Caeles
Midnight Melody
Animado por @Dr Rocket , me he decidido a traer un original que terminé hace cosa de un año, aunque lo cierto es que estoy casi reescribiéndolo. A continuación, os dejo con los datos técnicos y el prólogo. Enseguida postearé también el primer capítulo, ¡gracias por leer y espero que os guste!
Índice:
Preludio:
Promesas hechas antes de tiempo
—No. No es tan sencillo. No puede serlo.
Apreté el retrato que tenía en mis manos. Lo devolví a su sitio con todo el cuidado que pude, mientras mis dientes rechinaban. Una gota de sudor frío cayó por mi espalda. Dos pupilas rojas se reflejaban en la superficie de cristal pulido.
—Admito que hubiera deseado que fuese diferente, pero mi pasado es lo que me hace ser quien soy —bajé la vista. Era un argumento barato, un razonamiento plagado de hoyos y escapes. Pero por desgracia, era verdad—. Cambiarlo sería negarme a mí mismo.
Silencio. Alcé los ojos, girándome de forma brusca y me atreví a hacerle frente. Un frío innatural recorría mi cuerpo. Suspiré, tratando de calmar mi temblor. La noche entraba por la ventana.
Sombras danzantes con forma humana me observaban desde el otro extremo de la habitación, a una distancia que parecía cien veces más larga de lo que realmente era. Habló. Su voz sonaba como un murmullo reverberante, como un secreto dicho en voz alta. Su timbre robótico perpetró la oscuridad, llegando hacia mí ampliado con tantos matices diferentes que me hicieron dudar de si eran los mismos sonidos que habían surgido de su garganta, si es que tenía.
Algo parecido a una sonrisa asomó entre las sombras que componían su figura humanoide.
Tragué saliva.
—Si realmente tengo ese poder, no lo usaré —dije todo lo firme que fui capaz—. Nunca.
Susurros de viento entraron agitando las cortinas, dispuestos a escuchar mi juramento. Tomé aliento. Debía reafirmarme. Debía dejarlo claro. Me había costado años superar ese trauma, no iba a permitir que nadie reabriese ahora las heridas. Ni siquiera un Dios. Ni siquiera el mismísimo Tiempo.
—Nunca viajaré en el tiempo.
Título: Cómo Matamos al Tiempo
Autor: Caeles
Capítulos: Indefinido.
Género: Fantasía, Ciencia-Ficción, Drama
Persona gramatical: Primera.
Sinopsis:
A pesar de que podíamos influir en el curso de los eventos, nunca prestamos a esa capacidad demasiada atención. Fue por eso que, mientras tratábamos de ignorar nuestros poderes, el Tiempo se rebeló contra nosotros; en vez de intentar alterarlo, era él que quería cambiarnos. Con el fin de defender nuestra vida normal y poner fin a la desesperación, decidimos cometer una locura como ningún humano había cometido jamás.
Asesinar al Tiempo.
Índice:
Preludio: Promesas hechas antes de tiempo.
Capítulo 1: Pasada la oscuridad.
Capítulo 2: Matar el Tiempo.
Capítulo 3: El demonio detrás de la máquina.
Capítulo 4: Chess.
Capítulo 5: Hace seis años.
Capítulo 6: Horizonte de Eventos.
[...]
Capítulo 1: Pasada la oscuridad.
Capítulo 2: Matar el Tiempo.
Capítulo 3: El demonio detrás de la máquina.
Capítulo 4: Chess.
Capítulo 5: Hace seis años.
Capítulo 6: Horizonte de Eventos.
[...]
***
Preludio:
Promesas hechas antes de tiempo
“Puedes salvarlas, si lo deseas.”
—No. No es tan sencillo. No puede serlo.
“¿Acaso dudas de mi palabra? Has de saber que no has sido el único bendecido. ¿Por qué renegar del don que te ha concedido el azar? Tarde o temprano encontrarás al resto; verás que no hay ninguna mala intención en ello. No es más que un pequeño regalo de mi parte.”
Apreté el retrato que tenía en mis manos. Lo devolví a su sitio con todo el cuidado que pude, mientras mis dientes rechinaban. Una gota de sudor frío cayó por mi espalda. Dos pupilas rojas se reflejaban en la superficie de cristal pulido.
—Admito que hubiera deseado que fuese diferente, pero mi pasado es lo que me hace ser quien soy —bajé la vista. Era un argumento barato, un razonamiento plagado de hoyos y escapes. Pero por desgracia, era verdad—. Cambiarlo sería negarme a mí mismo.
Silencio. Alcé los ojos, girándome de forma brusca y me atreví a hacerle frente. Un frío innatural recorría mi cuerpo. Suspiré, tratando de calmar mi temblor. La noche entraba por la ventana.
Sombras danzantes con forma humana me observaban desde el otro extremo de la habitación, a una distancia que parecía cien veces más larga de lo que realmente era. Habló. Su voz sonaba como un murmullo reverberante, como un secreto dicho en voz alta. Su timbre robótico perpetró la oscuridad, llegando hacia mí ampliado con tantos matices diferentes que me hicieron dudar de si eran los mismos sonidos que habían surgido de su garganta, si es que tenía.
“No tiene sentido negarse. Los dones que concedo son irreversibles. No te queda más remedio.”
Algo parecido a una sonrisa asomó entre las sombras que componían su figura humanoide.
“Vivirás con ese legado hasta el fin de tus días.”
Tragué saliva.
—Si realmente tengo ese poder, no lo usaré —dije todo lo firme que fui capaz—. Nunca.
Susurros de viento entraron agitando las cortinas, dispuestos a escuchar mi juramento. Tomé aliento. Debía reafirmarme. Debía dejarlo claro. Me había costado años superar ese trauma, no iba a permitir que nadie reabriese ahora las heridas. Ni siquiera un Dios. Ni siquiera el mismísimo Tiempo.
—Nunca viajaré en el tiempo.
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