ese tiempo la historia de la casa de los espejos y lo que en ella ocurrió empezó a hacerse más conocida y algunos osados jóvenes aprovechaban la noche para entrar en ella a escondidas y demostrar su valentía o investigar si era cierto que allí aún residía el alma en pena de la chica asesinada. Las personas se adentraban en el viejo caserón aseguraban que en la planta superior de la vivienda se podían escuchar llantos y lamentos de niña y en el silencio de la noche el sonido parecía rebotar de forma extraña en los espejos, como si el sollozo proviniera de cada uno de ellos…

Pero si hay algo aún mas escalofriante es el relato de aquellos que osaron romper uno de los espejos, según cuentan en los fragmentos de estos no se reflejaba su rostro, como si el trozo de espejo se negara a devolver su imagen, en su lugar y si uno era tan imprudente como para mirarlo fijamente el suficiente tiempo aparecería la niña muerta reflejada, asomando lentamente su cara con una expresión de ira que haría palidecer al más valiente. Normalmente aterrorizados huían los más rápidamente posible del lugar y mientras escapaban podían ver por el rabillo del ojo como la niña les observaba desde dentro de los espejos que aún seguían intactos.

Actualmente la casa ha sido restaurada, sus paredes se han pintado de verde y en su entrada se ha colgado un cartel que dice: “Alameda Apodaca S.L. Venta de Viviendas de Lujo”. No obstante toda esa fachada es una máscara vacía que no engaña a nadie pues, todo el que conoce la leyenda y cree en fantasmas, mira con cierto temor o respeto aquella casa en la que hace apenas unos pocos años los jóvenes seguían organizando incursiones en grupo o concursos para ver quién se atrevía a permanecer más tiempo dentro del caserón. Ninguno se atrevió a entrar por segunda vez…
 
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Respuesta: Compañia distribuidora de crepypastas de Feraligatr Temporada 1 Actu 1/6/2014 crepypasta 12 y 13

Hola Wachuwanittys(palabra inventada por mi) después de un largo tiempo vuelvo a wah y a subir creepys

Risas

Despiertas sobresaltado, jadeando en busca de aire, mientras te recuperas de una pesadilla. Es la misma pesadilla que se ha venido repitiendo desde hace semanas. Cada noche, sin poder hacer nada más que ver la misma maldita escena desplegarse ante tus ojos.

Hay niños corriendo en un parque infantil, y a lo lejos, una niña comienza a subir al pasamanos. De repente, esa sensación nauseabunda que algo va a suceder invade tu cuerpo. Intentas gritar a la niña para advertirle, pero lo único que se escapa de su garganta es el aire. Te das cuenta de que es demasiado tarde. Cierras tus ojos mientras la chica cae, causándose una grieta repugnante en toda la cabeza. Te ves impotente a su cuerpo sin vida, junto con el resto de los niños que reían a sólo unos minutos atrás.

Ahí es cuando te despiertas en un sudor frío, dándote cuenta de que era la misma pesadilla. No te has acostumbrado a ella y probablemente nunca lo harás.

Aún en tu estupor somnoliento, miras hacia los números digitales de color verde brillante junto a ti. Ahora es la una y treinta de la mañana, igual que la última vez. En este punto, has perdido toda esperanza de volver a dormir, y bajas a la cocina para conseguir un vaso de agua. Recuerdas que debes trabajar por la mañana, ya que hace una semana, comenzaste a ayudar a demoler una vieja escuela que no se ha utilizado desde los años 60. Raramente, es cuando la pesadilla comenzó.

“Genial”, te dices entre sorbo y sorbo, “¿Cómo voy a funcionar con sólo cuatro horas de sueño?”

Más tarde esa mañana, llegas a la escuela. Los desgastes se notan en todo el edificio, tales como tuberías oxidadas, plantas que crecen las paredes, pintura astillada, y la fina hoja de polvo que cubre toda la superficie de la zona.

“¿Qué demonios le pasó a este lugar?” Dices cuando entras por las puertas delanteras.

“¿Cuanto trabajo no?”, dice Mike parado en lo alto de una escalera de mano. Él parece estar derribando parte del techo. Los ecos de taladros y pistolas de clavos suenan en todo el edificio, con el zumbido ocasional de una sierra eléctrica.

“Así que, uh, ¿qué es lo que tengo que hacer hoy?” – Le preguntas.

“Bueno”, dice Mike, “hoy tenemos mucho trabajo, puedes empezar por quitar las tablas del piso en el gimnasio. Después de eso, vamos a necesitar tu ayuda en el desmantelamiento de las pizarras en las aulas “.

Asientes, y con eso, te entrega un martillo y una palanca. Al entrar en el gimnasio, el sonido de la puerta que se abre y cierra de golpe retumba en las paredes. Es silencioso.

Desde aquí, todos los ruidos de las herramientas eléctricas no se escuchan. Es una escuela grande y te encuentras en un lugar bastante lejos de la construcción. Decides comenzar en un rincón. Tomas tus herramientas y empiezas la difícil tarea de rasgar y hacer palanca en cada tabla.

A medida que avanzas, notas algo extraño. Sientes como si fueras observado, como si la mirada de alguien te estuviera perforando la piel. En un intento por evadir la incómoda sensación, gritas:
“Sí, Mike?”

No hay respuesta. Por supuesto, sabes que no habrá una respuesta, pero tenías la esperanza de que hubiera una razón para tu miedo. Rápidamente tratas de olvidarlo y continúas tu labor.

Desde que empezaste a trabajar ahí, no ha pasado ningún evento extraño o fuera de lugar. Llegas a la conclusión de que sólo es el silencio el que te hace sentir incómodo, por lo que sacas tu celular y pones algo de música. Pero entonces, vuelves a sentir que alguien te está mirando. Incluso tu música no ayudarte bien. Un extraño sonido comienza a mezclarse con la voz del cantante.

Te apresuras y quitas un auricular de tu oído para ver si alguien esta tratando de llamarte o algo así. Te das cuenta que el ruido de fondo era una risa, y definitivamente no venía de los auriculares.

“¿Hola?” Dices a medida que guardas los auriculares en el bolsillo del pantalón, “¿Quién está ahí?”

La risa se ​​desvanece rápidamente, como si un grupo de niños corriera riéndose detrás del edificio.

“Hay chicos aquí?” Te preguntas a ti mismo. Terminas de quitar una tabla de madera que estaba a punto de romperse y la colocas en el suelo.

“¿Hola? Mike? “Llamas una vez más. Al salir del gimnasio, te encuentras cerca de lo que parece ser una cafetería. Esto definitivamente no estaba cuando Mike te llevó al gimnasio, pero sigues tu camino. En primer lugar, entras a la cafetería para ver si los niños se esconden allí, pero lo único que hay es un largo pasillo con mesas tiradas alrededor. Una vez más, escuchas la risa que viene desde el fondo.

Comienzas a caminar hacia la risa, pero a medida que te acercas, ésta se desvanece. Al doblar la esquina, te das cuenta de que has llegado a un punto muerto, con una puerta al final. La puerta es de color azul, combinando con algunos azulejos del piso. Te acercas a ella y mueves la perilla, sólo para descubrir que ésta cerrada.

“¿Qué demonios? ¿A dónde van? “Te preguntas mientras tratas de mirar algo por el espacio entre la puerta y la pared. Una mano toca tu hombro, haciéndote saltar. Te das la vuelta y ves a Mike con una mirada interrogante en su rostro.

“Puta madre, hombre, me has asustado.” Le dices.

“Sí, pude notarlo”, dice Mike, “¿Qué estás haciendo aquí? ¿Terminaste el gimnasio? Porque también necesitamos…”

“No, no he terminado.” Dices interrumpiéndolo. “Hey, uh, ¿alguien trajo a sus hijos aquí, o algo así? ”

“No que yo sepa, pero debes terminar ese suelo pronto, necesitamos un poco de ayuda con el material eléctrico.”

Asientes y te diriges al gimnasio, mientras desenredas tus auriculares. Solo dos minutos después de haber empezado a trabajar, escuchas esos malditos niños de nuevo. Esta vez, parece como si se estuvieran burlando de ti. Piensas que se volverán a escapar y la risa se detendrá, a si que decides continuar con lo que estabas haciendo y lo ignoras. Pero no se va, incluso, podrías asegurar que se hace más fuerte y más irritante.

“¡¿Qué?!” Gritas a los niños, pero siguen riendo. Esta vez, arrojas tu martillo a la pared, porque a estas alturas, no tienes ganas de jugar. Corres hacia el ruido, con la esperanza de atraparlos. Con cada paso que tomas, los armarios que cubren el pasillo se estremecen y se sacuden. Tus pasos resuenan por las escaleras. Ya no te importa tu trabajo en el gimnasio, ni la construcción, ni nada. Solo encontrarlos y deshacerte de ellos.

A medida que corres, te das cuenta que la escuela se ve más limpia y alegre. La pintura no está astillada, ni la cerca oxidada…

“Pensé que lo estaban destruyendo, no que le harían una renovación.” Te dices. Sigues corriendo, hasta llegar comedor. Sentiste que habías corrido en círculo, pero esa teoría se fue en cuanto llegaste a la cafetería. Te das cuenta que en el comedor, las mesas están instaladas, y los pisos limpios. Las papeleras y mesas parecen estar cubiertos con migas y la leche derramada en algunos sitios. Esto no tiene sentido, si hace dos minutos las mesas estaban rotas, y todo parecía estar cubierto de polvo. Te detienes y mirar a todo, confundido completamente, hasta que la risa te sacó de sus pensamientos, una vez mas.

Una vez que vuelves a correr, la risa se ​​detiene. No, no como la broma de hace rato, todo el mundo al mismo tiempo se frena. Junto con las risas, tus pasos paran, como si trataras de encajar en el entorno.

De pronto, una pequeña risita se escucho en el baño. Sonríes, pensando:

“Oh, ahora los tengo”, mientras caminas hacia el baño. A diferencia del resto de la zona, el baño era un completo desastre. Las bisagras de las puertas de los establos y los grifos están terriblemente oxidadas, y baldosas completamente rotas. Pateas fuertemente la única puerta, tirándola, con la esperanza de hacer frente a uno de esos pequeños bastardos, pero no hay nadie allí.

“¿Qué diablos?” Dices en voz alta. Jurarías que escuchaste una risa proveniente de esta área exacta, ¿cómo no puede haber niños? Te das vuelta hacia el grifo, y giras el pomo.

Crees que si se salpicas tu cara un par de veces, te recuperarás. Por supuesto, no sale agua. De repente, ves algo en la esquina del espejo que te hace atragantarte con tu propio aliento.

Sentada en la esquina de la habitación, junto a la puerta, se encuentra una pequeña niña. Sus ojos, miran a los tuyos. Excepto, que ella realmente no tiene ojos, solo mármoles blancos que parecen demasiado grandes para su cráneo. Y no son sólo sus ojos, todo en ella no es normal. Su piel se le pega al hueso, haciendo que sus articulaciones se vean. Su pelo esta enmarañado y lleva un vestido blanco roto, manchado con suciedad y sangre. Y entonces comprendes todo instantáneamente, como si una pared de ladrillos cayera sobre ti.

Lo que parecen ser los restos de un cadáver en descomposición, es en realidad la chica que aparece en tus pesadillas. Sus labios se curvan lentamente revelando un terrible conjunto de dientes afilados. Gritas y sales corriendo del baño. A la salida, te das cuenta de que el edificio volvió a tener su aspecto normal, sucio y descuidado. Al doblar a la esquina, te encuentras con Mike.

“¿Qué demonios estás haciendo?” Dice claramente frustrado, “Esta es la segunda vez que abandonas tu puesto de trabajo.”

“¿¡Qué carajo está pasando aquí!?” Gritas, exigiendo una respuesta. Mike te lanza una mirada amenazadora, y te dice:

“¿De qué estás hablando? Nada está pasando aquí. Escucha, si te sientes un poco enfermo puedes ir a casa. ”

“No, estoy bien.” Respondes, “Te prometo que voy a terminar esta vez. Ahora, ¿dónde está el camino de regreso al gimnasio? ”

“Sube las escaleras y en el pasillo a la izquierda, verás las puertas dobles para llegar. Te acompaño”

Mientras los dos van a ver tu trabajo, una duda emerge de tu cabeza.

“Hey,” Le preguntas a Mike, “¿Por qué este lugar quedo cerrado? Parece como si todo el mundo se hubiera ido un dia y jamás regresó. ”

“Bueno,” Inicia Mike mientras el sonido de sus pasos resuenan en todo el hueco de la escalera, “Una chica joven, estudiante, murió aquí. Al parecer, era demasiada tristeza para los niños a educar y siempre andaban deprimidos. Por lo tanto, con la esperanza de borrar el incidente de su mente, se los trasladó a una escuela diferente. ”
Un escalofrío recorre tu cuerpo, desde los pies a la cabeza.

“Exactamente cómo murió?”

Mike no respondió hasta cruzar la puerta doble del gimnasio.

“Ella cayó desde un pasamanos y se rompió el cuello.”

Tragas saliva, mientras Mike sale de la habitación.

“Apresúrate, que ya es tiempo que hubieras terminado” Dijo antes de azotar la puerta

Sabes que deber darte prisa, para ir a tu casa y no regresar a ese lugar jamás. Enciendes tu música de nuevo, y continúas el trabajo, casi esperando oír una risa, pero no pasó nada. Incluso cuando se terminaste, no pasó nada.

En tu regreso a casa, empiezas a cuestionarte y te convences de que todo estaba en su cabeza, y que la pesadilla había causado que te volvieras loco. Al pensar en la pesadilla y recordar lo que Mike dijo, el estómago comienza a dolerte. Tuviste esta sensación hasta que finalmente decides irte a la cama, sabiendo lo que iba a venir después. No quería pensar en los juegos infantiles, o la niña, no específicamente después de lo de hoy. Pero la imagen de su rostro, su rostro horrible, está pegada a ti.

No debería haber ninguna razón para que seas paranoico ahora. Se acabó. Estás aquí, y ella es todo lo que queda de allí.

“Demonios, probablemente ni siquiera existe.” Te dices a ti mismo, ya que poco a poco pierdes la conciencia.

Cierras tus ojos, esperando la visión horrible, una risa pequeña se escucha atrás de la puerta de su dormitorio.
 
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Contratos de muerte

Dicen que cuando morimos, la vida pasa ante nuestros ojos, pero esto no es cierto. Soy joven, y tengo cáncer, eso me ha hecho sensible al mundo espiritual, o eso creo, porque ya he visto ambos lados de la moneda.

La mañana del pasado lunes, me desperté mareado, sintiendo mucho dolor y comencé a vomitar por lo que terminé cayendo de la cama, la quimioterapia está acabando conmigo. Pero cuando estaba en el suelo me di cuenta de algo muy extraño en la habitación del hospital donde me internaban, todo parecía en color sepia, la habitación estaba sucia, muy sucia. Era como si nadie hubiera estado ahí en años. Como no conseguía ponerme de pie, me incliné sobre la cama y me levante, pero con mucha dificultad. Me sentía muy vulnerable con esa vieja bata verde y con mi trasero expuesto.

Salí de la habitación y comencé a caminar por el pasillo, todo estaba diferente, pero el hospital no estaba vacío, había muchos pacientes, algunos estaban apoyados en las paredes, tirados en el suelo e incluso arrastrándose. Era una visión del infierno, literalmente. Entré en la sala de pediatría y había muchos bebés, lo que era muy extraño, ya que se trataba del infierno, o de un sueño muy loco. Coloque mi mano sobre el hombro de una niña que estaba de espaldas a mí, para preguntarle qué estaba haciendo allí, pero cuando la toqué, ella se dio vuelta y pude ver su rostro deformado. Definitivamente no era humana, tenía los ojos muy grandes y saltados, como si tuviera ganchos sujetándole los parpados, su piel era de un rojo muy profundo y se caía a pedazos. Muy asustado di unos pasos hacia la puerta, para volver al pasillo, pero la niña me tomó del brazo, su mano estaba helada, a pesar de su apariencia quemada.

– “Vamos a dar un recorrido por aquí”.

Me di cuenta de que no era una pregunta. No tenía elección.

Ella me sacó del corredor y comenzamos a pasar por algunas puertas, como si fuera una guía turística, me explicaba por qué las personas entraban ahí, o porqué serían castigadas. Y me habló de mis elecciones.

– “Cuando se está muy cerca de la muerte, como tú. Hay que seguir algunos pasos como: meditar sobre nuestro comportamiento, lo que deseamos para otros y las consecuencias de nuestras acciones. En realidad deberíamos pensar en eso toda la vida, pero no, no estoy hablando de religión. Con certeza tú ya pensaste en cómo y cuándo morimos, ¿a dónde vamos? No se trata de un seguro de vida, sino por el contrario, siendo un seguro de muerte, estoy aquí para ofrecer”.

Me llevó a una puerta roja que parecía ser una especie de recepción, cuando entramos, había una fila enorme que no tenía fin. Y ella continuo explicando: “Estas personas, todas ellas, están en el purgatorio, que es justo dónde estamos. Ellos están esperando para entrar en el cielo. El negocio arriba es muy burocrático. Todo abuso que tuvieras durante la vida tiene que ser pagado después de morir. Por ejemplo, tú tienes cáncer de pulmón, y fuiste tú mismo quien lo causó, no nosotros. Por eso debes pagar, y cuando digo pagar quiero decir que tu alma se debe quedar en el infierno durante un tiempo.”

“No pienses ni por un segundo que es bueno, mucho menos fácil. Aquí abajo somos una sociedad cooperativa, yo pago mis pecados, que son leves, llevando a los turistas para que le den una ojeada a los contratos de la muerte, otros que fueron mentirosos, abusivos y egoístas, tienen que pagar de una forma mucho más sádica, ellos deben torturar a los pedófilos o asesinos, o serán torturados de la misma forma”

“Las personas con pecados capitales deben ser torturadas por los demonios, la cantidad exacta de veces que cometieron cada pecado, las prostitutas y los falsos sacerdotes son cocinados en un caldero de aceite. Y así sucesivamente… ¿Preguntas?“

Mis ojos casi salían de sus orbitas, estaba a punto de sufrir una ataque al corazón y apenas podría salir aire de mi boca. Ella continuó hablando sobre las personas. Hasta que llegó el momento en que dijo algo que llamo mi atención.

– ¿Te gustaría comprar un plan de muerte, o prefieres esperar en la fila del purgatorio?

Sin dura tomaría un plan, pues según lo que me explicó, el tiempo que tenía que pagar en el purgatorio sería eterno, mientras que en el infierno mi castigo iba en relación con mis pecados, así que cómo yo consideré que no había pecado mucho en vida, tal vez era mi mejor opción. Pero no fui tan estúpido como para aceptar sin antes leer los términos del contrato. Entonces ella comenzó a leer.

Contrato 17 – Seguro de muerte.

Art.1 Como el fin justifica los medios, yo Demian Orozco García, autorizo ​​que mi alma permanezca en el infierno durante 5 días (que equivalen a cinco años terrestres). Durante mi estancia tengo prohibido: comer, beber, sentarme, respirar, dormir, hablar o quejarme de ninguna manera, ni siquiera con el pensamiento. De hacerlo mi penitencia se incrementará en 1 día.

Art.2 Como forma de cooperativismo, debo torturar con objetos de madera a hombres que robaron, o traicionaron a sus esposas. No debo matarlos, ni dejar que se maten por si mismos, y mi única función será introducir pedazos de carbón encendido por sus orificios. No debo tener piedad ni compasión, ni ayudarlos de forma alguna.

Art.3 El paquete del seguro de muerte número 17, incluye: permanencia durante el plazo previsto en el tercer círculo del infierno, en la sala B, no siendo necesario de ninguna forma que sea llevado a salas inferiores.

Art.F (Final) Yo, Demian Orozco García soy responsable por mi salida y mi entrada al infierno, y por esa razón no debo interponer de ninguna manera queja alguna contra el ser del núcleo inferior, identificado únicamente como “Él”, en caso de algún trastorno o complicación, aceptando la señal que será situada en mi mano derecha, doy por cerrado el contrato.

El asegurado debe cumplir su sentencia durante 5 días, y cuando haya terminado, deberá ser inmediatamente transportado a las áreas superiores y encaminado a el área de los recién encarnados. Su alma deber ser inspeccionada en la puerta 17 por el 100º General – Gregorio Samuel. Que deberá averiguar si se encuentra desprovista de ninguna parte o miembro. Si es el caso, deberá ser informado al conejo regional de las almas en la puerta 17, para que la parte o el miembro sean restituidos.

Firma del contratante:



Firma del responsable:



____________________________

Cuando terminé de firmar el contrato, que me pareció algo razonable, sentí un dolor insoportable en mi mano derecha, y noté una protuberancia creciente, roja y llena de pus. Miré a la mujer y me dijo:

– Ten cuidado con eso…

Ella me llevó hasta a mi habitación y me dejó en la cama de la que me había caído, a continuación me dijo que cerrara los ojos. Los cerré y después todo volvió a ser como antes, por lo menos el techo, que fue lo primero que vi cuando abrí los ojos. Sentí un dolor insoportable en mi mano, y sabía que no había sido un sueño, y que iba a morir pronto.

Miré a la puerta para ver si mis padres habían vuelto, y luego miré a mi izquierda, y me quede en shock cuando vi a esa niña a mi lado, ella era realmente hermosa, sus ojos brillantes y azules, y una cara angelical. Pero parecía visiblemente asustada, y sostuvo fuertemente mi mano. Entonces ella dijo:

– ¿No firmaste nada, verdad?

Y yo confundido, sin comprender cómo sabía, le pregunté: – ¿Cómo lo sabes?

Sin aliento y asustada ella me dijo:

– Soy tu ángel de la guarda, y mientras estabas dormido entré a ver lo que sucedía, y te escuche decir mientras dormías, que aceptabas… Aceptabas algo… Y como no despertabas, entré en pánico.

– Bueno, había una niña como tú, ella hizo un plan de muerte, en el que me responsabilizaba por pasar 5 días en el infierno…

La niña empezó a llorar y me abrazo, fue entonces cuando me dijo:

– Yo estaba encargada de llevar tú alma esta noche al cielo, tú has sido un buen chico durante toda la vida, ¿porque has pensado que irías infierno? !Ahora, ¿cómo vas a deshacer esto? Tendré que informar que hemos perdido otra alma.

La miré confuso, sin entender lo que pasaba, y ella me contestó con una cara llena de lágrimas y tristeza.

-No firmes ningún contrato con los demonios… ni en tus sueños.
 
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Respuesta: Compañia distribuidora de creepypastas de Grandslayern Temporada 1 Actu 8/3/2015 creepy 14

3:00 am

Cada vez mas frecuentemente, encuentro en historias de esta pagina, que los sucesos que en ellas ocurren, son a las 3:00 am aproximadamente. Y no solo en las creeps, también en películas, libros de terror.. Decidí investigar un poco, corren algunos rumores por Internet, tales como que a esa hora nació Satanas, que es la hora de las brujas, que el cuerpo se encuentra en una fase de sueño profundo y es mas sensible a ciertas experiencias, que los asesinatos de Amitville fueron a esa misma hora.. también mucha gente cuenta sus experiencias, pero bueno, esto no llamó mi atención. Estaba buscando algo así como hora maldita en el buscador y obviamente saldrían ese tipo de resultados.

Pensando como poder darle algo de credibilidad en mi mente a esos rumores, busque con otro tipo de palabras, y me sorprendió lo que encontré. Asesinatos, accidentes, bombas.. todos a las 03:00 o en su defecto entre las 02:25 y las 03:45.

Al llevar un par de horas recorriendo la web, ya había leído de todos los colores, estaba cansada de tonterías y decidí acostarme, mire la hora y eran las 02:45, pensé que era muy oportuno y con una sonrisa me acosté a dormir sin más.

Esto ocurrió hace unas semanas, desde aquella noche he vivido un sin vivir de experiencias, todas en esa franja horaria, todas estando despierta. No me he atrevido a contarle a nadie lo que estoy viviendo, no porque me llamen loca, sino por el miedo que me produce tan solo pensar en ello, explicarlo seria una tortura para mi, la angustia deja un vacío en mi interior que es solo aplacable con imaginación y mentiras, ya que el miedo es totalmente real y para nada infundado, es como el miedo a la muerte, algo que nunca queremos pensar ni analizar. Pero estoy harta, he estado convencida hasta hoy de que no estoy loca, aun así voy a darme una oportunidad, voy a comprobar si sigo cuerda, y si no es así yo misma me internaré voluntaria, pero sino.. aun no se que haré si no es así.

Y ahí va…

Cada noche, absolutamente cada noche desde el día X, a las 02:55 de la madrugada empiezan los sucesos.

02:55- La alarma de un coche empieza a sonar. // No parece nada extraño, pero cuando sucede durante 3 semanas seguidas sin la variación de un solo segundo, exactamente a las 02:55, ya da que pensar.

03:00- Alguien, o algo, llama al timbre de mi piso.// El primer día ni me molesté en mirar quien era, el segundo y el tercero tampoco, al 4º día empece a observar por la mirilla desde el mismo momento en que sonaba la alarma del coche, nunca vi a nadie, pero el timbre sonaba igual, aunque yo estuviese mirando.

03:05- Se enciende la luz del balcón.// Lo que me obliga a ir a apagarla, cosa que nunca consigo, se apaga sola a las 03:30.

03:10- Desde las ventanas que dan hacia el interior del edificio, los patios y las galerías, se escucha una conversación en susurros, desde cuatro estancias diferentes, baño, dos habitaciones y la cocina.// Claro que podrían ser los vecinos, pero como dije.. todos los días, a la misma hora, desde todas las habitaciones la misma conversación..

– No se.. no debió indagar.

– Pero ella no sabia nada.

– Nadie sabe nada, inventan, ríen.. pero no quieren verdades.

– Entonces se lo vamos a contar o que hacemos.

– No lo se.

– ¿Un día más?

– Si, un día mas, y ya veremos.

La conversación, aunque es corta transcurre lenta, con muchas pausas y respiraciones, y dura 5 minutos, después cesan las voces. No se si lo podéis interpretar bien, una de las voces es mas dominante, es la que parece decidir y la otra, aunque también es dominante, es una subordinada, o algo así, eso me parece a mi. Son mujeres.

Solo varían algunas palabras, casi todas de la subordinada, apremiando una decisión, por lo demás todo igual día tras día.

03:15- Se enciende la televisión en el canal 33, solo se escucha la estática, no se ve ni se oye nada mas que la estática. La televisión no se puede apagar.

De 03:15 a 03:30- Se escucha como los interruptores de las luces de mi casa se accionan, pero no se encienden las luces, se escuchan las manillas de las puertas, cajones y armarios abriéndose, traqueteo en los cubiertos de la cocina, todo muy suave, como si alguien estuviese viviendo allí, pero yo no soy capaz de verlo.

A las 3 y media todo cesa, se apaga la televisión y la luz del balcón, no se escuchan mas ruidos, no hay conversaciones ni nada extraño. Por supuesto no duermo hasta que no se hace de día, por si acaso.



Quizá parece que soy muy fría por la manera de contarlo, que no tengo miedo. Pero nada de eso, es terrorífico vivir cada madrugada la misma pesadilla, sin saber si al día siguiente será igual o habrán tomado una decisión para mi.. o si estoy loca y me afectaron tantas historias, quizá sea paranoica y mi paranoia sea con la hora 03:00 am. No lo sé, por eso lo he contado todo tan metódicamente, tan fríamente, para contrastarlo con lo que tengo en mi mente, para confirmarlo y plasmarlo tal como es y así corroborar después, si verdaderamente sigo cuerda.

No va a ser fácil, pero ya tengo pensado como demostrarme cada suceso, como poder verificar si es real o no, ya he adquirido los materiales necesarios, solo espero tener un día mas, que nadie decida nada aun, que mi locura no me arrastre, solo un día mas para aclararlo todo.

Si no hay una segunda parte, lo siento, no podre daros una explicación, no se si habré sucumbido a mi locura, si las mujeres tomaron una decisión, si mi casa exploto o me atropello un coche, lo dejare a vuestro criterio, pero ojala, ojala pueda continuar mi historia.
 

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Espadachín Legendario
Respuesta: Compañia distribuidora de creepypastas de Grandslayern Temporada 1 Actu 9/3/2015 creepy 15

Imágenes de horror
El miedo es uno de los pocos instintos primarios que el ser humano todavía no ha logrado controlar del todo. Podemos sentirnos muy seguros, con toda nuestra tecnología y nuestros avances, pero cuando hay algo que nos asusta, eso nos vale de muy poco. Porque el miedo es ese escalofría que te recorrer por dentro, algo inexplicable que solo se puede sentir para entenderlo. Si alguna vez has sentido verdadero terror sabrás de lo que hablamos. Y si sueles visitar esta página, seguro que lo has comprobado por ti mismo. Porque las creepypastas no son más que historias que tratan de crear ese miedo en los que las leen.

El hombre teme a lo desconocido, pero dentro de ese temor también hay cierto gusto por el miedo, por pasar miedo de una forma “controlada”. De ahí que el género de terror sea tan popular en películas, televisión… A todos nos gusta, de vez en cuando, pasar algo de terror, aunque sea simplemente por el morbo. Y también porque crear pesadillas auténticas que hagan que el horror inunde a muchas personas es un gran mérito. Como el que tienen estas tres imágenes de horror, que seguro que te ponen los pelos de punta:



Chica terrorífica en la bañera: Uno de los lugares en los que más seguros nos sentimos es el baño. Tan limpio, siempre tan lleno de luz… ¿Qué pasaría si de repente algo extraño apareciese bajo el agua de tu bañera? Eso es lo que intenta transmitir esta escalofriante imagen, desde la propia perspectiva del que se está bañando, que ve como de repente una terrorífica mujer sale de las aguas para tratar de atraparle. Esta imagen de horror tiene todo lo que cualquier amante del género desea, incluso esa desesperación en los ojos de la chica…



Cuervo en el cementerio: Por su color negro, el cuervo siempre ha sido considerado un animal de “mal agüero”, una mala compañía, servidor de las huestes del mal y muy peligroso. Unido al cementerio, un lugar en el que supuestamente descansan los muertos, pero que realmente no inspira mucho terror por ser el sitio donde todos, antes o después terminaremos, nos da como resultado una imagen de horror realmente tétrica. Hay quien tiene gusto por estos lugares, pero visitar un cementerio de noche no es la mejor idea del mundo, desde luego.



Rostro terrorífico: A veces algo simple es lo que más miedo nos puede dar. Un rostro que nos infunda terror, por su forma, por la manera en la sonríe, por su mirada que nos alerta de que debemos tenerle miedo… Es lo que ocurre con esta imagen, tan bien realizada, en la que este rostro tétrico nos mira fijamente, amenazándonos y haciéndonos temblar de puro terror. Una de tantas imágenes de horror, pero muy especial, porque es más fácil que se nos quede grabada en la memoria y luego la podamos reproducir, por ejemplo, en nuestras más terribles pesadillas.
 
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Respuesta: Compañia distribuidora de creepypastas de Grandslayern Temporada 1 Actu 9/3/2015 creepy 15

Tío, esto es creepypastas no me cuelgues esas imágenes.

Realmente, lo de la ducha me acaba de matar. Esto no mola.

Es verdad que una cosa muy simple puede dar mucho miedo.

Sigue así pero mejor sin imágenes :trollda:

Ahora a hacer una tienda de creepypastas.
 

GrandslayernV2

Espadachín Legendario
Respuesta: Compañia distribuidora de creepypastas de Grandslayern Temporada 1 Actu 10/3/15 creepy 16

Gatos en bolsas

Buen día tengan todos ustedes, espero no perturbar lo que queda de su día con este relato.

Mi nombre no es de importancia, no soy un hombre de fe ni de creencias extranormales. El siguiente escrito es una experiencia propia que desde hace tiempo no me ha dejado dormir por su inexplicable incógnita que retumba en el abismo de mi conciencia. No espero que me crean, que me ayuden o que se aterren. Sólo busco un desahogo a este recuerdo que dormirá conmigo por siempre, ya que es imposible olvidar esa cara, ese rostro, esos ojos…

Era joven en aquel entonces, recuerdo muy bien ese garaje en donde solía pasar el rato con mi banda de rock, el mundo olía a coche nuevo y nosotros hambrientos nos lo comíamos de un sólo bocado; los padres, los maestros, la autoridad no eran más que viejos amargados. Después de desahogar nuestras hormonas interpretando canciones de rock pesado, solíamos ir a un parque cerca de aquel garaje; éramos jóvenes con ideas muy diferentes pero no con malas intenciones, el alcohol y las drogas nunca nos llamaron la atención. El parque siempre estaba muy solo, con pocos árboles y muy descuidado. En el centro de él había un quiosco, una especie de construcción muy extraña que tenía dos niveles. El de arriba estaba techado y no tenía paredes, sino unos soportes y unas rejas para no caerte, mis amigos y yo pasábamos harto tiempo en ese lugar viendo a la gente pasar y charlando sobre chicas o bandas de rock. El otro nivel era subterráneo, como de unos 4 metros de profundidad, nunca entrábamos ahí ya que pasaba inundado por las lluvias y lleno de basura, además de que su oscuridad y fachada de posible albergue de drogadictos nos daba un poco de miedo. Me comentaron que hace unos años era una tienda llamada “El quiosco”.

De tanto tiempo que pasábamos en el quiosco que ya sabíamos qué personas pasaban por ahí y a qué hora; pero una de esas personas era algo especial, ya que era todo un espectáculo ver su comportamiento y su acto rutinario. Se trataba de una persona de la tercera edad, era una vieja, lo sabía por sus manos arrugadas y huesudas, pues nunca se dejó ver la cara. Tenía una postura muy inadaptada y caminaba con dificultad —se ladeaba de un costado y su mirada apuntaba al otro costado—, tenía una joroba inmensa que no le permitía alzar la mirada y usaba ropa vieja y desgastada con la que se cubría todo el cuerpo. A pesar de que siempre iba cargando dos bolsas rojas grandes de tela gruesa, una en cada mano para equilibrarse, nunca nos preguntamos qué tenían dentro…

Pasaban los días y la vieja seguía rondando ese parque, y a veces se dormía dentro del quiosco. Llegamos a la conclusión de que era una loca sin hogar y en las bolsas cargaba su ropa o pertenencias con las que sobrevivía. Una noche fría nos fuimos a platicar en la planta alta del quiosco, recuerdo aquel tremendo grito que rompió con el silencio de invierno; no dudamos y desde la planta alta nos asomamos abajo para saber qué había ocurrido. Como estampida salían gatos negros de las escaleras subterráneas corriendo aterrados, nunca había visto esa cantidad de gatos juntos. Corrían hacia ningún lado haciendo tremendo alboroto. El olor pestilente y espeso me hizo voltear de nuevo hacia el fondo oscuro de las escaleras, y ahí estaba la vieja loca con una de sus bolsas vacías. Nunca la vi moverse tan rápido, parecía asustada y subía las escaleras con torpeza. Un gato pasó entre sus pies, ella lo trató de agarrar pero era demasiado lenta y el frío le había entumecido el cuerpo. La vieja gritaba con gestos de locura y tristeza, eran chillidos cortos y forzados, como si le doliera algo o estuviese enferma. El último gato desafortunado pasó cerca de ella, lo tomó por la cola y el gato emitió un chillido espantoso; la vieja lo levantó y colgaba como péndulo, lo miró detenidamente y le susurró algo —creo que su nombre—. A pesar del esfuerzo del gato por huir, lo metió en la bolsa y la cerró; el gato brincaba dentro de la bolsa y chillaba. La vieja lentamente se perdió en la oscuridad de las escaleras subterráneas.

Pasaron los días y la anécdota la platicábamos constantemente entre nosotros tratando de buscar una explicación. Escribí una canción sobre ello, “Cats in Bags”, que ya no recuerdo. Entramos a la preparatoria, tuvimos novias y la banda se disolvió, pocas veces nos veíamos, duramos años sin vernos. Un día me hablaron invitándome a platicar, nos juntamos esa noche en el quiosco, como en los viejos tiempos, sólo que ahora con una botella de Whisky y algunas cervezas. Después de unos chistes y un par de tragos, quise ir a orinar pero el alumbrado del parque no era favorable, así que fui abajo del quiosco. Estaba bajando las escaleras con una cerveza en mano y bajándome la bragueta, cuando recordé aquella noche que preferiría haber olvidado. Me dije a mí mismo “cobarde” y bajé hasta el fondo. Miré el interior pero no apreciaba nada más que basura y un charco inmenso de agua negra, así que empecé a orinar. Un amigo gritó, riéndose: “¡Escribe mi nombre!”. Me reí con él y contesté: “¡Lo haré pero sin manos!”. Seguí orinando y tomé un gran trago de cerveza, bajé la mirada antes de pasarme el trago y me quedé pálido al ver un gato negro que me miraba fijamente a unos cuantos metros. Me esforcé para dejar de orinar aún sin acabar y me subía la bragueta y me ponía el cinturón rápidamente (por el miedo mis movimientos eran torpes), cuando el gato pasó al lado mío para subir las escaleras. Nunca me dejó de mirar, el gato iba despacio y parpadeaba lento, hipnotizante. Escuché un ruido de movimiento dentro del quiosco, volteé para saber si era uno de mis amigos, pero estaban arriba tomando y platicando. Para mi sorpresa, el gato no estaba en la escalera; seguramente el ruido lo espantó y corrió, yo me quedé impactado por el ruido.

Me preguntaba qué era y no veía nada, todo era basura y un charco de agua negra con un retoque de amarillo. En la oscuridad algo se movió, algo que ya estaba ahí y no vi antes, era aparatoso y se movía lento. De inmediato pensé que era la vieja. No te mentiré, compañero lector, en ese momento sentí miedo, miedo como nunca había sentido. Me paralicé y no podía gritar, respiraba lento para no hacer ruido y mis latidos eran fuertes y rápidos. La sombra era cada vez más visible, hasta que alcancé a distinguir esas bolsas rojas que ella siempre cargaba, sólo que ahora las arrastraba con más dificultad, y ambas bolsas se veían completamente llena de bultos. Cada vez que se movía arrastraba la bolsa entre el charco, y pude ver cómo su vestido estaba mojado y, a pesar del frío, no temblaba. De una bolsa colgaba un listón peludo y negro que no alcancé a distinguir muy bien, y estaba preparado para salir de ahí rápidamente sin hacer ruido. El listón negro y peludo se agitó rápidamente, se escuchó un chillido extraño y con él un montón de chillidos de gatos en efecto mariposa provenientes de la bolsa. La bolsa se agitó con tremenda fuerza, lo que provocó que la vieja se detuviera; me dio tanto pavor que me fue imposible moverme. La vieja giró su cabeza y la vi por primera vez al rostro, era muy anciana, con nariz afilada y sus ojos eran completamente negros pero brillantes. Estaba muy sucia y descuidada, pero lo impactante fueron sus ojos, pues a pesar de no tener pupilas, sentía su mirada incrustada en mí; se notaba asustada y triste. La adrenalina en mi sangre fluía y me hizo correr como nunca, haciendo tremendo alboroto. No recuerdo muy bien, pero mis amigos me comentan que estaba llorando, temblando, que me salpiqué un poco en el pantalón —lo que fue motivo de burla por parte de mis compañeros—, pero me veían tan asustado que no se lo tomaron a juego. Me preguntaron qué había pasado y les comenté que la vieja estaba abajo y sus ojos eran completamente negros. Un amigo dio un paso atrás, y me preguntó: “¿La vieja de los gatos?”. Contesté: “Sí, ella, está aquí mismo y sus ojos, ¡sus ojos…!”. Mi amigo me interrumpió, tartamudeando: “No, no es posible, ¿es una broma? ¡Esa vieja murió hace unos días!, un montón de patrullas de policías rodearon el parque. Era muy famosa en la colonia y todos los vecinos se enteraron”.

Esa noche no dormí. Mis compañeros y yo decidimos nunca más tocar esa canción, ni hablar de lo ocurrido. Desde entonces nunca hemos regresado al quiosco, y cada vez que veo un gato negro, veo en sus ojos algo brillante, como aquellos ojos negros que nunca olvidaré, esos ojos que se incrustaron en mis sueños de por vida.
 

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Mi horror en la Liberté

Este relato es fruto de una mente enferma. Debes saberlo antes de comenzar la lectura. Hace seis meses que estoy con antidepresivos y antipsicóticos, medicación que más que mejorarme, hace que mi paranoia y mi dolor aumenten. Mi realidad, mi verdad, es absolutamente insoportable. Tengo pocos momentos de lucidez, como éste, en los que puedo escribir. Momentos en los que la ansiedad y la depresión se sustituyen por un sentimiento de ira que me sobrepasa. Momentos en los que tengo que cuidarme de mi otro yo. Este escrito me llevó cuatro meses redactarlo. A lo largo del relato entenderás la razón.

Lo que viene a continuación es mi verdad. En tus manos queda decidir si este relato es real o si simplemente es una extensión de mi locura. Debes saber también que esta historia no es apta para gente sensible o fácilmente impresionable. Todo lo que voy a relatar puede inducir al lector a cometer mis mismos errores, aunque en mi opinión todo el mundo debería leerlo. Es algo que nos afecta a todos, nos implica a todos. La gente debe saber qué es lo que se está cociendo aquí, qué es lo que está pasando, y hacia dónde nos dirigimos; pues es la única manera de pararlo, por más doloroso que sea.

Te he advertido, ¿estás decidido a seguir a partir de este punto?

Bien, comencemos.

Desde que era pequeño el mundo de la informática me ha apasionado, especialmente el mundo de Internet. Para mí era algo increíble y fascinante que dos personas en extremos distantes del país pudieran comunicarse en tiempo real sólo a través de un equipo informático. Mi pasión y mi curiosidad me llevaron a aprender sobre protocolos y configuraciones de redes, servidores, programación web… hacking.

Pensarás que con esta afición tuve que haber estudiado una carrera de informática, pero hay algo que me apasiona aún más. El saber, el conocer, el investigar. El divulgar. Todo esto, junto con mi curiosidad innata, hicieron que me decantara por el periodismo.

A la hora de preparar mi tesis final, vi la oportunidad de juntar mis dos pasiones. La idea de la tesis final consistía en investigar sobre un hecho concreto, tratando de dar una información completa y veraz sobre el mismo. Sin amarillismo, la pura y simple verdad. Aquellos días estaba muy de moda el concepto de la Deep Web. La Web profunda, el lado oscuro de internet. Muchos rumores e historias circulaban sobre la misma. Pedofilia, asesinos a sueldo, hackers a sueldo, mercado negro de armas, videos de autopsias alienígenas, documentos secretos del gobierno y un largo etcétera. La gente estaba fascinada y percibía a la Deep Web como un lugar oscuro y siniestro, donde lo más horrible del ser humano salía a flote.

Yo, que presumía de tener un conocimiento amplio sobre internet, sabía de la existencia de la Deep Web. “Sabía” (y me perdonarás que use comillas) que ahí abajo no podrías encontrar ningún documento secreto del gobierno, al menos no así como así. Por tanto, mi tesis vendría a dar una explicación completa sobre la Deep Web, en la cual además vendría a demostrar que no era algo tan “chungo” como la gente lo pintaba.

Para ello me propuse investigar y tratar de encontrar la famosa web francesa La Liberté, una supuesta página alojada en la Deep Web que tenía un nivel de protección altísimo, tanto que necesitabas una invitación para entrar. Según la leyenda, en La Liberté podías encontrar foros de lo más diverso. Desde pedofilia, hasta supuestos documentos con evidencia que probaría ciertas teorías de conspiración, como los Chemtrails y los Illuminati.

En realidad, lo que quería demostrar era que dicha web no existía, tumbando uno de los mitos más populares de la Deep Web. Y de existir, demostrar que su creación había tenido lugar después de la aparición de los rumores e historias sobre ella, y que no contenía ningún documento de interés.

Cada vez que pienso en ello, me dan ganas de llorar.

El primer paso, si existía dicha web, era conseguir una invitación para la misma. Para ello no tuve otro remedio más que relacionarme con la gente que accede a este “lado oscuro”. No fue tarea fácil, pues no sólo debía proteger bien mi equipo, sino entrar en sitios con contenido delictivo en los cuales dejar rastro podría suponer pena de prisión. Adopté medidas adicionales para proteger mi privacidad en la medida de lo posible. Mi objetivo eran los chats de las webs con contenido pedófilo y snuff, evitando las imágenes y el contenido de las páginas. Durante meses me fui haciendo conocido en estos sitios, hasta que un día apareció Grimm.

Grimm era un habitual en uno de estos chats, y alardeaba de tener acceso a La Liberté. Conseguí ganarme su confianza y su amistad hasta que, al cabo de un tiempo, accedió a darme una invitación. Entonces pude confirmar la existencia de La Liberté. Fue una sorpresa mayúscula; como ya dije, mi intención era tumbar el mito y, por el contrario, lo hice real. Incluso confirmé que su existencia se originó mucho antes de que aparecieran los rumores en la web superficial.

¿Si existía La Liberté… qué más existiría?

El concepto de mi tesis cambió radicalmente, como os podéis imaginar. La Liberté es un foro normal y corriente, con el añadido de que para acceder a cada subforo necesitas crear un nuevo usuario. El contenido es tal y como la gente lo describía. Aquí puedes encontrar lo más horrible y oscuro que te puedas imaginar, también las pruebas a ciertas teorías conspiratorias. Y aquí comenzó mi decadencia y mi descenso a la locura.

No sé cuántas horas, en cuántos días navegué por el subforo de conspiraciones. Quedé sumamente impactado con muchas de las revelaciones; pero lo que más me atrajo fue la conspiración del Proyecto Monarca.

¿La fascinación por este proyecto fue inducida por un tercero, o realmente me interesaba este tema? No estoy seguro. No estoy seguro de nada.

El Proyecto Monarca era una continuación del proyecto MK-ULTRA desarrollado por la CIA, y que supuestamente terminó en la década de los setenta. La finalidad del proyecto MK-ULTRA era la de conseguir controlar la mente de la gente a base del suministro de drogas, como LSD, y la creación de traumas a través del abuso verbal, físico y sexual, provocando la disociación de la mente del individuo. Cuando las aberraciones del proyecto MK-ULTRA se hicieron públicas, la CIA dijo haber terminado con dichos experimentos. Pero mucha gente creía que simplemente le cambiaron el nombre y lo hicieron más secreto, y siniestro. A la continuación del MK-ULTRA la llamaron Proyecto Monarca, o Programación Monarca. Y yo tenía pruebas de su existencia.

No sólo podía probar la existencia del Proyecto Monarca, sino de todo el complot y conspiración en torno a él, sobre todo en la industria del cine y la música. Películas desde El club de la lucha hasta Sucket Punch esconden mensajes sobre la programación monarca, y muchas estrellas de la música son personas que han pasado por esta programación. Autómatas humanos, siendo las chicas Disney su máxima expresión y Lady Gaga la “reina”, por así decirlo. Todos los videos de Lady Gaga tienen claras referencias a la programación monarca.

Toda la industria del entretenimiento, tomada por estos esclavos, para a su vez programar a la gente de a pie. El conocimiento que tenía en mi mano, la información que poseía, podía cambiar el mundo. Podía liberar a la gente de su “falsa libertad”.

Pero ¿por qué esta información no había salido de La Liberté? Es cierto que en la web superficial se comentaban todas estas cosas, pero no pasaban de ser más que rumores realizados por cuatro chiflados aburridos. En La Liberté había pruebas de todo esto… no lo comprendía. Pero tanto daba, estaba decidido a sacar a la luz todo ese material. Fotos, videos, documentos del gobierno… sería un auténtico bombazo.

Entonces entró Grimm en juego de nuevo. Me dijo que el material que se encontraba en La Liberté era material liberado de otra web, aún más profunda y secreta, llamada Sion. Para acceder a Sion necesitabas ser invitado al igual que en La Liberté, y sólo usuarios con acceso a La Liberté podían serlo… unos pocos elegidos.

Me comían las dudas. Tenía material más que suficiente para provocar una auténtica revolución, pero si lo hacía, perdería la posibilidad de acceder a Sion, donde, según prometía Grimm, hallaría información mucho más impactante que la de La Liberté. A su vez, acceder a Sion implicaba pasar más tiempo en La Liberté, relacionarme con los usuarios, con el riesgo que eso implicaba. Ni siquiera Grimm sabía lo que realmente me traía entre manos, o eso pensaba yo entonces.

La pregunta volvía a mi cabeza, “¿por qué esto no ha salido de La Liberté?”.

Tomé la decisión de llegar hasta el final y tratar de ganarme el acceso a Sion. Entonces las cosas se pusieron aún más extrañas. Para ganarme la confianza de toda la gente en La Liberté, tuve que convertirme en un monstruo. No sólo me centré en comentar en el foro de conspiraciones (de hecho, esto era lo que menos hacía, como si no tuviera mucho interés), fingí ser una persona con un gusto hacia la pedofilia y el snuff igual de extremo que el del resto de usuarios.

Grimm publicaba mucho de este material, que tenía que ver con total repugna para no desentonar en las conversaciones del foro. No advertí entonces que aquello parecía una prueba hacia mi persona, pues los demás usuarios me preguntaban qué me había parecido tal o cual parte, o qué me había excitado más… Ahora que lo pienso, no comprendo cómo pude estar tan ciego. Como fui tan soberbio y tan estúpido.

Mi resistencia hacia toda aquella inmoralidad fue creciendo, hasta que las cosas subieron de nivel. ¿Conocéis la película A Serbian Film? Una de las escenas más polémicas implicaba a un bebe, y ahí lo vamos a dejar. No tengo fuerzas para describir o nombrar la escena por lo que es. Los videos que tuve que ver, eran como esa famosa escena… sólo que en esta ocasión, los bebés no eran muñecos. En algunos videos, la madre se comportaba como en A Serbian Film, en ocasiones incluso participaba directamente. En otras, chillaba y gritaba tratando de salvar a su pequeño de… mierda, es que tienen un auténtico mercado negro con esa basura. Secuestran a mujeres embarazadas, y las… cambian, ¿vale? Y aceptan lo que les va a pasar a sus niños. Algunas despiertan al final y se dan cuentan de lo que está pasando; ellas son las que gritan. Pero ésa no es ni por asomo la regla general. No sé lo que les pasa a los niños, sólo sé que a la mayoría los dejan vivir, no sé con qué fin. No me atrevo a imaginármelo.

Tras esta experiencia, padecí unos cuantos días de crisis nerviosas; pero estaba más decidido que nunca a acceder a Sion, desvelar toda la información que pudiera y acabar con esa maldita mierda.

Entonces Grimm cambió el contenido de los videos. Durante un tiempo fueron videos pornográficos normales y corrientes, cosas que cualquier ser humano normal podría ver. Eso hizo que me tranquilizara un poco. Luego los videos volvieron a subir de nivel. Creía que los videos de los bebés era el límite del horror, pero había más, mucho más… tanto, que no me atrevo a decirlo.

El ciclo era siempre el mismo, los videos subían hasta un nuevo y extremo nivel que me dejaba noqueado, para luego pasar durante unos días a videos normales, que poco a poco iban subiendo su intensidad hasta llegar al límite anterior… que volvía a ser superado. No me daba cuenta de la manipulación que estaban haciendo. Llegué a ver sin asco los videos de bebés, entre otras cosas.

Pasaron meses, hasta que por fin llegó el día. Después de enfrentarme a un nuevo y horroroso nivel, recibí un mensaje de Grimm con un link “.onion”. Una invitación a Sion. Lo había conseguido, tenía acceso al lugar más oculto y siniestro de la Deep Web. El lugar que se había convertido en mi obsesión, el lugar por el que había sacrificado parte de mi cordura, no sabía hasta qué punto.

Entré en Sion. La web no era ningún foro, ni un blog, sólo contenía un video. El fondo… no recuerdo el color. A veces lo visualizo negro, otras blanco, otras verde; pero por alguna razón, creo que el fondo tenía todos esos colores, y más. Accioné el video y apareció un hombre con traje que decía lo siguiente en inglés:

”Felicidades por haber accedido al último nivel de Monarca. El proceso está a punto de comenzar. Su maestro lo guiará en este último tramo, y recuer…”.

Y entonces, todo se volvió negro por unos segundos, que en realidad fueron días. Seis días, en concreto. Desperté con dolores horribles por todo el cuerpo. Dos dedos de mi pie derecho estaban rotos y tenía múltiples golpes y quemaduras por todo el cuerpo. En la espalda tenía una herida reciente, como si alguien me hubiera clavado un cuchillo o algo similar, aunque no muy profundamente. No me había duchado ni afeitado en todo ese tiempo.

Lo peor era el dolor de cabeza… un dolor punzante y terrible. Y el miedo. ¿Qué había pasado? Cuando me repuse un poco, traté de entrar de nuevo en La Liberté. La página había desaparecido, y en su lugar había una imagen de una mariposa monarca. No pude encontrar a Sion de nuevo. La información de La Liberté ya no estaba a mi alcance.

Lo había perdido todo… ¿o nunca había existido?

El recuerdo de todos esos meses de tortura, así como la incertidumbre de todo lo que había sucedido en los seis días oscuros, como yo los llamo, terminó por derrumbarme. Además, habían veces en que todo se volvía negro y despertaba a los pocos segundos, descubriendo que habían pasado minutos, a veces incluso horas.

Me sometí a tratamiento psiquiátrico, pero los médicos no consideraron necesario institucionalizarme. Dicen que tengo un trastorno obsesivo-compulsivo, con ideas psicópatas y delirios. Curiosamente, el tratamiento no me hace efecto, como dije al principio, sólo me hace más dócil y vulnerable a los períodos de oscuridad.

He intentado suicidarme en múltiples ocasiones, pero no lo consigo. Cuando estoy a punto de conseguirlo, experimento uno de esos momentos de oscuridad. No me van a dejar hacerlo, me han programado para que no me suicide. Para que mi otro yo salga cuando estoy a punto de hacerlo. Tampoco puedo divulgar la verdad, por eso he tardado tanto en escribir esto. Hay días en los que sólo pude escribir una palabra de este texto, a veces un párrafo entero, pero poco más. Por suerte, no experimento momentos de oscuridad cuando escribo, pero sí me olvido enseguida de lo que estoy haciendo y no lo recuerdo hasta el día siguiente. No sé si podré subirlo, creo que he encontrado una manera de bloquear a mi otro yo y la programación, pero no estoy seguro.

Y aquí va mi conclusión, fruto probablemente de mi mente enferma, pero yo creo que es real. En el último párrafo he hablado sobre mi otro yo. Ése es el objetivo del Proyecto Monarca, y yo he sido un experimento dentro de una nueva forma de programación. Quizás sólo sea uno más.

Grimm fue mi guía, quien me llevó de la mano durante todo el proceso. A través de La Liberté, si es que ésa era la auténtica, si es que ésta a su vez existe, iniciaron la programación, creando traumas a través del contenido publicado. Me hicieron romper en muchas ocasiones la barrera de la cordura, para devolverme después a un estado de calma. Sin darme cuenta, me estaban induciendo a un estado disociativo.

Así llegamos a Sion, cuando la programación finalizó, disociándome por completo y creando definitivamente a mi otro yo, el perfecto esclavo que está a sus órdenes, quienes quiera que sean ellos. Lo que más me obsesiona es lo que pudo pasar en esos seis días, y lo que hace mi otro yo cuando toma el control.

Lo más triste… es que pude detener todo esto antes, si no hubiera sido tan ambicioso. Estoy pagando el precio de mi soberbia.

En este texto hay un mensaje oculto para todos aquellos que lograron eliminar su programación monarca, si es que los hay y consigo subir este texto a internet. Necesito ayuda, aunque sea para matarme. Cualquier cosa es buena para detener esta tortura.

Al resto, sólo deciros que no intentéis acceder a La Liberté nunca. Y si lo hacéis, sacad la información que contiene y no os detengáis a nada más. Sacad a la luz toda la verdad y no os dejéis engañar. Sé, de todas maneras, que esto parece (y seguramente lo es) el relato de un loco conspiranoico.
 
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