Debo decir que la cuarentena tuvo sus cosas buenas y malas.
En lo bueno, la pasé coincidiendo con mi primer trabajo asalariado. Recuerdo que estuve trabajando 100% en remoto durante dos años y que ésto me permitió desconectar más fácilmente cuando tocaba salir. Además, no tuve que lidiar físicamente con una persona que, en ese momento, actuó de forma abusiva, aunque hoy por hoy nos entendemos (la "magia" de la evolución personal ).
Lo malo fue que, en Andalucía, al lumbreras del presidente de la Junta, en lugar de limitarse a reducir el aforo, se le ocurrió limitar los horarios de las piscinas deportivas hasta las 18:30 aproximadamente, y como tenía mi trabajo y turnos de tarde, me resultaba casi imposible acudir, por lo que mi forma física empeoró y me dolía más la espalda (eso sí, que no falten las jugueterías abiertas hasta las 20:00, mayoría absoluta le dimos, poco nos pasa, pero en fin...).