Ser niñera no es un trabajo nada fácil, entré en el negocio hace 2 años, cuando emigré de mi país natal a causa del mal estado en el que este se encontraba.
He de admitir que, naturalmente, no esperaba trabajar cuidando infantes, sin embargo, entre hacerlo o seducir, y posteriormente, casarme con un depravado sexual terminé por tomar la primera opción.
A lo largo de mi carrera construí una reputación bastante buena, las madres acostumbraban a acudir a mi antes que dirigirse a uno de sus familiares o algo por el estilo, además de escuchar mi nombre en boca de cada persona que veía cuando caminaba hacía mi hogar.
Me encantaba mi tarea, aún estando consciente de los niños malcriados y todo tipo de adversidades que se presentarían en esa puerta, no me rendí.
Hoy, después del día atareado que tuve ayer, me encargaron a un jovencito de 10 años, llamado Michael.
Debo decirles que estoy realmente agotada, hubiera rechazado al pequeño de no ser que me entregaran semejante cantidad de efectivo, me sorprendí bastante.
Cuando me dieron la paga, me fijé en la apariencia de sus padres; habían bolsas debajo de sus ojos, estaban despeinados y algo sucios, sin embargo, no le presté atención.
Le doy la bienvenida al pequeño, sin recibir respuesta. El día pasa bastante rápido, llegada ya la tarde, invito a Michael a almorzar, que afirma con la cabeza.
Cuando coloco el plato sobre la mesa, comienza a hablarme de una manera soberbia e arrogante.
-"Me conocen como el chico genio, ¿sabes?"
-"Me alegro por ti." -Le respondo alegremente
-¿Y sabes por qué?
-"Pues no."
-"Porqué se conseguir todo lo que quiero"
-"Ajá." -Respondo cortante; no es la primera vez que me dicen eso.
-"Das pena, ¿lo sabes, verdad?, seguro que abandonaste tu país teniendo de excusa la falta de algún tipo de recurso, ahora, crees que por ser algo conocida ya eres algún tipo de diosa o algo por el estilo."
Quede estupefacta.
-"¿Co-cómo es que tú...?"
-"¿Acaso me equivoco?"
-"Pedazo de mierda" -En ese momento mis modales se fueron a la verga.
-"Oh oh, cuidado Marlín, he dejado cámaras y grabadoras por todos lados, si no modelas tu lenguaje, te reportaré con mis padres, perderás tu amada reputación y caerás en la miseria, y no queremos eso, ¿cierto?"
En este momento si que estaba cagada del miedo, no solo sabía mi nombre, que, por cierto, no le había dicho a nadie más que a mis amigos y familiares. Sino que el cabrón me tenía en bandeja de plata, no podía hacer nada.
-"Decidí aprovechar mi talento, aunque si, supongo que es algo estúpido gastar tiempo valioso en joder las carreras de las personas, pero bueno, con 10 años no es que puedas hacer mucho."
Me levanté de la mesa, molesta y jodidamente sorprendida. Pude localizar una de las grabadoras que Michael había dejado en la casa, y la tomé, sin que se diera cuenta.
-"Voy a salir" -Le dije.
-"Acudir con mis padres no es una muy buena opción que digamos."
-"¿Y que harás genio? ¿Llamar a la policía por que una niñera va a hablar con tus padres? ¡JA!" -Reí.
-"Entonces no me dejas otra opción." -Dijo, y se marchó al piso de arriba.
Acudí a sus padres, estos, me hablaron acerca de como Michael era un niño algo especial, cosa que por supuesto, ya sabía. Me dijeron que llegarían en un momento, que debían alistarse, cosa que no entendí mucho, pero no me importó, quería ver como el pequeño diablillo sufría.
Cuando llegué a casa, encontré varias notas pegadas alrededor de la misma; "No me dejaste opción", "Esto tu te lo buscaste", etc.
Llamé a Michael desde afuera, cuando no recibí respuesta, entré. La casa estaba repleta de manchas de sangre y trozos de ropa de infante, además de lo que parecían órganos.
Créanme, estaba jodidamente asustada, llamé a Michael una vez más, pero no recibí respuesta. Me encaminé hacía mi habitación, en cuanto abrí la puerta, algo saltó encima de mi, cubriéndome de sangre todo el cuerpo. Después de forcejear, me di cuenta de que esta cosa no intentaba asfixiarme, es mas, al parecer no estaba vivo.
Me levanté, y tomé a lo que aparentaba un niño; era Michael.
Estaba destruido, su carne parecía roída, su cuerpo emanaba pus, era asqueroso, aterrorizada, lo tiré. Me di cuenta de que tenía una nota pegada, la leí.
"Hola, Marlín. ¿Que confuso todo esto, no? jajá. Permíteme explicarte todo. Supe que acudirías con mis padres cuando tomaste una de mis grabadoras, mientras pensabas en que hacer, ingenié un plan infalible, que convertiría tu vida en un infierno. En cuanto saliste, decoré la casa de una manera lúgubre y atemorizante, para que te fueras dando la idea de que te encontrarías. Luego de haberme anestesiado con ciertas cosas que traía en mi mochila, que por cierto, no revisaste, me corté, y vacié sangre por alguna partes de la casa. Acto seguido, construí una especie de mecanismo, relacionado con tu puerta, de modo que cuando la abrieras, mi cadáver se encaminaría hacía ti, sería bastante complicado de explicar este mecanismo, por lo que te quedarás con la duda, cabe destacar que acuchillarme fue muy doloroso, pero tenía que ser realista, al final valió la pena; no podrán atraparme, y tu estás jodida. Después de todo, ahora estas manchada de sangre a mas no poder, además de tener el cadáver de un niño, que, todos creerán inocente. Tu misma atrajiste a mis padres a mi trampa mortal, el poco tiempo que tenías lo malgastaste leyendo esta nota, y, si piensas usarla de prueba, mírala por un segundo, gotas de sangre caen de tu cuerpo y la dañan, pronto se va a deshacer, además, he removido todas las cámaras y grabadoras que coloqué anteriormente. Te culparán de asesinato, y de muchos otros crímenes, sin amigos ni familia que te apoyen por haber emigrado, ni ningún testigo de que yo sea el responsable de todo este desastre, dime. ¿Qué es lo que harás?, programé mis grabadoras con un modo de borrado automático, así que la que tienes no sirve, ya no tienes evidencia alguna, te vas a pudrir en la cárcel, y posteriormente morirás, reconócelo, en este duelo yo ya gané."
Dejé caer la nota, estupefacta, no sabía como reaccionar.
Tocan a mi puerta, desde acá se escuchan las sirenas.
Michael era un niño bastante inteligente, debo admitirlo. Carajo, era un maldito genio.