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[Historia] Luna Compañera

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Debido a que no considero que mis habilidades sean lo suficientemente buenas con respecto a la creación de textos de carácter literario, me gustaría dejar esto aquí. Es algo que escribí el año pasado, para un concurso en el liceo.

Luna Compañera

Sumida bajo la clara luz de la luna invernal, una joven taciturna y de aspecto pensativo tomaba el camino de regreso a casa, por aquellas frías y solitarias calles a las cuales ella conocía a la perfección.
El brillo pacífico de la luna iluminaba su joven y delicado rostro. Su cuerpo, de aspecto frágil y delgado, era envuelto entre el encanto de su obscuro y grueso cabello, lo cual le daba cierto toque místico a su figura. Aún conservaba el uniforme de su escuela; aquel uniforme que dentro de aquel recinto la hacía ver semejante al resto de las muchachas que solían estudiar allí, pero que, sin embargo, bajo la luz de la clara y solitaria luna de invierno le hacía ver distinta a todas las demás.
La chica, a medida que caminaba, oía el débil sonido de sus pasos, una y otra vez, mientras observaba la luna. ¿Qué estaría pensando mientras contemplaba la luna? ¿Recordando sus años de infancia, los cuales se vieron opacados por la llegada de la temprana adultez? ¿Recordando aromas, momentos y emociones que ya no podría vivir nuevamente? ¿O es que tal vez pensaba en aquella persona tan importante para ella a la cual, por razones que no comprendía, nunca pudo confesar sus sentimientos?. No. Lo que ella pensaba no era en las cosas de su pasado, En realidad, lo que aquella silenciosa chica pensaba era en su futuro, y en todas aquellas sorpresas que el destino prepararía para ella, y solamente para ella. “¿Qué pasos tendré que seguir?”, “¿Será correcto el camino que estoy siguiendo?”, eran unas de las tantas preguntas que la chica le hacía a la luna.

La chica había llegado a un lugar extraño, al cual ella estaba acostumbrada a visitar. La luna ya no iluminaba su rostro; en su lugar, la reemplazaban luces poco naturales, creadas por el hombre. Focos de luz inerte.
En aquel extraño lugar, la gran mayoría de las personas cobraba un aspecto moribundo, distante del mundo en el cual estaban destinados a morir, y distante de sí mismos. Estas personas dependían de una máquina; de un conjunto de circuitos y de frías membranas electrónicas para –al parecer- mantenerse con vida. “¿Quién sabe qué pasaría si aquellos pequeños aparatos electrónicos sin corazón dejasen de existir?”, "¿Qué pasaría con todas esas criaturas que dependen de ellos para ser felices?”, eran unas de las tantas preguntas que se hacía la chica a sí misma, y que, sin embargo, no supo responder.

La larga serpiente electrónica había llegado. La chica, sin prisa alguna, subió a aquella serpiente que la llevaría de vuelta a casa. Dentro de ella, se encontró con nuevos rostros muertos, a los cuales la chica no prestaba mayor atención. La chica, tal vez con la intención de evitar aquellos horribles rostros que poco a poco se iban pudriendo, o quizá, con la vaga esperanza de volver a encontrarse con la luna, observaba a través de uno de los tantos ojos de la serpiente electrónica de manera inconsciente.

La serpiente se había detenido por sexta vez desde que la muchacha abordó en su interior. La joven se dirigió a una de las bocas de aquella serpiente, dispuesta a abandonar el lugar.

Sus ojos se tiñeron nuevamente de melancolía, mientras veía a través de aquél limitado y oscuro paisaje al cual ella ya estaba acostumbrada. ¿Qué estaría pensando esta vez?. Nada. Simplemente contemplaba el vacío; la oscuridad, y la belleza de su soledad.

La chica cerró sus ojos durante un instante. Luego de abrirlos, se vio bajo una oscuridad casi absoluta. Se dio cuenta de que la cubría una cálida manta de terciopelo. También, por un momento, escuchó el débil maullar de un gato. Se dio cuenta de que ya estaba en su habitación.

La chica abrió la cortina que cubría la ventana del cuarto, dejando entrar el brillo de aquella inseparable amiga suya; la luna. La bella luz de aquella clara y radiante luna invernal se esparció por toda la habitación de la chica, llenándola de vida. La luna y su luz protegían a la chica de cualquier tipo de miedo, de cualquier sombra de su pasado.

La chica, nuevamente siendo iluminada por la luna, volvía a perderse entre sus pensamientos. Volvía a interrogar a la luna. “¿Qué será lo que sucederá mañana?”, “¿Será un día como cualquier otro?”, “¿Cuándo será el día en el que nos volvamos a encontrar?”, eran unas de las tantas preguntas que aquella delicada joven le hacía a la luna de invierno, y que, sin embargo, la luna no le supo responder.
 
Te voy a ser muy sicero, me gusta ese estilo tetrico que le das a tu historia, tambien la percepcion de escritor que le das (con las indagaciones sobre el personaje), si bien al principio tiene tintes de que sera una lectura repleta de COMO LUCIRA LA CHICA A CADA SEGUNDO en realidad no resulta una lectura empalagosa.

Pero... si esta repleta de LUNA y de como ilumina a la chica, repites mucho las pabras: luna (obviamente), luz, volvia, se dio cuenta...
Lo cual me resulto algo raro teniendo en cuenta la meticulosidad con la que describes los escenarios.
Si bien el titulo se basa en LUNA no creo que fuera estrictamente necesario repetir tantas veces la palabra. O repetir el como la luz de luna la iluminaba.
Puede parecer un niñeria pero le resta bastante a tu historia ;) pero me gusto
 

MetalKaktus

A la luz del quinto día, mira al este
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La chica, a medida que caminaba, oía el débil sonido de sus pasos, una y otra vez, mientras observaba la luna. ¿Qué estaría pensando mientras contemplaba la luna? ¿Recordando sus años de infancia, los cuales se vieron opacados por la llegada de la temprana adultez? ¿Recordando aromas, momentos y emociones que ya no podría vivir nuevamente? ¿O es que tal vez pensaba en aquella persona tan importante para ella a la cual, por razones que no comprendía, nunca pudo confesar sus sentimientos?. No. Lo que ella pensaba no era en las cosas de su pasado, En realidad, lo que aquella silenciosa chica pensaba era en su futuro, y en todas aquellas sorpresas que el destino prepararía para ella, y solamente para ella. “¿Qué pasos tendré que seguir?”, “¿Será correcto el camino que estoy siguiendo?”, eran unas de las tantas preguntas que la chica le hacía a la luna.
Esa parte me ha calado hondo, la verdad es que me siento muy identificado con esa muchacha en ese aspecto. Quiero decir, esa melancoía, que a pesar de ser joven todavía, de recuerdos por personas muy especiales y esa duda a lo que el futuro se refiere.

La verdad es que estoy en una etapa de la vida en la que no se que rumbo exacto tomar, pero por lo menos diferencio lo que quiero de lo que no.

“¿Será correcto el camino que estoy siguiendo?” Esa pregunta me hago yo mismo todos los días. Pero sinceramente lo correcto es lo que uno mismo cree que le hará feliz, la verdad es que esto da para un tema filosófico.

La verdad es que impresionado es la palabra decuada, desde luego sigue así.
 
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