Toni
Leyenda de WaH
HACE UNA SEMANA EN EL INSTITUTO NOS PIDIERON UN TEXTO DE UNA PAGINA.
NO ES MUY BUENO POR EL SIMPLE HECHO DE QUE NO ME DEJABAN MÁS ESPACIO PARA REDACTARLO. LO POSTEO POR SI A ALGUIEN LE FALTAN IDEAS XD.
-¡Despierta Juan! Salimos en media hora y ni te has levantado.-Le dijo su madre al verlo aún en la cama.
-Ya voy mamá.-contestó Juan.
Ya subidos en el coche emprendieron la marcha hacia el pueblo. Cuando llegaron, se encontraron con dos hermanos de su misma edad llamados David y María con los que entablaron una gran amistad, tanto ellos como sus padres. Las dos familias fueron juntas a hacer senderismo esa tarde.
Estuvieron caminando dos largas horas y los tres niños charlando se desviaron del grupo y cuando se dieron cuenta estaban perdidos en un inmenso bosque. María, Juan y David, manteniendo la calma, decidieron continuar caminando.
Al cabo de una hora, María dijo:
-¡Mirad chicos! Eso de ahí parece una casa.
Los niños miraron repentinamente y se dieron cuenta que era un pueblo. Decidieron ir a pedir ayuda, pero al llegar no vieron a nadie en las calles. Llamaron a varias casas y, sin éxito alguno, se dieron cuenta de que era un pueblo desierto.
Se dispusieron a entrar a una de las casas para pasar la noche. Apenas pudieron dormir del miedo, ya que cualquier ruidito les asustaba y, además tenían hambre.
A la mañana siguiente, fueron a buscar comida al bosque, pero sólo encontraron frutos silvestres y alguna que otra piña.
Una vez comieron, decidieron seguir caminando. María estaba muy cansada, ya que habían andado durante horas. Su hermano David divisó a lo lejos una carretera y decidieron ir hacia allí, ya que era la única oportunidad de encontrar a alguien que les pudiera ayudar.
Al llegar, vieron a un señor que iba en un tractor y los niños le explicaron la situación. El señor, amable, los llevó con sus padres, los cuales muy preocupados habían estado toda la noche buscándolos sin cesar.
Con esta experiencia, los niños aprendieron a estar atentos para no volver a perderse.
NO ES MUY BUENO POR EL SIMPLE HECHO DE QUE NO ME DEJABAN MÁS ESPACIO PARA REDACTARLO. LO POSTEO POR SI A ALGUIEN LE FALTAN IDEAS XD.
EL PUEBLO DESIERTO
Han llegado las vacaciones de semana santa. Juan es un niño que se dispone a salir de viaje con sus padres a una casa rural situada en la falda de una montaña al sur del pueblo de Córcolas. -¡Despierta Juan! Salimos en media hora y ni te has levantado.-Le dijo su madre al verlo aún en la cama.
-Ya voy mamá.-contestó Juan.
Ya subidos en el coche emprendieron la marcha hacia el pueblo. Cuando llegaron, se encontraron con dos hermanos de su misma edad llamados David y María con los que entablaron una gran amistad, tanto ellos como sus padres. Las dos familias fueron juntas a hacer senderismo esa tarde.
Estuvieron caminando dos largas horas y los tres niños charlando se desviaron del grupo y cuando se dieron cuenta estaban perdidos en un inmenso bosque. María, Juan y David, manteniendo la calma, decidieron continuar caminando.
Al cabo de una hora, María dijo:
-¡Mirad chicos! Eso de ahí parece una casa.
Los niños miraron repentinamente y se dieron cuenta que era un pueblo. Decidieron ir a pedir ayuda, pero al llegar no vieron a nadie en las calles. Llamaron a varias casas y, sin éxito alguno, se dieron cuenta de que era un pueblo desierto.
Se dispusieron a entrar a una de las casas para pasar la noche. Apenas pudieron dormir del miedo, ya que cualquier ruidito les asustaba y, además tenían hambre.
A la mañana siguiente, fueron a buscar comida al bosque, pero sólo encontraron frutos silvestres y alguna que otra piña.
Una vez comieron, decidieron seguir caminando. María estaba muy cansada, ya que habían andado durante horas. Su hermano David divisó a lo lejos una carretera y decidieron ir hacia allí, ya que era la única oportunidad de encontrar a alguien que les pudiera ayudar.
Al llegar, vieron a un señor que iba en un tractor y los niños le explicaron la situación. El señor, amable, los llevó con sus padres, los cuales muy preocupados habían estado toda la noche buscándolos sin cesar.
Con esta experiencia, los niños aprendieron a estar atentos para no volver a perderse.