Caeles
Midnight Melody
Aquí va mi diálogo:
—Te has vuelto a saltar la clase —la regañó el chico en cuanto la vio llegar.
—Ya ves, me dolía el brazo —contestó ella, pasiva.
—La semana pasada también te dolía el brazo.
—Oh, es verdad. ¿Quizás sea algún legendario dolor que solo aparece una vez a la semana? Algo tipo: “todos los lunes me duele el brazo”.
—No creo que eso sea posible.
—Bueno, a los viejos les duelen cosas cuando va a llover. ¿Nunca lo has oído? “Va a llover, me duele la pierna”. Y así.
—Nunca he escuchado de eso… —cuestionó arqueando una ceja. La gente pasaba a su lado, ignorándolos.
—No, no, debes haberlo oído.
—¡Te digo que no lo he hecho!
—Quizás debería hacer que te doliese la pierna.
—No... creo que funcione así
—Me gusta la lluvia.
El chico retrocedió un poco. Le gustaban sus piernas. Aileen se volvió hacia él tras un segundo de silencio y retomó la conversación.
—Bueno, ¿y cómo funciona si no?
Evan se llevó la mano a la barbilla, pensativo.
—¡Ya lo tengo! —exclamó.
—¿Dolor de pierna?
—Si alguien dice que le duele la pierna, y por tanto va a llover, tal vez sea porque ha hecho una danza de la lluvia. Ya sabes, esas cosas tribales. Se pasan la noche bailando y eso provoca su dolor.
—Creo que nos hemos desviado del tema —comentó Aileen.
—¡Nada más alejado de la realidad! A ti te dolía el brazo, por eso no has hecho los ejercicios. ¡Por lo que va a llover!
—…¿me acabas de llamar vieja?
—Jamás tal cosa.
¡Suerte a quien acepte!
***
Lluvia
Lluvia
—Te has vuelto a saltar la clase —la regañó el chico en cuanto la vio llegar.
—Ya ves, me dolía el brazo —contestó ella, pasiva.
—La semana pasada también te dolía el brazo.
—Oh, es verdad. ¿Quizás sea algún legendario dolor que solo aparece una vez a la semana? Algo tipo: “todos los lunes me duele el brazo”.
—No creo que eso sea posible.
—Bueno, a los viejos les duelen cosas cuando va a llover. ¿Nunca lo has oído? “Va a llover, me duele la pierna”. Y así.
—Nunca he escuchado de eso… —cuestionó arqueando una ceja. La gente pasaba a su lado, ignorándolos.
—No, no, debes haberlo oído.
—¡Te digo que no lo he hecho!
—Quizás debería hacer que te doliese la pierna.
—No... creo que funcione así
—Me gusta la lluvia.
El chico retrocedió un poco. Le gustaban sus piernas. Aileen se volvió hacia él tras un segundo de silencio y retomó la conversación.
—Bueno, ¿y cómo funciona si no?
Evan se llevó la mano a la barbilla, pensativo.
—¡Ya lo tengo! —exclamó.
—¿Dolor de pierna?
—Si alguien dice que le duele la pierna, y por tanto va a llover, tal vez sea porque ha hecho una danza de la lluvia. Ya sabes, esas cosas tribales. Se pasan la noche bailando y eso provoca su dolor.
—Creo que nos hemos desviado del tema —comentó Aileen.
—¡Nada más alejado de la realidad! A ti te dolía el brazo, por eso no has hecho los ejercicios. ¡Por lo que va a llover!
—…¿me acabas de llamar vieja?
—Jamás tal cosa.
***
¡Suerte a quien acepte!