...que curaría su grave enfermedad, pero a pesar de todos sus esfuerzos para cumplir su objetivo de fusionar manzanas con peras, a pesar de sus cientos de intentos y su poder innato, no halló la manera. El pobre hombre cayó en la desesperación, lo único en lo que podía pensar era en la incierta fecha de su muerte, cada día lo sufría sentado en una banca con una mirada melancólica a la nada, sin siquiera haber perecido su cuerpo, ya estaba muerto. Pero cuando pensó que sus esperanzas se habían esfumado, apareció ante él una gran hada que lo besó en la frente y le dijo: "tu eres especial, buen hombre, como tú no hay muchos, y por eso te recompensaré con una oportunidad, la única que tendrás para salvarte de tu sufrimiento. La respuesta está en la montaña...". Luego de esto el hada voló y surcó los cielos sin dejar rastros de su visita. Este hombre quedó aturdido por un segundo pero recobró su compostura poco después, recordando todo lo que dijo aquel extraño y bondadoso ser, la montaña a la que se refería era una que estaba justo al frente de la casa de aquel hombre, según vecinos, era una montaña mágica que concedía deseos a quien lograse escalarla, pero en ella habitaban monstruos carnívoros que no vacilarían en darse un banquete con aquella jugosa carne humana, aun así, este hombre estaba decidido a partir en su viaje, estaba decidido a salvar su vida para poder cumplir su sueño, no iba a echarse para atrás cuando un bondadoso ser le había dado la oportunidad de vivir, el sabía que no sería fácil, pero estaba preparado. Así fue pues, como aquel hombre comenzó su viaje, su horrendo e infortunado viaje...