Tyren Sealess
A fullmetal heart.
¡Muy buenas! Para los que me conozcáis, soy el tipo que escribe "El Señor del Agua y la Arena". Para los que no, ya lo sabéis. Bueno, ¿por qué hago esto? Pues porque quería un sitio donde publicar mis escritos menores (vamos, una galería). Lo he llamado "Biblioteca" porque yo asocio "galería" a cosas gráficas, pero aquí habrá textos: relatos cortos, poemas y links a las historias largas. Publicaré así:
Una sola cosa: si queréis que crezca como escritor, ¡comentad! El feedback siempre ayuda.
Y para todo el que le atraiga escribir, pero no se anime a empezar:
Explicaciones pertinentes
Cuerpo del escrito
Cuerpo del escrito
Una sola cosa: si queréis que crezca como escritor, ¡comentad! El feedback siempre ayuda.
Mucha gente me ha dicho que si tiene que ver con Naruto, y no, yo no sabía que Sakura fuera un personaje de ese anime, lo puse como nombre propio porque en japonés es la palabra para la flor de cerezo.
¡Muerta! ¡Sakura ha caído
asesinada por un infame
ninja! Una herida sangrante
adorna su azul vestido.
Fuera el viento aúlla,
en la habitación, silencio,
pero también grita mi tumba
desde dentro de mi pecho.
Tumba donde ahora yace
tu recuerdo, como el cuerpo
en la cama. ¡Horrible noche!
¡Que ya llegue la mañana!
Nosotros fuimos amigos,
amantes, comprometidos,
tu padre me dio tu mano,
¡y yo aun te sigo amando!
¡Aunque estés muerta!
¡Blancos tus labios!
¡Quietas tus manos!
¡Rojo tu pecho!
Solo estoy frente a tu cuerpo;
los demás me abandonaron,
veinte ancianos venerables
que necesitan el sueño.
A tus pies yace un retrato
del gran maestro Utamaro,
perfectos están tus rasgos
en el dibujo y el lecho.
¿Cómo viviré? Decidme,
labios fríos, si podré
olvidar esa mirada
o ese andar delicado.
Ya llueve. Yo me levanto
y camino hacia tu rostro.
Y me encuentro con tus párpados,
nunca más veré tus ojos.
¿Por qué? ¡Nada nos podría
separar, tú me decías!
¡Pero ahora lo hará la tierra
con garras de piedra frías!
¡No! ¡No la dejaré! ¡Nada
nos separará jamás!
Desenvaino mi katana
y la envaino en mi vientre.
Sangre cae sobre tus labios,
sangre cae sobre tu herida,
sangre sobre tu retrato,
sangre sobre tu vestido.
asesinada por un infame
ninja! Una herida sangrante
adorna su azul vestido.
Fuera el viento aúlla,
en la habitación, silencio,
pero también grita mi tumba
desde dentro de mi pecho.
Tumba donde ahora yace
tu recuerdo, como el cuerpo
en la cama. ¡Horrible noche!
¡Que ya llegue la mañana!
Nosotros fuimos amigos,
amantes, comprometidos,
tu padre me dio tu mano,
¡y yo aun te sigo amando!
¡Aunque estés muerta!
¡Blancos tus labios!
¡Quietas tus manos!
¡Rojo tu pecho!
Solo estoy frente a tu cuerpo;
los demás me abandonaron,
veinte ancianos venerables
que necesitan el sueño.
A tus pies yace un retrato
del gran maestro Utamaro,
perfectos están tus rasgos
en el dibujo y el lecho.
¿Cómo viviré? Decidme,
labios fríos, si podré
olvidar esa mirada
o ese andar delicado.
Ya llueve. Yo me levanto
y camino hacia tu rostro.
Y me encuentro con tus párpados,
nunca más veré tus ojos.
¿Por qué? ¡Nada nos podría
separar, tú me decías!
¡Pero ahora lo hará la tierra
con garras de piedra frías!
¡No! ¡No la dejaré! ¡Nada
nos separará jamás!
Desenvaino mi katana
y la envaino en mi vientre.
Sangre cae sobre tus labios,
sangre cae sobre tu herida,
sangre sobre tu retrato,
sangre sobre tu vestido.
Pues he aquí una oda a mi familia que ya publiqué en otro foro (Zero, ten piedad). Si no habéis leído Canción de Hielo y Fuego/ visto Juego de Tronos, no entenderéis nada, si lo habéis hecho, hay spoilers hasta Tormenta de Espadas/ 4ª temporada.
De la Roca Casterly
somos los Lannister.
Como tus enemigos
nunca nos querrás tener.
Controlamos el reino,
follamos entre hermanos,
nos llevamos tan bien
como el hielo y el verano.
Lady Cersei, la reina,
es puta como nadie,
es la viuda de Robert
pero se tira a Jaime.
Dio a luz a Joffrey,
el peor rey jamás,
Tras la Boda Morada
no molestará más.
Ser Jaime, por amor,
hace cosas muy raras:
a los pequeños Stark
tira por la ventana.
Va por los Siete Reinos
con una Bella moza,
que es fuerte cual carnero y
con la espada destroza.
Tyrion el Mediohombre
es listo de cojones,
va con Varys y Petyr,
los tres son muy cabrones.
Lucha bien con palabras
y armas por igual,
por eso al Aguasnegras
lo fue a demostrar.
Si Lord Tywin se aburre
en Castamere llueve.
Se dice sobre él algo:
que cagar oro puede.
Su hijo el pequeñito
le dejó en buen lugar:
sentado en el trono
le tuvo que matar.
Pagamos nuestras deudas,
no como los Borbones,
y cuando nos traicionan
hay sangre a borbotones.
¡Oíd nuestro rugido!
¡No tememos a nada!
¡Pero George, no nos mandes
otra Boda Morada!
somos los Lannister.
Como tus enemigos
nunca nos querrás tener.
Controlamos el reino,
follamos entre hermanos,
nos llevamos tan bien
como el hielo y el verano.
Lady Cersei, la reina,
es puta como nadie,
es la viuda de Robert
pero se tira a Jaime.
Dio a luz a Joffrey,
el peor rey jamás,
Tras la Boda Morada
no molestará más.
Ser Jaime, por amor,
hace cosas muy raras:
a los pequeños Stark
tira por la ventana.
Va por los Siete Reinos
con una Bella moza,
que es fuerte cual carnero y
con la espada destroza.
Tyrion el Mediohombre
es listo de cojones,
va con Varys y Petyr,
los tres son muy cabrones.
Lucha bien con palabras
y armas por igual,
por eso al Aguasnegras
lo fue a demostrar.
Si Lord Tywin se aburre
en Castamere llueve.
Se dice sobre él algo:
que cagar oro puede.
Su hijo el pequeñito
le dejó en buen lugar:
sentado en el trono
le tuvo que matar.
Pagamos nuestras deudas,
no como los Borbones,
y cuando nos traicionan
hay sangre a borbotones.
¡Oíd nuestro rugido!
¡No tememos a nada!
¡Pero George, no nos mandes
otra Boda Morada!
Hoy traigo algo distinto. Traduje uno de mis poemas ingleses favoritos, "Tyger, Tyger", escrito por William Blake y publicado en el libro "Songs of Experience". Espero que os guste tanto mi traducción como a mí el original; os dejo ambos.
Tyger! Tyger! burning bright
In the forests of the night,
What immortal hand or eye
Could frame thy fearful symmetry?
In what distant deeps or skies
Burnt the fire of thine eyes?
On what wings dare he aspire?
What the hand dare sieze the fire?
And what shoulder, & what art.
Could twist the sinews of thy heart?
And when thy heart began to beat,
What dread hand? & what dread feet?
What the hammer? what the chain?
In what furnace was thy brain?
What the anvil? what dread grasp
Dare its deadly terrors clasp?
When the stars threw down their spears,
And watered heaven with their tears,
Did he smile his work to see?
Did he who made the Lamb make thee?
Tyger! Tyger! burning bright
In the forests of the night,
What immortal hand or eye
Dare frame thy fearful symmetry?
Tigre, oh gran tigre ardiente
en el bosque en que no hay día:
¿qué inmortal mano o mente
pudo hacer tu simetría?
¿En qué grande sima o cielo
ardió de tus ojos el fuego?
¿Quién sobre qué alas volaba?
¿Qué mano cogió la llama?
Y del corazón las fibras,
¿qué brazo pudo forjar?
Y al latir a empezar,
¿quién pudo atreverse más?
¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿Dónde forjó tu cabeza?
¿Cuál el yunque? ¿Y quién no
coger tu terror temió?
Y cuando blancas estrellas
dispararon y lloraron,
¿pudo verte y sonreír?
¿Hizo al Cordero y a ti?
Tigre, oh gran tigre ardiente
en el bosque en que no hay día:
¿qué inmortal mano o mente
pudo a forjarte atreverse?
In the forests of the night,
What immortal hand or eye
Could frame thy fearful symmetry?
In what distant deeps or skies
Burnt the fire of thine eyes?
On what wings dare he aspire?
What the hand dare sieze the fire?
And what shoulder, & what art.
Could twist the sinews of thy heart?
And when thy heart began to beat,
What dread hand? & what dread feet?
What the hammer? what the chain?
In what furnace was thy brain?
What the anvil? what dread grasp
Dare its deadly terrors clasp?
When the stars threw down their spears,
And watered heaven with their tears,
Did he smile his work to see?
Did he who made the Lamb make thee?
Tyger! Tyger! burning bright
In the forests of the night,
What immortal hand or eye
Dare frame thy fearful symmetry?
Tigre, oh gran tigre ardiente
en el bosque en que no hay día:
¿qué inmortal mano o mente
pudo hacer tu simetría?
¿En qué grande sima o cielo
ardió de tus ojos el fuego?
¿Quién sobre qué alas volaba?
¿Qué mano cogió la llama?
Y del corazón las fibras,
¿qué brazo pudo forjar?
Y al latir a empezar,
¿quién pudo atreverse más?
¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿Dónde forjó tu cabeza?
¿Cuál el yunque? ¿Y quién no
coger tu terror temió?
Y cuando blancas estrellas
dispararon y lloraron,
¿pudo verte y sonreír?
¿Hizo al Cordero y a ti?
Tigre, oh gran tigre ardiente
en el bosque en que no hay día:
¿qué inmortal mano o mente
pudo a forjarte atreverse?
Un fanfic de "Los Gatos Guerreros", de Erin Hunter, que en principio fue un ejercicio de creación de personajes que me quedó mejor de lo que esperaba.
http://whackahack.com/foro/t-27992/historia-senor-agua-arena
http://whackahack.com/foro/t-27992/historia-senor-agua-arena
Mi nuevo gran proyecto. He de decir que esto es muy distinto a ESDAYA, y a todo lo que haya escrito hasta ahora. Entendería perfectamente que no os gustara, pero espero que os guste.
http://whackahack.com/foro/t-32584/historia-original-100-cuento-madrid
http://whackahack.com/foro/t-32584/historia-original-100-cuento-madrid
Un reto de fanfics que me eché con Aguiar (y le gané). Más tarde me he dado cuenta de que es mi mejor escrito.
Si no sois españoles, probablemente no entendáis el relato. Trata sobre una valla que pusieron en Melilla para evitar la entrada de inmigrantes desde África. Es muy polémica porque tiene concertinas (como cuchillas) y porque se introduce en el mar para evitar que la gente entre nadando.
Por otra parte, la frase repetida es de Pablo Neruda, de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada"
Desde Melilla
Puedo escribirte los versos más tristes esta noche.
Escribir que por fin llegué a España. No es como nos dijeron, es tan cruel como nuestra tierra, aunque sea más rica.
Puedo escribirte los versos más tristes esta noche,
pero perdona por la letra. Estoy escribiendo con la izquierda, porque las cuchillas de la valla me rajaron el brazo derecho y ya no puedo moverlo.
Puedo escribirte los versos más tristes esta noche.
Escribir que no dejé a nuestro hijo pasar. Me intento convencer de que fue para que no se hiciera daño, pero en realidad lo hice para que no perdiera la esperanza viendo estos horrores.
Puedo escribirte los versos más tristes esta noche,
aunque después de las hostias que me pegaron esos soldados en la cabeza, ya no recuerdo tu nombre, ni tu voz.
Puedo escribirte los versos...
Puedo escribir.
Aun puedo escribir.
Si no sois españoles, probablemente no entendáis el relato. Trata sobre una valla que pusieron en Melilla para evitar la entrada de inmigrantes desde África. Es muy polémica porque tiene concertinas (como cuchillas) y porque se introduce en el mar para evitar que la gente entre nadando.
Por otra parte, la frase repetida es de Pablo Neruda, de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada"
Desde Melilla
Puedo escribirte los versos más tristes esta noche.
Escribir que por fin llegué a España. No es como nos dijeron, es tan cruel como nuestra tierra, aunque sea más rica.
Puedo escribirte los versos más tristes esta noche,
pero perdona por la letra. Estoy escribiendo con la izquierda, porque las cuchillas de la valla me rajaron el brazo derecho y ya no puedo moverlo.
Puedo escribirte los versos más tristes esta noche.
Escribir que no dejé a nuestro hijo pasar. Me intento convencer de que fue para que no se hiciera daño, pero en realidad lo hice para que no perdiera la esperanza viendo estos horrores.
Puedo escribirte los versos más tristes esta noche,
aunque después de las hostias que me pegaron esos soldados en la cabeza, ya no recuerdo tu nombre, ni tu voz.
Puedo escribirte los versos...
Puedo escribir.
Aun puedo escribir.
Este relato, con un aire a Poe, está inspirado por la casa de mis abuelos.
Tres meses después de la muerte de mis abuelos, dejé la ciudad por un día para ver el estado en que se encontraba su casa, en el pueblo donde siempre vivieron. Ésta era un caserón de finales del siglo XVIII, y ni la arquitectura ni el mobiliario originales habían sido alterados en demasía con el tiempo.
Llovía, y por eso, al llegar al pueblo y aparcar el coche, me apresuré a entrar. Dentro también hacía frío, pero al menos no había goteras.
Miré la hora en un reloj que había en la pared: la una y cuarto. ¿Cómo, si ya estaba anocheciendo? Obvio, el reloj se había parado.
Entré al salón donde siempre habían estado mis abuelos cuando iba a visitarlos, sentados en sendos sillones, y me entristecí al no verlos en sus sitios habituales. Allí también había un reloj, también parado... a la una y cuarto. Curiosa casualidad.
Fui recorriendo las distintas habitaciones viendo que estaban en un estado excelente, exceptuando una capa de polvo que cubría casi todo. Un viejo reloj de pared dio la hora; ése no estaba parado: una campanada... Y un cuarto.
Ahí fue cuando enloquecí, y de esos minutos guardo un recuerdo más difuso aún que el de un sueño turbulento. Me acuerdo vagamente de ir corriendo a través de habitaciones, consultando todos los relojes, que marcaban todos sin excepción la misma maldita hora. Y de pronto mi memoria se esclarece: estaba en un pasillo en el que mis abuelos nunca me dejaron entrar, mirando una puerta que nunca había visto abierta. Pensé que ahí estaba el secreto.
Al abrirla, caí bajo un hechizo: no me alteró el cadáver que, aunque era reciente, vestía ropas antiguas, tampoco la extraña falta de polvo en la estancia. Sobre una mesa había un documento, que yo me incliné a mirar. Una frase quedó grabada a fuego en mi memoria: "Hora de la muerte: la una y cuarto." En esa casa, el tiempo se había detenido desde la muerte de su primera dueña.
El hechizo se rompió y eché a correr; cerré con llave y sólo paré al entrar en mi coche, que rápidamente arranqué para volver a la ciudad.
Unos meses después, demolieron la casa. Mucha gente me preguntó por qué, si había sido reformada hacía sólo dos años.
Tres meses después de la muerte de mis abuelos, dejé la ciudad por un día para ver el estado en que se encontraba su casa, en el pueblo donde siempre vivieron. Ésta era un caserón de finales del siglo XVIII, y ni la arquitectura ni el mobiliario originales habían sido alterados en demasía con el tiempo.
Llovía, y por eso, al llegar al pueblo y aparcar el coche, me apresuré a entrar. Dentro también hacía frío, pero al menos no había goteras.
Miré la hora en un reloj que había en la pared: la una y cuarto. ¿Cómo, si ya estaba anocheciendo? Obvio, el reloj se había parado.
Entré al salón donde siempre habían estado mis abuelos cuando iba a visitarlos, sentados en sendos sillones, y me entristecí al no verlos en sus sitios habituales. Allí también había un reloj, también parado... a la una y cuarto. Curiosa casualidad.
Fui recorriendo las distintas habitaciones viendo que estaban en un estado excelente, exceptuando una capa de polvo que cubría casi todo. Un viejo reloj de pared dio la hora; ése no estaba parado: una campanada... Y un cuarto.
Ahí fue cuando enloquecí, y de esos minutos guardo un recuerdo más difuso aún que el de un sueño turbulento. Me acuerdo vagamente de ir corriendo a través de habitaciones, consultando todos los relojes, que marcaban todos sin excepción la misma maldita hora. Y de pronto mi memoria se esclarece: estaba en un pasillo en el que mis abuelos nunca me dejaron entrar, mirando una puerta que nunca había visto abierta. Pensé que ahí estaba el secreto.
Al abrirla, caí bajo un hechizo: no me alteró el cadáver que, aunque era reciente, vestía ropas antiguas, tampoco la extraña falta de polvo en la estancia. Sobre una mesa había un documento, que yo me incliné a mirar. Una frase quedó grabada a fuego en mi memoria: "Hora de la muerte: la una y cuarto." En esa casa, el tiempo se había detenido desde la muerte de su primera dueña.
El hechizo se rompió y eché a correr; cerré con llave y sólo paré al entrar en mi coche, que rápidamente arranqué para volver a la ciudad.
Unos meses después, demolieron la casa. Mucha gente me preguntó por qué, si había sido reformada hacía sólo dos años.
Esta historia está inspirada en algo que me pasó de verdad.
Eso sucedió hace mucho tiempo. Desde ese día,hablo mejor español, una nota de una de mis melodías ha cambiado y todos los viernes toco la canción más triste que conozco. Pero nada más es diferente. Entonces, como ahora, la gente viene y va en el metro sin prestar atención a nada, como si lo que quieran hacer es tan importante como para sacrificar su tranquilidad por ello.
Pero un día encontré a alguien distinto. Era una chica que caminaba despreocupadamente por los pasillos de la estación. Me vio, me miró unos segundos y se detuvo. Se quitó los auriculares de las orejas y estuvo mirado y escuchando cómo tocaba mi guitarra y la acompañaba con la voz. No me dio dinero, pero ese fue mi día más feliz en España hasta entonces.
Como cada viernes iba a esa estación, cada viernes nos veíamos. Me sentía como un verdadero músico: durante el rato en que ella me escuchaba, yo no tocaba para recibir limosna, sino para que mi público, ella, saliera de su rutina y se viera transportado al mundo del ritmo y las melodías.
Un día, cuando se iba a ir, sacó una moneda de su bolsillo.
- Tú no dar dinero a mí- la rechacé.
- ¿Por qué?
- Porque de ti yo no coger dinero, de ti yo coger las fuerzas para tocar la semana.
Ella sonrió. Tenía la sonrisa de una musa.
- Hasta el viernes, entonces.
Otra vez, estaba tocando mi canción favorita cuando ella me paró.
- ¿Qué ocurrir?
- No lo tocas bien. Lo que haces es esto- sus dedos se deslizaron por las cuerdas produciendo la melodía,- pero deberías hacer esto.
Tocó otra vez ese trozo de la canción. Sólo cambió una nota, pero comparando los dos, vi que la última melodía que había tocado era más abierta, y estaba llena de luz. Me devolvió la guitarra, y vi que haciéndolo como ella también me sentía mejor.
Un rato después de que se fuera, llegó un policía. Agarré a toda prisa cuantas monedas abarcó mi mano de las que yacían en el funda de mi guitarra, cogí el instrumento y me dispuse a salir corriendo. Pero el policía me explicó que no iba a detenerme; que venía porque habían matado a una chica en el andén y alguien la había visto hablando conmigo, que si sabía algo.
Me gustaría poder decir que lloré la pérdida de mi única amiga en ese país. Qur no volví a ser el mismo. Que al escuchar al policía, se me desgarró el alma. Aunque si dijera eso, mentiría.
Pero eso sucedió hace mucho tiempo. Desde ese día,hablo mejor español, una nota de una de mis melodías ha cambiado y, eso sí, todos los viernes toco la canción más triste que conozco. Pero nada más es diferente. Entonces, como ahora, la gente viene y va en el metro sin prestar atención a nada, como si lo que quieran hacer es tan importante como para sacrificar su tranquilidad por ello.
Eso sucedió hace mucho tiempo. Desde ese día,hablo mejor español, una nota de una de mis melodías ha cambiado y todos los viernes toco la canción más triste que conozco. Pero nada más es diferente. Entonces, como ahora, la gente viene y va en el metro sin prestar atención a nada, como si lo que quieran hacer es tan importante como para sacrificar su tranquilidad por ello.
Pero un día encontré a alguien distinto. Era una chica que caminaba despreocupadamente por los pasillos de la estación. Me vio, me miró unos segundos y se detuvo. Se quitó los auriculares de las orejas y estuvo mirado y escuchando cómo tocaba mi guitarra y la acompañaba con la voz. No me dio dinero, pero ese fue mi día más feliz en España hasta entonces.
Como cada viernes iba a esa estación, cada viernes nos veíamos. Me sentía como un verdadero músico: durante el rato en que ella me escuchaba, yo no tocaba para recibir limosna, sino para que mi público, ella, saliera de su rutina y se viera transportado al mundo del ritmo y las melodías.
Un día, cuando se iba a ir, sacó una moneda de su bolsillo.
- Tú no dar dinero a mí- la rechacé.
- ¿Por qué?
- Porque de ti yo no coger dinero, de ti yo coger las fuerzas para tocar la semana.
Ella sonrió. Tenía la sonrisa de una musa.
- Hasta el viernes, entonces.
Otra vez, estaba tocando mi canción favorita cuando ella me paró.
- ¿Qué ocurrir?
- No lo tocas bien. Lo que haces es esto- sus dedos se deslizaron por las cuerdas produciendo la melodía,- pero deberías hacer esto.
Tocó otra vez ese trozo de la canción. Sólo cambió una nota, pero comparando los dos, vi que la última melodía que había tocado era más abierta, y estaba llena de luz. Me devolvió la guitarra, y vi que haciéndolo como ella también me sentía mejor.
Un rato después de que se fuera, llegó un policía. Agarré a toda prisa cuantas monedas abarcó mi mano de las que yacían en el funda de mi guitarra, cogí el instrumento y me dispuse a salir corriendo. Pero el policía me explicó que no iba a detenerme; que venía porque habían matado a una chica en el andén y alguien la había visto hablando conmigo, que si sabía algo.
Me gustaría poder decir que lloré la pérdida de mi única amiga en ese país. Qur no volví a ser el mismo. Que al escuchar al policía, se me desgarró el alma. Aunque si dijera eso, mentiría.
Pero eso sucedió hace mucho tiempo. Desde ese día,hablo mejor español, una nota de una de mis melodías ha cambiado y, eso sí, todos los viernes toco la canción más triste que conozco. Pero nada más es diferente. Entonces, como ahora, la gente viene y va en el metro sin prestar atención a nada, como si lo que quieran hacer es tan importante como para sacrificar su tranquilidad por ello.
Y para todo el que le atraiga escribir, pero no se anime a empezar:
Esto es la transcripción de una charla que daré en unas semanas. Cuando la haga, ya diré cómo me ha salido. Os animo a todos a leer esto.
"1984", de George Orwell. "El Quijote", de Cervantes. "Canción de Hielo y Fuego", de George R. R. Martin. Son libros muy famosos escritos por autores que han alcanzado el éxito. Probablemente la mayoría de nosotros no seremos tan exitosos en la literatura como ellos fueron o son, ¡pero podemos disfrutar al escribir más que ellos! Voy a hablar sobre eso.
Soy un escritor aficionado, con más de 200 páginas manuscritas. Publico algunas de mis historias en Internet, pero nadie ha leído la mayoría de mis escritos. Entonces, ¿por qué escribo? Bueno, porque tengo lo que, en mi opinión, es lo más importante para ser escritor: me gusta escribir. Y si a vosotros os gusta, ¿por qué no empezáis a escribir?
Si fuera alguno de vosotros, a lo mejor pensaría: "Vale, aparte de divertirme, ¿qué más beneficios obtengo si no soy profesional? Pero yo soy yo, y tengo que preguntar: ¿de verdad creéis que divertirse no es un gran beneficio? Si no pensáis eso, os diré otros beneficios, hablando a partir de mi propia experiencia y estudios psicológicos.
¡Escribir es una manera de relajarse! ¿Cómo? Bueno, mucha gente tiene distintos medios para llegar al mismo fin, pero a mí me funciona escribir, ¡y puede que a vosotros también! Imaginad que estáis agotados después de un largo día en el instituto, la universidad, el trabajo o lo que sea. Escucháis algo de música, veis la televisión, leéis un libro, jugáis a algún videojuego, lo que sea. Pero os olvidáis de todo y os concentráis en lo que estáis haciendo, y así descansáis y os relajáis. Escribir me produce el mismo efecto.
Otra ventaja es que, desde que escribo, mis relaciones sociales han mejorado. ¿Cómo? ¿Creéis que me he ganado una reputación de escritor? ¡Venga ya! Lo que pasa es que, como al escribir se trabaja con palabras, puedo manejarlas mejor y así
expresarme mejor en muchas situaciones.
Además de eso, hay varios estudios psicológicos que confirman que el ejercicio de cualquier arte, incluyendo la escritura creativa, activa áreas del cerebro que no se usan en la
enseñanza convencional. Escribir también desarrolla la imaginación y la expresividad verbal, como acabo de explicar.
¿Sabéis por qué estoy dando esta charla? Obvio, ¿no? Sí, porque me gusta hablar en público, pero también porque quiero motivar a la gente. ¡Quiero que empecéis a escribir! Pero no es tan fácil. Si empezáis, encontraréis dificultades. Para mí, la mayor es empezar.
Algunos dicen que para empezar se necesita inspiración, pero yo soy demasiado impaciente como para esperarla, y quizá es eso lo que me hace tan difícil empezar. Mi manera de empezar una historia es relajarme, respirar hondo y buscar en los rincones más apartados de mi mente un esbozo de idea. Después, empiezo a trabajar con ello usando mapas conceptuales hasta que tengo un planteamiento y unos personajes bien definidos. Deberíais ver los papeles que sufren mi ataque durante ese proceso... Después, cojo mi boli, empiezo a escuchar música en los cascos, y empiezo a
escribir. Pero a lo mejor este método no os funciona: hay tantas formas de escribir en el mundo como escritores, y quizá necesitéis vuestro propio método para escribir. Os he explicado este porque es el único que entiendo, domino y uso.
Ahora que estamos aprendiendo cómo empezar, os voy a contar por qué empecé. Cada artista necesita una razón para empezar con su arte, y no soy ninguna excepción a la regla. Quizás algunos de vosotros encontréis vuestra razón en esta charla (¡ojalá!): quizá os atraigan los beneficios, u os motive mi entusiasmo. Pero nadie me dio una charla sobre escritura creativa.
Cuando era pequeño, imaginaba historias, y siempre he leído mucho, pero no empecé a escribir hasta hace dos años, en segundo de la ESO. Ese año, tuve a una persona única de profesora de lengua, Manoli, y ella es la responsable de que me guste tanto escribir. Una cosa que me gusta mucho de ella es que, en vez de mandarnos deberes, nos mandaba escribir historias cortas, de una hoja. La primera vez fue en octubre. Cuando hubo corregido las historias, nos llamó uno por uno a su mesa para dárnoslas. Cuando fui yo, me dijo: "A ti te gusta escribir, ¿verdad?" Yo dije: "No...", y ella respondió: "Venga, di la verdad, sé que te gusta escribir." Ese momento es mi razón para escribir. En ese momento, obtuve lo más necesario para ser escritor. Desde entonces, he acabado siete historias largas, ¡en sólo dos años y medio! Dos de ellas están aquí.
Bueno, ya llevo hablando un buen rato. Me estoy quedando sin tiempo, sin cosas que decir... Tengo que terminar. Pero, antes de salir del escenario, tengo un último consejo que daros: ¡nunca terminéis! Podéis acabar una historia, o un poema, pero si decidís empezar a escribir, ¡seguid! Seguid hasta que vuestro cuerpo no os deje continuar, o hasta que os deje de gustar. Creo que mi obra maestra literaria aún está por llegar, ¡y la vuestra también!
"1984", de George Orwell. "El Quijote", de Cervantes. "Canción de Hielo y Fuego", de George R. R. Martin. Son libros muy famosos escritos por autores que han alcanzado el éxito. Probablemente la mayoría de nosotros no seremos tan exitosos en la literatura como ellos fueron o son, ¡pero podemos disfrutar al escribir más que ellos! Voy a hablar sobre eso.
Soy un escritor aficionado, con más de 200 páginas manuscritas. Publico algunas de mis historias en Internet, pero nadie ha leído la mayoría de mis escritos. Entonces, ¿por qué escribo? Bueno, porque tengo lo que, en mi opinión, es lo más importante para ser escritor: me gusta escribir. Y si a vosotros os gusta, ¿por qué no empezáis a escribir?
Si fuera alguno de vosotros, a lo mejor pensaría: "Vale, aparte de divertirme, ¿qué más beneficios obtengo si no soy profesional? Pero yo soy yo, y tengo que preguntar: ¿de verdad creéis que divertirse no es un gran beneficio? Si no pensáis eso, os diré otros beneficios, hablando a partir de mi propia experiencia y estudios psicológicos.
¡Escribir es una manera de relajarse! ¿Cómo? Bueno, mucha gente tiene distintos medios para llegar al mismo fin, pero a mí me funciona escribir, ¡y puede que a vosotros también! Imaginad que estáis agotados después de un largo día en el instituto, la universidad, el trabajo o lo que sea. Escucháis algo de música, veis la televisión, leéis un libro, jugáis a algún videojuego, lo que sea. Pero os olvidáis de todo y os concentráis en lo que estáis haciendo, y así descansáis y os relajáis. Escribir me produce el mismo efecto.
Otra ventaja es que, desde que escribo, mis relaciones sociales han mejorado. ¿Cómo? ¿Creéis que me he ganado una reputación de escritor? ¡Venga ya! Lo que pasa es que, como al escribir se trabaja con palabras, puedo manejarlas mejor y así
expresarme mejor en muchas situaciones.
Además de eso, hay varios estudios psicológicos que confirman que el ejercicio de cualquier arte, incluyendo la escritura creativa, activa áreas del cerebro que no se usan en la
enseñanza convencional. Escribir también desarrolla la imaginación y la expresividad verbal, como acabo de explicar.
¿Sabéis por qué estoy dando esta charla? Obvio, ¿no? Sí, porque me gusta hablar en público, pero también porque quiero motivar a la gente. ¡Quiero que empecéis a escribir! Pero no es tan fácil. Si empezáis, encontraréis dificultades. Para mí, la mayor es empezar.
Algunos dicen que para empezar se necesita inspiración, pero yo soy demasiado impaciente como para esperarla, y quizá es eso lo que me hace tan difícil empezar. Mi manera de empezar una historia es relajarme, respirar hondo y buscar en los rincones más apartados de mi mente un esbozo de idea. Después, empiezo a trabajar con ello usando mapas conceptuales hasta que tengo un planteamiento y unos personajes bien definidos. Deberíais ver los papeles que sufren mi ataque durante ese proceso... Después, cojo mi boli, empiezo a escuchar música en los cascos, y empiezo a
escribir. Pero a lo mejor este método no os funciona: hay tantas formas de escribir en el mundo como escritores, y quizá necesitéis vuestro propio método para escribir. Os he explicado este porque es el único que entiendo, domino y uso.
Ahora que estamos aprendiendo cómo empezar, os voy a contar por qué empecé. Cada artista necesita una razón para empezar con su arte, y no soy ninguna excepción a la regla. Quizás algunos de vosotros encontréis vuestra razón en esta charla (¡ojalá!): quizá os atraigan los beneficios, u os motive mi entusiasmo. Pero nadie me dio una charla sobre escritura creativa.
Cuando era pequeño, imaginaba historias, y siempre he leído mucho, pero no empecé a escribir hasta hace dos años, en segundo de la ESO. Ese año, tuve a una persona única de profesora de lengua, Manoli, y ella es la responsable de que me guste tanto escribir. Una cosa que me gusta mucho de ella es que, en vez de mandarnos deberes, nos mandaba escribir historias cortas, de una hoja. La primera vez fue en octubre. Cuando hubo corregido las historias, nos llamó uno por uno a su mesa para dárnoslas. Cuando fui yo, me dijo: "A ti te gusta escribir, ¿verdad?" Yo dije: "No...", y ella respondió: "Venga, di la verdad, sé que te gusta escribir." Ese momento es mi razón para escribir. En ese momento, obtuve lo más necesario para ser escritor. Desde entonces, he acabado siete historias largas, ¡en sólo dos años y medio! Dos de ellas están aquí.
Bueno, ya llevo hablando un buen rato. Me estoy quedando sin tiempo, sin cosas que decir... Tengo que terminar. Pero, antes de salir del escenario, tengo un último consejo que daros: ¡nunca terminéis! Podéis acabar una historia, o un poema, pero si decidís empezar a escribir, ¡seguid! Seguid hasta que vuestro cuerpo no os deje continuar, o hasta que os deje de gustar. Creo que mi obra maestra literaria aún está por llegar, ¡y la vuestra también!
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