Quizás es que por culpa de la adolescencia mi personalidad ha ido cambiando lentamente, o porque mi paciencia se ha ido agotando, quién sabe. Lo que sí está claro es que no soy el de antes, pero yo, personalmente, me siento más cómodo siendo quién soy ahora mismo.
Quizás dentro de un tiempo se me quite lo idiota y tenga las ideas claras. Hasta el momento, desapareceré lentamente de aquí.