[Historia] El lago de mi dulce pena

Ahí se encuentra él, tirado en el pasto en alguna parte del bosque bajo una gris lluvia, admirando la nada. Está fatigado, no se siente físicamente, solo aprecia la lluvia mientras de sus heridas brota sangre. Su respiración es costosa, pero no lo nota al igual que sus heridas por la adrenalina del momento. Él es apenas un joven, su cuerpo estaba inmóvil por el esfuerzo físico que dio y a pesar de ello sigue siendo capaz de moverse, pero él no. Kimi ahora mismo solo desea la muerte. El solo espera oír los pasos de un guerrero que tras verlo tumbado en el piso le inmovilice y llame a sus compañeros para que lo lleven a pagar sus errores, pero ¿Cuáles errores? Kimi no lo comprende, pero considera que es hora hacerle frente a su castigo. Continua cuestionándose cosas mientras mira al cielo y a la triste lluvia. Se sienta, se sienta solo para versé así mismo. Su piel es ceniza, roba tiene quemaduras, sus brazos múltiples cortes y sus ganas de seguir mutiladas. Se acuesta de nuevo y mira el cielo, se deja llevar por el momento y entonces escucha algo entre los arbustos.

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-¡Por aquí!- Grita un guerrero desde atrás de los arbustos mientras señala a Kimi tirado en el suelo.

Dirige su mirada al guerrero, un sujeto robusto y alto con apenas unas hombreras y una falta de metal. Entonces, la horda alocada de guerrero se escucha a lo lejos, como si fueran caballos relinchando mientras el primer guerrero se acerca lentamente y con una sonrisa a Kimi. El miedo los invade a ambos, ambos saben que corren peligro, pero el pequeño no aguanta más y se desmaya, la tención le pudo y su cuerpo flaqueo en el último instante, solo se dejó llevar a un estado de inconsciencia . Pero, ¿Qué sucedió? Han pasado dos días desde ello y Kimi despierta en el mismo pasto tirado, bajo la lluvia, una vez más en la tarde. Nuevamente no hace más que mirar al cielo, que sentir la lluvia. –"Estoy vivo"-Piensa desconcertado, nada le da a entender nada, razona una y otra vez, pero siempre termina en las mismas. Así que deja pasar el tiempo pensando, hasta que obtiene las ganas suficientes de querer levantarse del piso, pero sus ganas no sirven sin sus fuerzas, así que fracasa en más de cuatro intentos hasta que hace el esfuerzo de su vida y al menos logra quedar de parado con las rodillas en el suelo.

Kimi taya sus ojos y se quita un poco de agua de la cara ahora que ha acabado la lluvia. Él logra apreciar que se encuentra en la misma parte del bosque: un pequeño espacio libre de árboles a las faldas de un gran barranco de donde se pueden ver algunas raíces de árboles salidas, pero hay algo de más. Kimi mira a su alrededor por el suelo y logra notar los cadáveres de los guerreros que lo buscaban. Ahí se encuentran inertes, todos alrededor de Kimi, con grandes trozos de carne arrancados o calcinados, incluso uno que esta recargado en un árbol que no tiene la carne del abdomen pero aún conserva intestino y otros órganos internos, con las costillas ensangrentadas y salidas de su pecho mientras su mandíbula le cuelga por un pequeño hilo de carne y que más tarde cae. Kimi siente repulsión, siente asco y finalmente se inclina y en apoyado en con sus brazos termina vomitando en el pasto, pero esto no ayuda en demasiado. Kimi sigue vomitando luego de unos minutos y a la par llora, pero termina y cae de nuevo al suelo recostado a un lado de su vomito. Las dudas llegan y llegan y llegan sin parar a la mente de Kimi, no sabe que paso, pero tiene miedo, piensa que hay un alguien o un algo que le vigila, que lo observa y que le espera un destino igual o peor a ellos. Pero opina que debe tranquilizarse, se intenta consolar a sí mismo, y sin embargo las dudas de Kimi son cada vez más raras e incoherentes, ahora mismo está en shock, pero no puede salir de él. Termina por levantarse, pero esta vez de pie. Él se observa y observa cambios: Las heridas se multiplicaron pero estas se cicatrizaron, y su piel ahora está limpia. Se explica que la ceniza se pudo haber caído con la lluvia, pero ¿Y las heridas?, ya no sabe ni que piensa, solo se sienta y apoya sus manos en el suelo. Su mano izquierda siente algo muy viscoso, así que la retira y voltea a ver, la había reposado en su propio vómito, donde vio algo raro, aunque no sabía que, él solo continuaba apreciando su vómito hasta distinguir algo. Kimi llora en silencio y sacude su mano mientras el resto de su cuerpo se encuentra inmóvil. Carne y huesos humanos, eso es lo que había en el vómito de Kimi.

-no, no, no, no, no, no, no...- Dice repetidamente con la voz cortada y agitada.

-No, No, No, No, No, No...- A pesar del asco y terror que le produce, el sigue viéndolo, como quien busca respuestas en un acertijo a la par que seguía negándolo.

Kimi toma algo de entre su vómito y lo lleva al nivel de su cara para poder verlo mejor. Aquel algo era un cacho de piel de alguna hombrera de algún guerrero y como ese había varias partes de las vestimentas de los guerreros.

-No... No, por dios no, esto... No, no...-Dice llorando y mirando a su alrededor, con miedo, sin saber que sucede llevando su mano derecha a su cara mientras tiembla.

-No, no... ¡NO!.. ¿Po-por... ¡qué!? No... Dios no...- Continua negando su realidad, continua cegándose así mismo mientras llora, mientras tiembla. Él sufre, Kimi sufre demasiado el momento, ahora mismo está al borde de explotar mentalmente.

Ahora mismo se encuentra temblando, está llorando desesperadamente y ya no tiene voz para hablar, él solo está ahí sentado en el pasto sin más movimiento que el temblor de su cuerpo y sus ojos que miran todos desenfrenados. Kimi esta aterrorizado ante la profunda locura del momento, no sabe qué hacer ni que pensar, pero entonces escucha ruidos entre los arbustos. La parálisis le invade, el miedo lo corrompe, pero esto la curiosidad gana y Kimi comienza a voltear hacía todos lados como puede pues sus fuerzas le abandonaron, pero con fuertes latigazos de cuello voltea a todos lados con una mirada ya perdida, ya destrozada. Se siente observado, siente el viento en la nuca y el casi nulo calor de la tarde en la espalda mientras tiene la sensación de ser observado, entonces lo ve frente a él. Caminando lentamente se dirige a él un Tachal muy grande con las alas recogidas pero Kimi ya no logra distinguir bien nada, y el miedo termina por ganarle la guerra y se desmaya. La bestia solo le mira piadosa y con una mordida ligera prensa a Kimi se su ropa y lo arrastra hasta su cueva.