Jesusgba
El Joven Simulador
-Dicen que el bosque Espectros recibe su nombre debido a un curioso acontecimiento que tiene lugar allí todos los años a fines de octubre. La celebración por el día de los muertos no es algo solamente del pueblo, pues ocurre que el bosque parece querer acompañar la tradición con un sombrío espectáculo de luces suspendidas que corretean entre sus abetos milenarios.
Corría el año 1814, la paz le había sido dada tanto a humanos como pokémon tras tiempos de guerra que fueron sofocados, es por eso que este acontecimiento ha conmovido de tal manera que ha logrado traspasar la berrera del tiempo y acuñarse en la memoria de nuestra gente. No escasean los incautos en esta fecha, que suelen ser víctimas de bromistas desubicados, aquella tarde de fin de octubre un niño se encontraba huyendo de 2 muchachos traviesos que lo perseguían mientras hacían que sus pokémon, un par de Haunter semi salvajes, le lancen objetos y le dieran escalofriantes lengüetazos, el muchacho cayó tras tropezar con un tronco caído, lastimándose el tobillo, adolorido y sin poder escapar, quedó a merced de los malvados y sus Haunter, que enseguida lo rodearon e hipnotizaron, tras eso, hicieron verle alucinaciones que rápidamente lo trasportaron a un mundo de terror. Un joven Charmander vio la situación, estos suelen ser amigables en su relación con los pobladores, por lo que de manera audaz y se lanzó a interrumpir aquel juego macabro, con un potente lanzallamas derribó a los fantasmas bromistas, provocando un instantáneo rompimiento del trance a que sometían al niño. Ofuscados por el valiente Charmander los jóvenes ordenaron a sus pokémon que atacaran, aunque haciendo uso de sus rápidos reflejos este pequeño contrincante los esquivó y logro golpearlos con su cola encendida.
Esta actitud sólo logro enfurecer a los muchachos, que les ordenaron a los Haunter multiplicarse y rodear al entrometido. Aquellos, obedientes como las sombras que eran, lo hicieron. Una fila interminable de fantasmas apareció formando un circulo alrededor del Charmander, quien, asustado, pero no menos temerario, lanzó ascuas en todas direcciones. Fue en vano, cientos de puños sombríos lo golpearon hasta dejarlo exhausto en la tierra húmeda.
No conformes con esto, los Haunter, usaron sus poderes psíquicos para separar la llama ondulante de la cola del pokémon y huyeron con esta, en medio de carcajadas.
El pequeño Charmander quedó tendido sobre el frío suelo, agonizando. Dicen que el niño intentó ayudarlo, y que incluso una manada de Charmander se acercó también en un intento de rescate. Pero nada funcionó
Desde entonces, cada fin de octubre, una multitud de Charmander y Haunter se concentran en la entrada del bosque, estos últimos usan sus poderes para separar un pequeño brazo de las llamas de los Charmander, y juntos, llegados la noche, se encaminan al lugar donde pereció el salvador de nuestra historia. Esos pequeños focos danzantes que parecen flotar cual espectros son lo que desde el pueblo se vislumbra y celebramos como una señal de vida otorgada por el bosque, es en esencia una señal de vida, pues en el peregrinaje, donde los Haunter y Charmander reafirman su amistad, llegan al lugar de descanso del pequeño héroe y concentran la llamas en aquel punto, como si de una ofrenda se tratara, una ofrenda de vida, para quien la perdió por causa injusticia.
Corría el año 1814, la paz le había sido dada tanto a humanos como pokémon tras tiempos de guerra que fueron sofocados, es por eso que este acontecimiento ha conmovido de tal manera que ha logrado traspasar la berrera del tiempo y acuñarse en la memoria de nuestra gente. No escasean los incautos en esta fecha, que suelen ser víctimas de bromistas desubicados, aquella tarde de fin de octubre un niño se encontraba huyendo de 2 muchachos traviesos que lo perseguían mientras hacían que sus pokémon, un par de Haunter semi salvajes, le lancen objetos y le dieran escalofriantes lengüetazos, el muchacho cayó tras tropezar con un tronco caído, lastimándose el tobillo, adolorido y sin poder escapar, quedó a merced de los malvados y sus Haunter, que enseguida lo rodearon e hipnotizaron, tras eso, hicieron verle alucinaciones que rápidamente lo trasportaron a un mundo de terror. Un joven Charmander vio la situación, estos suelen ser amigables en su relación con los pobladores, por lo que de manera audaz y se lanzó a interrumpir aquel juego macabro, con un potente lanzallamas derribó a los fantasmas bromistas, provocando un instantáneo rompimiento del trance a que sometían al niño. Ofuscados por el valiente Charmander los jóvenes ordenaron a sus pokémon que atacaran, aunque haciendo uso de sus rápidos reflejos este pequeño contrincante los esquivó y logro golpearlos con su cola encendida.
Esta actitud sólo logro enfurecer a los muchachos, que les ordenaron a los Haunter multiplicarse y rodear al entrometido. Aquellos, obedientes como las sombras que eran, lo hicieron. Una fila interminable de fantasmas apareció formando un circulo alrededor del Charmander, quien, asustado, pero no menos temerario, lanzó ascuas en todas direcciones. Fue en vano, cientos de puños sombríos lo golpearon hasta dejarlo exhausto en la tierra húmeda.
No conformes con esto, los Haunter, usaron sus poderes psíquicos para separar la llama ondulante de la cola del pokémon y huyeron con esta, en medio de carcajadas.
El pequeño Charmander quedó tendido sobre el frío suelo, agonizando. Dicen que el niño intentó ayudarlo, y que incluso una manada de Charmander se acercó también en un intento de rescate. Pero nada funcionó
Desde entonces, cada fin de octubre, una multitud de Charmander y Haunter se concentran en la entrada del bosque, estos últimos usan sus poderes para separar un pequeño brazo de las llamas de los Charmander, y juntos, llegados la noche, se encaminan al lugar donde pereció el salvador de nuestra historia. Esos pequeños focos danzantes que parecen flotar cual espectros son lo que desde el pueblo se vislumbra y celebramos como una señal de vida otorgada por el bosque, es en esencia una señal de vida, pues en el peregrinaje, donde los Haunter y Charmander reafirman su amistad, llegan al lugar de descanso del pequeño héroe y concentran la llamas en aquel punto, como si de una ofrenda se tratara, una ofrenda de vida, para quien la perdió por causa injusticia.