Tyren Sealess
A fullmetal heart.
Puede parecer a primera vista que una autora tiene potestad absoluta sobre sus obras. Cobra honorarios, vende (o mantiene) derechos, posee los derechos de autor... Sin embargo esto no afecta a la obra en sí, sino al uso que se hace de ella. Nada de esto afecta a su contenido. A la hora de cambiar el contenido... ¿Qué pasa?
Estos últimos años ha habido dos ejemplos de esto relativamente famosos y muy distintos. El primero es el reboot de Star Wars. Al pasar los derechos de la saga de Lucasarts a Disney, Disney redujo drásticamente el material canónico de la saga. Las películas y algunos materiales más lo siguen siendo, pero los libros y videojuegos del "universo expandido" ya no lo son. La razón que dieron es que el universo expandido era prácticamente fan fiction que contaba con la aprobación de Lucas y su equipo, y al estar escrita sin coordinación alguna muchas veces se incurría en contradicciones entre sí y también con las películas (por ejemplo: en el universo expandido Palpatine podía crear los suficientes rayos Sith para destruir toda la vida de un planeta sin apenas esfuerzo. Entonces, ¿por qué tanto interés en la Estrella de la Muerte? Palpatine por sí solo es igual de letal y menos escandaloso). Los materiales del nuevo canon de Star Wars se están escribiendo de manera mucho más ordenada.
El segundo ejemplo y desde luego él más controvertido es JK Rowling. La autora de Harry Potter ha vuelto a ganar fama en los últimos años por añadir información a sus obras que ni se insinuaba en ellas ni es estrictamente necesaria (a saber: Dumbledore era gay, él y Grindelwald tuvieron una intensa relación sexual, antes del siglo XVIII los magos defecaban en cualquier sitio y hacían desaparecer las heces...). A diferencia del ejemplo anterior, la autora no ha dado ninguna razón coherente aún que justifique este añadido de información. Parece pensar que como creadora de la saga está en pleno derecho de hacerlo.
¿Y vosotros qué pensáis de esta cuestión? ¿Y de cada uno de los ejemplos?
Estos últimos años ha habido dos ejemplos de esto relativamente famosos y muy distintos. El primero es el reboot de Star Wars. Al pasar los derechos de la saga de Lucasarts a Disney, Disney redujo drásticamente el material canónico de la saga. Las películas y algunos materiales más lo siguen siendo, pero los libros y videojuegos del "universo expandido" ya no lo son. La razón que dieron es que el universo expandido era prácticamente fan fiction que contaba con la aprobación de Lucas y su equipo, y al estar escrita sin coordinación alguna muchas veces se incurría en contradicciones entre sí y también con las películas (por ejemplo: en el universo expandido Palpatine podía crear los suficientes rayos Sith para destruir toda la vida de un planeta sin apenas esfuerzo. Entonces, ¿por qué tanto interés en la Estrella de la Muerte? Palpatine por sí solo es igual de letal y menos escandaloso). Los materiales del nuevo canon de Star Wars se están escribiendo de manera mucho más ordenada.
El segundo ejemplo y desde luego él más controvertido es JK Rowling. La autora de Harry Potter ha vuelto a ganar fama en los últimos años por añadir información a sus obras que ni se insinuaba en ellas ni es estrictamente necesaria (a saber: Dumbledore era gay, él y Grindelwald tuvieron una intensa relación sexual, antes del siglo XVIII los magos defecaban en cualquier sitio y hacían desaparecer las heces...). A diferencia del ejemplo anterior, la autora no ha dado ninguna razón coherente aún que justifique este añadido de información. Parece pensar que como creadora de la saga está en pleno derecho de hacerlo.
¿Y vosotros qué pensáis de esta cuestión? ¿Y de cada uno de los ejemplos?