Hace tiempo me topé con un concepto curioso de un economista italiano llamado Vilfredo Pareto. Él observó que en su época, alrededor del 80% de la tierra en Italia pertenecía al 20% de la población.
Con el tiempo, este patrón empezó a encontrarse en muchos otros ámbitos: en los negocios, en la gestión del tiempo, en la resolución de problemas, en la distribución de recursos… aunque no siempre se cumple al pie de la letra, la idea se repite bastante.
El principio, simplificado, conocido como ley 80/20, dice que el 80% de los efectos suele estar relacionado con el 20% de las causas. Y aquí viene lo interesante: creo que esto también se puede aplicar al lenguaje. Probad a coger un texto cualquiera, contad cuántas palabras tiene y luego intentad expresar lo mismo, pero usando máximo un 20% del total de las palabras. Por ejemplo: si el original tiene 100 palabras, buscad la manera de resumirlo en 20.
En mi opinión, esta aplicación “lingüística” es especialmente útil, porque ayuda a hacer resúmenes, sinopsis o simplemente a sintetizar mejor las ideas, evitando la complejidad innecesaria.
Os dejo un ejemplo práctico para demostrarlo, esto sería un texto de 100 palabras antes de la aplicación del concepto del 80/20:
Os invito a compartir vuestras reflexiones, y si lo deseáis, a aplicar este concepto y compartirlo en tiempo real.
Con el tiempo, este patrón empezó a encontrarse en muchos otros ámbitos: en los negocios, en la gestión del tiempo, en la resolución de problemas, en la distribución de recursos… aunque no siempre se cumple al pie de la letra, la idea se repite bastante.
El principio, simplificado, conocido como ley 80/20, dice que el 80% de los efectos suele estar relacionado con el 20% de las causas. Y aquí viene lo interesante: creo que esto también se puede aplicar al lenguaje. Probad a coger un texto cualquiera, contad cuántas palabras tiene y luego intentad expresar lo mismo, pero usando máximo un 20% del total de las palabras. Por ejemplo: si el original tiene 100 palabras, buscad la manera de resumirlo en 20.
En mi opinión, esta aplicación “lingüística” es especialmente útil, porque ayuda a hacer resúmenes, sinopsis o simplemente a sintetizar mejor las ideas, evitando la complejidad innecesaria.
Os dejo un ejemplo práctico para demostrarlo, esto sería un texto de 100 palabras antes de la aplicación del concepto del 80/20:
Parece bastante largo y complejo, ¿verdad? Pues ahora probad a leerlo de nuevo, esta vez aplicando esta estrategia:En la actualidad, las personas se enfrentan a una sobrecarga de información que proviene de múltiples fuentes: redes sociales, medios de comunicación, publicidad e incluso conversaciones cotidianas. Esta acumulación constante hace que resulte complicado discernir qué es realmente importante y qué es accesorio. Por eso, cada vez es más valiosa la capacidad de síntesis: separar lo esencial de lo secundario para tomar mejores decisiones, ahorrar tiempo y reducir el estrés. La habilidad de resumir, seleccionar y priorizar se convierte así en una herramienta fundamental no solo en el ámbito académico, sino también en la vida personal y profesional.
¿Qué pensáis? ¿Creéis que la ley del 80/20 realmente está presente en más aspectos de la vida de los que nos damos cuenta? Y si es así, ¿cuáles aspectos de la vida os gustaría indicar?Vivimos saturados de información; saber sintetizar lo esencial ayuda a decidir mejor, ahorrar tiempo y reducir estrés en cualquier ámbito.
Os invito a compartir vuestras reflexiones, y si lo deseáis, a aplicar este concepto y compartirlo en tiempo real.