Respuesta: Los Escritos Descabellados de Helix Boo | Hoy no hay groserías
No sé qué me habrá dado, pero allá va otro de mis escritos, supongo que el hecho de almorzar pescado y jugar a un simulador de supervivencia ayuda demasiado.
Tomo Nº13: Monstruo
Hace ingentes meses, incontables semanas, apareció de frente una figura majestuosa, imponente. Su aspecto era como el de cualquier otro, se trataba de una entidad sencilla, llena de pasión, intentando abrirse camino y ganar doradas experiencias. Aquel singular personaje portaba una imagen clásica, más de lo que acostumbramos, no sabía si pensar si vino de otro mundo, de otra época o si de un futuro alternativo. Sí... un lugar extraño, que todos soñamos, o que quizás tememos, pero que esperamos, donde lo habitual pasó de moda y en el que lo anticuado se abrió paso por un camino de renovación constante, que logra llamar nuestra atención y evoca en nosotros nuevas pasiones. Resultaba difícil de creer y al principio, más que ser llamativo por lo que era, destacaba entre las masas por lo que pareció ser. Sin embargo, al descubrir e indagar más a fondo, se observó que nada era lo que parecía y que en realidad consiguió inspirar nuevas sensaciones, sorprendentes resultados, propiedades por los que muchos hubieran rabiado y que otros tantos desearían manifestar a día de hoy. En toda regla, una entidad que manifestaba un aire clásico, fresco, dispuesto a combatir y a marcar su mágico estilo.
Acto 2: Osteopatía
Juntos surcamos los mares de conceptos, subiendo y bajando, mirándonos, oyéndonos, tocando el cielo, pintando un cristal eterno que siempre estará lleno y que, sin embargo, a veces no parece existir. Sólo ante el peligro, ante las tormentosas aguas, surcando en una lancha de papel, donde sólo tus manos protegen tu rostro y donde tu piel, solitaria y castigada herramienta de remo, tirita resentida ante la sal. En este mar inhóspito, repleto y a la vez medio vacío de náufragos reunidos, todos avanzan, unos con más facilidades que otros... encuentras compañía, simpatizas con figuras y te paras a ver cómo pasa el tiempo... entre un cóctel de señales y químicos, cual locas hormonas, y número bajos que sólo saben subir...
Un día dices... basta, y como todos, te tiras al mar salado, cediendo tu vieja piel al krill mientras sumerges tus sentidos en un nuevo mundo... una nueva realidad, repleta de sirenas, donde tu ser sigue en ti, pero la marea te moldea, te transforma, te refresca cual palabra escrita en la arena y tus escamas se vuelven tan duras para el viejo exterior que hasta su base te daña a ti mismo.
Y todo empieza...
Una sombra vil de sed insaciable,
víctima del mar de lo que fue,
atormentada por la sal que lo tocó,
renegante de todo cuanto dio.
Con rudeza mira al frente,
pues ya todo mejoró,
extrañando lo que ve,
pero no lo que tocó.
Ese tiempo pasado
para siempre murió,
¿para qué recordar,
si se desvaneció?
Ese trapo de ahí...
tan sólo hizo mal.
Ahora yo soy mejor,
la sirena ideal,
pues el mundo es un pez,
las almejas, vecinas,
las fotos, errores,
y las pompas, amigas.