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[HP] El Libro de los Secretos | Capítulo 2: Tres Sauces y Dos Enamorados

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~Skakterx-

Dancing with a Stranger
Esto ocurrió un Junio de 2009. Estábamos en un lugar abierto, bastante cerca de la entrada del monte, jugando fútbol.
A mitad de un partido apareció Nacho, el padre de los dos hermanos. Él sabía que nos encantaba ir al monte. No por nada íbamos casi siempre.
Había ciertos días en los que Chayanne y Luciano no podían venir con Mariano y/o conmigo ya que los padres (que fueron y siguen siendo una familia con grandes recursos económicos) les hacían trabajar o ayudarles en varias tareas.
Por ejemplo cortar el césped, soltar los animales (caballos, vacas, ovejas), limpiar la caca que dejan los perros por la casa, llenar cubos con agua para los animales... En fin, demasiadas tareas.

Resulta que Nacho nos ofreció acampar con él en el monte, ya que por estos meses abundaban las liebres y los armadillos (aquí llamados Mulas o Tatú). Nosotros, ansiosos pensando que por primera vez podríamos explorar el monte de noche, aceptamos y fuimos corriendo a mi casa y a la de Mariano para pedirle permiso a nuestros padres. Ellos aceptaron y nos dieron las carpas junto con lo necesario para armarlas (por esos años estaba de moda pasar una o dos semanas en un lugar llamado 'Termas de Almirón', por eso teníamos carpas). También nos dieron abrigos, sandwichs, y en mi caso una 'Chumbera' (buscar en Google Chumbera Rifle) perteneciente a mi tío.
Fuimos al monte cerca de las 7:00 p.m. Nuestra ubicación era a 6 kilómetros del pueblo al este. Estábamos cerca de tres Sauces llorones; dos medianos, y el tercero, que estaba al centro y algo más atrás que los otros dos, enorme.

Resulta que estos sauces eran conocidos por una estancia a kilómetros de nuestra ubicación como "Los Sauces de los enamorados".
¿Por qué se llamaban así?
Porque estos sauces guardaban la historia de dos jóvenes enamorados, que al no poder estar juntos ya que pertenecían a distintas clases sociales, se suicidaron para no ser separados.
Esta historia nos la contaron hace muchísimo, incluso antes de ir por primera vez al monte.
Bueno, para nosotros ese cuento era nuevo. No sabíamos que había mil historias iguales en distintos lugares del mundo.

Luego de estar varias horas buscando pequeñas cuevas o casitas hechas por animales, cayó la noche.
Decidimos ir a nuestro campamento y allí cenar para luego dormir.
Nacho dormía en su propia carpa y sus dos hijos en otra carpa juntos. Mariano y yo, tras pensarlo un poco, decidimos dormir juntos en mi carpa y en la suya dejar nuestras cosas para que no quedasen fuera.

Ya en la madrugada (supongo) me desperté porque sentía como me estaba congelando. A unos segundos de estar despierto noté que Mariano no estaba, que salió de la carpa y la dejó abierta. Yo sabía que si se salía era porque tenía que orinar y no iba a tardar nada. Así que me quedé esperándolo con la carpa abierta.
Pasaron como 30 minutos (eternos para mi), así que decidí abrigarme y salir, preocupado. En lo que salí ya abrigado vi como Mariano llegó corriendo hacia mi y al no poder detenerse me empujó hacia la carpa, cayéndonos dentro.

"¡Ché! ¿Qué te pasa?" Dije yo, a lo bien Uruguayo.
Mariano cerró la carpa, me agarró, y mirándome a los ojos (con los suyos bien saltados) me dice...
-"Alex... Vi a la mujer."
+"¿Qué mujer?"
-"La de la historia. Esa de los enamorados que nos dijo el Paco."
Ahí yo me quedé mirándole con una sonrisa nerviosa. De esas que las pones cuando no estás seguro si te están tratando de jugar una broma.
-"Alex... Casi nada de la historia es cierta. Ella me lo contó todo.
No se suicidó junto con el hombre. Ese hombre, al saber que ella estaba embarazada, la trajo acá y la ahorcó en aquel sauce grande."

Mientras él me contaba todo eso, yo quería llorar. Me lo decía con lágrimas en los ojos. No podía estar jodiéndome.
"Quiere justicia, Alex. Me lo pidió. No sé que hacer..."

Luego de eso, incluso me empezó a describir la mujer; baja, cabello largo y morocho, y una cara dulce, con un enorme lunar en la mejilla izquierda.
En ese momento, se tranquilizó un poco y relajó los músculos. Aproveché para safarme y en eso inmediatamente me acosté a dormir, dándole la espalda y sin decirle nada. Él se acostó también, sollozando.

Al día siguiente nos despertamos. Oímos a Nacho preocupado ya que Luciano cayó enfermo. Por lo que un poco desanimados tuvimos que agarrar nuestras cosas y volver al pueblo.

La relación entre Mariano y yo se vió un poco afectada en ese tiempo. No nos queríamos ver las caras por vergüenza de lo que pasamos aquella noche.

Un mes y algo después de lo sucedido resulta que la escuela en donde estudiábamos Chayanne, Mariano y yo, organizó un pequeño viaje hacia la estancia 'La Esperanza'. La misma estancia donde trabajó Paco, el que nos contó la historia de los Sauces.
Cuando llegamos allí toda la clase tuvimos que hacer fila. Nuestra profesora de ese año era muy mala, por lo que si alguien se atrevía a faltar el respeto o presentar mal comportamiento en ese viaje, pues la profesora le daba una bofetada bien fuerte.
José, un amigo mío, presentó mal comportamiento en las filas, por lo que ya saben que le tocó.
Yo era muy sensible como para ver a alguien siendo abofeteado fríamente, por lo que decidí fijarme en una pared que tenía a mi lado derecho. En esta pared había fotos de distintas personas que trabajaron o vivían allí. Me fijé que una de las fotos estaba un poco sucia, como con caca de mosca, así que decidí quedarme y quitar esa pequeña mancha.
Resulta que la mancha no salía, por lo que me dí cuenta de que esa mancha ya estaba en la foto. Al fijarme bien, noté que esa mancha estaba en la mejilla de una persona. Era un lunar.
Y no sólo estaba en la mejilla izquierda de una persona. Esa persona era una mujer baja, y con cabello largo.

Puse una cara de horrorizado que hasta recuerdo que un amigo se burló por ello luego del viaje.
Volví un poco en mi y llamé a una muchacha que trabajaba allí.

-"Disculpe. ¿Me puede decir quién es esta señora?"
Ella, con una sonrisa, supongo de lo contento que le pone a alguien el hecho de que un pequeñín se interese un poco por viejas personas del lugar, se acercó y vió la foto que le señalé. Vi como su sonrisa cambió a una expresión de asco. Me dió una bofetada (sin derecho) y se fue.

Desde ese día supe que lo que Mariano me decía era verdad. Sin embargo, nunca le mencioné sobre esto. ¿Quién sabe? pudo quedarse demasiado asustado, o incluso volverse loco.

Esta historia termina así, sin solución. Nunca supimos quien era esa mujer.
El monte fue deforestado, replantado y actualmente los árboles están creciendo. Sin embargo, los sauces ya no existen.

Quiero creer que la jóven que murió ahorcada y pedía justicia, está ahora mismo en un lugar mejor, ya que el sauce donde fue ahorcada probablemente la tenía atrapada todo ese tiempo.

Yo lo único que puedo decir... es que tanto su historia como la nuestra... quedará grabada... en mi Libro de los Secretos.
 

Zoroarkan

Caminante sombrío
Respuesta: El Libro de los Secretos | Capítulo 2: Tres Sauces y Dos Enamorados

Creo que se me pararon todos lo pelos del cuerpo... ¡Menuda historia! ¡Está genial!
 

ShadowFairy

El hada oscura
Respuesta: El Libro de los Secretos | Capítulo 2: Tres Sauces y Dos Enamorados

Simplemente ES-TU-PEN-DA me encanta!!
 

Anto

Skype: AntoCharmander19
Respuesta: El Libro de los Secretos | Capítulo 2: Tres Sauces y Dos Enamorados

Me encanto ! Tambien lei el primer capitulo del libro de los secretos y me encanto tambien ! Haces muy buenas historias, espero que pronto hagas mas, ya que me quede con muchas ganas de leer otra. Suerte :3.
 
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