Antes de que sigáis leyendo, el escrito contiene palabras malsonantes, recomiendo a menores y abuelitas con marcapasos que no lo lean, bajo pena de fuerte e intensa formación de cuerpos cetónicos.
¡Mirad, algo cae del cielo! ¡Es un pájaro, es un avión! ¡No, es el Mamón Intergaláctico! Como gorda carcomida por la celulitis, entra con aires de triunfo para estamparse contra la madre tierra. Este individuo es desconocido, parece majo y tiene un aire chulo, pero que no os engañen las apariencias, su cerebro tiene de sotisficado lo que una silla plegable para dormir la siesta. Un cerebro pequeño, diminuto. Tenía un coco tan pequeño...
... que se perdió en la playa, entre los granos de arena.
... que no tenía ninguna duda, no le cabían.
... que en lugar de medir en metros, medía en milímetros.
... que para comer sopa de letras, necesitaba un traductor.
Luego me percaté de que llevaba un collar con el nombre de alguien. Vamos, era el típico lameculos.
... que se perdió en la playa, entre los granos de arena.
... que no tenía ninguna duda, no le cabían.
... que en lugar de medir en metros, medía en milímetros.
... que para comer sopa de letras, necesitaba un traductor.
Luego me percaté de que llevaba un collar con el nombre de alguien. Vamos, era el típico lameculos.